15. Rafael

En el mismo momento en que la sospecha del secuestro de Aria se hizo patente, Diego tuvo una fuerte discusión con su lobo interno, le exigía el control total sobre su cuerpo para ir a por su pareja, y aunque Diego no estaba muy convencido, ya que conocía a su lobo y sabía lo impulsivo que era, finalmente le cedió el control.

Rafael no era como Diego, no era sumiso, todo lo contrario, era muy posesivo, si fuera por él, Aria nunca podría ir a ningún lado sin estar él, por eso Diego lo mantenía bajo raya y no lo dejaba salir, ni siquiera antes de que su relación cambiara; solo una vez le cedió el control para que dejara de insistir, el resultado fue que destruyó una cafetería porque, según él, el camarero se le había insinuado.

Rafael lo llevaba todo al extremo, por eso a Aria no le hacía mucha gracia cuando él tomaba el control, no es que le cayera mal, a la hora de combatir hasta lo preferiría antes que Diego, pero no para el día a día, pero esa situación era diferente, ella estaba secuestrada, y para recuperarla, si era necesario, llevaría todo a más del extremo.

No solo él, Aurora estaba igual o peor que el lobo, era a su amiga a la que habían secuestrado, a su mejor amiga, a la que consideraba como su hermana, fuera quien fuese el que se la llevó, pagaría bien caro su atrevimiento, se encargaría de matarlo, si Rafael no lo hacía antes, en cierta forma era una competencia entre ellos, pues ambos querían lo mismo, y solo uno podría hacerlo.

Por suerte, aunque técnicamente habían cortado Aria y Diego, su vínculo seguía ahí, seguían siendo mates y estando marcados, ya que Aria no lo había rechazado, por lo que con un hechizo podría localizarla fácilmente, con lo que no contaba era con el efecto de la poción Sfimiurs, el cual estaba impidiendo que ella pudiera ubicar su posición.

-Maldición, estúpida poción - Aurora estaba perdiendo la paciencia, y no era la única.

-Podríamos intentar crear una poción o un hechizo para intentar eliminar, o al menos disminuir, el efecto de la poción - sugirió Mike.

-Buena idea, ¿te importaría crearla?, quiero encontrar a mi mate cuanto antes.

Rafael estaba irritado, era algo más que evidente, además de que era muy explosivo e insensato, queriendo ir a buscarla y rescatarla sin saber dónde está y sin tener refuerzos, ya que parte de los guerreros de la manada estaban en camino, pero no llegarían hasta el día siguiente, y Rafael no quería esperar tanto, deseaba ir por su mate en ese momento.

-Cálmate, ¿quieres?, estoy igual que tú, pero con esa actitud no conseguirás nada, lo primero es lo primero, localizarla.

-Ni una mierda, lo primero y único es rescatarla, no perder el tiempo en cosas inútiles.

-Andrew, llévatelo de aquí, porque como me siga tocando las narices, lo más probable es que lo mande al hospital, necesito paz y tranquilidad para diseñar la poción que revierta el efectivo de la poción Sfimiurs, y su presencia solo hace que molestar.

Andrew hizo lo que su pareja le pidió, aunque no le resultó tarea sencilla, Rafael estaba fuera de control, y a pesar de ser él alpha y Rafael beta, le estaba resultando algo complicado tenerlo controlado, nunca había visto a su amigo así, cuando Diego veía que su lobo se descontrolaba, siempre recuperaba el control de su cuerpo para evitar cualquier problema, pero en esa situación no estaba haciendo nada, aunque tampoco lo culpaba.

Aurora y Mike estuvieron toda la noche trabajando, el resto de miembros del consejo no podían hacer nada, su nivel en pócimas era mucho más bajo que el de ellos dos, por lo que lo único que harían sería estorbar, por lo que se dedicaron a preparar sus maletas, ya que al día siguiente tendrían que volver a Brugenses.

La noche fue lenta, para Aurora y Mike fue frustrante, muchos intentos y por tanto muchos fracasos, para Diego y Rafael fue una tortura, no pegaron ojo en toda la noche, todo el rato dando vueltas en su habitación, Andrew temía que hiciera un agujero en el suelo, ya que estuvo todo el rato a su lado y lo veía ir y venir, los miembros del consejo fueron los únicos que durmieron un poco esa noche, y no demasiado, la angustia por lo sucedido les persiguió en sueños, se sentían inútiles.

Por la mañana temprano, los brujos y brujas tomaron un vuelo de regreso, y pocos minutos después aterrizó el avión donde iban los guerreros de la manada, los cuales estaban dispuestos para encontrar a la pareja del beta, lo cual les agradecía Diego, pero que Rafael estaba tan molesto que ni muestras de simpatía dió, solo gruñidos.

Finalmente Aurora y Mike consiguieron algo para minimizar el efecto de la poción Sfimiurs en el hechizo de rastreo, por lo que pudieron dar con la localización de Aria sin más inconvenientes, el problema era que Rafael quería irse ya para allá, mientras que Aurora consideraba que era mejor tantear el terreno, lo cual desembocó en otra pelea entre esos dos.

Los guerreros estaban sorprendidos, nunca habían visto a la luna y al beta pelear así, aunque entendían la situación y sabían que era Rafael el que tenía el control, pero aún así era impactante la escena, y lo peor es que no sabían qué hacer, unos estaban a favor de ir para ese lugar de inmediato, y otros estaban a favor de primero pensar una estrategia.

Al final Rafael salió del lugar hecho una furia, iría a por su mate con o sin su ayuda, había visto dónde indicaba el hechizo que estaba Aria, iría para allá, no pensaba perder tiempo. Se transformó y salió al galope, poco después pudo apreciar que algunos guerreros le habían seguido, no le tomó demasiada importancia y siguió su camino, lo haría solo si fuera necesario.

Cuando llegaron a terrero enemigo, ni se molestaron en ocultar su presencia, entraron sin más sin importarles que supieran de ellos, y así fue, no tardaron nada en localizarlos y avisar al alpha y al beta de ello, los cuales al confirmar la amenaza, hicieron sonar la alarma de ataque, la batalla comenzaría en cuestión de instantes.

Para la suerte de ese grupo suicida, ni Aurora ni Andrew eran tontos, intuyeron pronto lo que había decidido hacer Rafael, y se alegraban de que un grupo de guerreros lo hubieran seguido, aún así fueron ellos también, el ataque sorpresa ya no era una opción, gracias a ese lobo insensato, por lo que lo mejor era atacar con toda la fuerza que tenían, y eso hicieron.

La batalla fue una auténtica carnicería, ellos eran menos, calculaban que había de tres a cuatro enemigos por lobo, pero eso no significó nada, con los hechizos de Aurora y la ferocidad de Rafael, acabaron con todos sin sufrir ni una sola baja, aunque también un grupo considerable de enemigos se retiraron en el mismo momento en que vieron que el enfrentamiento estaba perdido.

Rafael no dejó de pelear y arrancar cabezas hasta que pudo apreciar que ya todos los enemigos del lugar estaban muertos, y no se pudo tranquilizar hasta que no vio a la hermosa loba de su mate, sana y salva a pocos metros de él, pero eso no significó que devolviera el control a Diego, en su lugar fue donde ella, él aún en forma lobuna, y ella en su forma humana, la derribó, la olisqueó y aulló.

El lobo había recuperado a su pareja, y no pensaba perderla de nuevo, si era necesario, no le cedería el control a Diego en lo que le quedaba de existencia, por más que el humano intentase recuperar el control sobre su cuerpo. Aria era suya, y sin importar qué, la tendría a su lado.

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