4. El despertar

Con los primeros rayos de sol, Andrew se despertó somnoliento, miró a su luna, pero ella seguía igual a esa noche, lo cual le desanimó, y más cuando le pareció que Aurora le había dicho algo durante la noche, aunque al verla así, descartó la idea y dió por hecho que solo había sido un sueño, es decir, un producto de su mente.

Igual que el día anterior, Andrew se arregló, dió un beso a su luna y se fue para abajo, en el comedor ya estaban los otros tres, con un semblante igual o incluso peor que el del día anterior, pero no por ello se iban a rendir, así que mientras desayunaban, fueron ideando nuevas estrategias para hacer despertar a Aurora, entre ellas, pedir ayuda al consejo supremo de las brujas.

Mientras, en la habitación del alpha y la luna, Aurora iba despertando de a poco, aunque había conseguido hacía unas horas volver del trance provocado con magia negra, su cuerpo se sentía muy débil, por lo que decidió coger uno de sus libros de hechizos y buscar una poción que invirtiera los efectos del maleficio que le habían echado.

Ni siquiera se molestó en cambiarse o arreglarse, salió del cuarto directa hacia la que consideraba su guarida, un lugar en el sótano específicamente para sus cosas de brujería, desde varitas y libros de hechizos, hasta todo lo necesario para preparar sus pociones y los libros correspondientes.

Cuando los chicos terminaron de planificar todo y subieron a la habitación, se llevaron la sorpresa de que Aurora no estaba ahí, por lo que entraron en pánico, o al menos Andrew, y rápidamente ordenaron a los guardias que bloquearan las salidas y revisaran el lugar en busca de intrusos.

Aurora estaba tan sumergida en hacer la poción, que no se dió cuenta del alboroto que se estaba formado en la parte de arriba, aunque la verdad era que ese lugar tenía un buen aislamiento, por lo que los sonidos de afuera eran amortiguados y poco perceptibles, y menos en el estado cansado y bajo de forma en que se encontraba ella.

Pasaron casi dos horas en las cuales no había noticias de ningún intruso, por lo que tampoco las había sobre la luna, y eso inquietaba por momentos a los cuatro, los cuales se ponían en lo peor pensando que finalmente había sido secuestrada, hasta que el grito de una sirvienta hizo que los cuatro sufrieran un sobresalto.

-UN FANTASMA - gritó una pobre sirvienta al ver a Aurora, la cual tuvo que taparse los oídos.

-No soy un fantasma - dijo Aurora intentando eliminar el pitido de sus oídos.

La sirvienta se fue del lugar gritando, ocasionando que Aurora tuviera que volver a taparse los oídos para que no le estallara la cabeza, a pesar de que la poción había conseguido hacer que se recuperara del todo, le dejó con una ligera sensación de resaca, algo que ella nunca había experimentado, ya que casi nunca bebía, y nunca se había emborrachado.

Aunque la noticia de la muerte de la luna nunca se llegó a dar, todos en la manada se habían enterado por un par de chismosos que lo habían oído y se lo habían contado a todo el mundo, por eso la sirvienta al ver a Aurora pensó que había visto a un fantasma, y su miedo la hizo gritar histérica, haciendo que todos en la casa principal la oyeran.

Los cuatro corrieron al lugar donde la sirvienta había dado el primer grito, encontrándose con Aurora que intentaba quitar el pitido de sus oídos, y que cada poco gruñía por el dolor de cabeza que los gritos la habían provocado, por lo que no se dió cuenta de que cuatro personas la miraban sin poder creerse que ella estuviera ahí, despierta y bien, al menos físicamente hablando.

-AURORA - gritaron los cuatro, haciéndola gruñir por el dolor de cabeza.

-No griteis - gritó ella ocasionándose un dolor de cabeza mayor.

