5. Inicio de la vida como bruja
Aurora no tuvo que andar mucho para ver a alguien y pedir instrucciones, en ese lugar todo el mundo parecía muy agradable, no tenía tiempo para eso pensaba, siguió las indicaciones para llegar al despacho de Coral. Cuando estuvo frente a la puerta llamó.
-Adelante - dijo Coral desde dentro.
-¿Se puede? - preguntó Aurora asomándose por la puerta.
-Desde luego pequeña, toma asiento.
-Gracias - cerró la puerta y se sentó en una de las sillas frente al escritorio.
-Dime, ¿qué necesitas?
-Me gustaría ver a Aria.
-Cierto, se me olvidó, es lo que tiene la edad pequeña, si me haces el favor de seguirme.
Aurora siguió a Coral por todo el lugar, pudo apreciar que la escuela era muy grande, con muchos pasillos, aulas y habitaciones. Salieron de la zona de estudiantes y entraron en la sala de educación de las otras especies. Aurora pudo ver como personas de todas las especies menos brujas estaban encerradas, algo que le pareció un horror. Coral se paró frente a un hombre, y Aurora imitó su acción.
-Señora Coral, ¿qué hace usted aquí? - habló el hombre con mucho respeto.
-La pequeña aquí presente quiere ver a su amiga, es licántropo.
-Hablando de licántropos, hay una que en mi opinión no sirve, no hace caso a ningún instructor, ninguna bruja la querrá como sirvienta.
-¿Te importa que vallamos primero a esto? - preguntó Coral a Aurora.
-No hay problema - dijo Aurora, algo le decía que eso tenía que ver con ella.
Coral sonrió y se dejó guiar por el hombre, Aurora siguió a Coral, ya que ella no sabía manejarse por ahí. Mientras avanzaban el hombre que se llamaba Pablo le contaba a Coral todo lo que había pasado con esa nueva licántropo. Aurora escuchaba atentamente todo sin poder creerselo, ¿qué clase de hombre hace eso a otra persona?, es lo que se preguntaba Aurora. Al final de un pasillo, frente a una celda se detuvo.
-Esta es - dijo el hombre a Coral.
-Bien Pablo, vamos a ver, ¿cuál es tu nombre? - le preguntó de forma tranquila, a lo cual solo se ganó un gruñido - vaya si que es rebelde.
-¡Déjenme en paz! - exclamó furiosa Aria, Aurora se quedó en shock, era su amiga la que estaba ahí dentro.
-Tienes razón Pablo, lo mejor será eliminarla.
-A sus órdenes - dijo Pablo con una sonrisa de sicópata, al menos para Aurora.
-No por favor, es mi mejor amiga - dijo Aurora desesperada, ambos adultos la miraron.
-¿Ella es Aria? - Aurora miró la celda y asintió - entiendo - entonces se dirigió a Aria - escúchame bien porque solo lo diré una vez - dijo fría - más te vale tratar bien a Aurora, si no fuera por ella no sobrevivirías al día hoy - aquellas palabras helaron la sangre de Aurora - vamos pequeña vayamos a mi despacho.
A Aurora aún le costaba procesar todo eso, había descubierto una gran verdad en ese lugar, y esa era que para las brujas el resto de especies eran inferiores, sin importancia, si no hubiera insistido tanto para ver a Aria lo antes posible, lo más seguro es que ella en esos momentos la estuvieran matando. Volvieron al despacho sin decir una sola palabra.
-Parece ser que tu amiga no le gusta cumplir órdenes - dijo Coral una vez sentada en su silla del despacho - sería recomendable que hables con ella, no la eliminaremos mientras tú la quieras de sirviente, ¿por qué eso es lo que quieres cierto?
-Si eso la salva la vida, sí.
-Veras pequeña, los sirvientes son seres de otra especie sobrenatural, estos tienen que obedecer a su dueño en todo.
-¿Entonces es sirviente o esclavo? - preguntó Aurora con veneno.
-Lo mismo da, todo depende de quien la quiera, cada bruja o brujo puede tener tantos sirvientes como quiera, siempre que pueda mantenerlos y controlarlos, sobre todo lo segundo.
-¿Quiere decir que a parte de Aria podría tener más?
