6. Primera no muy buena impresión

En menos de cinco minutos Aurora ya tenía todos los papeles e informes del caso sobre su mesa, ella rara vez usaba su despacho particular, normalmente usaba la sala de juntas donde trabajaba conjuntamente con el resto de miembros del consejo, pero en esta ocasión tuvo que hacerlo ya que era la única que no sabía nada sobre el caso, y quería informarse antes de hablar con los demás.

Leyó todo con detenimiento para no perderse ningún detalle, y cuanto más leía, más confirmaba sus sospechas, había demasiadas similitudes para que solo fuera una simple coincidencia, internamente agradecía por ese caso, gracias a él tendría bastantes cosas que exponer ante la APE, la asamblea de la paz entre especies, pues tenía intención de convocarla ante la posible amenaza de una manada fantasma.

Al terminar de leer todo, se reunió con los miembros del consejo que aún estaban con el caso, juntos empezaron a hablar de las posibilidades de conseguir más información, tanto tirando de contactos de Aurora, como posibles hechizos que podrían hacer uniendo sus magias, lo último que tenían pensado hacer era rendirse.

-Aurora, tu móvil está sonando - le avisó un miembro del consejo.

-Gracias - le dijo Aurora, estaba tan concentrada que ni se había dado cuenta que su teléfono estaba sonando.

-Aurora, ¿en qué demonios estabas pensando? - fue lo primero que escuchó nada más coger la llamada, por lo que tuvo que separarlo un poco de su oreja.

-Para haberme dejado sorda - murmuró por lo bajo - en averiguar lo que está pasando aquí, y su relación con mi intento de secuestro - le dijo molesta por sus gritos innecesarios.

-¿De qué hablas? - preguntó más calmado.

-Ambos casos están relacionadas, un licántropo que está emparejado con una bruja creemos que pertenece a la misma manada de los que intentaron secuestrarme.

-¿En serio?, eso es bueno, iremos para allá.

Antes si quiera de que Aurora pudiera decir algo, Andrew ya había colgado y estaba avisando al resto para ir hacia el edificio del consejo, Aurora suspiró cansada, la actitud de su pareja le estresaba a sobremanera, esa última semana había sido un caos, la paz que durante años había vivido se había ido, y no sabía cuándo volvería, hasta se había planteado buscar alguna poción relajante, ya que los medicamentos no le hacían casi nada.

No tardaron ni una hora en llegar, Andrew conducía como un loco sin importarle la velocidad, y Aria lo único que hacía era decir que fuera más rápido, ocasionando que Diego acabase mareado y a punto de vomitar por la carrera, se lamentaba de no haberse quedado en la manada junto a Marius, se habría ahorrado ese malestar innecesario.

-Y a la vuelta lo mismo - dijo Aria bajando del vehículo como si nada.

Diego apenas podía con su alma, y pensar que tendría otro viaje como ese para volver a la manada, le hacía plantearse quedarse ahí para siempre, cosa que haría, si no fuera porque estaba seguro de que Aria lo arrastraría a la manada de una forma peor de la que tendría en el viaje de vuelta a velocidad supersónica.

-Diego, es para hoy - le llamó la atención Aria al ver que no bajaba del coche.

Diego salió como pudo del coche, le pediría a Aurora que le lanzase algún hechizo para resolver su malestar. Mientras, Andrew y Aria ya estaban entrando al edificio, no querían perder tiempo, necesitaban respuestas, llevaban demasiado tiempo sin conseguir ni una sola pista sobre quién pudo hechizar a Aurora, ninguno de los dos estaba dispuesto a que volviera a pasar.

-Ya estáis aquí - dijo Aurora al verlos entrar en la sala - estos son Jackson, Meison, Liseth, Madison y Mike, los miembros del consejo que están encargados de este caso.

-Encantados - dijeron Andrew y Aria casi al unísono, en ese momento entró Diego en plan zombie.

-Aurora, dime por favor que sabes algún hechizo para los malestares de estómago.

-Diego, ¿qué te pasó? - preguntó Aurora entre preocupada y divertida.

