Capítulo 23: Adiós Humanidad

Ya se había cumplido una semana desde que Aria se volvió vampiro, tal y como le había dicho Klaus ese día que Aria atacó a una chica inocente. Se turnaron para enseñarle como ser un vampiro, para ayudarla a controlar sus impulsos.

Aria practicó con cada miembro de su familia, había mejorado bastante. A lo largo de la semana había ido a lugares públicos y ahora podía estar cerca de humanos pero no por mucho tiempo.

Aún así Aria estaba feliz porque con cada día que pasaba volvía más a la normalidad, volvía a ser ella. El avance en el entrenamiento le hacía recordar los tiempos en los que era humana y estar cerca de otras personas era el menor de sus problemas, le hacía sentirse una adolescente casi normal y sólo llevaba una semana entrenando.

Aria era consciente de que necesitaba más tiempo para controlar sus instintos totalmente, por otro lado no había vuelto a ver a Stefan ni a Damon desde ese día en que todo se descontroló.

Desde aquél día en el que desapareció de la faz de la tierra provocando que Klaus y los demás originales la buscaran sin parar. Aria extrañaba al vampiro de ojos verdes, nunca le pudo aclarar nada de lo que pasó y ya habían pasado casi dos semanas desde la última vez que habló con él.

                        ⚜️⚜️⚜️⚜️

Ya había amanecido, Aria abrió perezosamente los ojos y se estiró. Soltó un bostezo y se sentó en la cama, miró su reloj. Eran las 7:30.

Aria pensó "las clases empiezan a las 8:00, la verdad no tenía pensado ir al colegio hoy pero ya que me desperté con tiempo... de verdad quiero ir, hace mucho que no veo a Stefan".

Se puso de pie de un salto y bajó la escalera a velocidad vampírica. Se detuvo en el living, estaban Klaus, Rebekah y Elijah sentados en los sillones.

Su padre y Elijah leían un libro mientras que Rebekah se pintaba tranquilamente las uñas, todos se dieron cuenta de su presencia. Klaus dejó el libro a un lado y miró a su hija con una sonrisa.

Klaus: buenos días amor

Aria: buenos días Klaus

Luego escondió las manos detrás de la espalda y pensó las palabras correctas para hacer que Klaus la dejara ir al colegio, tenía miedo que su padre no le diera permiso.

Klaus: ¿qué pasa? ¿qué necesitas?

Elijah y Rebekah también la miraron.

Aria: bueno... yo...

Tomó una bocanada de aire y dijo las siguientes palabras muy rápido debido a los nervios que sentía.

Aria: ¿me dejas ir al colegio hoy?

Klaus entendió perfectamente lo que dijo, se quedó pensando un momento. Un momento que a Aria le pareció eterno, finalmente suspiró y dijo.

Klaus: depende de ti hija ¿cómo te sientes para ir? ¿crees que eres capaz de controlarte y no lastimar a nadie?

Aria asintió rápidamente con la cabeza, luego sonrió y dijo con confianza.

Aria: por supuesto, practiqué una semana entera

Klaus la miró serio.

Klaus: ten cuidado, no te confíes bebé

Aria lo miró sorprendida.

Aria: ¿por qué dices eso?

Klaus: te falta aprender mucho aún

Aria suspiró y dijo un poco impaciente.

Aria: lo sé pero si podré controlarme Klaus, te lo aseguro, además...

Desapareció a velocidad vampírica y luego volvió a aparecer, llevaba un bolso en el hombro. Lo abrió y le mostró el contenido a su padre con una sonrisa.

Aria: llevo muchas bolsas de sangre por si me da sed

Klaus soltó una carcajada.

Klaus: de acuerdo, puedes ir

Aria lo miró feliz.

Aria: ¡si!

Dio saltitos de alegría, finalmente después de casi dos semanas volvería al colegio.

Klaus: pero...

Aria lo miró con atención.

Klaus: no te descuides con la sangre, bebe seguido para no tener problemas

Aria: okay

Dijo Aria feliz.

Elijah: buena suerte sobrina

Aria lo miró sonriente.

Aria: gracias tío

Elijah le devolvió la sonrisa, Rebekah se puso a velocidad vampírica frente a su sobrina. La miró con una gran sonrisa y sin previo aviso la abrazó.

Rebekah: cuídate sobrinita

Aria le correspondió el abrazo a su tía y rió.

