La Batalla Final (tercera parte):

Los cinco chicos trataron de entrar al castillo de mil maneras pero nada resultó hasta que una bola de cristal cayó desde una ventana a sus pies. Casi le cae en la cabeza a Ron.

_ ¡Cuidado!_ le dijo Julieta apartándolo. Potter miró el extraño objeto como hipnotizado y pronto su expresión cambió.

_ ¡Vamos por la ventana rota!_ dijo Harry sin perder el tiempo y corriendo hacia allí. Los otros chicos lo miraron perplejos.

Era realmente una locura ya que la ventana que se había roto era del segundo piso.

_ ¡Espera, Harry! ¿Cómo llegarás allí?_ le gritó Hermione.

Pero fue innecesario ya que antes que ella llegó Ron que, con la ayuda de Damián, Harry pudo trepar la pared hasta el segundo piso y colarse por la ventana hacia dentro del castillo. Lamentablemente un par de mortífagos que estaban cerca los vieron y tuvieron que correr por sus vidas. Corrieron sin parar y casi sin aliento hasta que pudieron ocultarse detrás de unas columnas que habían caído y los hombres se perdieron de vista entre la multitud.

_ Al menos Harry pudo entrar_ comentó Ron secándose la transpiración que le corría por la frente.

_ Sí..._ susurró Hermione tratando de controlar la respiración.

_ Espero que se apure._ dijo Julieta aún preocupada.

_ ¡Vamos! Tenemos que volver. No podemos quedarnos aquí._ Los apuró Damián y luego se levantaron los cuatro un poco a regañadientes para volver al colegio.

Pero de pronto se pararon en seco ya que se oyó una voz alta y fría salida de la nada misma. Como si retumbara dentro de sus cabezas.

_Han peleado valientemente_ dijo la voz, fría y aguda _ Pero si continúan resistiéndose a mí, todos morirán. Lord Voldemort es piadoso. Ordeno a mis tropas retirarse inmediatamente. Tienen una hora.

_Ahora te hablo a ti, Harry Potter. Has permitido que tus amigos mueran por ti en vez de enfrentarte conmigo. Esperaré durante una hora en el bosque prohibido. Si cuando acabe esa hora no has venido a verme, entonces la lucha se reiniciará. Te encontraré, y castigaré a cada hombre, mujer o niño que trate de protegerte.

Luego la voz se extinguió y el silencio se extendió tan rápido como la oscuridad misma envolvía al castillo.

_ ¡Oh, no, Harry!_ dijo Hermione con voz aguda.

_Vamos_ dijo Ron con decisión mientras tomaba de la mano a Hermione_. Hay que encontrarlo o hará una locura.

Los chicos caminaron hacia las puertas del colegio mientras veían como los mortífagos retrocedían e iban hacia el bosque prohibido, al igual que uno de los gigantes. Los otros dos no estaban por ningún lado. Pronto todo quedó silencioso, un silencio inquietante, siniestro.

Llegaron al castillo con las últimas fuerzas de sus piernas ya que estaban lejos y al entrar casi no se veía a nadie por ningún lado. Todo el lugar estaba destruido y las gemas seguían esparcidas por todo el suelo que aquí y allá estaba teñido de sangre. Fueron hacia el gran comedor donde había mucha agitación. Habían improvisado una enfermería y allí se congregaban todos. Ron y Hermione se adelantaron hasta donde estaba la familia de Ron pero Harry no se veía por ninguna parte.

Julieta miró horrorizada como colocaban los muertos en una hilera y vio conmocionada a varios de sus compañeros que conocía muy bien. Sus amigos lloraban abrazados.

_ ¡Oh! ¡Dios mío!_ susurró como para sí y se tambaleó descompuesta.

Damián que venía a su lado la agarró para que no cayera al suelo. La chica aterrada siguió caminando y miró hacia todos lados, aunque le horrorizaba todo lo que veía debía hacerlo. Tenía que encontrar a sus conocidos. El chico también estaba horrorizado y no se separaba de ella.

_ No veo a Lee..._ dijo Julieta con la voz tomada.

_ ¡Señorita Rosier!_ dijo la profesora McGonagall cuando la vio y se acercó a ella_ vaya con madame Pomfrey así le cura esa herida que tiene ahí. Y usted señor Procer...

_Estoy bien profesora_ le dijo el chico.

_Bien... bien_ dijo la mujer que parecía conmocionada y era increíble que aun así tuviera la compostura necesaria para tomar a cargo la situación.

