20. Maldito Dave
El picnic iba bastante bien, a pesar de la molestia de Aria porque Dave estuviera ahí, por lo demás todo estaba bien, el paisaje era agradable, la merienda estaba muy rica, y las conversaciones por lo general eran bastante amenas, por lo que se podría decir que estaban pasando una tarde buena y tranquila.
Llegaban ahí un par de horas, pero todavía faltaban un par más para que la luz se fuera, por lo que el tiempo no les preocupaba, además, era un día soleado que les obligaba a estar a la sombra para no ponerse rojos, pero eso no era impedimento para que la pequeña Amelia estuviera yendo de un lado para el otro, esa niña rebosaba energía.
-Sabéis, hace un par de días, me tocó detener a un pequeño camello que era sospechoso de un asesinato - dijo Dave riéndose.
-¿Y qué pasó? - preguntó Aitor riendo también, todos estaban contando anécdotas graciosas.
-Pues que justo logré pillarlo en el jardín de una gitana, con tan mala suerte que ambos caímos sobre sus rosales, pinchaban bastante - los cuatro se rieron.
-Eso te pasa por metepata - dijo Aria.
-Bueno, lo peor es que la gitana estaba en casa y empezó a gritarme mientras me llevaba al sospechoso.
-¿Y qué te gritaba? - preguntó Aitor divertido.
-No sé qué sobre que mi vida se encontraría en peligro entre lobos, criaturas oscuras y brujas - las palabras de Dave provocaron un escalofrío a Aurora, esa predicción no le daba buena espina.
-Aurora, ¿te encuentras bien? - le preguntó Aitor a Aurora preocupado.
-Sí - dijo Aurora sin dejar de mirar a todos lados - ¿dónde está Amelia?
Los otros tres también empezaron a buscarla con la mirada, pero no la encontraron. Aurora pasó de asustada a aterrada, el mal presentimiento de esa mañana se había acrecentado por lo contado por Dave, temía que le pudiera pasar algo a su hija, debía encontrarla, y rápido.
Se adentró en el bosque con el corazón desbocado, rezando mentalmente para que ella estuviera bien, no podía imaginar lo que le esperaba, o más bien, no quería aceptar lo que le esperaba. Cuando por fin se cumplía su deseo de tener una vida normal, parecía que volvía a lo de antes, era como una broma de mal gusto.
Unos ruidos de ramas rompiéndose la alertaron, por lo que fue corriendo hacia ese lugar. Allí estaba Amelia, sola e intacta, ajena a la situación. Aurora suspiró de puro alivio, su pequeña estaba bien, no había ocurrido ninguna tragedia, su intuición había fallado, y se alegraba enormemente de que así fuera.
La sonrisa que tenía mientras se acercaba a su hija desapareció al observar hacia el punto donde estaba mirando Amelia. En ese lugar, de forma silenciosa, un grupo de brujas y sus sirvientes estaban desplazándose sin ser detectados. Aurora se tensó de golpe, debía sacarla de ahí inmediatamente, además de que debía ser silenciosa. Por su parte, Amelia observaba la escena fascinada sin saber lo que pasaba.
-Ey, ahí estáis, os estábamos buscando, chicos, están aquí - prácticamente gritó Dave al verlas.
Las brujas y sus sirvientes se giraron hacia la dirección donde provenía el grito, por lo que la mirada de la bruja líder se cruzó con la de Aurora. Aurora maldijo e insultó a Dave en su cabeza, en buena hora su marido decidió planear ese picnic para juntarle con Aria, a su lado, Diego era un genio.
-Corre - le dijo a Dave mientras cogía a Amelia en brazos y huía.
Las brujas y sus sirvientes fueron tras ellos, no podían permitir que su secreto se descubriese. No tardaron ni un minuto en encontrarse con Aitor y Aria, a los cuales también les dijo que corrieran, debían alejarse, debían llegar a los coches y huir, por supuesto no dirían nada de lo ocurrido, nadie les creería, pero aún así debían salir de allí si querían seguir con vida.
Pronto fueron rodeados, la velocidad humana no se podía comparar con la de un sobrenatural, mucho menos en el caso de un vampiro. Para su buena suerte, justo en ese momento un grupo de licántropos, vampiros y demonios se hicieron presentes, enfrentándose a ellos, pero aún así no tenían salida, estaban completamente rodeados.
Aria le lanzó una mirada asesina a Dave, él había convencido al capitán para que hablara con ella y prácticamente la obligara a dejar el arma en la comisaría, en su momento no entendió a qué venía, pero lo imaginó al momento de verlo en el picnic, fue para asegurarse de que ella no le pegara un tiro, y en ese momento lo deseaba más que cualquier otra cosa, ya que si no hubiera hecho eso, ella podría usar su arma contra el enemigo.
Dave se dió cuenta de la mirada de Aria y sonrió a modo de disculpa, lo cual solo hizo que la ira de Aria aumentara más todavía. Él nunca llevaba su arma reglamentaria fuera de su horario laboral, por ello estaba desarmado e indefenso como el resto de ellos.
Amelia lloraba y soltaba pequeños ruiditos de miedo, se aferraba a los brazos de su madre en busca de un poco de seguridad, estaba muy asustada. Aria se cabreaba más por momentos, no soportaba ver a su sobrina en ese estado, y su odio por Dave aumentaba más y más.
Sacó su daga, aquella que siempre llevaba encima por cualquier emergencia, y ciertamente esta era una emergencia, pero en lugar de usarla para lanzarse contra algún sobrenatural, se lanzó contra Dave, el cual no sabía si estar asustado por las criaturas de su al rededor, o por su compañera.
-Te voy a matar - le dijo mientras intentaba clavarle la daga.
La situación se estaba desmadrando, estaban rodeados de sobrenaturales, su hija estaba aterrada aferrándose a ella, su marido estaba estático del miedo, su amiga estaba intentando matar a Dave, todo era un caos, y como siempre, su instinto no le había fallado, aunque le hubiera gustado.
Al final Aria logró hacerle un corte en el brazo, nada mortal, pero sí muy doloroso, además de que soltaba mucha sangre, justo lo que ella buscaba, sería su carnada para los vampiros, así podría librarse de algunos de ellos y esperaba así obtener un hueco por el cual ella, su amiga y su sobrina pudieran escapar, Aitor no le preocupaba demasiado.
Dave gritaba de dolor, lo cual estaba empezando a afectar a Aria, le dañaba los oídos. Se levantó de encima suyo y levantó a Dave a la fuerza, el cual intentaba detener el sangrado, temía morir allí. Nada más ser soltado por Aria, él empezó a correr huyendo de ella e internándose en el bosque.
Algunos vampiros se habían fijado en él por el olor de la sangre, pero el combate que estaban teniendo no les permitía ir por él, además de que tenían cierto autocontrol frente a su sed de sangre, por lo que Dave pudo escapar sin que ningún vampiro se le atravesase o le persiguiera, pero no por ello dejó de correr sin mirar hacia atrás y sin preocuparse por sus amigos, los cuales seguían allí.
-Maldito Dave, no sirves ni para carnada - se quejó Aria molesta y con su daga en la mano aún cubierta con la sangre de Dave.
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Hola, espero que les haya gustado el capítulo, lamento que sea un poco más corto que de costumbre, pero no se me ocurría nada más antes de lo que quiero que pase en el siguiente capítulo.
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