Capítulo 23: Las Pinturas

Pasaron unas cuantas horas, Aria estaba acostada en su cama. Miró su reloj y vio que eran las 5 de la tarde.

Pensó "es la hora del , no pienso bajar, prefiero morir de hambre" y miró el balcón. Aria seguía enojada porque tenía que quedarse a vivir allí y no se acostumbraba.

Extrañaba su casa, pensó "¿quién se acostumbra en dos días? nadie pero no puedo seguir quejándome porque Klaus me hará olvidar a mi familia" justo en ese momento su padre pasó al cuarto. Aria lo miró y bufó.

Aria: por favor Klaus

Dijo quejándose mientras se sentaba en la cama.

Aria: quiero estar sola

Klaus le sonrió, Aria rodó los ojos.

Aria: ¿no me escuchaste?

Klaus: claro que si pero llevas...

Y miró su reloj, enarcó una ceja y volvió a mirar a su hija.

Klaus: tres horas sola Hope

Y le sonrió, Aria dijo con sarcasmo.

Aria: si, realmente es mucho tiempo

Luego se dejó caer en la cama de nuevo, agarró un almohadón y lo abrazó mientras miraba el techo.

Sintió los pasos de su padre acercarse más y más hasta que lo tuvo de pie a su lado, la cara de su padre apareció en su campo de visión. La estaba mirando desde arriba con una sonrisa, Aria molesta dijo.

Aria: lárgate

Klaus enarcó una ceja y le dijo divertido.

Klaus: soy tu padre y me dices lárgate, los adolescentes de hoy en día son muy rebeldes

Aria puso cara de fastidio.

Aria: no me molestes Klaus, quiero estar sola y tranquila por un rato

Pero Klaus no se iba, seguía allí mirándola, Aria suspiró cansada.

Aria: ¿qué quieres Klaus?

Klaus: quiero que estés un rato conmigo, te extraño

Y puso cara triste, Aria pensó "oh no, a mi no me vas a convencer con esa cara, lo siento" así que se sentó en la cama y volvió a suspirar.

Aria: escucha... ya te lo dije, necesito estar sola un rato...

Klaus a velocidad vampírica la alzó como si fuera una princesa. Aria nunca se iba a acostumbrar a esa velocidad. Hacía los movimientos de su padre muy impredecibles sorprendiéndola siempre. Cuando se recuperó de la sorpresa se quejó.

Aria: ¡¿qué haces?! ¡suéltame!

Su padre rió.

Klaus: te dije que quería estar contigo, ya te esperé 3 horas, me parece suficiente, después de haber esperado 17 años para estar contigo...

Aria se quedó callada, se dio cuenta que Klaus tenía razón. Ella estaba siendo demasiado egoísta y malcriada.

Su padre la sacó de sus pensamientos, la miraba divertido y con una ceja levantada. Aria preguntó.

Aria: ¿qué? ¿por qué me miras así?

Klaus: ¿no me vas a contestar? estaba esperando algún insulto o algo parecido

Aria rodó los ojos.

Aria: no

Klaus: ¿y por qué?

Preguntó su padre curioso, Aria suspiró.

Aria: porque tienes razón Klaus al querer pasar tiempo conmigo después de todo lo que pasaste, la verdad es que me di cuenta que estoy siendo muy egoísta y caprichosa

Klaus no podía creer lo que estaba escuchando, miró a su hija sorprendido y después le dedicó una sonrisa radiante.

Klaus: ese comentario fue muy maduro

Aria soltó una risa nerviosa, Klaus empezó a caminar con ella en brazos hasta el pasillo.

Klaus: muchas gracias

Aria se sonrojó, era muy tímida.

Aria: de nada

Y quiso cambiar de tema.

Aria: bueno... ¿qué vamos a hacer?

Klaus: te quiero mostrar un lugar donde pasaba mucho tiempo para desahogarme cuando no te encontraba

Aria tragó saliva, se puso nerviosa. Su padre le sonrió y empezó a bajar las escaleras, ya abajo se dirigió hacia la derecha y entró a un cuarto. Luego bajó a su hija, le sonrió y le dijo.

Klaus: ¿te gusta?

