Japón

-Este sera tu nuevo hogar- Reborn me hablaba con delicadeza y ternura; sabia que estaba triste pues mi padre me había mandado a Japón de la noche a la mañana.

-Reborn..- suspire un poco triste y el levanto mi mentón.

-eres una chica muy fuerte para aceptar venir a vivir sola.-

-Eso es por que mi padre me lo ah pedido...- murmuré.

-(...) lo que tu padre te pidió sabes que fue y siempre sera para tu bien-

-Lo entiendo- acepte elegantemente

-Me alegra que así sea-

Las cosas que traía conmigo estaban siendo desempacadas por Reborn quien me acompaño todo el camino sin protestar. La casa donde me iba a hospedar era cómoda y elegante...Pero demasiado grande para mi sola.

-¿Estudiare aquí?- pregunte con suavidad

-Por ahora no-Reborn buscaba entre unos papeles nuestros pasaportes y los acomodaba en un cajón- Haré que vengan maestros particulares a impartiste las clases que llevabas en Italia..

-En cuanto el idioma...-

-Cuando tengas necesidad de salir debes hacérselo saber a Roh- Me entrego un numero telefónico anotado en un pequeño pedazo de papel- el sera tu traductor y guarda temporal.

-Muchas gracias- le sonreí.

-listo, tengo que irme a ver a un conocido; ¿estarás bien si te dejo sola?- Asentí delicadamente con un breve gesto- Si quieres salir llama a ese numero, recuerda que bajo ninguna circunstancia debes estar sola si no es aquí.

-Esta bien Reborn, le ruego no se preocupe-

-Descansa (...) ah sido un largo día- Los pasitos de reborn hacia la puerta me daban mucha ternura; el era el Hitman mas poderoso del mundo pero tenía una apariencia tan adorable que me daban ganas de abrazarlo..pero no debía perder la postura.- oh.. por cierto..- dio media vuelta antes de salir- En la sala principal hay un piano; tu padre lo mando a hacer a tu medida.- y salio.

Cerré la puerta y suspire perdiendo levemente el porte; estaba exhausta pero una dama jamas debe tener un rostro cansado. Camine examinando el lugar; de verdad era hermoso pero si yo iba a vivir sola me hubiera gustado estar en una casa mas pequeña.

De todos modos, no debía ser mal agradecida con mi padre; el busco la mejor casa para mi y no puedo reclamarle nada.

Camine hacia la sala principal; me había emocionado al escuchar que había un piano. Todas las noches le tocaba una melodía a mi padre para que el pudiera dormir en paz. El trabajo de la Mafia para el era muy pesado; sobre todo si su hija no era capaz de defenderse sola.

Suspire al pensar esto ultimo.

Por más que le rogué a mi padre me enseñara a pelear el se resigno fuertemente a mi petición argumentando que yo era una princesa y las princesas deben ser protegida. Estoy muy en contra de ello pero es mi padre y termino por convencerme de que mi responsabilidad era educarme y dotarme de muchas habilidades que me convirtieran en una mujer refinada.

Encontré el piano aun envuelto en plástico; de seguro se estaba asfixiando así que me apresure a quitárselo. El olor que desprendió me hizo sonreír de par en par. Caoba fresca.

Pase mi mano por la caja de cuerdas cerrando mis ojos para disfrutar la textura. Como desearía que mi padre estuviera aquí para abrazarlo y agradecerle por este hermoso regalo. Abrí los ojos con un poco de tristeza, recordar a mi padre me hace sentir vacía...Yo no quería alejarme de su lado.

Me senté con fineza en el banco del piano y respire profundo viendo detenidamente cada una de las teclas. Pose mis manos firmemente y comencé a tocar.

(Pueden poner el vídeo en multimedia, y os pueden dejar por el resto del fic si gustan nwn).

Tocar esta pieza me hace recordar mi infancia...Donde mi madre me abrazaba y mi padre tomaba fotos de ella. Mi madre era una prodigio en el piano y estoy gustosa de ir por el mismo camino que ella.

De pronto sentí el viento mover mi cabello, abrí los ojos y ahí me encontraba...frente a Mi padre y frente a Xanxus. Por supuesto que solo era una ilusión de mi mente.

Xanxus...mi hermano mayor. Estaba muy contenta de que el sueño de xanxus iba a cumplirse y se convertiría en el décimo vongola. Siempre fue su sueño y siempre me hablaba de ello; por supuesto no faltaba su divertida propuesta de matrimonio.

