26. Una niña y dos arpías

El tiempo pasó con velocidad, y antes de que se pudieran dar cuenta, ya había pasado una semana. Todo era muy similar al primer día, con Aurora centrada en su magia, Aria en los entrenamientos, Amelia yendo y viniendo por toda la manada, Andrew y Diego viendo cómo acercarse a sus mates, y Zoe y Tamara buscando la forma de deshacerse de ellas.

Sus planes no estaban funcionando, los miembros de la manada no veían con malos ojos a Aurora y Aria, ninguna de las dos había hecho algo malo, cada una estaba centrada en lo suyo, y la pequeña Amelia había logrado enamorar a todos, por lo que Zoe tenía todas las de perder contra Aurora, y eso la tenía más molesta que de costumbre.

-Tenemos que hacer algo - chillaba Zoe a Tamara - o esas estúpidas nos quitarán los puestos.

-Ya lo sé, pero nada ganas poniéndote así - dijo Tamara con severidad.

-¿Y qué quieres que haga?, esa mocosa ha logrado que a la manada le agrade esa híbrida sin ni siquiera conocerla.

-Para empezar, deberías calmarte - Zoe gruñó.

-Sabía que debí matarla el primer día después de que se atrevió a abrazar a mi Andrew.

-En verdad que no las piensas - dijo Tamara molesta por la actitud infantil y sin cerebro de su amiga.

-¿Qué? - Zoe estaba confundida por las palabras de Tamara.

-Matar a la niña no habría servido para nada, al contrario, Aurora se habría convertido en la pobre madre que perdió a su hija en manos de la que iba a ser la futura luna - dijo y negó con la cabeza - habría supuesto tu fin.

-¿Y qué sugieres?, esa mocosa es una molestia, lo mires por donde lo mires.

-No te lo discuto, pero matarla no es una solución, debemos convertir ese punto a su favor en uno en su contra.

-¿Tienes algún plan?

-¿Cuándo no lo tengo?

Mientras ellas comentaban los detalles del plan, Amelia se encontraba algo deprimida, había estado intentando a lo largo de toda la semana que su madre le enseñara algo de magia, pero Aurora siempre le decía no, alegando que ella era humana y por tanto no podría hacerlo, a lo cual la pequeña alegaba que al ser su hija debía de tener algo de magia, pero nada, no lo había conseguido, y ese día particularmente la había decepcionado enormemente.

Los miembros de la manada que la veían pasear se sorprendían de verla así, no era propio de ella, estaban acostumbrados a verla feliz, saltando y saludando a todos, no entendían lo que había pasado para que estuviera así, pero más de uno estaba triste y preocupado por la pequeña, incluso hubo un par de mujeres que fueron a la casa principal para hablar con el alpha al respecto, pues intentaron hablar con Amelia sobre lo que le ocurría, y ella solo decía que estaba bien y seguía paseando.

Andrew se sorprendió al escuchar el problema por el cual habían ido a verlo varios miembros de la manada, en primer lugar que lo fueran a avisar por el hecho de que Amelia estaba decaída, y en segundo lugar por el hecho en sí, él tampoco podía imaginar el motivo por el cual ella se encontraba así, definitivamente no era propio de ella, por lo que decidió ir a hablar con Aurora al respecto, al fin y al cabo era su madre.

-Adelante - dijo Aurora al oír toques en la puerta.

-Aurora, ¿tienes un momento?

-Claro, ¿qué ocurre?

-Es sobre Amelia.

-¿Qué le ha pasado a mi hija? - preguntó preocupada la híbrida.

-Varios miembros de la manada me han venido a ver porque ella está muy decaída y no quiere hablar, están preocupados por ella, creí que era bueno que tú lo supieras.

Aurora estaba sorprendida de que la manada se preocupara tanto por su hija, pues ella no había salido en ningún momento de la casa principal y no sabía el cariño que todos la habían cogido, pero se alegraba enormemente de ello, la hacía muy feliz ese hecho. Por otro lado no le preocupaba mucho el hecho de que ella estuviera decaída, sabía que Amelia quería hacer magia y ella siempre le decía que no, e imaginaba que por eso se encontraba así.

