Capítulo 11
El sol brillaba en picas, la gente paseaba con tranquilidad en las calles, se sentía una tranquilidad que desde aquel mal momento picas había perdido, un carruaje pasaba por las calles cerca de la plaza principal, dentro venían ambos reyes, debían asistir a la inauguración de la nueva escuela para los habitantes con menos recursos, la corona se encargaría de todos los gastos para que los niños tuvieran un mejor futuro que sus padres aun con mucho esfuerzo no podrían darle, pero había algo diferente y eso era la reina, Arthur no sentía emoción como antes, antes quisiera que ya fuera la apertura para el mismo ir y darle clases a esos niños, le encantaba que sus jóvenes habitantes amaran la lectura ya que él les decía con esta puedes viajar a otros tiempos y lugares, pero el Arthur que iba en el carruaje solo pensaba en volver a sus aposentos, quería volver a la cama, si el rosal estaba tan lindo, lo había decorado tan bien pero aún le dolía, nota que habían llegado y le indicaban que bajase del carruaje, la gente quería acercarse a la reina, Arthur siempre fue más aceptado por su gente que el mismo rey, ya que era Arthur quien daba la cara de la monarquía con ellos, esta vez Arthur solo camino de frente sin verles lo que ocasionó un disgusto entre la gente que esperaba ansiosos su llegada
¿? – bienvenidos sean sus altezas, lamentamos su perdida pero agradecemos que estén aquí para inaugura una obra que recordarles había prometido hace unos días
Alfred – ya estamos aquí no, empecemos con esto
¿? – si su alteza, mi reina la gente espera que diga su discurso para dar pie a las operaciones de la institución
Arthur – solo abre las puertas, no diré un discurso, no ahora
¿? – pero su alteza-...
Alfred – yo lo diré, Arthur solo estar a mi lado
Ambos caminan hacía la entrada principal, abriendo las puertas de estas la gente estaba tan emocionada más los niños que estaban esperando que la reina les enseñara más de aquellas páginas , la gente se sorprendió que fuera el rey quien dijo el discurso de apertura ya que la reina siempre daba estos
Alfred –me alegra hacer la inauburacion de esta nueva institución, sé que mejorara la vida de los más pequeños y no se preocupen todo estará sustentado por la corona, y lamentamos no haber inaugurado en el día acordado pero entenderán que venimos de una gran pérdida, al parecer solo para nosotros ya que nunca sentimos el apoyo de nuestro reino pero descuiden ya estaremos de regreso viendo solo las necesidades de ustedes nuestra "gente"
Todos se quedan callados ante lo dicho por el rey, Arthur solo camina dentro de la institución la gente entra y la mayoría sigue a la reina creyendo que esta daría una clase para los niños, Arthur se detienen al contemplar la belleza del jardín y siente como tiran de su traje y voltea la cara
¿? – su alteza le esperamos para ir a dar una clase
Arthur – ya están escogidos los docentes yo no daré ninguna con su permiso, debemos volver al palacio tengo muchas cosas que hacer ahora
Con lo dicho ambos suben al carruaje dejando a esos habitantes con un mal sabor de boca por la actitud dada por la reina, aquella que siempre les dio una sonrisa sincera
Al llegar al palacio Arthur fue directo a su oficina, rego su rosal y toma asiento para tomar su te, le sirve una pequeña taza a su rosal y le dedica una sonrisa, Alfred entra y toma asiento su lado
Alfred – aun no estás en condiciones para salir de aquí, debes tomarte más tiempo para reponerte
Arthur – que me dices de ti, tu discurso no fue lo mejor del mundo
Alfred – solo quería que supieran como agradecemos su comprensión por nuestra..
Arthur – no lo digas que acaso no me dijiste que él estaba aquí
Alfred – si lo está, cuándo estés listo sé que tendremos una familia
Arthur – lo sé, debemos darle un hermanito a nuestro bebe
Ambos se sonríen y disfrutan de esa pequeña tarde, en su pequeña familia
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Los meses pasaron y Arthur volvió a mostrar aquel entusiasmo con su gente, y estos poco a poco fueron olvidando el desplante que él les mostro en aquellos días tan oscuros para picas, los reyes volvieron a ser los mismos que todos conocieron aquellos que todos amaron dese el primer momento, Arthur estaba volviendo de ir a su clase de literatura con los más pequeños, se sentía a gusto con esos niños le serbia para compartir ese cariño que necesitaba repartir á alguien que pudiera decirle que le encantaba recibirlo, porque aunque cada día le daba amor a ese querido rosal este no podía decirle cual agradeció estaba por esos cuidados, sabía que estaba agradecido con el, cada día salía un nuevo brote y las pétalos brillaban, él decía que su hijo estaba contento porque su mama le quería aunque no podría abrazarle para agradecer sus cuidados, regreso a casa, se sentía tan cansado y solo pensaba en llegar a la cama
Arthur – vaya que hoy si fue un día cansado
Iba a su habitación pero antes paso a despedirse de su bebe
Arthur – buenas noches amor, mami ya se va a acostar duerme bien
Riega un poco aquel rosal y se dirige a su habitación, Alfred estaba ausente por una junta en el reino de corazones; regresaría en una semana, se metió en la cama y al tocar la almohada cayo rendido
Arthur - ¿Dónde estoy? – se encontraba en un lindo prado el sol brillaba , había vida en cada rincón donde su vista enfocaba, el lugar lo lleno de una gran paz y solo sintió como le jalaban su pantalones, miro hacia abajo y vio al niño más lindo que había visto en toda su vida, sus ojos de un verde intenso su cabello rubio que brillaba tan lindo bajo los rayos del sol, una piel tan blanca y lo miraba con una gran sonrisa y al mirar ese mechón el cual le recordó a Alfred lo supo, supo que ese niño era su hijo, se arrodillo frente a este y el niño solo lo abrazo
¿?- gracias por cuidarme todo este tiempo mami
Arthur al escuchar esas palabras soltó unas lágrimas y abrazo más a ese niño, no quería soltarle deseaba quedarse para siempre dentro de ese sueño con él bebe que tanto amaba
Arthur – eres tan lindo, siempre te he querido amor
¿? – y sabes que
Arthur - ¿Qué pasa?
