CAPíTULO 4

La muchacha respiraba lentamente, su pecho subía y bajaba al ritmo de su respiración. Mientras tanto su cuerpo involuntariamente se aferraba al calor que producía el cuerpo de su compañero, abrazando su torso con sus brazos, el aferrándola contra su pecho, ambos respiraban lentamente inhalando el húmedo aliento de ambos, abrazando el último trozo que quedaba en sus vidas de normalidad, aferrándose a el único salvavidas que quedaba en un mar de terror y locura.

La chica gruñó en sueños, en su mente caían imágenes como relámpagos. En su sueño se encontraba en una pradera, la pradera que solía visitar cuando era niña, en sus recuerdos llena de flores silvestres y algún conejo ocasional, en su sueño marchito y sin vida. Ella caminaba lentamente entre las plantas muertas provocando un crujido permanente.

- ¿Hola? – se oyó decir en sueños. La muchacha siguió caminando en su pradera marchita, cuando de la nada unos pasos se unieron a los suyos, ella volteaba para averiguar que estaba detrás de ella. - ¿Maddie? – la voz provenía del muchacho al que le pertenecían dos zafiros como ojos, su voz sonaba asustada pero clara, a pesar de que el muchacho se encontraba a varios metros de distancia - ¿Asa? – preguntó, en el sueño el muchacho comenzaba a correr con desesperación hacia ella, la muchacha no se movía, a pesar de que quería correr hacia él no podía, algo le decía que debía quedarse en su lugar éntrelas flores marchitas. Cuando el muchacho estaba a pocos metros de ella, una sombra apareció detrás de él - ¡ASA CUIDADO! – gritó la muchacha a punto de correr tras él, pero no podía, sus pies estaban atados al suelo por una fuerza invisible. La sombra comenzó a perseguir a su amigo, el corría con desesperación, - ¡TOMA MI MANO! – gritó con fuerza mientras lágrimas saladas se deslizaban por sus mejillas, el muchacho estaba a punto de llegar, a punto de tomar su mano, pero la sombra fue más rápida.

La sombra tomó al muchacho por la cintura y lo elevó al cielo para que luego la tierra los engullera a ambos. La chica se tiró al suelo, no podía soportarlo, las lágrimas cayeron como ríos al suelo, una sombra comenzó a formarse detrás de ella, la ojiverde volteó hacia atrás para encontrarse con el terror más inimaginable de la historia. La chica gritó con toda la fuerza que había en su cuerpo.

..............

La muchacha soltó un grito ahogado para luego despertar, un sudor frío recorría su frente. Con pánico registro cada detalle a su alrededor. El librero, el piso de mármol, el armario, todo en su lugar. Maddie soltó un suspiro aliviada, "solo era un sueño" dijo reflexionando, "desearía que esto también fuera un sueño" pensó tristemente, con desinterés miró por debajo de ella. Un intenso rubor cubrió rápidamente su rostro. La muchacha miró a su amigo (sorprendentemente) dormido abrazando su torso, respirando suavemente sobre ella, para este momento la cara de la muchacha estaba más roja que un tomate maduro, estaba disponiéndose para levantarse cuando lo escuchó gruñir en sueños, un instinto maternal se apoderó de su cuerpo y se quedó quieta para no despertar a su compañero quien dormía plácidamente sobre ella.

Una sonrisa se dibujó en el rostro de la muchacha, lentamente estiró su brazo para alcanzar el rostro del muchacho, un extraño sentimiento se apoderó del cuerpo de Maddie, con la mano estirada comenzó a acariciar lentamente el cabello desordenado de su amigo, pasaba desde su frente hasta sus oídos, como una madre esperando a que su pequeño se pierda en el mundo de los sueños. Mientras acariciaba el cabello de su compañero se dio cuenta de un detalle obvio, pero considerablemente extraño: el foco de la habitación estaba casi apagado, solo iluminaba tenuemente la habitación, pero no estaba tan radiante como lo estaba cuando despertó. De pronto todo en su mente conectó como una especie de rompecabezas que empezaba a cobrar forma.