Julieta se tocó la cabeza y con horror vio que sangraba, ni siquiera se acordaba que estaba herida. Luego de observarlos por segunda vez, la mujer se dirigió a otros chicos que entraban detrás de ellos al gran comedor.

_Vamos a que te curen la herida_ dijo Damián tomándola del brazo.

_Pero...Lee..._ protestó la chica que estaba más preocupada por su amiga que por estar herida.

_Luego la buscaremos, Juli_ dijo el chico y la condujo protectoramente hasta donde se había armado una cola de chicos esperando que madame Pomfrey los curara.

En la cola encontraron a Rose que tenía un feo corte en la cara pero aparte de eso parecía estar bien. Al verse las amigas se abrazaron conmovidas, contentas de volverse a ver.

_ ¿No has visto a Lee?_ le preguntó Julieta ansiosa.

_No... La última vez que la vi estaba en el cuarto piso con un chico pelirrojo. Peleaban con un mortífago._ dijo pensativa Rose y agregó_ pero la perdí de vista...

_Ah..._ susurró Julieta desanimada.

_Quizás haya salido a los jardines_ comentó Rose con esperanza.

_No, yo vengo de allí_ dijo Julieta. Las chicas se miraron muy tristes.

La cola era bastante larga y apenas la hubo curado la enfermera, Julieta y Damián recorrieron otra vez el gran comedor más atentamente, pero Leanne no estaba allí y nadie parecía saber nada de ella. Julieta perdió el dominio de sí misma, se sentó en el suelo y se apoyó contra la pared llorando desconsoladamente, pensaba que su amiga no se había salvado. Damián se sentó junto a ella y la abrazó conmovido, él también estaba triste por su otra amiga pero aún no había perdido las esperanzas. Estuvieron así un largo rato hasta que la chica se pudo controlar, pensaba en sus padres... Ahora parecía que también Leanne la había dejado... Y esperaba que Severus mantuviera su promesa y volviera por ella. No sabía nada del hombre y estaba aterrada por si le hubiera pasado algo, no podía sacárselo de la cabeza.

_ ¿Eso que le diste a Potter, qué era?_ le preguntó Damián con la intención de distraerla.

_ Eran memorias de Severus. Contenían información para Harry_ dijo Julieta.

_ ¿Qué información?_ preguntó el chico intrigado.

_ Ni idea... No me lo dijo_ susurró Julieta y por primera vez se interesó en saberlo. No es que no le importara pero con tantas cosas que pasaron en tan poco tiempo no se paró a pensarlo.

De pronto escucharon que la profesora McGonagall pedía silencio y atención.

_Necesito voluntarios que me ayuden a buscar sobrevivientes y..._ pero la mujer se quebró y no pudo continuar, de todos modos entendieron. Quería que trajeran todos los cuerpos que podían hasta allí.

Varios chicos se levantaron y salieron del lugar. Julieta hizo lo mismo.

_ ¡Espera! ¿Qué haces?_ le dijo Damián que le aterraba ver más muertos.

_Hay que buscarla_ dijo la chica apenada._ Hay que buscar a Lee...

Su amigo asintió con la cabeza y se levantó con ella pero no hizo ninguna falta que salieran porque en la puerta del gran comedor apareció Leanne, con la túnica manchada y el cabello revuelto pero sana y viva. Venía de la mano de Fred Weasley que como siempre sonreía. Ninguno de los dos chicos parecía estar herido.

_ ¡Ahhhh! ¡LEE!_ saltó Julieta eufórica y fue hacia ella. Leanne la vio y también con una expresión de alivio corrió hacia ella. Las amigas se abrazaron totalmente felices de verse y de saber que la otra estaba bien.

La familia de Fred también lo recibió con profundo alivio, su madre que lloraba gritó de felicidad al verlo. Todos lo abrazaron y George, su hermano gemelo, hasta bromeó con él por la linda chica que lo acompañaba. Lee luego de abrazar también a Damián, se fue con Fred que la llamaba para presentarle a su familia. Después se sentó con sus amigos sin separarse de Fred. Julieta le sonrió muy sorprendida y le guiñó un ojo pero no le dijo una palabra. Ya habría tiempo en el futuro para contar historias felices.

Poco había transcurrido cuando, antes de la hora señalada, se escuchó la voz de Lord Voldemort que los cubrió como un aliento de muerte. Nadie se imaginó jamás lo que habría de pasar.