Aria: jajaja por supuesto tía Bekah

Rebekah la soltó y le volvió a sonreír, luego miró a Klaus y le dijo divertida.

Rebekah: ¿sabes Nik? yo creo que por hoy Hope podría ir sola, puede ir al colegio a velocidad vampírica para practicar

Aria se emocionó con la idea.

Aria: ¡si!

Miró a Klaus mientras juntaba sus manos en un gesto suplicante.

Aria: por favor Klaus déjame ir sola esta vez, por favor

Klaus rió a carcajadas.

Klaus: está bien amor pero sólo por hoy, la verdad me gusta llevarte

Aria asintió, por lo menos había conseguido que la dejara ir sola ese día y eso ya era mucho.

Aria: gracias

Klaus se puso a velocidad vampírica frente a ella y, al igual que Rebekah, la abrazó sin previo aviso.

Klaus: de nada hija, cuídate, te lo vuelvo a repetir, no te descuides con la sangre

Aria rió.

Aria: no lo haré

Klaus la soltó y le dedicó una sonrisa radiante, Aria se despidió de todos con la mano y estaba a punto de irse cuando Rebekah la llamó alarmada.

Rebekah: ¡espera Hope!

Aria la miró preocupada.

Aria: ¿qué ocurre tía? ¿estás bien?

Rebekah rió y la señaló.

Rebekah: ¿así piensas ir al colegio?

Aria se miró rápidamente y se dio cuenta que todavía llevaba el pijama que consistía en un short celeste, una remera rayada celeste con blanco y unas medias cortitas blancas. Además tenía el bolso colgado del hombro, se sonrojó y miró a su tía. agradecida

Aria: ¡gracias por avisarme tía! ¡no me había dado cuenta!

Todos rieron, Aria corrió a velocidad vampírica a su cuarto. Cuando estuvo arriba lanzó rápidamente el bolso sobre la cama y abrió su armario sacando el uniforme, se cambió lo más rápido que pudo ya que iba a llegar tarde. Volvió a colgarse el bolso al hombro y otra vez a súper velocidad bajó la escalera.

La verdad es que la última semana se había movido a súper velocidad por cualquier cosa, le resultaba muy divertido. En su opinión era una de las pocas cosas buenas que conllevaba ser un vampiro. Cuando llegó al living se despidió rápidamente de todos.

Aria: ¡adiós! ¡nos veremos después! ¡perdónenme! ¡estoy apurada!

Todos le contestaron "¡adiós! ¡cuídate!" Aria cerró la puerta de entrada de la mansión, tomó una bocanada de aire y miró el paisaje antes de irse. El día era espectacular.

Luego de mirar brevemente el jardín corrió a velocidad vampírica hasta el colegio, en muy poco tiempo ya había llegado. Veía estudiantes que iban y venían.

De repente una voz atrajo su atención, sonrió feliz y se dio la vuelta. Stefan corría en su dirección, se detuvo frente a ella observándola con incredulidad. Sin poder creer del todo que Aria estuviera allí, cuando se recuperó un poco del shock la saludó.

Stefan: hola Aria

Aria rió.

Aria: hola Stefan

Y sonrió, se formó un silencio momentáneo que el vampiro rompió.

Stefan: tanto tiempo

Aria: si, la verdad...

Stefan la interrumpió.

Stefan: dime que pasó, por favor ¿por qué no volviste durante casi dos semanas? todos los días te esperé en la entrada esperando que llegaras

Aria lo miró sorprendida ¿de verdad Stefan la había estado esperando en la entrada del colegio todos esos días? sintió que sus mejillas se sonrojaban.

Aria: es una larga historia Stefan

No sabía por donde empezar, Stefan rápidamente dijo con una sonrisa.

Stefan: podemos hacernos un tiempo el día de hoy para que me cuentes pero mientras tanto... ¿qué te parece si me haces un resumen?

Aria rió a carcajadas y asintió sonriente.

Aria: de acuerdo

Stefan: ¿qué pasó con Klaus el día que te encontró? me enteré por Damon que tu padre apareció en el bar esa noche

Aria: así que ya te fue con el cuento

Dijo Aria divertida, Stefan se encogió de hombros.

Stefan: pues si

Aria volvió a reír, luego suspiró.

Aria: el idiota de Klaus me llevó a la mansión y luego me puso de penitencia pero ya que, en realidad tenía razón

Stefan la miró sorprendido.

