24. Con condiciones
A pesar de las grandes ansias de Aria de querer matarlo, Aurora consiguió que lo dejara en paz, al menos durante la hora de la cena, por lo que se sentaron y comieron. La cena transcurrió en completo silencio, la tensión se podía cortar con un cuchillo, el mismo que Dave temía que utilizara Aria para cortarle el cuello, por lo que se aseguró de ser el primero en terminar y salir corriendo de allí antes de que ella terminara con él.
-Y, ¿qué habéis decidido? - rompió el hielo Diego.
-Nos quedaremos, por el momento, pero con una serie de condiciones - respondió Aurora tranquila.
-¿De qué habláis? - preguntó Aitor, el cual no sabía nada.
-Hay una guerra en el mundo sobrenatural, brujas contra el resto de especies, y nos han pedido ayuda - le respondió Aurora a su marido.
-¿Vas a aceptar? - preguntó anonadado.
-Como he dicho antes, nos quedaremos por el momento.
-Sí - gritó Amelia emocionada.
-Es muy peligroso - protestó Aitor.
-Si quieres irte, eres libre de hacerlo - dijo Andrew intentando ocultar una sonrisa maliciosa, si él se iba, lo tendría más fácil con su mate.
-Yo me quiero quedar - se quejó Amelia con un puchero en los labios.
-Aurora, debes estar de broma, esto es muy peligroso, piensa en Amelia - siguió Aitor.
-Ya lo hago, por eso, una de mis condiciones para quedarme es que ella se quede aquí.
-¿Estás mal?, ella peligra aquí.
-Al contrario, corre más peligro si volvemos a casa que si se queda aquí.
Aurora no era tonta, mucho menos había olvidado todo lo aprendido cuando fue educada como bruja, sabía que ellas rastrearían el lugar y darían con ellos, estaban más seguros ahí que si volvían a casa, ya que allí no tendrían otra seguridad que su propia fuerza, mientras que en la manada tendrían la protección de todos los guerreros de la misma.
-Yo no tengo problema en que se quede, da alegría a la casa - dijo Andrew con una sonrisa sincera.
-Sí, gracias, gracias - gritó alegre Amelia.
-De nada - dijo Andrew con ternura, y antes de que se diera cuenta, la pequeña lo estaba abrazando, dándole aún más ternura al alpha.
-Suéltalo niña, ten más respeto - le dijo de mala manera Zoe a Amelia, a lo cual la pequeña lo soltó, no entendía qué había hecho mal.
-La segunda condición es que esas dos no estén cerca de mi hija - dijo Aurora completamente molesta.
-Dalo por hecho - dijo Andrew también molesto con Zoe, cogió a Amelia y la puso en su regazo - tranquila, puedes abrazarme si quieres, no la hagas caso.
Zoe estaba que se subía por las paredes, consideraba inapropiado que su pareja tratara así a una niña que no era nada suyo, mientras que él siempre le decía que no al tema de tener un hijo. Aitor también estaba molesto, no veía bien que tratara a su hija con tanta familiaridad, mientras que Aurora veía la escena con ternura, sus sentimientos por Andrew eran muy fuertes, al fin y al cabo, eran marido y mujer hasta el día anterior, al menos para ella en su otra línea temporal.
-Hija, ven aquí - pidió Aitor, a lo cual la pequeña fue y acabó en el regazo de su padre - ¿estás segura de esto? - volvió a preguntar a su mujer.
-Así es - asintió Aurora.
-Entonces está decidido, os quedaréis aquí - dijo Andrew muy feliz.
-Un momento - dijo Aria - antes tenemos unas condiciones.
-Cierto - dijo Aurora - además de las dos relacionadas con mi hija, tenemos un par más.
-¿Quién te crees para exigir nada? - preguntó Zoe cabreada.
-Me parece bien - dijo a un mismo tiempo Andrew, a lo cual Zoe estaba que echaba espuma por la boca.
-Primero - dijo Aurora - no queremos tener ningún contacto con ellas - dijo haciendo alusión a Zoe y Tamara.
