2: olvidos y perdidas

Cuando la esperanza se encuentra lejos, dale la cara al futuro




Anna miraba la entrada de su hogar como si fuese la cueva del lobo, sabía como la recibiría su abuela, y eso la espantaba, estaba cansada de siempre recibir los mismo regaños, pero ahora era algo peor, tendría que decirle que había encontrado un cazador de sombras y no solo eso, le había dado su nombre

Se mordió el labio mientras que entraba de forma insegura en la pequeña mansión que había sido su hogar por lo menos toda su infancia, pasó al lado de un cuadro de su abuela, parecía mirarla margaret la miraba desde la untura con el ceño fruncido y una mirada de enojo total, Anna se preguntó si estaría loca al sentir el enojo de un cuadro sin tener a la musa enfrente suyo, sus ojos de color miel le daban una presencia inminente, además de su cabello de oscuro negro como la noche, se preguntó si así de hermosa había sido siempre, había pasado toda su vida con margaret pero nunca la había visto envejecer, pero claro, era una bruja, era difícil no saber cuánta edad tenía, ya que aparentaba unos veinticinco años,

Muy pocos sabían su secreto, solo un lobo y unas cuantas hadas sabían quién era en realidad ella, una cazadora de sombras, si eso era, aunque siempre se mantenía oculta entre las sombras, ante la mayoría de los subterráneos ella solo era la nieta de una de las brujas con más influencia de brooklyn, claro que entre lo más alto estaba el brujo magnus bane que lastimosamente era prácticamente imposible hablar con el, su pareja era un cazador de sombras así que el hecho de acercarse a él era casi nula.

Margaret había adoptado a una chica humana con la visión cuando se sintió lo suficientemente preparada para tener un hijo, adoptó a la pequeña y estuvo a su cuidado por casi toda su vida, cuando la pequeña niña creció en una mujer, se fue de casa a hacer su propia vida

Margaret nunca pensó volver a ver a su pequeña hasta que unos años después su pequeña hija llego pero no sola, en su vientre habitaba una pequeña criatura, la mujer explicó que el padre era un cazador de sombras que no volvió a ver, cuando dio a luz murió, dejando a su bebé al cuidado de margaret que con cuidado la protegió todos estos años, misteriosamente nunca quiso avisar a la clave de la pequeña nefilim, ni siquiera le ha revelado el nombre de su madre y mucho menos de su padre

- abuela!- grito mientras entraba en la sala de la mansión

- veo que llegaste- dijo con una sonrisa en los labios pintándose de un rubí intenso

- si ya estoy aquí... decidimos llegar más temprano- a distancia se podía notar el nerviosismo de la chica que se mordía el labio mientras intentaba no mirar esos ojos miel

Margaret sabía que Anna y Sarah estaban en pandemónium, se lo habían dicho ayer por la noche bastante entusiasmadas, tanto que verla a las 10 de la noche era algo raro el club cerraba a las 2 de la mañana

- porque llegas tan temprano- pregunto mientras que pasaba a su lado y se sentaba en el sofá del lado de un rosa exagerado

- una madre normal me regañaría si llegara tarde más no temprano- dijo con una ceja levantada y una sonrisa ladina

- pues fíjate que soy tu abuela más no tú madre- margaret se recogió el cabello en una colega desordenada

Anna trago grueso al ver como la mujer se arreglaba el cabello, margaret jamás se recogía el cabello, sus pequeños cuernos que delataban su sangre de bruja se lo evitaban que el recogido fuese fácil de lograr y si lo hacía era por qué estaba molesta eh intentaba ocultar su furia

- dime qué pasó- no era una pregunta, se lo estaba exigiendo, sus ojos la miraban fijamente con rabia

Anna suspiro, sabía que si no le decía acudiría a Sarah y como las hadas no pueden mentir sería irremediable que lo supiera

- nos encontramos con un cazador de sombras- dijo lento y calmado, parecía intentar mostrarse indiferente

- te vio las marcas?- pregunto, estaba muy pálida

- no, creyó que era una mundana con la visión- Anna le restó importancia

- pasó algo más?- margaret había cambiado su pálido rostro por uno rojizo de rabia

- no solo eso, salimos como si nada- Anna parecía intentar que el asunto no fuese más que un hecho tonto que se debía olvidar

- debes tener más cuidado- la mujer se acercó a Anna y le acaricio la mejilla con una sonrisa melancolica

- Anna, mi Anna, lo digo enserio, no quiero perderte...así como la perdí a ella- la mujer sonrío de nuevo y simplemente se fue

Anna se quedo parada en su anterior sitio totalmente congelada, sabía que su madre había muerto después de haberla dado a luz y su abuela sufría mucho por ello, sabía que probablemente aquel suceso y dolor eran culpa suya, le dolía el corazón el ver a su abuela tan melancólica aveces la entendía, el porque de los regaños y aquella sobre protección que le regalaba

Su abuela solo quería tenerla ahí, segura, no quería perder a nadie más




(...)



Jonathan miraba por la ventana del instituto con una sonrisa en los labios

"Anna"

Valla nombre para una fiera como aquella, había visto a chicas defendiéndose antes pero ninguna con aquella ferocidad y elegancia, ella era una mezcla de aquello

Una chica elegante pero fuera con el poder de dejar a cualquiera ante sus pies, sus fieros ojos verdes mostraban aquella determinación ardiente que tanto lo impactaron

Sin darse cuenta miraba por la ventana intentando encontrar entre las chicas que caminaban entre el gentío a alguna melena rubia platino, sonrío para sí mismo al darse cuenta que ninguna chica en aquella calle tenía ese singular plateado rubio, casi blando de ella

- Jon... - se giró hacia la derecha encontrándose a su pequeña hermana Lucy que le sonreía con aquellos pequeños dientes

- pasa algo?- el chico miraba con una sonrisa a aquella pequeña rubia de ojos dorados

Si... su hermana en si tenía un pequeño parecido a Anna, solo que sus ojos eran del mismo color suyo, un color que mostraba a los herondale, su hermano también teñí los mismos ojos color dorado, pero a diferencia de sus hermanos Jonathan tenía un cabello brillante rojizo como el de su madre

- es bueno tener un parabatai?- pregunto la pequeña de tan solo ocho años, Jonathan miraba embonado las pequeñas pecas que acariciaban el rostro de su hermana

- claro... porque me estás preguntando por eso?- el chico la miraba con una sonrisa de lado, que muchos podrían mostrar cómo una sonrisa perfecta

- todos aquí tienen un parabatai, papa tiene al tío alec, mama tiene al tío Simon y no solo eso, tú tienes a max! No es justo- la pequeña hizo un puchero adorable ante los ojos del chico

Lucy siempre había sido una chica bastante adorable, era la pequeña consentida de los herondale

- porque no se lo pides a june?- junte era la pequeña hija de simon y isabel tenía un año más que lucy era una chica muy sería que normalmente nunca se mostraba de manera sentimental pero extrañamente era compatible con lucy es más eran casi inseparables

- crees que ella acepte?- pregunto con los ojos iluminados

- porque no vas y le preguntas?- la niña sonrío y salió prácticamente corriendo del lugar

Preguntar... la idea de ir por todo el territorio de los submundos y preguntar por ella

Anna ... quería saber quién era Anna, esa chica de cabellos de nieves que tanto lo cautivo quería volver a verlo

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