el deseo


Lucius no era una persona feliz, su vida siempre a sido marcada por lo que sus padres consideran correcto. Ha tenido que soportar cada día de su vida las desiciones que ellos tomaban para su vida y su importante linaje.

Hoy por fin había terminado su educación en Hogwarts en dónde hizo un pequeño grupo de amigos cercanos... Sus amigos, que estaban tan condenados como él.

Barty tenía un padre horrible que sería capaz de vender a su hijo por poder.

Regulus que tenía en sus hombros la casa Black, sus queridos padres nótese el sarcasmo estaban buscando a una esposa adecuada, ya se imaginaba a una bruja horrible con el mismo amor por la tortura como los padres de su amigo.

Rabastian y Rodolphus ese para de hermanos que solo querían dejar atrás el paso de la muerte que su familia tenia sobre ellos, pero, ahora estaban atorados en compromisos absurdos con las hermanas Black, Narcisa cómo prometida de Rabastian y Bella cómo prometida de Rodolphus... Eran unas brujas muy hermosas, pero tenían en su sangre la locura de la casa a la que pertenecían y eso solo generaba más tristeza y dolor en el corazón de sus amigos.

Por último su hermano, Severus, quien tuvo que aguantar a los desgraciados de los merodeadores quienes no solo se creían el cuento de ser superiores a los demás, más altruistas, más valientes y nobles sino que además se creían con el derecho de dañar a los que ellos consideraban "malos"… no le cabía en la cabeza que ellos todavía se creyeran los buenos cuando casi matar a Severus, cuando durante los 7 años de colegio tuvieron que ver a su amigo por lo menos 2 veces a la semana en la enfermería por culpa de sus estúpidas bromas, cómo odiaba a esos infelices.
Y ahora que él pensaba que su hermano no tendría más de que preocuparse aparece un maldito testamento en el que quedó como el lord de los Prince y con ello un sin fin  de responsabilidades, entre ellas el casarse con una bruja de buen nombre para darle un heredero  a su casa, que vida tan complicada.

Mientras meditaba sobre todos estos asuntos llegó al borde del lago negro, era su última noche en el castillo, mañana muy temprano tendría que irse a su "casa" por eso no había podido conciliar el sueño.

El solo quería vivir lejos de sus padres, estar tranquilo, no quería servirle a Voldemort, el quería un bebé al que cuidar sin tener que criarlo como un digno sangre pura.

Tan metido estaba en sus pensamientos que no sintió cuando un enorme dragón plateado apareció frente a él.

El dragón había sentido y mirado en el corazón de aquel joven, había visto su dolor, su tristeza, su amor por sus amigos y su deseo, un sueño hermoso y sin malicia, algo que para la mayoría era una tontería y no era realmente importante en este mundo que solo estaba lleno de ambición y codicia. Decidió bajar para poder ver más de cerca al joven que había llamado su atención, solo para darse cuenta que no solo era bello en su corazón, sino que poseía una belleza increíble, era un hombre muy guapo y elegante.

Después de un rato tuvo una brillante idea,  iba a concederle parte de su deseo a este joven, le iba a dar el impulso necesario para poder vivir en libertad, por eso soplo sobre el joven quien se asustó al sentí una ráfaga de viento sobre él, pero no le dio tiempo a nada porque en ese momento cayó desmayado a la orilla del imponente lago.

- te doy a mi legado muchacho, te entrego a mi hijo, en tu nuevo vientre crecerá la heredera de mi mundo, se fusionará con tigo y así se convertirá también en tu hija... Cuídala, protegerla  y dale todo ese amor que necesita y que sé estás dispuesto a dar- el dragón miro al humano a sus pies, y luego de pensarlo un poco volvió a soplar sobre el cuerpo dormido otorgándole la fuerza necesaria para hacer lo correcto, con esto volvió a tomar vuelo dejando a su tesoro a cargo de un humano.

Después de 30 minutos Lucius despertó en su alcoba, lo que le pareció extraño, él recuerda que estaba en el lago pensando en como salir de este tormento y luego siento una fuerte brisa y no recuerda nada más.

