1. Aurora

Como todos los domingos, Aurora fue al consejo supremo para la reunión semanal, en la cual hablaban de todos los temas ocurridos a lo largo de la semana, desde problemas con brujas rebeldes, hasta los casos de mates entre la especie, porque así era, las brujas habían recuperado su privilegio de tener un mate, e igual que pasaba en el pasado, ellas podían tener un mate de distinta especie, lo que podía desembocar en que, o bien esa persona se iba, o su pareja venía; y ese era otro tema a tratar en el consejo.

-Hola - saludó Aurora al entrar.

-Hola - la saludaron todos, ella siempre era la última en llegar, pero nunca llegaba tarde.

-Bien, Jesús, ¿te importaría decir los puntos de la reunión de hoy? - le pidió amablemente Aurora a Jesús, el cual siempre se encargaba de redactar todo.

-Por supuesto Aurora - dijo con una sonrisa y abriendo la carpeta - a ver, esta semana no ha habido ningún ataque de brujas rebeldes, pero sí que se han localizado dos y han sido convertidas.

-Me alegra oír eso - dijo de buen humor Aurora.

-Cada vez quedan menos brujas rebeldes, a este paso a final de año ya no quedará ninguna - dijo una miembro del consejo.

-No hay que confiarnos Mónica - dijo otra.

-Estoy de acuerdo con Mar, debemos estar atentos, nunca se sabe - dijo Aurora seria - continua Jesús.

-Las obras del nuevo colegio de hechicería están casi finalizando, en dos o tres semanas ya se podrá inaugurar.

La reunión siguió con buen ritmo, Jesús fue relatando punto por punto todos los acontecimientos de la semana, algunas veces comentaban ciertos aspectos, en otros pasaban sin mencionar una palabra, ya fuera porque estaban conformes, o porque no tenían nada de que opinar. Al final de la reunión hablaron sobre las brujas y brujos que habían encontrado mate.

-Se han registrado 5 casos de mates, todos bruja con brujo salvo uno - dijo Jesús.

-¿Quién? - preguntó Aurora.

-Jane Milter, una bruja de la ciudad de Voulton.

-¿Especie de su mate?

-Licántropo.

-¿La acepta? - preguntó preocupada Aurora.

A pesar de que la guerra había acabado y que las especies estaban en paz, había algo de resentimiento con las brujas por la guerra acontecida, a Aurora no le pasaba, pero se podría decir que era de las pocas, ya que no todos estaban convencidos de que todas las brujas hubieran aceptado esa paz, por lo que había unos pocos casos en los cuales las brujas eran rechazadas por sus mates.

-Así es, pero tiene miedo - dijo Jesús, lo cual extrañó a Aurora.

-¿A qué te refieres?

-Por la poca información que tengo, el licántropo no puede abandonar su manada, pero tampoco puede llevarse a Jane con él.

-Eso es extraño - pensó en voz alta Aurora.

Muchas brujas y brujos estuvieron de acuerdo con ella en que el asunto era extraño, por lo que quedaron en investigar el caso. Aurora no podía hacerse cargo en esos momentos, ya que tenía compromisos que hacer en la manada, pero varios miembros del consejo se ofrecieron a investigar mientras ella estuviera ocupada.

Al acabar la reunión, Aurora volvió a la manada, allí ya la estaban esperando Aria y Andrew para meterle prisa en prepararse, ya que ese día había fiesta por la noche en la manada, se celebraba la creación de la manada hacía más de 1000 años, ya que Red Moon era una de las manadas más antiguas del mundo, tan antigua, que ya nadie sabía los años exactos que tenía.

Como Aurora ya se imaginaba, nada más llegar ya tenía a Aria y a Andrew esperándola en la puerta de la casa principal, de Andrew se deshizo entrando a la habitación, ya que le había prohibido ver su vestido hasta el momento de la celebración, pero de Aria no se pudo librar, ella entró a la habitación y le metió prisa, a lo cual Aurora hizo un hechizo para dejarla muda y no tener que aguantarla. Una vez arreglada, deshizo el hechizo.