Stefan: ¿es decir que estuviste de penitencia durante casi dos semanas? ¿por eso no venías?

Aria rápidamente negó.

Aria: no, por supuesto que no fue por eso, la penitencia duró un día nada más, ese día no pude salir de la mansión

Stefan: entonces ¿qué pasó?

Preguntó Stefan con una ceja levantada, Aria suspiró y escondió las manos detrás de la espalda.

Aria: te dije que era una larga historia Stefan

El vampiro la miró suplicante.

Stefan: por favor Aria, cuéntame, me carcome la curiosidad, te extrañé demasiado

El escuchar las palabras "te extrañé demasiado" hicieron que Aria se pusiera muy nerviosa, sintió una sensación extraña en el estómago. Trató de mantener la compostura, antes de que pudiera decir algo escuchó otra voz conocida.

Damon: hola preciosa

Aria rápidamente miró en la dirección de la que provenía la voz, estaba casi segura de quien se trataba. Sus sospechas se cumplieron, era Damon.

El vampiro estaba más sexy que nunca, llevaba una camisa azul, una campera de cuero encima, unos jeans oscuros y unas botas negras.

Aria lo miró embobada unos segundos, al notar que Damon la miraba con una ceja levantada y una mirada de picardía tragó saliva y trató de aparentar normalidad.

Aria: hola Damon

Agradeció que no le temblara la voz, Aria pensó "vamos ¿quién no se pone nerviosa ante la presencia de semejante Dios griego?" con Stefan le pasaba lo mismo al principio. Ahora un poco menos, ya le tenía más confianza.

No podía decir lo mismo de su hermano mayor, apenas conocía a Damon. Lo había visto una sola vez en el bar y no reparó mucho en él porque estaba demasiado preocupada por Klaus. Temía que la encontrara ese día por lo que la compañía del vampiro sólo la hacía estar más molesta.

Damon se acercó con pasos decididos a ella para luego tomarle la mano y darle un beso en ésta, Aria lo miró sorprendida e incrédula. Stefan en cambio miró a su hermano un poco enojado, Aria cuando reaccionó apartó rápidamente la mano y preguntó con burla.

Aria: ¿qué te pasa? ¿te quedaste en el siglo pasado?

Luego se cruzó de brazos y agregó un poco molesta.

Aria: no me saludes de esa forma

Damon le guiñó un ojo divertido, Aria tragó saliva y pensó "¡joder! ¿por qué son tan sexys los hermanos Salvatore?".

Damon: de hecho... si, yo nací en el siglo XX linda

Aria le dijo molesta.

Aria: no me digas esa clase de apodos

Damon rió y levantó las manos en son de paz.

Damon: de acuerdo, no te enojes Aria

Aria no pudo evitar preguntar.

Aria: ¿qué haces aquí?

Stefan rápidamente agregó con los ojos entrecerrados.

Stefan: lo mismo iba a preguntar yo

Damon sonrió con suficiencia y se encogió de hombros.

Damon: ¿me creerían si les digo que estaba de paso?

Aria: eh...

Dijo Aria fingiendo pensar, luego dijo con mala cara.

Aria: no

Lo que ni Aria ni Stefan sabían es que Damon luego de haber conocido a Aria se había acercado a escondidas a la entrada del colegio todos los días para ver si la veía venir.

Sabía que ése era el único lugar en el que podía encontrarla de nuevo ya que Aria le había dicho que era compañera de Stefan.

Damon no quería que su hermano menor se enterara que acosaba a Aria, se enojaría con él. Habían hecho una promesa diciendo que ella sólo iba a ser una amiga para ambos sin embargo le costaba cumplir esa promesa.

Al parecer a su hermano también, Damon había escuchado todo lo que había hablado Stefan con la hija de Klaus momentos antes de aparecer e interrumpirlos. Realmente se estaba conteniendo para no decir nada, Aria lo sacó de sus pensamientos.

Aria: ¿Damon?

El vampiro volvió en si, se dio cuenta que la rubia lo miraba confundida.

Damon: perdón, me distraje cariño

Aria se sonrojó, luego se enojó. Le golpeó el hombro con su mano.

Aria: ¡te dije que no me dijeras esos apodos!

Damon la miró sorprendido.

Damon: okay, cálmate

Aria suspiró.

Aria: lo siento, cambio de estado de ánimo muy rápido, aún me cuesta controlar eso

Los hermanos Salvatore la miraron confundidos.

Damon: ¿qué quieres decir?

