Capítulo 5: Conversación Entre Hermanos

Mientras tanto en la mansión de los Salvatore.

Damon: hola Stef

Saluda Damon a Stefan que acababa de entrar por la puerta con la mirada perdida, al ver que no le contestaba Damon le volvió a hablar.

Damon: Stefan

Stefan seguía sin contestar, Damon ya molesto gritó.

Damon: ¡Stefan!

Stefan: ¡¿qué?!

Gritó Stefan exaltado, Damon soltó a la chica de la cual estaba bebiendo y se acercó a Stefan. Cuando estuvo frente a él se cruzó de brazos y lo miró con sospecha.

Damon: ¿se puede saber qué te pasa?

Stefan soltó una risa nerviosa, aún no le quería contar a Damon que había conocido a la hija perdida de Klaus y que era hermosa. Primero quería hablar con Aria, se lo iba a preguntar al día siguiente en el colegio. Quería escuchar la verdad directamente de ella.

Stefan: nada

Damon: seguro

Stefan: en serio

Damon: ¿sabes que te llamé 3 veces? a la última te tuve que gritar porque no me contestabas, estabas con la mirada perdida, te conozco más que nadie Stefan, eres mi hermano menor

Stefan: lo sé Damon pero no pasa nada, créeme

Dijo Stefan tratando de sonar convincente, Damon entrecerró los ojos. Luego sonrió con malicia.

Damon: ¿qué ocultas Stef?

Stefan le contestó molesto y cansado.

Stefan: nada, ya deja de molestarme

Damon se señaló con dos dedos los ojos y luego señaló a Stefan.

Damon: te tendré vigilado, descubriré que tramas

Stefan puso cara de exasperación y caminó hacia la barra, agarró un vaso y se sirvió bourbon. Luego reparó en la chica que estaba en el living sujetándose el cuello, la señaló mirando a Damon desaprobatoriamente.

Stefan: deja en paz a la pobre chica

Damon se encogió de hombros con indiferencia.

Damon: tengo sed, además la hipnoticé para que no sintiera dolor ni tuviera miedo

Stefan: aún así Damon déjala en paz, sabes perfectamente que tenemos muchas bolsas de sangre en el freezer que está en el sótano

Damon sonrió.

Damon: por supuesto que lo sé pero la sangre es más rica de la vena

Stefan rodó los ojos y tomó un sorbo de la bebida que tenía en la mano. Damon caminó hacia la barra y se colocó delante de él con los brazos detrás de la espalda y una sonrisa pícara, Stefan lo miró con sospecha.

Stefan: ¿y ahora qué quieres Damon?

Damon: pues que te diviertas, que no seas el aguafiestas de siempre

Stefan: o sea...

Dijo Stefan alargando la frase esperando que Damon la completara.

Damon: admito que avanzaste tomando sangre de bolsas y no de animales como hacías antes

Stefan: ahora me sé controlar, no como antes...

Damon lo interrumpió.

Damon: sin embargo...

Stefan: sin embargo ¿qué?

Preguntó Stefan con desconfianza, Damon esbozó otra sonrisa maliciosa.

Damon: bebe de esa chica, está tan rica... no sabes lo que te estás perdiendo hermanito, suelta ese estúpido vaso de bourbon, yo invito

Y señaló a la chica, Stefan la miró y luego miró a su hermano. Acto seguido se encogió de hombros y bebió otro sorbo de su vaso, luego dijo con tranquilidad e indiferencia.

Stefan: no

Damon: maldito aguafiestas

Dijo Damon molesto, Stefan rió.

Damon: te recuerdo que New Orleans es la mejor ciudad para los vampiros, compórtate como tal, eres un vampiro

Stefan: lo sé, aún así me gusta portarme bien

Damon lo miró ofendido.

Damon: me ofendes

Dijo dramáticamente.

Damon: para que quede claro...

Dijo ya más serio.

Damon: yo no me estoy portando mal, ni siquiera la voy a matar, sólo estoy bebiendo un poco de su sangre, exageras demasiado

Stefan rió con sarcasmo.

Stefan: no exagero nada, mientras ella podría estar viviendo su vida tu la mantienes aquí hipnotizada para beber de ella cuando te dé la gana

Damon se encogió de hombros restándole importancia al asunto.

Damon: al final del día la dejaré libre y mañana buscaré otra, me aburre si siempre es la misma

Stefan lo miró con mala cara.

Stefan: no me sorprende, casi siempre haces lo mismo, prácticamente soy el único que consume las bolsas de sangre que tenemos en el sótano

Damon: me cansé de tomar de bolsas

Stefan lo miró incrédulo, Damon rió por su reacción.

Damon: mentira hermano, me encanta la sangre de bolsa pero es más divertido tomar de la vena

Stefan: bueno suficiente, no cambiaré tu forma de pensar así que...

Repentinamente Damon le quitó el vaso a Stefan y lo lanzó lejos, estrellándolo contra el suelo. Stefan lo miró confundido.

Stefan: ¡pero...! ¡¿qué haces?!

Damon: quiero que tomes ya mismo de esa chica

Dijo Damon con autoridad.

Damon: necesito a mi hermano divertido conmigo

Stefan se cruzó de brazos y lo miró enojado.

Stefan: desde que cortaste con Elena te comportas como un idiota, no sé como aguanto vivir contigo en la misma casa

Damon rió sin ofenderse por el comentario de su hermano.

Damon: desde que cortaste con Caroline estás más aburrido que nunca y... ¿sabes qué?

Se inclinó un poco hacia Stefan esbozando una sonrisa, Stefan enarcó una ceja.