Abrí los ojos y note que mis manos se movían con naturaleza y suavidad. Recordé a mi padre abriendo mi puerta. En ese tiempo yo estaba cepillando mi cabello....

-"Mi princesa..."- sonrió el acercándose a mi con su sonrisa de bondad

-"¿sucede algo padre?"- lo mire preocupada pues en sus ojos veía pesar.

-"Me temo que tienes que viajar de inmediato a Japón"-

Me quede en silencio; definitivamente no estaba de acuerdo con ello. Pero a mi padre no podía reclamarle...sería una hija desagradecida y grosera.

-"¿Sola?"-

-"¡en absoluto! Reborn te acompañara.."-

-"Esta bien padre"-

-"Si algo te llega a faltar no dudes en pedírselo de inmediato a Reborn"- Yo asentí y lo abrace.

-"lamento la falta de respeto, pero es muy apresurado esto; quisiera no separame de usted"- Los brazos de el me correspondieron con ternura.

-"No es ninguna falta de respeto...Pero debes entender que es por tu bien."-

-"Lo entiendo a la perfección"-

-"Entonces prepara tus cosas, no tarda en recogerte Reborn"- asentí delicadamente- "otra cosa...No le digas nada a tu hermano; sabes que xanxus es testarudo"-

-"Entendido padre"-

Deje de tocar; No pude despedirme de Xanxus y es muy seguro que este molesto conmigo. Suspire y mire seriamente el numero que Reborn me había dado. Saque mi pequeño telefono crema de mi bolso y llame.

-Señorita Vennedetti- habló una voz masculina y al parecer Joven- ¿En que puedo ayudarla?-

-Buenas Tardes, Me han dicho que si quiero salir debo pedirle a usted que me acompañe-

-Es correcto- dio una leve risa.

-¿Puede venir en media hora por mi?-

-El tiempo que usted crea necesario- Habló formalmente.

-Muchas Gracias-

-Es un placer- Colgué y busque el croquis de la casa que reborn me había hecho para señalarme donde estaba cada cosa; me dirigí al cuarto de lavado donde tenia que encender el agua caliente y subí a mi habitación para meterme a bañar.

En veinte minutos estaba completamente lista; me mire en el espejo y aprecie mi vestido blanco con mis botas negras. Afuera hacia calor así que opte por ponerme un sombrero igualmente negro; ante todo debía vestirme formalmente aun que solo fuera a conocer los alrededores. (imagen multimedia)

Diez minutos después la se escucharon unos leves golpesitos en la puerta, mire a través del portero eléctrico y me sorprendí al ver a un chico de mi edad. Era rubio y de unos ojos azules muy penetrantes. El sonrió a través del portero como si estuviera viéndome y me saludo con la mano.

-Señorita Vennedetti, soy Roh-

Abrí con un poco de precaución pero mi cuerpo se relajo al distinguir en su mano libre una credencial Vongola que lo avalaba con aliado.

-¿Esta lista?-

-Si, muchas gracias- cerré la puerta tras de mi y camine frente a él.

-¿Tomaremos auto?- me pregunto acercándose a la camioneta que esperaba en la entrada del jardín.

-No, prefiero ir a pie si no hay ningun inconveniente-

-Por supuesto que no lo hay- sonrió divertido y se luego se puso firme.-Entonces dígame ¿a donde planeaba ir?-

-Quiero conocer Namimori ¿sabe que lugar sería bueno?-

-Ese es mi trabajo-puso un brazo extendió frente a mi y me señalo un camino- Por favor Señorita Vennedetti después de usted.

Camine con fineza y elegancia como era de mi costumbre. Me incomodaba un poco ser cuidada por un joven de mi edad. Pero si Reborn me dio ese numero era por que a pesar de su apariencia era capaz de cuidarme.

-La llevaré al centro de Namimori donde pasara parte del tiempo si es que busca comprar alimentos-Asentí con la cabeza sin bajar en ningún momento la mirada.

Las calles estaban llenas y muchas personas circulaban; era domingo y apenas daban la una de la tarde; me avergüenza decir que tenia un poco de hambre pero es de poca clase admitirlo frente a un hombre. Caminamos otros diez minutos y yo me maravillaba con las calles arboleadas que esta ciudad tenía; simplemente era hermoso

-Este es el centro comercial- sonrió y me mostró un edificio- como puede ver no esta tan lejos de su hogar pero tampoco es tan cerca como para que el transito peatonal la moleste.