Stefan: ¿por qué Aria?

Aria suspiró y los miró.

Aria: la última vez que me vieron era humana pero...

Tomó una bocanada de aire para continuar.

Aria: ya no lo soy, me convertí en una vampira, ésa fue la razón de mi ausencia estos días

Ambos hermanos la miraron shockeados, anonadados, impresionados. Luego de un rato en el que Aria no hizo más que mirarlos nerviosa esperando su reacción, ellos apenas lograron preguntar.

Damon y Stefan: ¿qué?

Aria volvió a suspirar.

Aria: larga historia, sólo deben saber que ya no soy humana

Stefan: oh no, no

Negó Stefan con seriedad, Aria lo miró confundida.

Stefan: no escaparás de ésta, exigimos saber hasta el más mínimo detalle

Damon asintió y esbozó una sonrisa maliciosa.

Damon: exactamente

Aria los miró cansada, tenía pereza de volver a contar todo. No era una historia agradable para ella, se le venían otra vez los recuerdos de la chica que lastimó. La chica de la que se alimentó.

Trató de poner una excusa para evitar hablar del tema, pensó "ya saben que soy una vampiresa, con eso les alcanza y les sobra, que no me molesten más" Aria señaló la entrada del colegio y dijo con fingida preocupación.

Aria: pero... ¿y las clases?

La verdad es que las clases no le importaban para nada, sólo quería evitar hablar de su transformación en vampiro.

Stefan y Damon se miraron con complicidad y luego miraron a Aria con una sonrisa, ella enarcó una ceja al tiempo que se cruzaba de brazos y preguntaba.

Aria: ¿qué traman?

Stefan: las clases no son importantes

Damon: y lo sabes

Aria iba a protestar.

Aria: pero...

Stefan: ¿qué te parece Aria si los tres vamos a un bar y nos pones al tanto?

Aria lo miró con frustración.

Aria: ¿tengo otra opción?

Damon: la verdad no

Contestó Damon divertido, Aria bufó.

Aria: ya que

Damon: en ese caso... vamos

Damon a velocidad vampírica se puso frente a ella y antes de que Aria pudiera reaccionar ya la había alzado como una princesa, Aria lo miró sorprendida.

Aria: ¿qu... qué haces?

El vampiro le sonrió, Aria se sonrojó y desvió la mirada.

Damon: no sabes a dónde pensamos ir ¿o si?

Aria: no...

Damon sonrió más todavía.

Damon: entonces alguien te tiene que llevar linda

Aria le golpeó el pecho con su mano molesta.

Aria: no me digas linda Damon Salvatore

Damon rió a carcajadas por su respuesta, eso molesto más a Aria.

Aria: deja de reírte

Stefan los interrumpió, estaba celoso. No le gustaba la confianza de Damon hacia Aria.

Stefan: ¿vamos hermano?

Damon se molestó un poco sin embargo ni Aria ni Stefan lo notaron.

Damon: vamos

Dijo sin mirar a su hermano menor, los Salvatore se trasladaron a velocidad vampírica a un bar. Cuando llegaron Damon bajó a Aria y la invitó a entrar.

Damon: las damas primero

Dijo con una sonrisa, Aria rodó los ojos y entró sin contestarle. Cuando estuvieron adentro del bar se sentaron en una mesa y pidieron bourbon.

Aria no quiso tomar, lo que menos quería era volver a tener problemas con sus padres por el tema del alcohol. Si llegaba a tomar ellos lo notarían.

Aria les contó todo lo que había pasado esos días, cuando terminó les dijo un poco preocupada.

Aria: ¿y si mejor volvemos?

Damon: ¿por qué?

Preguntó Damon y bebió de su vaso de bourbon, Aria lo miró nerviosa.

Aria: tengo miedo que Klaus se dé cuenta que me escapé otra vez del colegio

Stefan le dijo con una sonrisa tranquilizadora.

Stefan: no te preocupes por eso, falta mucho para el horario de salida, no notará tu ausencia a menos que te vaya a buscar

Aria suspiró un poco más tranquila.

Aria: supongo que tienes razón

Stefan rió.

Stefan: claro que la tengo

Dijo y también bebió de su vaso de bourbon, dado que Aria lo seguía mirando preocupada le preguntó.

Stefan: ¿qué ocurre Aria?

Aria: si Klaus me llega a encontrar con ustedes... los matará y luego me pondrá de penitencia

Ambos hermanos rieron.

