18. Memorias

-Mamá, mamá - gritaba la pequeña Aurora intentando llamar la atención de su madre.

-Sí tesoro - le dijo a su pequeña hija.

-¿Existen los seres sobrenaturales? - su madre lo pensó.

-¿Quién sabe?, tal vez estén escondidos.

-Sí, yo creo eso también, además de que me gustaría ser una.

-Ya lo eres.

-¿Eh?

-Eres una pequeña fantasmita - se burló.

-No lo soy - dijo Aurora inflando sus mofletes.

-Entonces eres una pequeña vampirina - la niña lo pensó.

-Reconozco que parezco una, pero no, yo quiero ser bruja y así poder hacer magia.

Ella lo tenía claro, quería ser bruja, hacer magia, con un hechizo saber la lección, con otro hacer todas las tareas de la casa, limpiar, cocinar, todo, pues ella creía que con magia se podía hacer todo. Además quería un hombre lobo como pareja, ese era su sueño, uno que ella misma pensaba que era imposible, pero nada le costaba soñar.

(...)

Aurora estaba, como siempre, leyendo, un libro de licantropía, cuya protagonista era una humana como ella, él no la quería, apenas la soportaba, pero ella no se rendía, lo hizo rabiar, le hizo reír, le demostró que no podía vivir sin ella, sin sus sonrisas, y aunque el camino estuvo lleno de obstáculos, el amor triunfó, porque eso era el ser mates, amarse sin importar nada más.

La joven suspiró al terminar el libro, no era fan de las historias de romance, pero cuando había licántropos por el medio, le encantaba, deseaba ser ellas y vivir una historia de amor como las suyas, tener un mate, aunque preferiría que no fuera alpha, pero igual lo aceptaría, solo esperaba que él la aceptase a ella.

(...)

Le encantaba leer historias de licántropos, pero a la hora de ver una película, prefería a los vampiros, le gustaba más, era extraño, pero era lo que había, por eso Underworld le encantaba, vampiros y hombres lobo, un amor entre uno de cada especie, sencillamente perfecto, además de que adoraba a Celine, no le importaría ser vampira si fuera como ella, si no, bruja sin duda alguna.

(...)

-¿Tú qué ser sobrenatural te gustaría ser? - le preguntó Aurora a su madre.

-Vampira, sin duda.

-¿Y tú? - le preguntó a su padre.

-Me quedo con ser brujo.

-Guay, así yo sería medio vampira medio bruja, estaría genial.

Podía imaginarse a sí misma siendo híbrida, le encantaría, la velocidad de un vampiro y el poder de una bruja, una mezcla sorprendente, aunque le gustaría más ser medio loba, ser medio vampira no le desagradaba para nada, esas eran sus especies sobrenaturales favoritas, licántropos, brujas y vampiros, ojalá existieran, pensaba la pequeña.

(...)

-¿Yo?, definitivamente loba - le respondió Aria a Aurora - adoro los lobos.

-Me lo imaginaba, compartimos nuestra afición por los lobos - comentó Aurora con una sonrisa.

-Sí, aunque prefiero los lobos antes que los licántropos.

-¿Y eso? - Aria se encogió de hombros.

A Aurora le encantaba los lobos, eran su tercer animal favorito, y sobre todo sentía debilidad por el lobo ártico, los animales blancos eran su debilidad, por eso, si tenía mate, deseaba que su lobo fuera blanco, o si no, negro, también le gustaba los lobos negros, el negro en sí era un color que le gustaba muchísimo.

(...)

Una excursión que cambiaría todo, aunque al principio no lo pareciera, solo era una excursión de biología más, donde Aurora y Aria hablaron, escucharon música, contaron historias graciosas, se rieron, pero sobre todo hablaron de seres sobrenaturales durante todo el trayecto, desconocedoras de la realidad que pronto descubrirían.

(...)

Clases, lecciones, hechizos, pociones, algún que otro protocolo y entrenamiento, esa era la nueva rutina de Aurora con 16 años, siempre entre magia, siempre entre libros, siempre sola. Su amiga estaba encerrada en las celdas de entrenamiento como cualquier otro licántropo, lejos de ella y sin posibilidad de verla, su única esperanza era encontrar algún hechizo que le permitiera ir donde Aria sin ser vista.