"¿Cuál es el reloj que se encuentra en el cielo niñas?" – preguntó la mujer en los recuerdos de Maddie, - "Es el sol señorita Young" – dijeron las niñas a coro. –"¡Bien!, ahora, ¿Cómo funciona este reloj"? – las niñas reflexionaron con mucho esfuerzo, sin embargo una niñita sentada en la primera fila levantó la mano, - "Sí, señorita Wildheart"- la niña sonrió con arrogancia y dijo, - "El sol da diferentes cantidades de luz de acuerdo a la hora del día"- la mujer sonrió ampliamente y respondió –"Excelente Madeline, de verdad eres una jovencita excepcional"-.

La voz de la mujer se fue apagando en los pensamientos de Madeline, "Al fin los estúpidos cursos de niñas exploradoras están valiendo la pena", pensó la muchacha con alegría. De alguna manera el foco que colgaba de la habitación funcionaba de la misma manera que el sol, "da diferentes cantidades de luz dependiendo la hora del día", pensó la ojiverde. En su mente hacía sentido puesto que el día anterior entre más avanzaba el tiempo más tenue se iba haciendo la luz que irradiaba el aparato, si la teoría de Madeline era cierta, ella acababa de despertar en la madrugada, cuando el sol apenas empieza a irradiar luz, ella esperaba que fuera cierto, era de las pocas cosas a las que uno se podía aferrar en dichas situaciones, eso y a esperar vivir otro día.

La muchacha comenzó a perderse en sus pensamientos mientras la luz del foco se hacía más intensa, siguió acariciando el cabello de su amigo inconscientemente, así siguió durante varios segundos hasta que algo llamó su atención: la puerta del otro cuarto estaba cerrada. La muchacha se movió lentamente procurando no despertar a su compañero y fue a revisar la puerta. La muchacha pasó la escena muchas veces por su mente, estaba completamente segura de que ninguno de los dos la había cerrado el día anterior. Madeline miró hacia el lugar en donde se encontraba su compañero profundamente dormido, se sentía mal, pero debía despertarlo, era necesario ¿Quién sabe que se encontraba del otro lado de la puerta?

Con pesadez avanzó hacia el ojiazul quien estaba tirado en el piso, en sus manos quedaba la evidencia cristalizada de que su sangre había corrido por sus nudillos. La verdad es que no le sorprendía que ambos hubieran caído cansados tan fácilmente, ambos tenían condición física bastante regular y nunca en sus vidas hubieran tenido que imaginar verse obligados a tirar una pared con ninguna otra herramienta más que sus inexpertas manos, que, ahora estaban cubiertas de piel rasgada, ligeras cortadas y (en el caso de Asa) moretones gigantescos. El problema de caer cansados tan fácilmente es que en el que estado en que se encontraban ninguno de los dos podría darse cuenta de un intruso penetraba en su cuarto para buscar algo o (en el peor de los casos) abusar sexualmente de ellos, solo le quedaba rogarle a dios porque ninguna de sus oscuras hipótesis fuera cierta.