Damon: relájate, no nos verá

Aria: eso espero, estás demasiado tranquilo, en el caso de que nos encontrara el que más saldría perdiendo serías tu

Damon le contestó con una sonrisa.

Damon: y tu estás demasiado paranoica, diviértete un poco preciosa, tu padre no nos encontrará, ni siquiera sabe que no estás en el colegio y no lo sabrá hasta dentro de unas horas

Aria lo fulminó con la mirada.

Aria: ¡no me digas preciosa!

Damon levantó las manos para que se calmara y la miró preocupado.

Damon: tranquilízate hermosa

Aria lo miró con odio.

Aria: te estás buscando un pasaje directo a mi lista negra

Damon se llevó una mano al pecho y la miró ofendido.

Damon: me ofendes Aria

Aria: me alegro

Stefan: lamento interrumpir pero...

Stefan señaló a Aria.

Stefan: tu celular está sonando Aria

Aria no lo había escuchado porque estaba demasiado ocupada discutiendo con Damon, le agradeció a Stefan.

Aria: gracias por avisarme Stefan

Se sacó el celular del bolsillo y miró la pantalla, era su hermano.

Aria: es Thomas

Dijo con una sonrisa, luego miró a los hermanos Salvatore.

Aria: ¿qué les parece si nos encontramos en el colegio?

Damon: ¿por qué? ¿te demorarás hablando?

Preguntó Damon con fastidio, quería quedarse en el bar con Aria. Ella le respondió con más fastidio todavía.

Aria: si, es mi hermano Damon, planeo hablar con él un buuuuen rato

Dijo alargando la palabra, luego hizo una seña con su mano para que se fuera.

Aria: así que piérdete

Damon: que agresiva

Contestó Damon divertido, Aria lo fulminó con la mirada. El vampiro suspiró rendido y se puso de pie, Aria esbozó una sonrisa. Acto seguido miró a Stefan.

Aria: tu también vete Stefan, por favor, necesito privacidad, después nos encontramos en el colegio

Stefan asintió y se puso de pie.

Stefan: de acuerdo Aria, nos vemos en un rato

Aria: nos vemos

Damon: adiós preciosa

Aria lo miró molesta.

Aria: vete a la mierda

Damon rió, ambos hermanos desaparecieron con su velocidad vampírica dejando sola a Aria. Ella se puso de pie y salió afuera del bar para poder hablar con mayor tranquilidad.

Marcó el número de su hermano ya que se había demorado mucho en atender y él había cortado la llamada, antes de que Thomas atendiera una chica la interrumpió.

Chica: disculpa

Aria rápidamente cortó la llamada, se guardó el celular en el bolsillo y preguntó con una sonrisa.

Aria: ¿si? ¿qué necesitas?

La chica la miró preocupada.

Chica: estoy perdida, no sé a donde dirigirme, soy nueva en la ciudad, de casualidad... ¿no sabes donde queda la calle...?

Aria dejó de escuchar lo que la chica le decía, de repente lo único que escuchaba eran los latidos de su corazón. Le martilleaban los oídos, no podía concentrarse en otra cosa.

Sintió una sed repentina e intensa, la sed más poderosa que había experimentado desde que se había convertido en vampiro. La boca se le aguó.

No supo en que momento dirigió su mirada al cuello de la chica y se abalanzó sobre ella, sólo supo que cuando le clavó los colmillos y sintió el sabor de su sangre se sintió bien. La sangre de esa chica era deliciosa, era lo que Aria necesitaba.

Bebió y bebió sin control, a lo lejos escuchaba los gritos de la chica pero no le prestó atención y siguió bebiendo sin parar. Sólo en el momento en el que sintió que la chica se ponía fláccida y caía al suelo se dio cuenta de lo que había hecho.

Permaneció unos segundos inmóvil en estado de shock total, cuando reaccionó miró a la chica que yacía en el suelo con horror.

Aria: ¡no!

Se lanzó al suelo de rodillas y sujetó a la chica de los hombros con lágrimas en los ojos, la zarandeó con fuerza para que reaccionara.

Aria: ¡reacciona! ¡por favor! ¡reacciona! ¡lo siento! ¡no fue mi intención! ¡abre los ojos!

Al ver que la chica no reaccionaba y estaba más pálida que un fantasma gritó más fuerte todavía.

Aria: ¡por favor! ¡despierta!