-Que estos dos energúmenos no saben lo que es el límite de velocidad - todos los presentes intentaron disimular su risa, todos menos Aria, la cual rió sin importarle la mirada molesta de su pareja.

-Mejor ve a la enfermería, allí seguro hay alguien que sabe algún hechizo para eso - dijo Aurora.

-Puedo llevarlo yo si quieres - propuso Liseth intentando ser amable.

-Mejor que le lleve Jackson - dijo Aria, la cual pasó de estar divertida, a fulminar con la mirada a Liseth.

-Jackson, ¿te importa?

-No, para nada, sígueme.

Diego se fue siguiendo a Jackson, sin embargo, la atmósfera densa que se había formado aún estaba ahí, junto a la mirada asesina de Aria. Aurora suspiró con pesar, conocía a su amiga, no creía que solo hubiera celos, sencillamente no le caía bien Liseth, normalmente ahuyentaba a las chicas que se acercaban a Diego demostrando que solo ella tenía su atención, o que ella era la dominante en la relación, pero en ese caso estaba siendo más directa y arisca, algo que solo hacía en última estancia, algo andaba mal.

-¿Qué tal si empezamos? - sugirió Aurora.

Luego hablaría con ella, no entendía su actitud, pero tampoco iba a juzgar sin saber, era su amiga, su mejor amiga, la conocía demasiado bien, algo debía de haber, no solo el hecho de que tuviera mechas rojas, ya había pasado su fase del radar de pelirrojas, no creía que tuviera nada que ver; ya vería cuál era el problema, en ese momento lo importante era desvelar el secreto de la manada fantasma.

Rápidamente, todos se pusieron al corriente de lo que estaba pasando y la información que se tenía, incluido Diego, el cual después de pasar por la enfermería, se encontraba como nuevo, el hechizo había funcionado a la perfección, y la doctora que le atendió era muy guapa y simpática, aunque eso se lo ocultaría a su pareja, si le preguntaba, le diría que le atendió un señor anciano muy majo, lo último que quería era a una Aria celosa y molesta, no le gustaba dormir en el sofá.

La actitud de Aria con los miembros del consejo era en general buena, salvo con Liseth, a ella no le prestaba atención o siempre encontraba pegas a lo que decía, lo cual no pasó desapercibido para Aurora, cada vez tenía más ganas de preguntarle qué le pasaba, Diego también se dió cuenta de su actitud, pero lo asoció a estar celosa y lo dejó pasar, le gustaba cuando se ponía celosa porque creía que otra mujer se había fijado en él, el problema era cuando ella pensaba que él se había fijado en otra.

La tarde transcurrió entre idea e idea, consiguiendo un mejor resultado del que por separado estaban llevando, pero era un hecho que debían pedir una reunión con la APE para hablar sobre la posible manada fantasma y el peligro que conllevaba, habían atacado a Aurora, a la luna de Red Moon, nada podía afirmar o desmentir sobre si había sido un ataque particular hacia ella, o si era el inicio de un ataque hacia todas las lunas, debían estar precavidos.

-Aria, debemos hablar - dijo Aurora a su amiga una vez estuvieron solas en la manada.

-Tú me dirás.

-Hoy has estado muy rara, no entiendo tu hostilidad hacia Liseth, no sueles comportarte así.

-Es complicado.

Ni Aria misma sabía exactamente qué le pasaba, solo sabía que esa chica no le daba buena espina, y nada tenía que ver con sus mechas, tenía un mal presentimiento con esa chica, pero no sabía por qué, tenía que averiguarlo, mientras tanto, no quería preocupar al resto, siempre podría haber sido un pequeño arrebato de celos, pero ni ella ni Aurora se creerían eso, tenía que investigar.

-Solo digamos que, no me ha dado una muy buena primera impresión.

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Hola, espero que os haya gustado el capítulo, solo quería avisar que a partir de ahora publicaré un nuevo capítulo de esta historia todas las semanas, el martes o el miércoles, hasta la semana que viene.

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