La jovenzuela se arrodilló a un lado del muchacho y comenzó a sacudirlo ligeramente, el muchacho no respondió más que con un ligero movimiento producto de su sistema nervioso, la muchacha dejo salir un suspiro. Plan B, la muchacha comenzó a picotear ligeramente con su dedo la mejilla del ojiazul, -Asa, Asa despierta – susurró la muchacha, el ojiazul respondió con un ronquido, la muchacha frunció el ceño -Asa no tengo tiempo para esto, - el muchacho siguió sin moverse - ¡Asa! - gritó, pero el chico ni se inmutó, la chica se encogió de hombros y comenzó a sacudirlo - ¡despierta! – nada la chica gruñó frustrada, después de unos segundos obtuvo una idea, tomó todo el aire que había en sus pulmones y gritó en su oído -¡Asa levántate! – el muchacho se levantó tan brutalmente que con su mano golpeó accidentalmente la nariz de Maddie provocando que sangrara. - ¿Qué rayos pasa contigo? – gritó Asa, el chico se incorporó sobándose la mano, la chica tomándose la nariz replicó - ¿conmigo? ¿QUE ES LO QUE SUCEDE CONTIGO? - gritó la chica el muchacho rápidamente giró su atención hacia la nariz sangrante de la muchacha, al instante su cara se convirtió de enojo a una de preocupación y comenzó a gatear hacia la muchacha, -Oh, lo lamento tanto, yo...- la muchacha soltó un gritillo de dolor quitándose las manos de la nariz, el ojiazul comenzó a buscar algo en la habitación con que detener el sangrado, al no encontrar nada decidió que lo mejor era ejercer presión en la herida, mientras lo hacía el muchacho no paraba de pedirle perdón a la chica de cientos de maneras distintas, al final, el sangrado fue poco a poco bajando de intensidad hasta casi parar por completo, la ojiverde solo tenía que seguir ejerciendo presión por unos segundos más y su nariz quedaría como nueva. -Lo lamento tanto Madeline, no fue mi intención. -la chica le dedicó una mirada asesina mientras lentamente soltaba su nariz para ver si había dejado de sangrar, -Asa, fue un accidente, no tienes por qué disculparte ni siquiera fue tan grave -dijo restándole importancia a su situación, el muchacho suspiró aliviado al ver como ya no emanaba líquido rojo de a nariz de su amiga. Luego, aclaro la garganta y dijo, - de todas formas ¿Por qué rayos me despertaste? - dijo desperezándose, la chica suspiró y señalo la puerta que tenían detrás de ellos, -Oh, - respondió sorprendido, luego comenzó a incorporarse, - ¿ya estaba cerrada cuando despertaste? - dijo extendiéndole una mano a Maddie para levantarse, -De hecho sí- dijo mientras se le unía, -quiero saber si alguien entró a la habitación anoche- dijo mirando a su compañero a los ojos, después de haber dicho esto ambos caminaron hacia la puerta con un poco de temor en el rostro, Asa estiró su mano y giró un poco la perilla, esta giraba perfectamente, -no tiene seguro- dijo el muchacho soltándola, -¿ahora que hacemos? – le pregunto la ojiverde, el chico negó con la cabeza – No lo sé, pero, sea lo que sea hay que entrar a revisar, la muchacha se le adelantó e impidió su paso, -¡espera! - el muchacho la miro con un poco de molestia - ¿Qué sucede?- la muchacha reflexionó unos segundos - ¿Qué si es una trampa? – dijo señalando la puerta de madera, el chico suspiró exasperado -Madeline, tal vez lo sea pero de todas maneras debemos de entrar, por el momento es nuestra única fuente de agua potable y nuestro único baño, -dijo irritado- además no es como si...- sus palabras fueron acalladas por un gruñido proveniente del otro lado de a puerta. Ambos miraron con miedo la puerta, -¿eso fue..?- Maddie tomó la palabra -Un gruñido- dijo sin quitarle los ojos a la puerta, ambos siguieron escuchando durante unos segundos, otra vez, el gruñido se escuchó desde el otro lado pero esta vez con más intensidad, si algo quedó claro con el segundo gruñido, es que seguramente el gruñido no provenía de un humano.

Sin hacer escandalo Asa hizo una seña para indicarle que se protegiera detrás de él y Maddie obedientemente fue a ocultarse detrás de su espalda, iban a abrir la puerta. Asa caminó lentamente seguido de Maddie, quien se ocultaba cobardemente detrás del ojiazul, ambos caminaron lentamente hacia la puerta, seguido de esto él muchacho tomó la perilla y comenzó a girarla lentamente, los gruñidos provenientes de la criatura misteriosa cesaron por unos segundos mientras Asa abría la puerta, cuando acabo de girar la perilla el muchacho arrojo la puerta causando un estruendo y tanto el cómo su compañera se posicionaron rápidamente en posición de ataque con los ojos fuertemente cerrados a causa del terror.