_"Harry Potter está muerto. Le maté mientras huía, intentando salvarse mientras sacrificaban sus vidas por él. La batalla está ganada y la guerra debe acabar. Cualquiera que continúe resistiéndose, será masacrado. Salgan del castillo ahora, arrodíllense ante mí, y serán absueltos. Se unirán a mí en un nuevo mundo que construiremos juntos."

Hubo gritos de dolor y furia por todos lados, y aquella pobre gente casi corrió a la salida para comprobar que la pesadilla que había comenzado todavía no acababa. Julieta al igual que sus amigos salieron devastados sin poder creer lo que había ocurrido. Vio como Lord Voldemort en actitud de eufórico triunfo se vanagloriaba con la mentira y lleno de confianza en su triunfo. Lo rodeaban sus leales mortífagos y Hagrid que estaba atado sostenía a Harry que parecía muerto. La gente al ver la escena pronto estalló en gritos e insultos que el diabólico hombre intentó silenciar en vano. De pronto y sin que nadie pudiera intervenir, Neville atacó a Voldemort furioso.

_ ¡¡No, Longbottom!!_ gritó la profesora McGonagall. Pero ya era tarde.

El chico pronto cayó hacia atrás al ser desarmado por el hombre de la serpiente que se reía de él al igual que de todos los que estaban allí presentes. Luego intentó matarlo prendiéndole fuego al sombrero que colocó sobre él y en ese punto de la historia fue cuando todo cambió.

Un rugido de pelea y flechas cayeron sobre los mortífagos desde el bosque prohibido, eran los centauros. Los mortífagos retrocedieron dispersándose y todo de nuevo se volvió caos. Julieta al igual que toda la gente que la rodeaba empezaron a luchar otra vez con la renovada fuerza del odio. Harry podría haber muerto pero nadie iba a rendirse tan fácilmente, si el chico había dado su vida por ellos no lo defraudarían al rendirse tan fácilmente como el asqueroso hombre oscuro quería. Nadie creyó nunca la mentira de que el chico huía... Nadie.

Damián, de los tres amigos, fue el único que se dio cuenta como Voldemort gritaba al ver caer a su serpiente muerta. Estaba cerca de él luchando con otro hombre enmascarado. Pronto se le unió Neville y ambos lograron acabar con él, mientras que en el caos más absoluto perdieron de vista a Voldemort y oyeron como Hagrid desesperado buscaba el cuerpo sin vida de Harry entre las personas que lo rodeaban.

Pronto y debido a la presión de la gente, todos se vieron obligados a retroceder y la pelea se trasladó al interior del colegio. Damián aterrado no prestaba mucha atención a lo que hacía, buscaba a Julieta por todos lados, la había perdido de vista y no deseaba apartarse de ella. Estaba en el atestado vestíbulo cuando vio a Leanne correr junto a Luna hacia dentro del gran comedor donde vio con horror que estaba Voldemort atacando a todo el mundo mientras daba instrucciones a sus mortífagos.

Casi en pánico y atropellando a medio mundo Damián entró al lugar donde la batalla se volvía cada vez más peligrosa. En el medio del gran comedor estaba Lord Voldemort luchando con varias personas a la vez. Vio a Rose junto con Paul y Leo Colin luchar con el Ministro mismo. Vio a los padres de Draco gritar su nombre y buscarlo desesperados por todos lados sin siquiera luchar...

Al fin la vio, Julieta luchaba junto a Leanne contra un par de mortífagos y pronto acababan con ellos en el otro extremo del gran comedor. Luego y sin pararse a descansar fueron a ayudar a Ginny, Hermione y Luna que luchaban ambas contra la maldita Bellatrix Lestrange pero se les adelantó la madre de Ginny y, en un duelo emocionante, acabó con ella. La multitud que las rodeaba gritó de júbilo y Voldemort dándose vuelta explotó de furia. Quiso lanzarle una maldición pero, como había hecho con Colin, Julieta la desvió con una rapidez asombrosa, produciendo que chispas doradas cayeran sobre todos. El hombre se dio media vuelta y al verla se quedó helado y la furia en él creció. La atacó con otra maldición tan potente que la hubiera matado si no interviene Harry y le salva la vida.

