Capitulo 8: Duelo por el trono de Slytherin.

En solo una semana, mi nombre ya era conocido por todo Hogwarts como la legítima reina de Slytherin.

Aunque no lo confirmaban oficialmente, todos asumían que Moreau y Malfoy eran novios.

Estaba sentada junto al lago negro con mis amigos Delphine, Pansy, Cristian y Viktor, disfrutando de la tarde.

Escuchamos unos pasos acercarse y, de inmediato, una voz conocida se hizo presente: —Aquí estás, Black.

No necesitaba voltear para saber de quién se trataba. Me giré lentamente, con una expresión impasible.

—¿Qué quieres, Moreau? —le dije, con una voz cargada de superioridad.

Su mirada reflejaba arrogancia mientras se cruzaba de brazos.

—¿Cómo te atreves a llamarte la reina de Slytherin? No eres mejor que yo. Draco y yo somos los verdaderos reyes. Tú… tú no eres nadie especial.

Una sonrisa fría se dibujó en mi rostro.

—Soy legítimamente la reina de Slytherin, Moreau. Tú y Draco solo fingen serlo, pero jamás lo serán —le respondí con desdén, dándome la vuelta hacia mis amigos.

Su rabia era evidente, pero no se detuvo ahí.
—Lestrange, te reto a un duelo, aquí, en el lago negro. Dentro de dos horas.

La tensión en el aire era palpable, pero yo no me inmuté.

—Acepto —le dije, mirándola fijamente a los ojos. Moreau dio media vuelta y se marchó.

—Helena no está sola —añadió Viktor, lanzándole una mirada desafiante.

Sin responder, Moreau se alejó rápidamente.

—Vamos con Hermione —les dije a mis amigos.

—Sé dónde está —dijo Viktor con una sonrisa.

—Déjame adivinar… en la biblioteca —comenté, con un leve tono divertido.

—Tienes talento para la adivinación, Helena —bromeó Viktor, provocando las risas de todos.

Nos dirigimos a la biblioteca lo más rápido que pudimos.

Al encontrar a Hermione, le expliqué la situación: —Hermione, Moreau me ha retado a un duelo dentro de dos horas en el lago negro. Quiero que sepas que no pienso dañarla. Solo la desarmaré, a menos que ella intente algo más peligroso.

—Iré al duelo —respondió Hermione, con determinación.

Cuando llegó el momento, me dirigí al lago negro acompañada por Delphine, Pansy, Cristian y Viktor. Al llegar, vimos que Hermione, Ron, Harry, Fred y George ya estaban allí. Un minuto después, apareció Moreau con Draco, Crabbe y Goyle.

Nos colocamos en nuestros lugares. Moreau fue la primera en atacar con un Expelliarmus, pero yo respondí rápidamente con un Rictusempra, que la hizo girar en el aire y caer al suelo. Se levantó con dificultad, pero sonriendo de manera retorcida.

Sin proponérmelo, entré en su mente por un breve instante. Lo que vi me heló la sangre: Moreau planeaba lanzar un maleficio imperdonable. Apenas comenzó a pronunciar las primeras palabras del Avada Kedavra, me aparté rápidamente y conjuré un Locomotor Mortis, inmovilizando sus piernas por completo.

—Coge a tu novia, Malfoy —le dije, con frialdad.

Draco me miró con furia, pero antes de que pudiera hacer algo, Viktor se adelantó: —Ni se les ocurra intentar dañar a Helena. Si lo hacen, se las verán con nosotros. Ella no está sola; tiene amigos.

—Serpensortia —conjuró Draco, haciendo aparecer una serpiente verde que se arrastró hacia mí.

Sin titubear, me agaché y hablé en parsel: —Sé libre. Ve a donde desees.

La serpiente me obedeció y se deslizó lejos de todos. Un silencio absoluto se apoderó del lugar. Las miradas de asombro de los presentes lo decían todo.

—¿Puedes hablar parsel? ¿Desde cuándo? —preguntó Harry, claramente impresionado.

—Desde siempre —le respondí con indiferencia.

Crabbe, Goyle, Draco y Moreau me miraban incrédulos.

—Creo que ahora no hay ninguna duda de que soy la auténtica reina de Slytherin —dije, mirando fijamente a Moreau.

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