Por eso y para poder sacarla de ahí lo más pronto posible, se esforzaba el triple que cualquier otro estudiante, no podía permitirse descansar, debía salvarla, su vida corría riesgo en ese lugar, Aria no era una persona dócil, lo cual le estaba trayendo muchos problemas, y Aurora lo sabía bien, conocía a su amiga, además de que la escuchaba a veces gritar de dolor, lo cual la ponía peor.

No solo Aria no resistiría por mucho tiempo, ella también colapsaría si no podía al menos verla, y Coral no se lo permitía, según ella, solo podría verla cuando se graduara, esas era las reglas, las cuales estaban haciendo que sus nervios aumentaran cada día más, sufriría un ataque nervioso o de pánico como no encontrase pronto una solución.

Apenas comía, apenas dormía, apenas hablaba o hacía cualquier cosa que no fuera estudiar, si no fuera por el hechizo de cambiar de apariencia que había aprendido, lo más seguro es que la hubieran ingresado en la enfermería por su estado de salud tan lamentable, pero al no ver y ella no decir, todo siguió igual por semanas, hasta que finalmente logró dominar los hechizos necesarios para ver a Aria sin que nadie la pillase.

Su sueño de ser bruja se había convertido en pesadilla, si no fuera por Atenea, lo más seguro es que Aurora hubiera colapsado mucho antes de lograr ver a Aria, ella le cedía la energía que podía para que su cuerpo resistiera, pero no podía hacer más, Aurora nunca escuchó sus palabras de detenerse y preocuparse por su salud. Pero todo terminó bien, por suerte.

(...)

Cada cierto tiempo, mientras estaba en el centro educativo, las pesadillas se hacían presentes, mostrándole escenas horribles sobre lo que ocurriría si ella cometía un error. Aria lo pagaría caro, seguramente con su vida, no lo podía permitir. Todo se resumía en eso, no lo podía permitir, debía ser perfecta, pensar muy bien cada paso que daba, asegurarse de que no le pasase nada, sin ella, su vida ya no tendría sentido, ella era lo único que le quedaba.

A sus padres lo más seguro es que no los volviera a ver, si lograban escapar, solo los volvería a ver una vez, solo una vez, verlos más veces sería ponerles en peligro, estaba segura de que las brujas los mataría sin miramientos, y solo de pensarlo, las lágrimas inundaban sus mejillas. No verlos más era lo mejor, así protegería sus vidas.

(...)

Poco le importaba su vida, su amiga era su prioridad, si ella estaba a salvo, no le importaría vivir el resto de sus días en una celda, pero ese no era el caso, o al menos no estaba segura. Aria estaba encerrada en un cuarto mientras que ella estaba en una celda, lo preferiría así que al revés, pero aún así, la duda y el miedo seguían en ella, ¿realmente estará bien?, esa era la única duda importante en su cabeza, ni siquiera se preocupaba por su situación, solo por la de ella.

(...)

-Tú tampoco puedes irte - dijo Diego a Aria, Aurora miró a Diego y después a Aria.

-¿Me explicas? - preguntó Aurora.

-Él es mi primer mate.

-Sí, y ella es mi tercera y última mate, mi única oportunidad de tener una familia.

-Puedes tener una familia aunque esa persona no sea tu mate - dijo Aria.

-Aria, si quieres puedes quedarte, pero yo me voy, nos hablamos por el link.

Aurora empezó a caminar rumbo al bosque para irse, si Aria era feliz, ella también lo sería, aún si eso significaba estar sin ella, más que su amiga, era su hermana, y lo único que le importaba era su felicidad, lo demás era secundario, ya se las apañaría, pero siempre estaría cerca para protegerla.

-Si tú te vas, yo me voy - aseguró Aria y siguió a Aurora.

(...)

Esa había sido su vida antes, primero una chica rara, pero a la vez normal, luego la protectora de Aria, dedicada únicamente a proteger y cuidar a su amiga, hasta que vio que ya no era necesario cuidar de ella, ya había otro que ocupara su lugar, así pasó a ser lo que era en ese momento, una luna, la líder de las brujas y una miembro de la asamblea de la paz entre especies.

En ese instante en el bosque, deseó volver el tiempo atrás, hacia el principio, cuando solo era una humana, borrar de su mente todo lo malo que había vivido, todo el sufrimiento, el dolor, la sangre y la muerte, estaba harta, sentía que no podía más, y aún así, todo continuaba.

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Hola, espero que os haya gustado el capítulo, siento haber tardado, pero es que he estado toda la semana con exámenes y ayer me lo tomé para mí, nos vemos la semana que viene.

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