33. Híbrida contra híbrida
Aunque el área era bastante grande, dada la importancia de la misión, hubo mucha gente en la búsqueda y se pudo encontrar a Maria Muñoz con relativa rapidez. Una vez localizada, Aurora fue a la cabaña donde se refugiaba para enfrentarla, varios se habían presentado voluntarios para ayudarla, pero ella los rechazó y les dijo que era algo que tenía que hacer ella sola.
En el mismo momento en que puso un pie dentro del recinto, el hechizo de protección que había puesto Maria se activó, avisándole del intruso e impidiendo que alguien más pudiera entrar. Ella sabía quién era la intrusa, y también deseaba luchar contra ella en un uno contra uno, ver quién era mejor, ella, una híbrida bruja-vampiro, o Aurora, una híbrida bruja-licántropo.
-Te estabas tardando - le dijo la antigua líder de las brujas a su rival.
-Bueno, no es como si me hubieras dejado encontrarte fácilmente - respondió sarcásticamente la más joven.
-Cierto - reconoció Maria con diversión.
-En fin, ya estoy aquí, es hora de acabar con esto.
Maria sonrió con malicia y asintió. La batalla no se hizo de esperar, ninguna de las dos necesitaba varita para lanzar sus hechizos, y por el momento, decidieron usar solo su magia, así determinarían quién tenía la parte bruja más fuerte, luego ya involucrarían su otra mitad.
La medio vampiro lanzó un hechizo de fuego como su primer movimiento, haciendo que su rival respondiera con un hechizo defensivo. Esto solo era una distracción, ya que la antigua líder de las brujas tenía otras cosas planeadas, pero necesitaba un poco de tiempo para poner todo en marcha.
Una vez que el fuego cesó, Aurora atacó con un rayo azul, que si no fuera porque estaba luchando contra una bruja de su mismo nivel, habría pensado que era un hechizo de hielo, pero Maria sabía mejor y se alejó inmediatamente del lugar, un hechizo de protección estándar no habría servido de nada contra ese ataque.
-Impresionante, un hechizo de fuego inferno - dijo mientras veía como las llamas azules consumían todo lo que tocaban - pocas personas pueden invocar tales llamas, reconozco que hasta a mí me cuesta, y sin embargo.
Miró a su oponente con ligera admiración, no mostraba ningún signo de cansancio por recitar semejante hechizo, mientras que ella, si decidiera usarlo, drenaría la mitad de su energía. Hasta sentía pena por tener que matar a la chica, semejante poder, y sin embargo se había desperdiciado en una chiquilla con unas creencias tan ingenuas como que todos los sobrenaturales eran iguales.
Aurora, por otra parte, maldecía su suerte, esperaba pillarla por sorpresa y que el fuego inferno la matara, una victoria rápida y sencilla, debió imaginar que su oponente también conocería el hechizo y no lo confundiría con uno de hielo, solo podía agradecer su condición híbrida medio alpha que le daba la suficiente energía como para lanzar ese hechizo tres veces antes de empezar a cansarse.
Una sonrisa maliciosa se volvió a formar en los labios de Maria, la batalla se había vuelto más emocionante, ya no podía usar el hechizo de restricción con ella, si conocía el hechizo del fuego inferno, era seguro que también conocería la forma de salir del hechizo Misfiur, era una lástima, pero a la vez era la mar de emocionante.
Los próximos minutos fueron un caos para los espectadores al otro lado de la barrera, hechizo tras hechizo, miles de luces, explosiones, campos de fuerza, incluso alguna que otra runa y poción, un auténtico duelo de magia de posiblemente las dos brujas más poderosas del mundo, si no, de la historia.
Andrew estaba de los nervios, ver a su luna luchar sin poder hacer nada, era una pesadilla, deseaba entrar y ayudarla, pero no podía, nadie podía, lo único que estaba evitando que le diera un ataque de pánico era que Aurora lo estaba manejando bien y no había resultado herida, algún que otro rasguño o quemadura, pero nada serio.