Pasaron un par de segundos de silencio, hasta que después, en la oscuridad del cuarto se oyó un ladrido. Tanto la ojiverde como el ojiazul abrieron sus ojos para descubrir que un inocente cachorrito de dálmata los admiraba con curiosidad desde el piso.

Los dos jóvenes bajaron la guardia y miraron al cachorrito igual de confundidos que él, - ¿es un perro? – el pequeño le respondió a Asa con un ladrido amistoso moviendo su diminuto rabo, Madeline soltó un sonoro gritillo de ternura y se inclinó para acariciar al cachorrillo quien recibía sus caricias encantado, - ¿Qué haces Madeline? - dijo el muchacho preocupado, la muchacha lo miró con confusión – Emm, acaricio al cachorro – el muchacho jaló a Maddie con sus brazos – No, no, no, Maddie – la muchacha puso los ojos en blanco con molestia -sí, sí, sí Asa – dijo con tono de burla, el chico la miró con preocupación -¡no lo toques, Maddie! ¡Recuerda que quienes nos secuestraron pusieron a ese pulgoso aquí, su pelo podría estar impregnado de ... drogas o algo! - dijo desesperado, la muchacha lo miro irritada – Asa ¿no crees que te preocupas demasiado? – el chico tomó las manos de Maddie y las apartó del cachorrillo -No, preocuparse nunca está de más – la chica se soltó de su agarre por segunda vez y fue a tomar al cachorro del estómago y cargarlo entre sus brazos, -¡solo es un cachorrito! – dijo poniendo al cachorro en frente de la cara de Asa. El cachorrito olfateo la cara de Asa para después soltar un gruñido de desagrado y comenzar a ladrarle con enojo, la chica miró al perro con confusión – el sentimiento es mutuo pulgoso – replicó Asa con enojo, la muchacha decidió que lo mejor era bajar al piso y sentarse con él en su regado para seguirlo llenando de mimos. Asa resopló con enojo y miró irritado como el perro recibía toda clase de caricias por parte de Maddie, - ¿Qué rayos está haciendo uno de esos aquí? – preguntó el ojiazul con enojo, la muchacha ni siquiera lo miró para responderle – No lo sé pero es lo mejor que me nos ha pasado desde que estamos aquí. – Después de reflexionar un poco concluyó - ¡hay que nombrarlo! – el chico resopló sentándose en frente de ella -Maddie, si lo nombras te apegas a el – dijo masajeándose la frente con desesperación. La muchacha lo ignoró por completo y en su lugar decidió levantar al cachorro para determinar si era niña o niño, el ojiazul miró bastante irritado como la muchacha lo bajaba y decía triunfal, - ¡es un niño! - el chico se golpeó la frente con desesperación,

-Veamos, ¿qué nombres de niño tiene un perro? - el muchacho tomó la palabra cruzado de brazos, - ¿Qué te parece "horrible animal que no debió de haber aparecido en esta maldita jaula decorada"? - la muchacha hizo ademan de pensar – Nahh es demasiado largo – el muchacho gruño enfadado, - mmm ¿Qué tal Pedro? – dijo preguntándole al perro, - ¿Rabito? ¿Huesos? ¿Manchas? ¿Medialuna? ¿Frankie? – ninguno de estos nombres atrajo la atención del canino quien la observaba moviendo el rabo confundido, la muchacha siguió pensando por un rato hasta que lo consiguió - ¡Domino! – dijo emocionada, el cachorro revoloteo su cola de un lado a otro con alegría al escuchar el nombre – Muy bien, Domino se queda – la ojiverde tomó al perro en brazos y lo llevó a la habitación continua cargando, - Te daremos de beber aquí, harás en la regadera y dormirás en la cama de Asa, él puede dormir en el piso – el muchacho solo escuchaba todo esto con gran disgusto pintado en el rostro.

