1: lo que pasa en pandemonium
Lo divertido de la vida, es que no sabes cuándo acaba
19 años después
En las calles de brooklyn se escuchaba el espeso sonido de música electro a todo tope, Anna se encontraba entre el gentío, haciendo que su cuerpo se moviese al son de la música, se sentía atraída desde la primera vez que había visto aquel club, " pandemónium" Sarah que estaba a su lado moviendo las caderas de manera simple y callada, moviendo su fucsia cabello de un lado a otro, Anna le sonrío cuando pudo tenerla a unos pocos centímetros
- te diviertes?- le preguntó Anna con una sonrisa torcida
- no sabes cuánto...- le respondió la chica sonriendo
Anna abrió los ojos a más no poder el término que utilizó jamás lo había empleado antes, las hadas normalmente no utilizaban ese tipo de expresión, pero después de todo Anna conocía a sarah desde hacía mucho tiempo, sabía que su verdadero nombre no era Sarah, pero aún así nunca le preguntó su verdadero nombre
- no entiendo porque te cubres con un glamur puedes fácilmente pasar como humana aquí, además, ese color de cabello es el más normal qué hay en el sitio- le comentó Anna estando a su lado intentando que la música no dañara su comunicación
La chica se sonrojó y abrió de par en par unos enormes ojos color negro noche, parecían tener destellos azules, pero aún así, era preciosa, según Anna su querida Sarah tenía un rostro angelical parecía una muñeca, además que su estatura la hacía pasar como tal, era suprema mente baja
Anna dirigió su mirada hacia la derecha dando un giro a mediaz, deteniéndose a ver a un chico de aspecto angelical, era ese tipo de chicos a los que se les llamaba condenadamente apuestos, su cabello era un rojizo claro perfecto que combinaba de manera envidiable su piel, era hermoso sin lugar a dudas, cuando este solo se pudo girar un poco Anna noto un toque dorado en sus ojos, se mordió el labio intentando analizar más los contornos del chico, pero esto no pasó, ya que al girarse pudo notar las duras líneas negras que se expandían en su cuerpo
Anna quedo helada, estática en su lugar, Sarah la miró entre extrañada y preocupada,
"Nefilim" susurró tan bajo que casi Sarah no pudo descifrar que era lo que estaba pasando, su mirada se centró en el chico de cabellos rojizos y exclamó de sorpresa
- debemos irnos- dijo Sarah con la preocupación pintada en el rostro
Anna sabía que era necesario que debían irse, pero era de verdad necesario? Tenía una camisa manga larga que evitaba que notara sus runas, además hoy había dejado todas sus armas en casa, su abuela la regalaría si se entera que encontraron a un cazador de sombras y no evitaron chocar con el
Cuando Anna volteo para ver de nuevo al chico, este ya no estaba
- dónde está?- pregunto con voz sofocada
- estaba ahí hace unos minutos- dijo Sarah con la voz errante- déjame mirar si no está por la salida este y si no, te pondré un mensaje, nos veremos ahí- dijo y salió casi a tropezones entre la multitud
Anna respiro pesadamente, odiaba tener que esconderse, no solo de los cazadores de sombras si no también de todo subterráneo que no ha jurado guardar el secreto, con las hadas era casi una heroina, siempre estaba ahí para ayudarles, todo empezó con su querida amiga
Cuando su teléfono mostró el mensaje de Sarah se relajó por completo
Está despejado, debe haberse ido por otro lugar
Anna respiro con fuerza y se propuso a pasar entre la gente entre empujones y disculpas, se llevó unos mechones de cabello rubio casi blanco por detrás de la oreja, cuando salió no pudo encontrar a Sarah, miró a su alrededor intentando encontrar aquella melena particular, pero no la encontraba, estaba en las afueras del club pero su amiga no aparecía por ninguna parte
- qué demonios?- pregunto para sí misma Anna cuando vio en mitad de la calle el teléfono de Sarah, aparentemente roto
Se dispuso a buscarla como en un frenesí, se vio así misma buscando entre el callejón más cercano, y el siguiente hasta escuchar un quejido sordo que demostraba donde estaba Sarah
Al llegar dos chicos estaban presente uno de ellos acorralándola y tirándola al suelo
- vamos hada, pídeme perdón - le dijo uno de cabello castaño, por el simple hecho de verle el rostro Anna supo que eran vampiros
- porque tiene que pedirte perdón?- pregunto la chica pasando a su lado