-Me gustaría entrar-

-Por favor Señorita, yo estoy a sus ordenes.- desde ese momento Roh se quedo todo el tiempo detrás de mi dejándome hacer mis cosas y mis visitas. Efectivamente actuaba como un guardaespaldas.

Me maravillaba la arquitectura del edificio; a lo lejos olí un estofado dulce por lo que me acerque tranquilamente y un señor me sonrió. Me habló en japones pero yo no entendí nada a lo que Roh fue a mi auxilio.

-Dice que si le gustaría probar- sonrió

-No, muchas gracias. Pero me llevare dos platos de comida-

Roh tradujo sin problemas lo que había dicho y el señor asintió gustoso. Minutos después nos entrego el pedido y pague con el efectivo que traía en mi bolso, dejandole el cambio como propina.

Recorrimos todo el edificio y al final volvimos al piso de abajo; estaba exhausta y hambrienta así que le pedí formalmente a Roh que regresáramos a casa pero esta vez en auto. El sonrió cortesmente y saco su celular marcando un numero.

Mientras el llamaba distinguí a lo lejos a unos chicos que parecía nos estuvieran siguiendo.

-El auto llega en cinco minutos-

-Muchas gracias- dije un poco preocupada.

-No se angustie- sonrió el intentando relajarme- ya los eh visto, por favor sigame- y me tomo del hombro llevándome a un costado del centro donde la gente circulaba menos - Yo me encargare de ellos usted espere aquí- y a continuación desapareció entre la gente.

Miraba a todos con certeza y calculo; distinguí que uno de los tres que nos seguían se acercaba a mi. No debía tener miedo, las personas con las que mi padre me deja son las mejores así que Roh debe estar planeando algo. Una vez estando frente a mi el joven sonrió y recargando su hombro con el mio me susurro un "Dame tu dinero o te mato" mientras sacaba la mano de su bolsa acto que quedo inconcluso por que el un chico rubio lo detuvo.

-Lamento haber tardado, pero los otros querían escapar- sonrió tranquilo- ahora..- miro seriamente al chico amenazante.-¿Puede pedirle perdón a la señorita?-

-Tsk!- soltó un golpe al estomago pero mi traductor lo esquivo con facilidad y doblandole el brazo lo sometió frente a mi.

-¿Ahora le pedirá perdón?-  volvió a sonreír como si nada estuviese pasando.

-No!- se abalanzo como puedo contra el pero de nuevo le sometió esta vez tirándolo al suelo con la cabeza presionada fuertemente al cemento. Las personas comenzaban a reunirse por el alboroto.

-No le haga perder el tiempo a la señorita- lo presiono mas haciendo que su dolor aumentara- pídale disculpas..-

-Lo..Lo siento..- murmuro el agotado joven sin aguantar el ardor de su cara.

-¿Que es este alboroto?- la voz de un tercero se abrió entre la multitud.-¿Quién es el herbívoro que ocasiono esto?.

La gente se empezó a ir en cuanto tuvo la oportunidad. Al parecer ese chico era quien aplicaba la ley en ese lugar.

-Hi..Hibari-san!- tembló el que se encontraba en el suelo-

-Huu?- parpadeo tranquilo Roh quien lo miraba con desinterés- bueno..creo que ya te puedes ir- Sonrió al mismo tiempo que soltaba al adolorido joven.

-E..Eres un maldito!- Se echo a correr en cuanto tuvo la oportunidad sin dirigirle la mirada al nuevo presente.

-Nos vamos seño...- un golpe cercano a la cara lo interrumpió.

El pelinegro lo había atacado sin razón, dí un paso para atrás con la mirada neutra, sabía que ese chico quería una pelea.

-Hum...¿Que es lo que sucede?- pregunto tranquilo roh con las manos en sus bolsos-

-Kamikorosu- sonrió al girar sus tonfas que poseía en sus manos y se le abalanzo sin decir mas.

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Espero que les haya gustado QwQ/

hi: quien es ese roh ¬¬

Ha: QWQ que no leíste el fic

hi: (-__-) eso no me contesta nada

Ha: como sea..esperen actualizaciones.

Ciao Arevior!!!

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