Todo el mundo al ver a Harry Potter vivo gritó como uno solo de felicidad. Pero pronto el miedo los cubrió, ambos se enfrentaban y nadie debía intervenir. Las personas allí presentes dejaron de pelear y se aplastaron contra las paredes dejando en el centro a ambos personajes. La multitud respiraba como una sola persona. Julieta sin embargo poco escuchaba lo que decían, luego de pasar el susto del principio y luego el alivio de ver a Harry bien, pronto volvió a entrar en pánico. Sus emociones parecían una montaña rusa. Desde que había comenzado la batalla de nuevo había buscado a Severus por todos lados, había gritado su nombre en vano y tenía un funesto presentimiento. Lo buscó con la vista por la multitud que estaba allí, no había rastros de él y ya se estaba desesperando.

Comenzó a prestar atención a la conversación de los dos personajes cuando Harry le dijo que él, Voldemort, no había ordenado la muerte de Dumbledore, que este había decidido como morir y que lo había planeado todo con Severus Snape. La gente a su alrededor se movió como una sola persona, sorprendida. Julieta sonrió, al fin el secreto salía a la luz y el profesor Snape quedaría reivindicado.

_ ¡Severus Snape no era uno de tus hombres!_ gritó Harry_. Lo era de Dumbledore desde el momento en que empezarse a perseguir a mi madre. Y nunca lo comprendiste, ¡porque es la única cosa que no puedes entender! Él amó a mi madre durante mucho tiempo. Deberías haberlo notado_ dijo cuando vio enfurecer a Voldemort_ te pidió que le perdonaras la vida...

_La deseaba, eso era todo_ dijo Voldemort con profundo desprecio_ pero cuando desapareció, él estuvo de acuerdo en que habían otras mujeres, y de sangre pura, que le merecerían más...

_ ¡¡Por supuesto que te dijo eso!! _dijo Harry_ pero fue espía de Dumbledore desde el momento en que la amenazaste, ¡y ha estado trabajando contra ti desde entonces! Y aun así... y aun así debiste darte cuenta por su conducta últimamente, pero tampoco lo viste. ¡No lo entendiste!

Voldemort estaba totalmente desconcertado y no dijo nada.

_Después de que le arruinaste la vida al fin había encontrado a otra mujer que amaba y que lo amaba a él. ¡También era de Dumbledore, era amiga mía y de todos nosotros y pertenecía al ejército de Dumbledore! Él la estuvo protegiendo todo el año luego de salvarle la vida porque tú la atacaste a ella también, ¡y sin embargo tampoco esta vez sospechaste de él porque el amor es algo que no entiendes! ¡¡Tu debilidad y tu perdición!! ¡Junto a ella han estado haciendo todo lo posible para acabar contigo!

Julieta retrocedió unos pasos totalmente colorada mientras algunas personas a su alrededor la miraban. No podía creer que Severus le hubiera revelado aquello a Harry. Voldemort estaba fuera de sí de la rabia que sentía.

_ ¡Y sabes qué, Dumbledore ya se estaba muriendo cuando Snape acabó con él!

_ ¡¡Eso no importa!!_chilló de rabia Voldemort y luego de la nada comenzó a reír como loco_ ¡No importa si Snape era mío o de Dumbledore, o que mezquinos obstáculos trató de poner en mi camino! ¡La verdad es que Dumbledore estaba intentando mantener la Varita de Sauco lejos de mí! ¡Su intención era que Snape fuera el auténtico amo de la varita! ¡Pero entendí la verdad antes que tú! ¡Maté a Severus Snape en la casa de los gritos y la varita es mía! ¡El último plan de Dumbledore salió mal, Harry Potter!

_Sí, lo hizo _dijo Harry_ Pero antes de que me mates, te aconsejo que pienses en lo que has hecho... ¡Porque el último plan de Dumbledore no se ha vuelto contra mí sino contra ti!

_ ¿Qué alucinaciones son esas?_ dijo Voldemort pero se notaba en su rostro la duda.

_ ¡Mataste a la persona equivocada! Snape no era el verdadero dueño de la varita. Antes de la muerte de Dumbledore, Draco Malfoy lo desarmó y la varita le concedió su poder ¡ya que no hace falta matar a su dueño anterior para poseerla!

_ ¡Si eso que dices es cierto, las cosas igual no cambian! Ya me encargaré de Draco Malfoy cuando te mate...

_ ¡Pero llegas tarde! ¡Desarmé a Malfoy hace poco, por lo cual esa varita es mía!

Ambos gritaron a la vez:

_ ¡Avada Kadavra!

_ ¡Expelliarmus!

