Capítulo 8

Tiempo después....

Sarah sonrió emocionada al ver el hospital y siguió a los demás cuando apareció un hombre con pinta de jefe. Le recordó a los patitos siguiendo a la madre.

- Todos llegáis aquí llenos de esperanza, con ansias de participar. Hace un mes estabais en la facultad aprendiendo de los médicos. Ahora - abrió una puerta dejando ver el quirófano - vosotros sois los médicos - Sarah caminó por la sala observando todo - los siete años como residentes serán los mejores y peores de vuestra vida. Sobrepasaréis vuestros límites. Mirad alrededor - Sarah observó a sus posibles compañeros - saludad a la competencia; ocho de vosotros os pasaréis a la especialidad más fácil, cinco sucumbiréis a la presión, a dos os despedirán. Aquí váis a empezar a ser cirujanos, éste será vuestro escenario. La función depende - el jefe los miró a todos - de vosotros.

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Sarah se puso la bata de médico después de que les enseñaran el vestuario y la taquilla de cada uno. Un Dr. comenzó a llamar a algunos por el apellido, ella se apoyó en los casilleros poniéndose el estetoscopio.

- Solo seis mujeres de veinte - dijo una rubia mirando a los que se iban.

- Sí, y una es modelo - dijo otra con rasgos asiáticos guardando sus cosas en el casillero - eso no ayudará a que nos respeten.

- Nos haremos respetar - dijo Sarah llamando la atención de las dos - les demostraremos que somos mejores que ellos.

- Eres la niña genio, ¿verdad? - preguntó la morena - la que tiene diecinueve años.

- ¿¡Diecinueve!?

- Esa soy yo - sonrió - ¿Que residente tenéis? Yo a Bailey.

- ¿La nazi? Yo también - contestó la rubia.

- Y yo - dijo la morena.

- ¿Tenéis a la nazi? Como yo - habló un chico - nos torturarán juntos. Soy George - cerró el casillero - O'Malley, nos conocimos en la reunión. Llevabas un vestido negro con un tirante, sandalias de esparto... - las tres lo miraron raro - crees que soy gay - Cristina se fue mientras Sarah miraba divertida a Meredith - es fácil recordarte, eres inolvidable.

Meredith sonrió incómoda.

- O'Malley, Yang, Grey, Barton, Stevens...

Todos habían acordado en que se quedara con el apellido Barton para que los periodistas no la persiguieran por ser la tía de Tony Stark. Así que el mundo no tenía idea de que había otra Stark. Al principio fue un shock todo las cosas que le contó pero después, tía y sobrino se habían unido mucho pasando tiempo juntos.

Meredith y Sarah se alejaron en cuanto oyeron sus apellidos.

- Eres inolvidable - se burló Sarah poniendo cara soñadora.

Meredith le dió un empujoncito y ella rió.

- ¿Bailey? - preguntó Cristina.

- Sigue el pasillo - respondió un Dr.

- ¿Esa es la nazi? - preguntó Meredith viendo a una Dra bajita.

- Creía que iría rapado - dijo George.

- Y yo que sería... - comenzó Sarah.

- Más nazi - terminó Meredith.

- Seh - asintió Sarah.

- Quizá sea envidia profesional - intervino otra rubia - quizá sea brillante y la llaman nazi por celos - los cuatro la miraron - suele pasar.

- ¿A qué eres la modelo? - dijo Cristina.

La rubia la echó una mirada y después se acercó a Bailey extendiendo su mano.

- Hola, soy Isobel Stevens, pero todos me llaman Izzie.

Bailey se la quedó mirando sin estrecharle la mano y luego miró a los demás.