-Amelia está triste porque no le enseño a hacer magia y a ella le hace mucha ilusión - le explica Aurora a Andrew.

-¿Y por qué no se la enseñas? - preguntó Andrew confundido.

-Porque ella no puede hacerlo, es humana, y por más que se lo digo no me hace caso.

-¿Entonces es loba? - si no era bruja, debía ser loba, ya que su madre era híbrida.

-Tampoco, ya te he dicho que ella es humana.

-Pero...

-Soy una convertida, no una híbrida de nacimiento, y a Amelia la tuve cuando era humana - explicó Aurora adivinando lo que Andrew iba a decir.

Mientras Aurora y Andrew seguían conversado al respecto, ya que el alpha tenía muchas dudas, aunque la híbrida tuvo que inventar varias cosas, ya que no podía decirle la verdad, Amelia seguía paseando por la manada, había conseguido animarse un poco, no iba a dejar de insistir, de un modo u otro conseguiría su objetivo, sería una bruja como su madre y ayudaría a todo el mundo, quería hacerlo, y pensaba que podía lograrlo.

Por su parte, Zoe y Tamara habían conseguido averiguar el deseo de la pequeña, su sueño de ser bruja como su madre, y ellas pensaban usar eso en su favor. Ambas tenían claro lo que iban a hacer, y si su plan funcionaba, lograrían su objetivo de que la manada estuviera en contra de la niña, lo cual ocasionaría que Aurora y Aria se fueran con ella de la manada para que no sufriera, y así, lejos, no serían un peligro para la posición que, según ellas, les correspondía.

-Hola Amelia - saludó Tamara a la pequeña.

-Hola - dijo sorprendida Amelia, pues en toda la semana que había estado ahí, nunca Tamara se le había acercado.

-He oído que estabas deprimida, y quería ver si era verdad, pero parece que no lo era.

-Bueno, antes lo estaba, pero ahora estoy bien - dijo Amelia sonriente.

-Me alegra oír eso, ¿puedo saber por qué estabas triste?, ¿acaso fue porque tu madre no quiere enseñarte magia?

-¿Cómo lo sabes? - preguntó sorprendida.

-He oído por ahí sobre tu deseo, lamento que tu madre no confíe en ti.

-No es eso, mi madre sí confía en mí, pero según ella solo soy humana y no puedo hacer magia, pero le demostraré que sí puedo hacerlo.

-Claro que puedes, ¿acaso no has oído sobre el hechizo de conversión?

-¿Hechizo de conversión? - preguntó confundida y emocionada.

-Claro, es un hechizo que permite que un humano se convierta en la criatura sobrenatural que él desee, con él podrías ser bruja.

-¿De verdad? - preguntó muy emocionada y esperanzada.

-Pues claro, solo tienes que recitar ese hechizo portando el símbolo de las brujas y con una varita en la mano, no necesitas más.

-Entonces le pediré a mi mamá ese hechizo - dijo mientras empezaba a correr, pero no dió ni dos pasos cuando se detuvo al escuchar la voz de Tamara.

-Un momento, ¿no crees que sería mejor si lo haces por tu cuenta?, así podrías darle la sorpresa luego.

-Pero yo no sé dónde está ese hechizo.

-No te preocupes, yo te ayudaré a buscarlo por la noche, pues por el día tu madre siempre está en ese cuarto y no sale de él más que para comer.

-De acuerdo, gracias, nos vemos por la noche.

Amelia volvió a salir corriendo, estaba muy feliz, esa noche podría convertirse en bruja y darle la sorpresa a su madre, estaba profundamente agradecida con Tamara por ayudarla en eso. Por otro lado, Zoe había salido de su escondite, donde había escuchado toda la conversación, ambas se miraron y sonrieron, la primera parte de su plan estaba hecha, solo faltaba que Amelia se convirtiera en bruja para iniciar la segunda parte.

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Hola, lamento haberme atrasado con la actualización otra vez, pero ahora me encuentro en plenos exámenes y tareas, segundo de bachiller no es nada fácil y ya estoy en el tercer trimestre, así que lo más probable es que no sea la última vez que falte en una actualización, cuando termine todo volverá a la normalidad, pero hasta entonces, les pido que tengan paciencia y no se extrañen si tardo en actualizar.

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