Ninguno lo dudó, los cuatro corrieron y se abalanzaron sobre ella para abrazarla, ocasionando que los cinco acabasen en el suelo, y Aurora con la peor parte, pues era la que estaba debajo de todos, por lo que se preguntó para qué se tomó tantas molestias en despertar, allí estaba tranquila y nadie la aplastaba.

-Os quitáis u os quito - avisó Aurora con dificultad, pues tener a los cuatro arriba le dificultaba respirar.

-Perdón - se disculparon todos.

Aria, que estaba la tercera en ese extraño sándwich, se levantó sin importarle tirar a Diego y a Marius en el proceso, y justo eso pasó, ella se levantó, y ellos se cayeron para atrás golpeándose la cabeza, principalmente Marius que al ser el último, se le cayó Diego encima, causándole gracia a Aria.

-Parece que las cosas no han cambiado en mi ausencia - dijo Aurora mientras se estiraba.

-Sí habían cambiado, pero ahora que vuelves a estar con nosotros, todo volverá a la normalidad - dijo Aria sin dejar de sonreír mirando la escena de Diego y Marius en el suelo.

-Creo que habría que dar la noticia lo antes posible, ya habéis visto la reacción de la sirvienta al verla - dijo Diego levantándose del suelo quejándose en el proceso.

-Es cierto, Marius, ¿puedes avisar a todos?

-A la orden - dice parándose algo dolorido del suelo.

Mientras Marius hacía el comunicado para reunir a toda la manada, los tres le explicaron a Aurora todo lo que había pasado mientras ella estaba en ese estado, y a su vez, Aurora les contó lo poco que pudo averiguar estando allí, que era el tipo de magia que habían usado, magia negra, y un par de cosas más que ninguno pudo entender realmente, aunque tampoco dijeron nada.

-Ya están todos fuera esperando el comunicado - avisó Marius.

Los cuatro se dirigieron afuera para dar la noticia, la cual todos pensaban que era la muerte de Aurora, así que cuando la vieron al lado del alpha con sus manos entrelazadas, todos, sin excepción, se quedaron impactados al ver que la luna aún vivía, es más, estaba en perfectas condiciones por lo que podían apreciar.

-Como muchos sabrán - empezó a decir el alpha - ayer mi luna, supuestamente, falleció - entre la gente hubo muchos murmullos hasta que el alpha se aclaró la garganta para continuar - ahora como podéis comprobar, eso solo fue un montaje, alguien quiso hacernos creer que había muerto cuando no era así.

-¿Quién? - preguntó alguien entre la multitud.

-Eso no lo sabemos - respondió Aurora - pero fuera quién fuera, utilizó magia negra para simular mi muerte mientras me mantenía en un estado de limbo, por lo que está claro que intervinieron brujas oscuras.

-Además - añadió Andrew - la misma noche que ocurrió todo, unos hombres intentaron llevarse el cuerpo de Aurora dejando uno falso en su lugar, esos hombres eran licántropos, por lo que es probable que haya sido una manada con ayuda de una o varias brujas oscuras.

-Son más de una, eso lo puedo asegurar - dijo Aurora - pude apreciar varios matices de magia en ese lugar, creo que son entre cinco y siete, aunque no lo pude precisar.

-Tengan todos mucho cuidado, y estén atentos si ven a alguien ajeno a la manada, hay que tomar precauciones, no sabemos si volverán a intentar algo, eso es todo - finalizó Andrew.

Las personas de la manada se fueron disipando, y muchos murmuraban y comentaban lo contado por el alpha y la luna, se alegraban de que ella estuviera viva, pero les preocupaba los acontecimientos que se habían llevado a cabo, no se sentían del todo seguros, pues esa magia había conseguido bloquear a Aurora durante más de un día, y la mayoría de la manada la consideraban invencible.

Los cinco principales eran conscientes del miedo y la preocupación de su gente, por lo que decidieron ir al despacho del alpha para poder hablar y planear todo lo que iban a hacer a continuación, no podían permitirse errores, y menos sin saber a quién se estaban enfrentando, era claro que tenían una gran desventaja.

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