Asa solo miraba a Madeline ilusionada yendo de ahí para allá con el perro en brazos explicándole cómo funcionaba la vida en el lugar "como si un perro entendiera" se dijo el muchacho a sí mismo, el muchacho soltó un largo suspiro y comenzó a levantarse cuando escuchó un ruido, al instante la muchacha dejó de danzar alrededor con el perro y miró al ojiazul. El ruido provenía de la puerta gigante de metal; se estaba abriendo.

El chico rápidamente le hizo una seña a la muchacha para refugiarse en el cuarto de "baño", la chica asintió y se llevó consigo al perro, la muchacha cerró la puerta tras ella e hizo callar al pequeño dálmata, quien había comenzado a armar un escándalo, la chica observó a través de la rendija como Moonbird intentaba de atrancar la puerta, pero fue inútil, al final la puerta se abrió con un gran escándalo.

Por la puerta entró un muchacho joven, de unos 20 años, de cabello castaño rojizo, ligeramente más alto que Asa y con una musculatura ligera pero bastante evidente. En su espalda cargaba una mochila negra que guardaba celosamente, en cuanto entró, el joven paso con la mirada al ojiazul, en cuanto terminó comenzó a mirar a su alrededor con enojo y luego miró al ojiazul con odio. - ¿Dónde está? – preguntó con enojo, Asa le devolvió una mirada con seriedad -no sé de qué me hablas – el muchacho miró al ojiazul con furia – No tengo tiempo para tus juegos niño, ¿Dónde la escondiste? – la ojiverde se tapó la boca para no dejar escapar un grito de sus labios, observó la escena con horror, "No es momento estúpida, cálmate y escucha" la muchacha obedeció su conciencia y decidió seguir observando.

-Soy el único en esta habitación, ¿acaso no te has dado cuenta? – dijo mirando a su alrededor, el muchacho comenzó a observar la puerta discretamente, como para asegurarse de que todo estuviera en orden con la chica.

Desgraciadamente Maddie no fue la única que se dio cuenta de esto. El muchacho soltó lo que tenía en las manos y sonriendo se aproximó a la puerta, Asa abrió los ojos como platos con terror, el chico sacó una pistola de su pantalón y apuntó a la puerta - ¿Estás seguro de que no hay nadie aquí muchacho? – Asa quedó petrificado en el acto, haciendo aún más evidente que había escondido a alguien dentro. El joven sonrió al ver la expresión del muchacho y suspiró - ¡voy a contar hasta tres y quien sea que esté adentro recibirá la bala si no sale antes! -Madeline abrió los ojos con terror y miro a su alrededor, no tenía donde esconderse, y la puerta era delgada, un tiro fácilmente se podía colar entre la madera, así que... -¡Uno! – no le quedaba opción más que... -¡dos!- era muy arriesgado pero, -¡Y cuarto para las..! - la ojiverde rápidamente abrió la puerta con terror y miró al joven con odio, debajo de ella el pequeño dálmata ladraba con fuerza intentando de alejar al extraño. El muchacho sonrío con fuerza para sí mismo. "Por dios, ¿acaso todos aquí sonríen por cualquier cosa?" pensó la chica.