-De acuerdo - dijo el alpha, a lo cual las otras dos se ofendieron, aunque era cierto que ellas tampoco querían estar con las chicas.
-Segundo - dijo Aria - Dave se va.
-¿Qué? - preguntó Aitor - ¿no que era peligroso?
-Me da igual, no lo quiero cerca tampoco - dijo Aria, a lo cual Aitor iba a protestar, pero Aurora habló primero.
-Será lo mejor, no queremos que al final Aria lo mate.
-Si él se va, me voy yo también.
-Mejor me lo pones - murmuró Andrew, aún así todos le escucharon y se ganó una mirada furibunda de Aitor.
-Tal vez sea lo mejor - dijo Aurora, a lo cual él iba a protestar, pero ella siguió hablando - ten en cuenta que mañana vuelves a trabajar, si faltas, perderás el trabajo, ya bastante con que yo lo pierda, además de que uno de los dos debe avisar al colegio.
Aitor no podía refutar eso, si no iba a trabajar, lo despedirían, y Aurora a partir de ese momento no podría ir a trabajar, por lo que ambos estarían sin trabajo, y una vez todo eso terminara y volvieran a casa, ambos estarían en el paro, y eso no era algo conveniente, aunque le molestase, lo mejor era eso, volver a casa con su amigo, pero aún así iría a la manada cada vez que pudiera para ver a su mujer y a su hija.
-Está bien - dijo molesto.
-¿Alguna condición más? - preguntó Andrew.
-Necesitaré un lugar para preparar algunas pócimas que nos serán útiles, además sería conveniente que Aria entrene con los guerreros, ella podrá darles algunas lecciones.
-Dalo por hecho - afirmó - bueno, ya es tarde, las sirvientas os llevarán a vuestras habitaciones.
Todos asintieron y se levantaron, ya todos habían terminado de cenar, por lo que se fueron a las habitaciones que las sirvientas les habían indicado. Casualidades de la vida, las habitaciones destinadas a Aurora y Aria eran las mismas que en la otra vez, hecho que le causó mucha gracia a la híbrida, pero que le recordó que solo ella lo recordaba, lo cual le ponía un poco triste.
Amelia tenía su cuarto justo enfrente del de sus padres, y ella estaba fascinada y emocionada con todo lo que estaba pasando, quería volver a ver a su madre haciendo hechizos, a su tía pelear como una loba, también quería preguntarle a su madre si ella podía hacer alguna de esas cosas, quería aprender a hacer hechizos y pociones, le encantaba la magia.
Dave también estaba ahí, en el cuarto al lado del de Aria, solo que él eso no lo sabía, estaba en la cama, mirando a la puerta, rezando para que ella no tuviera ese famoso olfato de lobo y fuera a matarlo, solo debía esperar hasta mañana, o eso le habían dicho, al día siguiente sería libre de irse y alejarse lo máximo posible de ella, hasta miedo le daba volver al trabajo por el simple hecho de que ella estaría allí, desconocía que se iba a quedar.
Aitor no estaba muy conforme con todo eso, pero no le quedaba de otra, lo que más le molestaba era el alpha, que desde su punto de vista, y no se equivocaba, quería quitarle a su mujer y a su hija, el cómo miraba a Aurora y sus palabras le indicaban eso, además de que Amelia parecía que le agradaba ese hombre, debía tener cuidado si no quería perder a su familia, y estar lejos no le hacía bien.
Zoe y Tamara también estaban molestas, no les alegraba para nada que Aurora y Aria estuvieran ahí, era más que obvio que ellos parecían interesados en ellas, y más patente se hizo cuando ellos se negaron a marcarlas cuando habían quedado en que esa noche lo harían, en ese momento volvían a tener competencia, pero se desharían de ellas como de lugar.
Los únicos realmente contentos de que ellas estuvieran ahí fueron Andrew y Diego, ya no tendrían que quedarse con Zoe y Tamara, y a Andrew el hecho de que se fuera el marido de su mate le daba más esperanzas, además de que Amelia parecía no tener problemas con él, lo había abrazado, y él lo sintió como si quien se lo hubiera dado fuera su hija, se había encariñado con ella, ahora debía conquistar a la madre.
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