Aria estaba sorprendida, en las paredes estaba lleno de cuadros pintados a mano y de dibujos espectaculares. Eran muy lindos, los fue viendo uno a uno, sonrió.

Aria: ¡son muy lindos!

Dijo emocionada, Klaus rió.

Klaus: muchas gracias

Aria: ¿dónde los conseguiste? debe ser una colección de varios años, de varias muestras de arte ¿los compraste a todos?

Su padre la miró con una sonrisa radiante, al notar que Klaus no le contestaba lo miró. Enarcó una ceja.

Aria: ¿qu... qué?

Y se cruzó de brazos con una sonrisa.

Aria: ¿me estoy perdiendo de algo?

Klaus le sonrió más todavía, lanzó una carcajada. Aria se hizo la ofendida.

Aria: bueno okay ya dime

Klaus dejó de reír y la miró con una gran sonrisa.

Klaus: yo los pinté y los dibujé

Aria quedó shockeada, miró a su padre sorprendida sin poderlo creer.

Aria: ¡¿qué?!

Klaus volvió a reír.

Aria: ¡¿en serio?!

Klaus: si

Aria: guau

Klaus rió de nuevo, se acercó a ella y le dio un beso en la frente, Arias se quedó quieta.

Klaus: muchas gracias hija, me pone muy contento que te gusten mis pinturas y dibujos

Aria: es que no... no puedo creer que tu hayas hecho todo esto Klaus

Dijo sorprendida señalando todo el cuarto con sus manos.

Aria: tienes un gran talento, no sé si te diste cuenta pero eres un artista

Aria estaba anonadada, aún no lo creía. Su padre era un artista, Klaus le sonrió.

Klaus: es una de las cosas que más me gusta hacer, me encanta pintar, dibujar, ver obras de arte en distintos lugares del mundo, ir a museos, cuando te estaba buscando, cada vez que me mudaba a un nuevo lugar y no te encontraba les decía a tu madre y tus tíos que quería estar solo, me iba a algún sitio, me quedaba mirándolo por un rato, después volvía y lo pintaba

Aria escuchaba conmocionada, le daba mucha pena Klaus. Todo lo que había tenido que pasar por ella.

Klaus: como puedes ver la mayoría de los cuadros que tengo aquí son paisajes

Aria: si...

Dijo Aria triste pegando una rápida mirada a los cuadros de las paredes, luego volvió a mirar a su padre

Klaus: esos eran los paisajes que veía para desahogarme y tratar de sentirme mejor por no encontrarte, la tradición era pintarlos antes de abandonar el lugar para que algún día cuando te encontrara poder mostrártelos y decirte... yo te busqué aquí, luego me iba a un lugar nuevo a buscarte y volvía a hacer lo mismo, por eso este cuarto está lleno, tengo algunos cuadros guardados porque no entraban todos

Aria sintió los ojos húmedos, se tocó la mejilla y se sorprendió cuando sintió algo mojado. Se miró la mano y tenía una lágrima, se dio cuenta que estaba llorando.

Sintió que Klaus se acercaba a ella, dejó de mirar su mano y lo miró. Él la miraba triste y sorprendido, su padre le acarició la mejilla.

Klaus: ¿por qué lloras amor?

Aria: es... es que... ¡estoy triste! ¡tu historia es muy triste Klaus!

Y esta vez definitivamente se largó a llorar, no se podía controlar. Klaus rápidamente la abrazó, le acarició la espalda.

Klaus: shh tranquila bebé

Aria: no... no pu... no puedo...

Klaus: ¿no puedes qué amor?

Aria: no puedo... dejar de sentir pena... por ti... papá

Su padre se sorprendió, se separó de ella y le sujetó la cara con sus manos. La miró a los ojos impresionado.

Klaus: ¿me acabas de decir... papá?

Y sonrió feliz, Aria sonrió tímidamente.

Aria: supongo... que... si

Dijo mientras seguía llorando, Klaus le besó la frente y la volvió a abrazar.

Klaus: te amo hija

Aria quedó impactada con esas palabras, no dijo nada. Sólo siguió llorando.