La chica no despertaba, Aria se mordió desesperada la muñeca y le quiso dar de beber su sangre. Sin embargo la chica no la tomaba.

Aria: ¡traga! ¡por favor traga! ¡te curará! ¡te lo aseguro!

Aria lloró con más intensidad.

Aria: ¡perdóname por favor! ¡no quise herirte! ¡traga! ¡te pondrás bien de inmediato!

Lo que Aria no había descubierto todavía es que esa chica ya no estaba viva.

Aria: ¡traga!

Gritó despertada, de repente la realidad la golpeó. La chica había muerto, la había matado accidentalmente. Nada podía traerla de vuelta a la vida.

Aria le sujetó la muñeca y trató de encontrar su pulso con desesperación, algo que le diera una señal de que seguía viva pero nada. Aria sintió como se desmoronaba, las lágrimas resbalaban sin control por sus mejillas.

Aria empezó a temblar violentamente, apoyó con delicadeza el cuerpo de la chica en el suelo y la miró con impresión. Esa chica que parecía de unos 16 o 17 años estaba muerta por su culpa, la había matado.

Todo por no hacerle caso a Klaus, su padre le había dicho que sea cuidadosa con el tema de la sangre, que bebiera las bolsas sin embargo no había tomado ninguna desde que salió de la mansión.

Aria pensó "¡¿por qué no tomé ni una puta bolsa de sangre?! ¡¿por qué fui tan estúpida e imprudente?!" no pudo seguir pensando porque un terrible dolor se apoderó de ella. Un dolor físico que no había sentido nunca en su vida, era realmente insoportable.

Aria cayó de espaldas al suelo y se retorció mientras gritaba, sentía que todo el cuerpo se le quemaba. Pensó "¿qué me está pasando?" de repente se dio cuenta que su lado lobo se estaba manifestando porque había matado a una persona y de esa manera había activado el gen.

Aria: ¡por favor!

Gritó a nadie en realidad, nadie podía ayudarla sin embargo estaba desesperada. El dolor era demasiado fuerte, sólo quería que parara. Le costaba respirar.

Aria: ¡basta! ¡ayuda!

No sabía que hacer, le hubiera gustado estar inconsciente pero no. Estaba bien despierta sufriendo como nunca en su vida, luego de lo que parecieron años el dolor acabó.

Aria quedó tendida en el suelo al lado de la chica fallecida respirando con dificultad, cuando recuperó energías se sentó y pensó confundida "¿por qué no me convertí en lobo?" luego se dio cuenta que sólo había activado el gen. Para convertirse tenía que esperar la próxima luna llena.

En una ocasión Klaus le había dicho que los híbridos podían elegir si convertirse o no, ella por lo tanto podía elegir. Es decir que no iba a tener que soportar nunca más ese dolor porque no iba a convertirse nunca por voluntad propia.

Sin embargo... ¿quién le quitaba el dolor emocional que estaba sintiendo en esos momentos? gateó hasta la chica y le sujetó la mano. La tenía fría, Aria lloró sin control.

Aria: ¡¿por qué?!

Otra vez le costaba respirar, no sabía que hacer. Había matado a una persona, a una pobre chica que estaba perdida y le había ido a pedir ayuda, ahora estaba muerta y Aria se sentía terriblemente mal.

Pensó "no puedo, no puedo con esto, no puedo soportarlo" en el momento en que pensó eso fue consciente de que su ser estaba dividido en dos.

Por un lado estaba la parte que sentía todo, la parte de las emociones. Por el otro lado estaba la parte que no sentía nada, esa parte llamaba a Aria a gritos. Estaba teniendo una lucha interna con ella misma.

Con mucha suavidad posó la mano de la chica en el suelo y la miró con lágrimas en los ojos, le acarició la mejilla y le dijo.

Aria: perdóname, nunca quise hacerte esto, ojalá pudiera volver el tiempo atrás

Quitó la mano de la mejilla de la chica y se arrodilló en el suelo, ya no podía soportar más ese dolor. Era muy intenso, si no hacía algo pronto el dolor la iba a consumir. Iba a acabar con ella.

Cerró los ojos y se concentró, pudo visualizar en su mente el interruptor de la humanidad. En el momento en que se imaginó a ella misma apretándolo hacia el otro lado todos sus sentimientos se esfumaron sin previo aviso. Lo que alguna vez ella fue... desapareció, esa persona dejó de existir en una milésima de segundo.

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