Los hechizos colisionaron en el aire y el hechizo de muerte de Voldemort se desvió volviéndose contra él. Mientras que su varita volaba hacia Harry, cayó de espaldas al suelo... estaba muerto. En el gran comedor estalló con la potencia de una bomba la euforia, y el chico pronto desapareció en medio de los abrazos de sus amigos. Algunos mortífagos comenzaron a escapar pero muchos fueron capturados. Y por algún motivo Lupin corrió hacia fuera del colegio, sin que nadie entendiera por qué.

Julieta no se unió a la fiesta colectiva, estaba conmocionada desde que escuchó que Voldemort había matado a Severus Snape y casi no se había dado cuenta de nada. Retrocedió unos pasos tambaleándose mientras se repetía en su cabeza la misma frase una y otra y otra vez "él está muerto"... "Está muerto". La cabeza le daba vueltas y no veía nada alrededor, cayó al suelo mientras oía a Leanne gritar su nombre.

Lo primero que vio cuando despertó fue la cara de Damián y un poco más atrás la de Leanne. Ambos al verla mejor suspiraron aliviados. Se dio cuenta que seguía en el gran comedor que se encontraba más tranquilo y algo más silencioso, estaba tendida en el piso sobre una manta. Le dolía todo el cuerpo como si la hubieran golpeado.

_ ¿Estas mejor?_ le dijo Leanne con tristeza.

_Sí..._ Julieta se reincorporó llevándose la mano a la cabeza.

De pronto recordó lo que había pasado y por primera vez comenzó a llorar. Lloraba tan desconsoladamente que daba lástima verla. Damián, sin saber que hacer le colocó una mano en el hombro mientras que Leanne que también tenía unas lágrimas en sus ojos le dijo que lo sentía mucho. Pero no había consuelo para Julieta, nada que hicieran o que dijeran podría aliviar el profundo dolor que sentía por la pérdida de Severus.

Todavía estaba sentada en el mismo lugar cuando apareció la profesora McGonagall dando órdenes para que los heridos fueran trasladados y los mortífagos capturados fueran llevados a la habitación que estaba al lado hasta que llegaran del Ministerio y se los llevaran. La gente comenzó una ferviente actividad. Sus amigos que estaban cerca de ella se pararon para ayudar pero Julieta se quedó allí sentada, nada de lo que pasaba a su alrededor le importaba y lo único que quería era quedarse allí sola. La mujer la miró conmovida y se acercó a ella.

_Siento mucho lo que pasó, señorita Rosier_ le dijo McGonagall mientras le palmeaba la espalda._ Debió decirme la verdad. Podríamos haberlos ayudado.

_Lo siento profesora pero... pero prometí no revelar nada._ dijo Julieta con la voz tomada.

_Cualquier cosa que necesites... me avisas_ le dijo la mujer tuteándola.

La profesora la abrazó un rato y luego se paró para seguir dando órdenes. Y Julieta se quedó allí sola en compañía de su dolor. Había pasado tan sólo unos minutos cuando vio unas botas y una túnica de mortífago pararse frente a ella. Levantó la vista sorprendida, era Lucius Malfoy. Se preguntó qué haría allí el hombre.

_Severus me dio esto antes... antes de entrar a la Casa de los Gritos. Me dijo que te lo diera a ti_ le dijo el hombre y le dio una cadenita con un dije de corazón. Julieta la miró totalmente estupefacta, la había perdido hacía mucho tiempo y no tenía idea que él la tuviera.

_Gracias..._ sólo atinó a decir mientras las lágrimas la atacaban de nuevo. El hombre conmovido se arrodilló a su lado, Julieta notó que también sufría.

_Sé que Severus fue muy feliz después de conocerte..._ dijo el hombre con la voz quebrada_. Al menos en sus últimos años fue tan feliz como nunca en su vida.

La chica no respondió. No podía hablar y el hombre lo comprendió. Oyó como una mujer lo llamaba desde la distancia y, dándole una palmadita en el hombro, se levantó y fue hacia donde estaba su esposa y su hijo, que al fin habían encontrado inconsciente pero ileso en el primer piso. Julieta con la cadenita aferrada fuertemente comenzó a llorar desconsoladamente otra vez, el dolor era tan insoportable que pensó que jamás volvería su vida a ser igual. Antes del final el último pensamiento del hombre había sido para ella...

Por más que Julieta luchó incansablemente durante toda la batalla para ganar tiempo, tiempo que necesitaba el valiente hombre para sobrevivir, no fue suficiente. No había podido cambiar el destino de Severus Snape.

El diario del príncipe: (VACIO)

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