Empezó a recorrer con la mirada su habitación hasta que dio con unos ojos negros llenos de preocupación, Severus miraba a su amigo bastante preocupado, lo habían encontrado en el lago negro y había alcanzado a ver al imponente dragón que despegaba del lado de su amigo.

- Severus, ¿sabes que me pasó?- preguntó el platinado a su amigo, a su hermano.

Severus miro profundamente a su amigo, intentado encontrar la forma correcta para explicarle lo que había visto y descubierto.

- Lucius, yo te encontré inconsciente en el lago negro...pero, también vi un enorme dragón a tu lado, no alcance a saber que hacía a tu lado porque emprendió el vuelo rápidamente-

El chico de ojos grises miraba a su amigo con incredulidad y asustado, se preguntaba que fue lo que realmente paso, que hizo el dragón mientras él estaba inconciente.

Severus miro el estado en el que se encontraba su gran amigo y decidió que tenía que decirle todo.

- Lucius... Cuando te traje realice todos los hechizos de diagnóstico que conozco para saber si estaban bien, todo está normal Excepto por una cosa-

- que pasa Sev, dime qué es -. Preguntó al borde del colapso.

Tomando una bocanada de aire lo soltó de sopetón.

- estás embarazado, te apareció lo que parece un útero y tienes una vida creciendo en tu interior-.

El chico de cabellos negros, espero la reacción de su amigo, estaba aterrado por cómo tomaría la noticia.

Lucius, primero se sintió desorientado, luego siento miedo y por último no pudo más que reír, por  fin entendió, el dragón había cumplido parte de su sueño, ahora tenía un bebé dentro de él, uno pequeño ser al cual cuidar y proteger, un aliciente para cambiar su destino y era posible el de sus amigos.

Severus miraba como si su amigo se hubiera vuelto loco...estaba riendo, se veía tranquilo y con una luz que nunca había visto.

El platinado volteó a ver a su hermano y viendo la angustia que tenía lo tranquilizó.

- vamos a cambiar todo, nuestro destino no va a ser marcado por nuestros padres. Mañana después de la graduación vamos a desaparecer para el mundo mágico de Inglaterra, creo que debemos irnos a África, allí hay una comunidad mágica numerosa y la sede central de los bancos está en ese lugar... Severus vamos a vivir lejos de aquí por un tiempo. Avísale a los demás, que hagan sus maletas, alisten todo lo que se quieren llevar- hizo una pausa para continuar - diles que envíen una carta urgente al banco, para que todo su dinero sea transferido al banco principal y para que todas las cámaras aquí en Inglaterra sean bloqueadas con máxima seguridad-.

Severus miro a su amigo, no sabía a qué venía todo esto, pero, al parecer había un plan y ellos lo tomarían, si podían salir de todo esa porquería de vida lo harían sin dudar. Con una inclinación de cabeza salio rumbo a las habitaciones de sus amigos, tenían mucho que hacer.

A lo largo de la noche los jóvenes magos hicieron todo lo que su príncipe les indico, lo primero fueron las cartas al banco , explicaron a grandes rasgos lo que iban a hacer y el porque de su solicitud, luego el equipaje, ellos eran muy vanidosos y tenían demasiadas cosas por guardan, al final 80 baúles fueron necesarios, los encogieron y guardaron en sus túnicas de gala.
Estaban terminando cuando llegó una águila con un sobre sellado, era del banco, abrieron con temor la carta solo para encontrar con gran alivio que los duendes aceptaron su pedido y les deseaban prosperidad en su viaje.

A la mañana siguiente era un ajetreo terrible, todos estaban arreglandose para la graduación que se llevaría a cabo en el gran salón.

Un grupo de serpientes estaba más que extasiados, por fin iban a librarse de esas terribles cadenas con los que habían vivido toda su vida.

- listos -. Preguntó el príncipe de las serpientes.

- siempre -. Le contesto Regulus.

De esa manera emprendieron el camino al salón donde iban a ser los grados.

Al llegar se colocaron junto a lo demás estudiantes de séptimo año que se gradúan.

Dumbledore empezó con el largo discurso de despedida para los jóvenes de séptimo, el hombre estaba impaciente porque terminar con esa ceremonia, muchos de las piezas para alzarse al poder estaban en esa sala.