Klaus: shh tranquila amor, no llores por mi, me da mucha pena

Aria: perdón pe... pero... no lo... puedo evitar... debe haber sido horrible lo que pasaste

Klaus: no te preocupes, ya pasó, ya te tengo conmigo

Se separó otra vez de ella, la sujetó de los brazos y le dijo triste.

Klaus: perdóname hija

Aria: ¿por qué?

Preguntó Aria sorprendida.

Klaus: si sabía que te ibas a poner así no te contaba lo de las pinturas...

Aria: no, está bien... yo quería... saber

Y sonrió, su padre también le sonrió, le pasó un brazo por los hombros a su hija. Ella se puso un poco nerviosa.

Pensó "estoy teniendo un momento padre e hija muy emotivo, demasiado, creo que quiero volver a mi habitación ya, había dicho que no me iba a encariñar con ellos porque me habían separado de mi familia pero me está costando, Klaus es tan bueno y tierno conmigo".

Klaus: ven bebé, te mostraré algo que te levantará el ánimo

Aria sonrió y asintió, Klaus la dirigió al centro de la habitación. Allí había un cuadro que estaba tapado con una sábana blanca.

Su padre la soltó y se acercó al cuadro, se dio la vuelta y miró a su hija.

Klaus: ¿lista?

Preguntó sonriendo, Aria asintió.

Aria: lista

Y sonrió, Klaus sacó la sábana dejando la pintura a la vista. Aria soltó un gritito de asombro, la pintura era de ella. Ella estaba pintada ahí con una gran sonrisa.
Le había salido igual, era como ver una foto de ella. Más que sorprendida preguntó.

Aria: ¿cu... cuándo la hiciste Klaus?

Klaus: anoche

Dijo con una sonrisa, luego puso cara seria.

Klaus: antes de que escaparas

Y volvió a sonreír, Aria soltó una risa nerviosa.

Klaus: ¿te gusta?

Aria: ¡está buenísima! ¡me encanta!

Klaus rió.

Klaus: que bien porque es tuya hija

Aria: ¡¿en serio?!

Preguntó Aria sorprendida, su padre asintió sonriendo.

Klaus: en serio, si quieres ponla en tu cuarto

Aria dio saltitos de alegría.

Aria: ¡si!

Su padre rió a carcajadas.

Klaus: ¿qué fumaste que estás tan risueña?

Aria: la verdad no lo sé, tu historia me emocionó y me dejó como dopada

Klaus soltó otra carcajada.

Klaus: eres tan graciosa

Y la miró intensamente con una gran sonrisa, Aria se puso un poco incómoda. Sonrió tímidamente y desvió la mirada, justo en ese momento su tía Rebekah entró.

Rebekah: aquí están

Y los miró con cara rara.

Rebekah: ¿todo bien? ¿por qué lloras Hope?

Aria: bu... bueno... yo...

Su padre la interrumpió.

Klaus: digamos que tuvimos un momento de padre e hija

Y miró a Aria con una gran sonrisa, ella se puso tímida y miró hacia otro lado.

Klaus: si mi hija quiere contártelo te lo contará

Dijo Klaus divertido.

Rebekah: okay

Dijo Rebekah con cara pícara mirando a su sobrina, Aria soltó una risa nerviosa.

Klaus: ¿qué querías hermanita?

Rebekah: avisarles que vengan a tomar el té, ya está la mesa puesta

Klaus: bien ¿vamos hija?

Preguntó Klaus mirando a Aria, ella lo miró brevemente y luego miró a Rebekah.

Aria: vamos

Y caminó rápidamente hacia la puerta perdida en sus pensamientos ¿qué acababa de pasar? ¿había llorado por Klaus? ¿debería encariñarse de esa forma con él?

Pensó que no tenía nada de malo, al fin y al cabo era su padre y había sufrido muchísimo por ella pero luego pensó "tampoco te encariñes tanto Aria, recuerda que te separaron de tu familia y tienes que convencerlos para que te dejen volver pero si te encariñas con Klaus, con Rebekah, con Elijah, con Hayley y con Camille después te dolerá dejarlos".

La verdad era que no sólo se estaba encariñando con Klaus sino también con su tía Rebekah, ella le caía muy bien

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