*En multimedia Nick, Fab y Jules moviendo las caderas deliciosamente, oh sí*😎😂❤

Amanda era una fotógrafa londinense que viajaba muy seguido alrededor del mundo debido a que su trabajo era muy bueno y era contratada para diferentes obras de la industria del entretenimiento, pero también por activistas a favor del medio ambiente, y por empresas de publicidad seculares.

Vivía en Hampstead pero debido a su trabajo, había estado en Las Vegas, de ahí a Los Angeles y finalmente a Nueva York, donde se quedó dos días hasta regresar al fin a Inglaterra.

Los temas con las aerolíneas pueden ser realmente complicados y aquí va la explicación sobre lo que realmente ocurrió esa vez.

Generalmente cuando se hace un viaje de avión, hay un espacio de carga dentro del mismo para llevar el bagaje, pero otras veces cuando el pasajero registra muy tarde su equipaje o simplemente no hay espacio en el mismo avión dicho bagaje se envía en otro vuelo, la idea después de todo es que al final el equipaje llegué a salvo con su dueño.

Los encargados de esa tarea en el equipo de trabajo de la banda no lo habían admitido, pero realmente por las prisas y por estar pendientes de que todo saliera bien con la agenda que ya tenían prevista al regresar a Nueva York, habían registrado las maletas de los chicos muchos minutos después de lo que se tenía planeado. Fue así como por una extraña razón, la maleta de Nick que contenía su preciosa guitarra había ido a parar con el staff de un equipo de trabajo totalmente diferente.

El staff con el que viajaba Amanda no se había percatado de que después de registrar el equipaje había una valija de más, y como ella estaba tan ocupada con su viaje y su trabajo tampoco lo notó sino hasta que regresó a su hogar.

Asimismo, el staff de The Strokes tampoco se había enterado de lo que ocurría, mucho menos porque lo que esperaban era transportar instrumentos musicales y nadie sabía que, precisamente en su intento por proteger su guitarra, Nicholas la había guardado en su estuche, pero también dicho estuche lo había puesto dentro de una valija más grande con un montón de pegatinas que decían "cuidado", "no tocar" o "frágil". Sin embargo, aún con todos sus esfuerzos, su valiosa guitarra había terminado miles de kilómetros lejos de él.

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En cuanto Amanda notó que había una maleta extra, y al abrirla descubrió aquella hermosa guitarra Riviera modelo 1995 supo que tenía que comunicarse con las autoridades del aeropuerto o quizás incluso con la policía para hacerles saber que ella tenía en su poder algo que no le pertenecía y que planeaba de volver. Y justo cuando tomó el teléfono estaba a punto de llamar de vuelta al aeropuerto, notó que en el programa de variedades qué tanto le gustaba ver porque le causaba mucha gracia, los chicos de The Strokes, a quienes reconocía bastante bien, aparecieron dando un anuncio importante: un anuncio en el que aseguraban que la guitarra de su integrante más joven había desaparecido en el vuelo de Los Ángeles a Nueva York, justo en el que ella iba unos días antes, y la buscaban desesperadamente, pues realmente tenía un precio invaluable para ese muchacho de ojos azules. Ese mismo chico que le había robado el corazón tres años atrás.

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–Maldita sea mil veces –refunfuñó Ryan mientras conducía de camino al aeropuerto junto a los chicos –si hubiéramos ido en el Jet privado como se esperaba, nada de esto habría ocurrido y no estaríamos en todo este lío por culpa de esos idiotas que registraron tarde el equipaje.

–Ya cálmate –le dijo Julian restándole importancia –lo he hecho, hecho está, y no podemos hacer nada al respecto, nada ganas con lamentarte ni con insultarles.

–Además estábamos sobre el tiempo, como ahora –concretó Nikolai mirando por la ventana –mejor darse prisa y traerla de vuelta sin tantas estupideces.

–Bueno, en fin, la buena noticia, supongo, es que la guitarra está a salvo ya que Amanda la tiene y nos entregará de vuelta sana y salva.

–¿Amanda? –repitió Nick confundido, quizás curioso respecto a ese nombre.

–Sí, así se llama la fotógrafa que ahora tiene tu guitarra en sus manos.

Valensi se limitó a mirar de nuevo a través de la ventanilla del auto viendo cómo algunas gotas de una repentina llovizna golpeaban el vidrio. No lo sabía, pero estaba a punto de tener que reconocer que el destino existe, aunque las mejores cosas de la vida ocurran por casualidad, incluso si lo que estaba a punto de ocurrirle pareciera sacado de una extraña película de ficción donde todo conspiraba para que no pudiera recuperar su posesión más valiosa.

*NOTAS*

Hola de nuevo! Feliz de estar acá otra vez; lo cierto es que me divertí muchísimo escribiendo este capítulo y aún sigo, es genial.
Decidí traerles capi prontito como pequeña compensación por tardarme tanto en actualizar y como muestra de que estoy al máximo en creatividad para actualizar mis obras lo más rápido posible.
Ahora, por favor déjenme conocer sus opiniones y voten si les gustó.
No saben lo que se viene, tengo invitados muy muy especiales para los próximos capítulos, seguro les gustará.
Hasta prontito!😎❤💋