Los invitados a esta ceremonia estaban expectantes para poder celebrar con sus hijos, nietos, sobrinos, hermanos o amigos, nadie tenía idea de lo que iba a pasar en ese evento.

Los merodeadores estaban con sus enormes sonrisas, sus egos hasta el techo siempre creyendo que eran los mejores de todos, junto a ellos  Lily miraba con autosuficiencia a todos los de la sala, ella era la futura lady Potter, tendría todo lo que según ella se merecía.

Al finalizar el discurso Dumbledore pidió al alumno con mejor puntuación en los ÉXTASIS que diera el discurso de despedida, Remus y James se miraron pensando cual de los dos había sacado mejores notas, pero cuando escucharon un nombre totalmente diferente al de ellos, se llenaron de rabia y celos por aquel que los había superado.

Severus Prince, fue el nombre que dio el director, a él le hubiese gustado que uno de sus muchachos diera el discurso, pero  no podía hacer nada, el ministerio había sido enfático en que Severus tenía que dar el discurso.

Severus se levantó para   darles un discurso de despedida a todos esos hipócritas que estaban en la famosa gala.

Se paró en frente de todos y empezó con su monólogo.

- me pidieron dar el discurso de esta generación debido a mis notas en los últimos exámenes. Se que el director hubiera preferido que uno de los leones diera el discurso de hoy - dijo mirando al director que se sintió incómodo por la mirada de todos los presentes.
- Durante todos mis años en Hogwarts solo he recibido maltratos y humillaciones por parte de los leonés, en este colegio existe un grupo autodenominado los merodeadores, quienes le hacen bromas pesadas a todos los estudiantes dentro del castillo. En mi caso fue diferente, ellos decidieron hacerme su víctima predilecta, cada una de sus bromas era mas cruel que la otra, visitaba la enfermería por lo menos 3 veces a la semana debido a que terminaba siempre herido por sus actos vandálicos -. 
Todos miraban al joven que estaba hablando, no podían creer lo que escuchaban, muchos de los padres estaban furiosos, indignados y con deseos de saber quiénes eran los que formaban ese grupo.
Los leones estaban furiosos y un poco asustados, no sabían que iba a pasar cuando ese bicho raro los delatara.
El director estaba más que furioso, quería levantarse y quitar a ese chico de ahí pero no podia.
Los estudiantes de las demás casas esperaban ansiosos el castigo para  esos tarados.
- el director, la jefa de casa de los leonés y nuestro jefe de casa nunca intentaron detenerlos, simplemente los justificaban o minimisaban sus actos.

Pero, aquí encontré a mis amigos, aquellos que se van a estar a mi lado toda la vida, las serpientes son leales con quiénes se lo ganan, eso es algo que solo nosotros entendemos.
Hoy dejamos este colegio para iniciar nuestro camino en el mundo de los adultos.
Nos esperan muchos problemas fuera de estos muros, una lucha constante por cumplir nuestras metas, sueños, anhelos pero además para cumplir con las obligaciones que nos impusieron nuestras familias.
Le doy las gracias al director porque con su negligencia encontré un camino diferente, algo fuera de sus Manipulaciones y sus aires de abuelito bueno -. Dijo Severus con sorno mirando a los presentes.
- tambien le agradezco a los abusivos de los merodeadores y la traidora Lily, quien utilizo mi cariño para escalonar en el mundo mágico, querida tú no eres un león, eres una hiena -.
Al escuchar esas palabras todos voltearon a ver dónde había puesto su mirada el joven Prince y allí vieron a una joven pelirroja con cara de zorra al lado de los integrantes de 4 familias muy poderosas, en ese momento todos entendieron quienes eran los mal llamados merodeadores.
Lily estaba tan roja como un tomate, jamás imaginó que Severus la delatara delante de todos, ahora la veían con odio, podía sentir la rabia en la mirada de su hermana y padres, también observó cómo los padres de James la miraban con asco, podía sentir como sus planes de iban a la basura por culpa de ese maldito grasoso.
- ahora quiero dejar en claro que el príncipe de Slytherin y su corte no va participar en su estúpida guerra, que se diviertan- fue lo último que escucharon antes de ver cómo 6 jóvenes de Slytherin desaparecían frente a sus ojos.

    

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