- Tengo cinco reglas, memorizadlas. La primera, no me hagáis la pelota, os odio y eso no va a cambiar. Protocolos de trauma, guías y buscas. Os pasarán las notas - Sarah cogió las cosas que señalaba; Bailey siguió caminando y los demás la siguieron - contestarán al busca inmediatamente, esa es la segunda regla. Vuestro turno comienza ahora y durará cuarenta y ocho horas. Sois internos, unos don nadie, los últimos monos. Os ocupareís de los informes; tendréis que trabajar uno de cada dos noches y ¡no os quejeis! - abrió una puerta y encendió la luz - sala de descanso para los jefes de planta. Dormireís cuando y donde podáis. Tercera regla, si estoy durmiendo, no me desperteis salvo que el paciente esté muriéndose. Cuarta regla, más vale que no esté muerto cuando llegue, habréis matado a alguien y me habréis despertado sin motivo - apuntó algo en el informe y los miró - ¿Entendido?

Meredith levantó la mano.

- ¿Sí?

- Dijo cinco reglas, solo ha mencionado cuatro.

El busca de Bailey sonó y lo miró.

- Quinta regla, poneos todos en marcha - dijo saliendo de la sala de descanso. Comenzó a correr - ¡Apartaos!

Los demás se apartaban a su paso mientras que Sarah y los demás la siguieron por los pasillos. Salieron a la azotea con una camilla mientras el helicóptero aterrizaba.

- ¿Que tienes? - preguntó Bailey.

- Katie Bryce - respondió el asistente - quince años, crisis compulsivas, intermitentes la semana pasada. Estas compulsiones empezaron cuando la metimos en la ambulancia.

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Ya en la habitación...

- Ponerla de lado - dijo Bailey.

Sarah y Meredith lo hicieron.

- Izzie, diez miligramos de diacepam - le dijo Bailey.

Izzie no encontraba nada.

- No, la sonda blanca a la derecha; derecha blanca, humo sobre fuego - les indicó Bailey, miró a George - no dejes que se produzca un hemólisis.

Mientras tanto, Sarah sujetaba a la paciente hasta que la medicina hizo efecto y la tumbó boca arriba.

- Creo que tenemos un pez fuera del agua - dijo un Dr. entrando a la habitación.

- Sí, Dr. Burke - dijo Bailey mirando a Meredith.

- Dra. Bailey - dijo Burke - chequeo - dió una palmada.

- Eso significa todas las pruebas - los miró - TC, análisis químico, radiografía torácica. Cristina laboratorios, George a consulta, Meredith y Sarah que le hagan una TC. Sois responsables de ella.

- Espere, ¿y yo qué? - preguntó Izzie.

- Tú...ve a hacer exámenes reptales - sonrió de lado mientras salía de la habitación.

////

La puerta del ascensor se abrió revelando a Sarah y Meredith con la paciente.

- Os habéis perdido - dijo Katie.

- No nos hemos perdido - dijo Sarah mirándola.

- ¿Como estás? - le preguntó Meredith mientras salían del ascensor.

- ¿Tú qué crees? Me estoy perdiendo el concurso de belleza.

- ¿Que concurso de belleza?

- El de Miss Spokein. Estaba entre las diez mejores tras dos rondas; es mi año. Podría haber ganado. ¿Hola?

- Te estamos escuchando - dijo Sarah después de darse la vuelta, pues no iban por el camino correcto.

- No sabéis dónde estáis, sois nuevas - se quejó Katie - me torcí el tobillo en el instituto, hago gimnasia rítmica. La verdad es que mola, solo la hago yo; me enganché con la cinta. Me atendió alguien más competente, y era una enfermera.

Qué encanto- pensó Sarah sarcástica.

////

Llegaron al comedor y se sentaron con Cristina, Izzie y George para comer.

- Katie Bryce es insoportable. Si no hubiera hecho el juramento hipocrático la estrangularía con mis propias manos - dijo Meredith enfadada.

- Si quieres te ayudo a ocultar el cuerpo - siguió Sarah; Cristina, Izzie y George la miraron - ¿Qué? ¡Nos llamó incompetentes! - bufó dándole un mordisco a su sandwich.