-No era necesario que me hechizaras - se quejó Aria.

-Sí, sí que lo era - dijo Aurora en un suspiro.

Aurora no se encontraba bien, se encontraba cansada y con pocos ánimos, y Aria lo pudo notar, la conocía muy bien, por lo que decidió no discutir con ella a pesar de que estaba muy molesta con ella por haberla dejado muda con un hechizo, algo que no solo le molestaba, sino que también le extrañaba, por más pesada que Aria se pusiera, nunca Aurora la había hechizado.

-¿Te encuentras bien? - le preguntó preocupada.

-No es nada, solo me encuentro cansada - le respondió Aurora.

-¿Seguro?

-Sí, hice un hechizo de análisis esta tarde, y en él ponía que no tenía nada, debe ser el cansancio, ser luna y líder de las brujas no es precisamente sencillo - dijo y se encogió de hombros.

-Eso lo sé, pero a mí se me hace que hay algo más, no sé el qué, pero debe haber más - dijo y se puso a pensar - ya sé, estás embarazada - dijo triunfante, a lo cual Aurora la miró como si hubiera dicho la cosa más tonta del mundo.

-No estoy embarazada - dijo firme.

-¿Te has hecho las pruebas? - sin poder evitarlo, Aurora se puso roja.

-Así es - dijo algo avergonzada.

Y ciertamente, hacía un par de días que había ido al médico a hacerse unas pruebas de sangre para saber si estaba embarazada, ella pensaba que lo estaba porque había mostrado síntomas de ello, como el cansancio, los cambios de humor y los vómitos, pero cuando le dieron los resultados, dió negativo, lo único anormal en su sangre era que tenía el azúcar bajo.

Las chicas siguieron hablando un poco hasta que llegó la hora, bajaron, y en la entrada les esperaban sus mates perfectamente vestidos, ambos llevaban traje de noche, y discutían quién había copiado a quién, ya que su ropa, zapatos y camiseta eran la misma. A las chicas les hizo mucha gracia la escena, y aunque querían seguir disfrutando de ella, no pudieron evitar soltar unas risas, y los chicos rápidamente se dieron cuenta de su presencia.

-Da igual quién haya copiado a quién - dijo Aurora divertida - la cuestión es que a ambos os queda bien, ¿verdad Aria?

-Verdad - dijo Aria.

Ambos chicos fueron hacia su pareja, y, después de alagarlas, enlazaron su mano con la de su mate para posteriormente salir de la casa principal e ir a la celebración, la cual no quedaba muy lejos del lugar, era un claro en el bosque cerca de la manada, donde a media noche los rayos de la luna bañaban con su luz todo el claro, siempre se celebraba en la luna llena de ese mes.

Al llegar al lugar, Andrew y Aurora se dirigieron a la improvisada tarima que habían preparado para la presentación habitual de tal evento, ya que era tradición que el alpha dijera unas palabras acerca de los acontecimientos que habían ocurrido a lo largo del año, tanto buenos como malos, y ese año no iba a ser diferente.

-Gracias a todos por venir - empezó diciendo Andrew con Aurora al lado - este año, como los años anteriores desde que nuestra luna está con nosotros - dijo y todos gritaron vítores por la luna de la manada - la manada ha prosperado sin ningún problema, el número de la manada ha aumentado, y también la alegría que hay en ella.

Aurora empezó a sentirse mareada según iba avanzando el discurso, pasó de oírlo perfectamente con un ligero dolor de cabeza, a oír todo como un burbujeo de agua y no entender lo que decía, su vista se estaba volviendo borrosa y luchaba por mantener los ojos abiertos y estar en pie, pero cada vez se le hacía más difícil.

-Aurora, mi luna - le llamaba Andrew a Aurora preocupado por cómo se veía.

Aurora apenas pudo girar la cabeza y mirarlo antes de caer inconsciente en sus brazos, mientras Andrew ordenaba que alguien fuera a por el médico. Aria iba hacia Aurora, mientras Diego iba por el médico, y la gente de la manada miraba preocupada a su luna deseando que estuviera bien.

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