¿? – pronto estaremos de nuevo juntos, solo un poco más y por fin estaré en tus brazos ¿esta vez sí me cuidadoras bien?
Sus ojos brillaron, estaba contento con aquella noticia, su bebe, él bebe que perdió estaba de vuelta con él y esta vez sí daría todo solo para su hijo, él era su todo ahora, lo demás no importaba
Arthur – cuando estés en mis brazos te amare tanto como lo he hecho todo este tiempo
¿? – me seguirás cuidando verdad
Arthur – si te seguiré regando
¿? – pronto estaremos juntos y papi me cargara también
Arthur – el estará tan feliz con esta noticia
¿? – pronto estaremos juntos pero.....
El clima cambio de repente, el viento empezó a soplar tan fuerte, Arthur aferro a su hijo en su pecho y este le miro con una carita triste, él se alejó como llegó de Arthur y este solo gritaba que volviera que debía cuidarle que solo en sus brazos estaría a salvo y despertó
Arthur – no no no...... no otra vez
Rápido creo un hechizo para saber si su bebe seguía bien dentro de él, para su alivio si estaba ahí pero algo débil y lo entendía él no había estado cuidando su cuerpo como era debido, rápido llamo a un sirviente y pidio una rica cena esta vez su prioridad era hacia su bebe, solo esperaría la llegada de Alfred, le dijo a su hermano que dijera que no saldría hasta que el rey llegara a las instalaciones del palacio, que no le importaba lo que la gente pensara, él estaba feliz saco esa cobija que estaba sin acabar y empezó a tejer nuevamente , estaba tan feliz que empezó cantarle a su bebe
Arthur se dedicó hasta la llegada de Alfred a cuidar de esa vida que llevaba dentro, para el no existía nadie más importante que ese niño que veía cada noche en sueños, cuando Alfred llegó Arthur corrió a darle la gran noticia, no le molesto que Alfred le digiera que no haría nada relacionado con la monarquía, que esta vez si iba a ser totalmente egoísta con picas y solo dedicarse a su salud y al pequeño ser, a los habitantes de picas no les gustó nada la noticia dada esa mañana por el mismo rey, ya sospechaban que algo no iba bien, hace semanas que no veían a la reina y Arthur no era de faltar a sus obligaciones almeno que algo no fuera bien y esa noticia lo daba todo
Alfred –quiero darles personalmente esta gran noticia, almenos para mí y la reina lo es, se que más de uno estará molesto con ella pero esta vez no me dejare envolver por prejuicios, más de una vez hemos demostrado que nos importa mucho el bienestar del reino y que damos más de lo que recibimos pero esta vez les informo, la reina estará fuera de sus obligaciones por lo menos un año, la causa es está esperando un bebe, y esta vez se dedicara en cuerpo y alma al cuidado de este, así que no contaran con el apoyo de la reina, no estoy diciendo que también estaré fuera de mis obligaciones, no jamás dejaría eso soy el rey, tengo un deber con ustedes y con el reloj que fue quien me eligió para ser su rey dado esto también les informó que aunque no dejare mis obligaciones no estaré tan disponible como siempre, ya que me dedicare a las necesidades de mi reina, de favor les pido si tiene quejas pueden hacer el alboroto que quieran solo cuando sea lejos del palacio, aquel que haga alboroto cerca de las instalaciones tendrá un castigo severo, gracias por su atención- con esto dicho el rey dio la vuelta para volver a su palacio a lado de su reina, pero la gente esteba insatisfecha con lo dicho por el monarca, ellos ya no creían en esos reyes y los querían fuera lo más pronto posible para dar paso a unos nuevos, si la reina ya estaba dejando de lado sus obligaciones y eso que el niño a un no nacía que iba ser cuando este estuviera en brazos de este, lo mejor era cambiar de monarcas pero ¿Cómo hacerlo? ¿Cómo obligar a que ellos dejen la corono por voluntad? Nunca se había oído que los reyes renunciaran, solo quedaba tomar esto por sus propias manos y eso era enfrentar el reino con otro, y los habitantes sabían que reino entraría perfecto en guerra con picas.
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