003
Si tuviera que crear una lista de los tíos mas buenos, definitivamente Jungkook seria el segundo. Mi mirada se estaba deleitando con su piel expuesta, vagando con descaro por todos y cada uno de sus músculos, tan fuerte, tan robusto, tan... O Zeus, en estos momentos agradecía no ser hombre. De lo contrario se me notaria el problema que Jungkook me estaba causando.
—Kim ¿no sabes donde deje las cervezas?— pregunto el, caminando de un lado a otro por la cocina. Mas yo estaba sumida en mi labor de mirarle como si me lo quisiera comer. Y es que esa teoría no estaba tan alejada de la realidad. —¿Hey? ¿Estas bien?— su entrecejo fruncido a modo de preocupación le daba un aire mas... Maduro. Casi tan parecido como el que desprendía Jimin.
Casi, nunca antes mejor dicho. Ya que nadie ni nada se comparaba a Park Jimin.
Agite mi cabeza en negación, reaccionando al darme cuenta que Jungkook movía su mano frente a mi rostro, con una mueca graciosa adornando sus labios.
—¿Ah? S-si.— respondí rápidamente, la vergüenza tiñendo mis mejillas al tenerlo entre mis piernas, repartiendo caricias de una manera suave y lenta en mis muslos.
—Ni siquiera sabes de que estaba hablando. ¿No es así , Kim?— pregunto ya de por si sabiendo la respuesta, logrando que avergonzada bajara la mirada. El siempre me hacia eso, era uno de los trucos que mas usaba con todas las chicas y yo no seria la diferencia, ya que el siempre me había visto de manera diferente a los demás —Niña tonta— murmuro, justo antes de tomar mis labios entre los suyos, juntándonos en un pequeño beso que separo con rapidez.
En otra ocasión, Jungkook habría intentado tomarme sobre la mesa. Mas ese día no podía, puesto que una chica le estaba esperando en el sótano, donde el tenia su cuarto personal para llevar a sus putas. Dio un ultimo beso en mi frente antes de marcharse de la cocina, dejándome con un sentimiento amargo en el pecho.
Jungkook no solía llevar a chicas y si lo hacia, siempre era una diferente. Mas Soomin, la chica que había traído hoy también había venido la vez pasada y eso me enojaba. ¿Acaso le gusta? No lo creo, ya que el y yo hicimos una promesa, una en la que incluía el nunca dejarme sola y el no enamorarse. El fue el único en siempre estar allí para mi, era quien me consolaba siempre que Jimin me dejaba mal y el que defendía todo lo que yo dijese como si su vida dependiera de ello. Cabe destacar que también era el que mas me traía ganas en esa casa y eso me gustaba, el sentirme deseada.
—¡Kim!— se escucho un grito desde la segunda planta que fácilmente pude reconocer, era difícil no hacerlo después de varios gritos porque saliera de su cuarto.
Oí sus pasos apresurados bajar con prisa la escalera y una vez me vio sentada en un banquillo que estaba al lado de la isla de granito en la cocina su cara de molestia se suavizó solo un poco.
—¿Porque mierdas lloras?— pregunto en un tono de voz suave, algo que me extraño demasiado pues el solía hablarme siempre cortante y tosco.
Toque mis mejillas dándome cuenta de que en efecto estaba llorando y con molestia limpie esas estúpidas gotas saladas. —No estoy llorando, deja de meterte esa mierda que te metes y dejame en paz. Te esta haciendo alucinar— de un salto baje del banquillo y camine hacia la puerta de la cocina con claras intenciones de irme.
Mi impresión fue grande al sentir la gran mano de Jimin enredarse en mi cadera, pegando con algo de fuerza innecesaria mi espalda a su pecho. Me congele de inmediato al sentir su respiración desordenar los cabellos de mi nuca, ¿Porque diantres debía ser tan grande? O mejor dicho... ¿Porque yo soy tan enana?.
—Babosa...— un suspiro acompañado de esa palabra era suficiente motivo como para que yo me convirtiera en una gelatina entre sus brazos, quise voltearme pero el lo impidió pegando aun mas a su cuerpo si era posible y yo me queje por la fuerza con la que estaba oprimiendo mis caderas, el al notarlo aflojo un poco. —Lo siento, olvide que eras tan débil — aquellas palabras en vez de causarme molestia me encantaron.
Imágenes de un Jimin preocupado al verme tropezar con mis pies y caer de cara al suelo vino a mi mente, siendo ese el primer día de quedarme con alguien que no fuera Jin o Nam tenia mucho miedo y eso causaba nervios en mi. Jimin fue el primero en ganar mi confianza de niña, el primero en extender su mano con una sonrisa y el primero en hacer latir mi pequeño corazón como justo ahora.
—¿No crees que te estas tomando muchas atenciones conmigo?— susurré aquello de forma casi inaudible y de forma algo atropellada, pero que por la cercanía Jimin pudo oír a la perfección.
No se cuantos minutos pasaron en los que ambos nos hallábamos sumidos en el silencio, al parecer ambos estamos raramente muy avergonzados por la situación al entender que esa era la conversación mas larga y extrañamente linda que habíamos tenido en mucho tiempo.
De tanto estar parada empezaba a cansarme por lo que decidí cambiar mi peso a mi otra pierna, acción que descubrí había sido muy mala idea (o no tanto) pues había sentido algo duro acomodarse entre mis nalgas cubiertas por un muy delgado short. Pude oír el instante en el que con dificultad Jimin tragaba saliva y sorprendida no pude evitar querer girar la cabeza, pude ver por cortos segundos como reprimía su vergüenza mordiéndose los labios y el lindo tono rosa pálido que adornaba sus mejillas.
Llevando una mano a mi cuello hizo que girara mi cabeza devuelta al frente con un leve apretón. —Si volteas de nuevo a verme no veras nunca mas la luz del sol, Kim Jane— gruño cerca de mi oído a modo de amenaza y yo no pude hacer mas que morderme la lengua para no cagarla al hablar.
El silencio había reino nuevamente, con la diferencia de que ahora sentía una grandísima presencia de algo palpitar entre mis nalgas. No pude evitar sonreír al tener una idea y de forma lenta moví mis caderas hacia atrás, Jimin apretó mis caderas al instante tratando de inmovilizarme como si no quisiera mas contacto. Pero si así fuera... ¿No se habría alejado ya?
Quise volver a intentarlo, pero el sonido de unas llaves en la entrada y unas alegres risas interrumpieron aquel bello momento, Jimin apartándome rápidamente de el sin fijarse que había caído de jeta al suelo para desaparecer de la escena mas rápido que el mismísimo Flash.
—Quizás esto... Podría llamarse un avance.
××
Antes de tono y nada pido disculpa por la hora en la que este capitulo esta siendo subido.
La neta lo hiba a hacer mas temprano pero por razones su no entiendo de la vida algo que comí me cayo mal y no hacia mas que retorcerme cual lagartija en mi cama por el dolor.
A nadie le importa pero pos mi crush anda de paseo y ya no escucha mis quejas :v
Regresa Taetae ;n;
Nos vemos en la próxima actualización si es que llegamos a las 15 estars :V
Si tuve errores plis avisenme no sean malitas 7n7
×RainYuka×
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top