Los hechizos cesaron, ambas jadeaban un poco, estaban empezando a sentir el desgaste de usar tanto su magia. Maria fue la primera en atacar en un enfrentamiento físico, ya que estaba claro que las dos eran brujas muy poderosas, tendrían que arreglar todo en un mano a mano.
Aurora esquivó por los pelos el ataque y maldijo en voz baja por su velocidad, había olvidado que era tan rápida. Sin perder ni un segundo, se transformó en su loba, tendría más posibilidades en su forma lobuna que como humana, todo licántropo era más rápido y fuerte en esa forma, además de tener garras.
La pelea cuerpo a cuerpo también fue igualada, golpes y zarpazos se repartían en un frenesí sangriento y desordenado. Ninguna de las dos parecía dar marcha atrás, eran conscientes de lo que se estaban jugando, no solo sus vidas, sino también sus creencias y esfuerzos.
-Tranquilízate, ya verás como al final gana - le dice Diego a Andrew, el cual estaba de los nervios.
-¿Y si no gana?, ¿y si ella sala gravemente herida y muere a pesar de ganar?, ¿y si...
-¡Déjalo ya! - grita exasperada Aria - deja de llorar como un niño y ten más fe en Aurora, ella es más fuerte que esa bastarda, así que cállate de una vez.
Andrew iba a volver a hablar, pero antes de que pudiera pronunciar una palabra, Aria le dio un puñetazo en la cabeza que lo dejó inconsciente. Su pareja la miró como queriendo decir: ¿era necesario?, a lo cual ella se encogió de hombros y siguió mirando el combate, ganándose un suspiro cansado y derrotado del beta.
La beta también estaba preocupada, aunque nadie pudiera verlo, era su mejor amiga la que allí dentro luchando, y ella estaba fuera como una mera espectadora. Odiaba su situación, pero no era el momento adecuado para perder la calma y actuar de forma estúpida, como había hecho el alpha, sino de parecer serena y confiar en que su amiga podrá vencer a la otra híbrida.
Después de más de una hora de pelea, las cosas se estaban ralentizando y ambas cometían más errores con cada segundo que pasaban, estaban demasiado igualadas. Se miraron, ojos rojos contra ojos azules, ropa negra contra pelaje blanco, cualquiera pensaría que era la clásica representación de la lucha entre el bien y el mal.
Un último choque, alta tensión, y de repente, Aurora vuelve a su forma humana con una cara seria.
Maria sonrió, orgullosa y triunfante. El público, miró horrorizado pensando que la luna ha perdido. Aria, por su parte, se da cuenta de que algo pasa.
De un segundo a otro, el rostro de la más joven muestra una sonrisa, confundiendo a la mayor, no es hasta que siente el ardor que se da cuenta. Llamas azules empiezan a consumirla mientras su rival da un par de pasos hacia atrás, su oponente no había dejado su forma lobuna porque hubiera perdido, sino para distraerla los segundos necesarios para lanzarle el hechizo de fuego inferno a quemarropa.
Un grito de agonía puso fin a su vida.
La gente celebró la victoria, la guerra había terminado de una forma definitiva. El hechizo que impedía a la gente entrar se deshizo con la muerte de su invocadora. Aria le sonrió a su amiga con un toque de reproche por haber tardado tanto, a lo cual ella se encogió de hombros con una sonrisa, la pelea no había sino nada fácil.
Dio un paso en su dirección con la intención de celebrar con el resto su victoria. Un mareo la sobrevino, el mundo empezó a girar sin control, pudo apreciar que caía al suelo, su amiga y otras personas llamándola a gritos, pero todo era como un murmullo ahogado. Su visión se nubló, y antes de que Aria pudiera llegar a su posición, la oscuridad la reclamó y cayó inconsciente.
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Hola, espero que les haya gustado el capítulo, siento haber tardado tanto en actualizar, pero en verdad no he tenido muchas ganas de escribir.
Intentaré sobreponerme a esto y escribir un capítulo al mes, pero no prometo, como algunos saben, forzar la escritura no es algo bueno.
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