El muchacho puso su mochila en el suelo y comenzó a buscar dentro de ella -La próxima vez solo explícame que es tímida – dijo sacando un par de objetos de su mochila -De todas maneras no me puedo marchar sin entregarles esto – En muchacho le entregó a la chica una manzana, un pedazo de papel aluminio y un pequeño cartón de leche con chocolate, la muchacha estaba confundida, el muchacho guiño un ojo y dijo – Su desayuno – luego sacó un plato de metal y un paquete de comida para perros y comenzó a servirlo, el perro dejó de ladrar para acercarse con curiosidad hacía el plato moviendo el rabo de un lado a otro. "traidor2 pensó la muchacha con pesadez. Cuando acabó se volteó con el ojiazul y le entregó lo mismo que a la ojiverde, solo que con una especie de odio. Cuando estuvo a punto de marcharse el ojiazul gritó - ¿Quién rayos se supone que eres? – el muchacho volteo con pesadez, -Tengo prohibido hablar con ustedes, además se supone que los prisioneros deberían guardar silencio si saben lo que les conviene – la sangre comenzó a subir rápidamente por las mejillas del chico - ¡No somos un par de perros sabes! – dijo con furia - ¡y sabemos lo que nos corresponde, así que comienza a hablar! ¿Por qué estamos aquí? ¿Quiénes son ustedes? ¿Por qué rayos somos importantes? Y... - la muchacha apretó el brazo de Asa para indicarle que se calmara, - Así es niña mejor controla a tu novio – esta vez Asa quien tuvo que detener a Maddie, si no fuera por el ojiazul él tipo hubiera acabado con un ojo menos, el joven suspiró y tomo su mochila, justo antes de marcharse los miró con un suspiro -Allister, -dijo con pesadez – Allister Mcloughlin – después atravesó la puerta cerrándola con llave.

....................................................................................

-¡Maestro!- el muchacho entró alarmado a la habitación donde yacía el hombre con una mirada expectante, el chico tenía una clara expresión de terror pintada en el rostro, tomó un trago de saliva y con voz agitada dijo -Las investigaciones han comenzado señor, la policía los está buscando.- El hombre como respuesta esbozo una enigmática sonrisa y con un rápido gesto de su mano le indicó que continuara -¿Qué hacemos ahora señor? – el hombre se aclaró la garganta para pronunciar sus palabras con voz ronca. – Oh, mi queridísimo alumno, ¿acaso dudas de mi astucia? – el muchacho abrió los ojos con sorpresa y bajo la cabeza con temor - ¡Por supuesto que no maestro! ¡yo nunca dudaría de usted!, sin embargo... -

-Sin embargo ¿qué? estudiante- el muchacho comenzó a sudar en frío, - Tienen fuerzas muy poderosas y peligrosas buscando, temo que, vayan a...- el chico miró con temor a su maestro- A descubrirnos maestro, ellos sospechan que hay algo más grande detrás de su desaparición, ¿y si dieran con nuestro plan? – El hombre se levantó de su silla y camino hacia su discípulo, - Querido siervo mío, que ingenua mente tienes, - El hombre hablaba de manera calmada, con paciencia, - Ellos no podrán encontrarnos, - el hombre miró la pantalla en su escritorio por unos segundos y volvió a sonreír – mis socios y yo hemos hecho un buen trabajo escondiendo a mis pajarillos. Los hemos alejado demasiado de casa como para que puedan llegar volando por su cuenta, además necesitarían que alguno de mis alumnos echara a perder el plan, -el hombre miró con dureza a su alumno, e hizo que por unos instantes se helara la sangre del muchacho – y tu no vas a echar a perder el plan ¿cierto? – el muchacho quedó congelado en su lugar, el hombre lo levantó con ambas manos del cuello de su camisa - ¡¿cierto!? – el alumno negó con la cabeza con terror, el hombre sonrió satisfecho y lo bajo lentamente, - Ahora ve hijo mío, cumple con tu labor – el muchacho asintió, hizo una reverencia y salió con paso veloz de la habitación. El hombre volvió a ver la pantalla de su escritorio y se sentó en su silla con satisfacción.




NOTA AUTORA 

Chicos, si les está gustando la historia compartanla   en redes sociales, hagamos que la comunidad crezca. 

Estrellitas y comenterios son siempre bienvenidos, sin más que decir espero que hayan disfrutado el capítulo. 


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top