- ohh tenemos compañía- dijo el castaño mirándola de arriba a abajo con una sonrisa torcida
Anna se dispuso a dar un paso adelante, y en menos de lo que los vampiros pudieran ver estos ya estaban en el suelo mientras que Anna tomaba a el castaño por el cuello el pelinegro se dispuso a huir
- entonces... ahora eres tú quien le debe una disculpa a la señorita- dijo está con media sonrisa
Anna sabía muy bien de sus habilidades, su abuela siempre le había dicho que era mucho más fuerte que un cazador de sombras ordinario y ella le creía, tenía una fuerza increíble que podía asociar con la de un hombre lobo y la velocidad y resistencia de un vampiro, muchos se referían a ella como una máquina de matar casi indestructible
- l..lo siento- dijo el vampiro mirando hacia Sarah con un poco de miedo en sus oscuros ojos
- que me dices? Lo disculpas?- le preguntó la rubia mientras que apretaba aún más el cuello del vampiro
- s..si!- Sarah parecía aturdida pero aún así logró sacar al menos una palabra
- muy bien! Entonces....- iba a decir pero una voz masculina la interrumpió
- que crees qué haces?- pregunto
Anna se giró dejando caer al vampiro con los ojos muy abiertos... cuando lo vio se quedo aún más pasmada
Era el mismo chico que había visto en el club solo que al estar tan cerca podía notar su belleza aún más sofocante, no se había equivocado sus ojos eran de un dorado profundo bastante singular, era fornido y a pocas distancia se notaban el buen trabajado cuerpo
- estás rompiendo los acuerdos- volvió a decir el chico con una voz tan calmada que le causó un escalofrío
- no estoy rompiendo nada- contestó como una fiera- estaba ayudando a una amiga
El chico abrió los labios unos momentos para después cerrarlos parecía confundido y su brillante cabello rojo se veía aún más claro a la luz de la luna
- no puedes protegerla, es una hada, según La Paz fría...- iba a decir pero. Anna se adelantó
- me importa muy poco La Paz fría, me vale lo mismo que ese estupido vampiro- le contestó con irritación
- que eres? Una mujer lobo?- pregunto el muchacho creyendo que el maltrato que se le dio al vampiro era por las riñas que se mantenían entre los hijos de la noche y de la luna
- soy solo una humana- contestó eficaz con miedo de que pudiese enterarse de lo que de verdad era
El chico la miró incrédulo, y Anna estuvo a punto de desmayarse, tantos años de secretos, tantos años ocultándose...
- no puedes ser una humana- respondió el mientras que la miraba de arriba a abajo- cualquier humana no hubiese tenido oportunidad con dos vampiros
La muchacha se mordió el labio parecía estresada como si de un momento a otro fuese a estallar
- se puede decir que me he entrenado bien- Anna parecía estar a la defensiva
- que debo hacer con ustedes?- este puso un rostro pensativo que obviamente era falso- qué tal si... llamo a la clave o simplemente puedo dejarlas ir
La rubia abrió los ojos de par en par... la sorpresa no era menos
- porque nos dejarías ir?- pregunto la chica con voz estrangulada
- solo pido algo a cambio- dijo el de cabellos rojos con los ojos más dorados de lo que ya estaban- dime tu nombre y te dejaré ir a ti y a tu amiga
Anna se mordió el labio, porque quería saber su nombre? Porque razón queria saberlo, simplemente podría haber pedido cualquier cosa y el quiere... el quiere que le de su nombre
- Anna...- respondió instantánea como si las palabras estuviesen a punto de salir desde hace mucho
El chico sonrío amplio y ella se maldijo unos momentos por decirlo, bueno, al menos no le dijo el nombre completo, Anna simplemente vio al chico haciéndole señas para que se fueran, está tomo del brazo a Sarah y empezaron a caminar cuando estuvo al lado del chico sus hombros chocaron y Anna sintió como por un momento se derretía y un dulce susurro como la miel le lleno los oídos, miró a Sarah y noto que ella no lo había escuchado
Con las mejillas rojizas Anna se dispuso a salir lo más rápido posible, más cuando en estos momentos había hecho algo que jamás se había atrevido a hacer
Había intercambiado nombres con un cazador de sombras... así es, ese pequeño susurro no fueron palabras huecas ni advertencias, era un nombre
"Jonathan herondale"
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