- Buenas tardes internos - saludó Burke; los chicos lo miraron al acercarse a su mesa - está en el tablón pero prefiero deciroslo personalmente. Como sabéis, el honor de realizar una intervención quirúrgica por primera vez es para el interno que más prometa. Hoy soy el encargado, así que voy a escoger - Sarah se enderezó; sería emocionante que la escogieran - George O'Malley - le dió una palmada en la espalda.

- ¿Yo?

- Esta tarde tienes una diceptomia, enhorabuena. Que aproveche - y se fue.

- ¿Me a elegido?

- Como te odio O'Malley - se quejó Sarah cruzándose de brazos desanimada.

////

- Katie, mamá y papá han llegado - dijo una señora entrando a la habitación con su marido.

- Le han dado un sedante así que está un poco aturdida - dijo Meredith.

- ¿Se pondrá bien? - preguntó la madre.

- Nuestro médico dijo que quizá habría que operarla - dijo el padre - ¿Es cierto?

- ¿Como es la operación? - siguió la madre.

- Está...bueno...nosotras no somos los médicos - respondió Sarah al ver que Meredith se quedaba callada - somos médicos pero no el de Katie. Iremos a buscarle.

Sarah salió con Meredith detrás y se encontraron con Bailey.

- ¿Qué?

- Han llegado los padres de Katie - respondió Meredith - ¿Habla con ellos o llamamos al Dr. Burke?

- No - negó Bailey - Burke no sabe nada. Katie es el paciente del Dr. Shepherd, está ahí.

Sarah vio a un hombre bastante atractivo, con ojos azules, y cuando se iba a acercar notó que Meredith no se movía.

- ¿Mer? - también se fijó que el Dr. miraba a su compañera sorprendido.

Meredith la agarró del brazo y se la llevó por otro pasillo.

- ¿Qué ocurre? - preguntó Sarah intentando pararla.

- ¡Meredith! - la llamó el Dr. - ¿Podemos hablar? - la cogió del brazo y fueron a las escaleras dejando a Sarah enmedio del pasillo.

- Que suerte tienen algunas - sonrió divertida al observar las confianzas que tuvo el Dr. con su compañera, a parte que la llamó por su nombre a pesar de que se suponía que no se conocían. Se dió la vuelta y fue a la galería.

////

- Va a desmayarse - dijo un interno sentándose - código marrón en los pantalones. Le sudan las manos, va a perder los guantes.

Cristina se sentó junto a Sarah.

- Diez pavos a que la lía - dijo otro.

- Quince a que llora - dijo Cristina.

- Veinte a que se paraliza - siguió Sarah dándole un sorbo a su café.

- Veinticinco a que cae redondo.

- Cincuenta a que todo sale bien - lo defendió Meredith. Los demás la miraron - es uno de nosotros y el primero que ha entrado. ¿Y vuestra lealtad?

- Setenta a que no encuentra el apéndice - dijo Cristina apoyando los codos en las rodillas.

- Los veo - dijo Izzie.

Sarah vio entrar a Burke.

- Ya empieza - murmuró Sarah echándose hacia adelante.

Cuando O'Malley pidió el bisturí a la enfermera, los internos le aplaudieron.

- Burke es peligroso - dijo Cristina cuando lo vieron pasarse el dedo por el cuello en dirección a ellos.

Los demás rieron.

Sarah observaba muy atenta como George abría al paciente y pedía las pinzas.

- Bien. Os dije que iba a lograrlo - sonrió Meredith.

Algunos festejaron al ver a George extraerlo pero Sarah chasqueó la lengua cuando observó cómo había rasgado el ciego.

- Se va a paralizar - dijo al oír el tono de Burke.

- Está en blanco - dijo Cristina enderezandose.

- Vamos George - murmuró Meredith.

- 007 - dijo uno.

- Sí, un 007 de verdad.

- ¿De qué están hablando? - preguntó Izzie.

- Licencia para matar - dijo Meredith.

/////

En la noche....