-Así es, pero los estudiantes solo pueden tener una sirviente Sisnys a lo largo de su enseñanza.
-¿Sisnys?
-Son un tipo de hadas, estas son pequeñas, se utilizan como mensajeras, para desahogarse hablando o para recados sencillos, el resto de tipos de hada y el resto de especies, no se pueden tener hasta después de la enseñanza.
-¿Cuánto dura?
-Eso depende de ti, cuanto más rápido aprendas, antes te graduas y podrás estar con tu sirvienta, porque tienes que tener en cuenta que a partir de hoy tus únicas amigas deben ser brujas.
-¿Por qué?
-Pronto lo sabrás - miró el reloj de su despacho - deberías ir al comedor, ya casi es la hora de la cena, te recuerdo que mañana empiezan tus clases a las diez.
-Gracias, adiós - dijo y salió del despacho.
Estaba confundida, no sabía qué hacer, pero una cosa tenía clara, debía pensar en algo para salir de ahí junto con Aria, no sabía lo que hacían ahí, pero no dejaría que la lavasen el cerebro.
A la mañana siguiente, se levantó, hizo sus necesidades, se cepilló los dientes y el pelo, ducharse lo hizo ayer por la noche, por lo que estaba limpia, cogió una túnica marrón claro y unas manoletinas del mismo color, igual que todo eran túnicas, todo eran manoletinas, Aurora tenía claro que ese lugar era de vestuario obligatorio, lo que no era obligatorio era el color y el modelo.
Una vez lista bajó al comedor, allí había poca gente, ya que Aurora se había levantado una hora antes para informarse de todo, fue a las vitrinas y cogió un zumo, unas galletas y una magdalena, aunque el lugar le llamaban comedor, más parecía una cafetería enorme, se sentó en una mesa sola y empezó a desayunar tranquila. El lugar era silencioso, había gente hablando pero no se oía nada, Aurora sintió un escalofrío, todo eso no le gustaba nada, le ponía los pelos de punta.
-Hola, ¿eres nueva? - una chica de ojos verdes y pelo rojo se sentó con Aurora.
-Así es, desperté ayer.
-¿Tú eres la que estaba dormida? - preguntó la chica emocionada.
-Sí, supongo - dijo Aurora un poco cohibida, nunca le gustó socializar.
-Perdón, ¿dónde están mis modales?, me llamo Lucía.
-Aurora.
-¿Cómo la bella durmiente?
-Sí - y se rió un poquito por la comparación.
-¿ya te han enseñado el lugar?
-Un poco, conozco la zona de las habitaciones, la de las clase y el comedor obvio.
-¿Y sabes dónde tienes clase?
-Eso no, se me olvidó preguntar.
-¿Quieres que te haga de guía?
-Si no es mucha molestia.
-Para nada, vamos.
- Un momento que tiro los envases y coloco la bandeja.
-De acuerdo, te espero en la salida - Aurora fue hacer lo dicho, mientras Lucía esperaba fuera.
-Ya está.
-Pues vamos.
Lucía guió a Aurora a la clase de los recién convertidos, también le explicó lo básico de ese lugar, Aurora por un momento pensó que podrían ser grandes amigas, pero eso no le duró mucho, Aurora pudo apreciar que Lucía hacía de menos a las otras especies, al parecer algo de lo más normal allí, pero eso le desagradaba a sobre manera. Por lo que al llegar a la clase se despidió de ella y tuvo claro que no la volvería a ver.
-Muy bien alumnos, aquí está la alumna que faltaba, ¿podrías presentarte y decir algo de ti? - dijo la profesora al empezar la primera clase.
-Me llamo Aurora Ramirez, me gusta leer y escuchar música - dicho eso se sentó en un asiento libre de primera fila.
-Muy bien Aurora, mi nombre es Estefania, y soy la profesora de magia básica, ten - le tendió una varita y un libro de hechizos a Aurora - esta es una varita básica, dependiendo del nivel o especialidad que tengas, tendrás una varita u otra, en el libro están los hechizos más básicos, desde poderes elementales básicos, tierra, agua, aire y fuego, hasta poderes de curación; hoy continuaremos con el elemento de la tierra, así que abrid el libro por la página cinco.
A partir de ese día empezó su vida como bruja, una vida en que lo único que importaba eran los hechizos y las pociones.
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