Damon: no descansaré hasta recuperar al Stefan divertido o por lo menos no tan amargado

Stefan caminó molesto hacia la puerta.

Stefan: buena suerte con eso

Se detuvo delante de la puerta y miró a Damon.

Stefan: ahora me voy a despejar un rato, me cansó tu actitud

Damon: huye cobarde

Dijo Damon divertido, Stefan se giró y abrió la puerta. Antes de que pudiera salir Damon le advirtió.

Damon: ah y no olvides que descubriré que traes entre manos, que ocultas, tu actitud es muy sospechosa, lo noté en el momento en que pusiste un pie en la mansión

Stefan sin darse la vuelta y sin decir nada más salió de la mansión cerrando la puerta tras él.

                        ⚜️⚜️⚜️⚜️

En la mansión de los Mikaelson Aria estaba en su cuarto, acababa de llegar del colegio y había subido para sacarse el uniforme. Abrió el armario comprobando que su tía Rebekah le había comprado más ropa de la que le compró el día que llegó a New Orleans, por ese motivo la llamó.

Aria: ¡tía Bekah! ¡¿puedes venir a mi cuarto por favor?!

En menos de dos segundos Rebekah estaba al lado de ella con una sonrisa, había usado la velocidad vampírica.

Rebekah: ¿qué pasa sobrinita?

Aria la miró.

Aria: ¿me compraste más ropa?

Rebekah: así es

Dijo Rebekah feliz, Aria le sonrió y le agradeció.

Aria: muchas gracias tía Bekah

Rebekah enarcó una ceja, Aria la miró confundida.

Aria: ¿qué?

Rebekah: ¿soy yo o ya no estás tan enojada conmigo?

Aria se encogió de hombros.

Aria: la verdad es que no había notado que el enojo se me está yendo de a poco

Rebekah rió a carcajadas.

Rebekah: me alegro, pensé que te iba a durar más

Aria: no te confundas

Dijo Aria molesta.

Aria: aún sigo un poco enojada pero ya no tanto porque...

Rebekah: ¿por qué?

Preguntó su tía con curiosidad, Aria suspiró y dijo.

Aria: porque no tiene sentido, tengo que asumir de una vez por todas que viviré en New Orleans, tengo que aceptarlo, permanecer enojada y triste sólo me hará daño, será peor para mi, ya no puedo cambiar las cosas, desde que tu hermano me secuestró en la galería de mi casa en Nashville mi vida cambió y...

Bajó la cabeza derrotada.

Aria: es hora de que lo acepte

De repente escuchó pasos, levantó la cabeza y miró la puerta del cuarto, Klaus estaba apoyado en el marco y la miraba con una sonrisa. Aria tragó saliva y pensó "¿habrá escuchado algo? maldito híbrido, seguro que si, le encanta escuchar mis conversaciones".

Klaus: me alegro que lo aceptes hija, estuve esperando días a que dijeras lo que acabas de decir

Aria soltó una risa nerviosa, a velocidad vampírica Klaus se puso delante de ella. Aria lo miró sorprendida, trató de retroceder pero no pudo porque su padre la abrazó rápidamente.

Klaus: ya verás que de ahora en adelante disfrutarás más vivir en New Orleans, ahora que finalmente aceptaste el hecho de tener que vivir aquí

Le acarició la espalda, Aria suspiró.

Aria: eso espero Klaus

Y se separó de su padre, se cruzó de brazos y lo miró un poco enojada.

Aria: todo hubiera sido más fácil si me hubieras dejado vivir en Nashville

Klaus arqueó una ceja.

Klaus: ¿otra vez con eso? sabes que no podía dejarte Hope

Le sujetó la cara con las manos y le dijo serio.

Klaus: como te dije infinitas veces, no soportaría estar mudándome de un lugar a otro otra vez, los 17 años que te busqué fueron suficientes para mi, para tu madre y para tus tíos

Aria apartó la cara para zafarse de su agarre.

Aria: lo sé, ya no quiero hablar del tema

Se giró hacia el armario y se quedó pensativa unos momentos.

Aria: hum... ¿tía Bekah?

Rebekah: ¿si?

Aria la miró con una sonrisa.

Aria: ¿me ayudas a elegir que me pondré hoy?

Rebekah esbozó una sonrisa radiante.

Rebekah: encantada

Se acercó a Aria y la rodeó con un brazo mientras miraba la ropa que había en el armario. Klaus rió y salió del cuarto dejándolas solas.

Finalmente Rebekah se decidió por un jean claro, una remera de tiritas blanca, un chaleco de jean claro abierto, un collar azul y unas zapatillas converse botitas blancas. Ambas miraron la ropa que habían dejado arriba de la cama.

Aria: me encanta el conjunto que armaste tía, te voy a pedir más seguido que me aconsejes

Rebekah la miró sonriendo.

Rebekah: que buena idea, me encanta ayudarte sobrina

Aria rió.

Aria: si que sabes de moda

Rebekah: así es

Dijo Rebekah orgullosa.

Rebekah: a lo largo de los siglos me gustaba ver como cambiaba la moda aunque me perdí las últimas generaciones

Aria: ¿por qué?

Preguntó Aria confundida.

Rebekah: pues porque tu padre me había clavado la daga

Aria asintió comprendiendo.

Aria: cierto

Rebekah: bueno te dejo para que te cambies

Aria sonrió.

Aria: dale, gracias

Rebekah salió del cuarto y Aria cerró la puerta, una vez que estuvo cambiada se dispuso a salir pero le sonó el celular avisándole que le había llegado un mensaje. Se sacó el celular del bolsillo y miró la pantalla, era su mejor amiga Emily. Aria esbozó una sonrisa radiante.

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