Sarah fue a la máquina expendedora y sacó dos bolsas de gominolas. Después volvió con sus compañeros oyendo a Izzie y Meredith contradecir a George.

- En el ascensor Murphy me llamó 007.

- ¿Cuántas veces vamos a tener que decírtelo? ¿5, 10? No te lo tomes así - contestó Cristina queriendo quitarle unas cuantas gomitas a Sarah.

Ella apartó la bolsa, pero le lanzó la otra bolsita.

- Murphy susurró 007 - siguió George.

- Te pudo la presión - dijo Sarah - soluciona eso y estarás bien.

Cristina le dió la razón.

- Murphy no hablaba de tí - suspiró Izzie cansada del tema.

- ¿Seguro?

- ¿Te mentiriamos? - lo miró Meredith.

- Sí.

- 007 es un estado mental - dijo Cristina llevándose una gomita a la boca.

- Lo dice la que fue la primera de su promoción en Stanford.

Sonó el busca y todos lo miraron.

- Dios mío - dijo Meredith mirando a Sarah - un 9-1-1 de Katie Bryce.

Sarah se levantó y echó a correr con Meredith detrás. Al desaparecer por la esquina, Cristina habló.

- Me pregunto qué especialidad escogerá la niña genio.

- ¿Hablas de Sarah?

- Con diecinueve años ya está aquí con nosotros. Así que sí, la niña genio le va bien.

- ¿¡Dijiste diecinueve!?

////

- ¡Cuanto habéis tardado! - se quejó Katie la verlas entrar.

- ¿Estás bien? Nos han puesto un mensaje - dijo Meredith.

- Me puse como en el exorcista para que me cogieran el teléfono.

Sarah cogió el informe.

- Espera - la miró - ¿No te ocurre nada?

- Me aburro - dijo Katie.

- Eres una... - Meredith se acercó - no somos unas animadoras.

- No te sulfures; van a retransmitir el concurso. Pero en este hospital no se coge el canal - se quejó mientras Meredith la oscultaba - si esa vaca de Kelly Both se va a llevar no corona quiero verlo. ¿Puedes ayudarme? - miró a Sarah - O tú que no estás haciendo nada.

- Muy bien - le dijo Sarah muy seria - éste es un hospital de verdad, hay gente enferma. Duérmete y no nos hagas perder el tiempo - caminó hacia la salida de la habitación.

- No puedo dormir, mi cabeza no para.

- Eso se llama pensar - dijo Meredith siguiendo a Sarah.

- Todavía está en pie lo de ocultar el cuerpo - susurró bromeando una vez en el pasillo.

- No me tientes.

/////

Al día siguiente.....

Sarah oyó como el chico que llamó 007 a George hablaba con una enfermera con tono despectivo.

- Tengo una idea, ¿porqué no se pasa cuatro años en la facultad y me dice si es un diagnóstico correcto?

- Será capullo - murmuró Sarah siendo oída por Izzie.

- Engendro del diablo - dijo ella.

- Sí, le quitaría el trono a Lucifer.

Las dos se miraron y rieron.

- Son odiosas - se acercó el interno al mismo tiempo que Meredith - soy Álex. Estoy con Jeremy, vosotras con la nazi, ¿no?

- Quizá no tenga neumonía, podría ser infección o embolia pulmonar - dijo Meredith.

- Odio a las enfermeras - repitió Alex.

- ¿Qué has dicho?

- El cuatro años de facultad te ha llamado enfermera - dijo Sarah burlándose de él sin intimidarse cuando la miró.

- Creo que te cabe el gorro - siguió Alex sin dejar de mirar a Sarah.

Volvió a sonar el busca y Meredith se fue.

- Adiós engendro del diablo - se despidió siguiendo a Meredith.

- Ni lo intentes - le advirtió Izzie al ver como Alex miraba a la más joven - es una niña para tí y no le llegas ni a la suela del zapato - se levantó y se marchó a hacer sus rondas.

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