10. Extranjeros

*En multimedia, Nick, adorable, mientras Jules lo presentaba en el 2001*


Fab no era precisamente un experto en el idioma, pero al menos realmente fue capaz de conseguirles un buen hospedaje en un hotel decente, comida, y alquiler de un auto mientras se quedaban allí hasta el día siguiente.

Nick ya no dijo nada más, estaba resignado a que todo el camino para poder tener de vuelta su guitarra se convirtiera en algo así como una aventura extraña, como una película, como un libro de ficción; como si alguien en cualquier parte del mundo, en un lugar que él no reconocería jamás, estuviera jugándole una broma, como si la vida estuviera jugando con él.

Cuando llegaron al hotel, su sorpresa fue grata a pesar de que no dejaba de extrañarlos un poco al reconocer a un chico mexicano que les esperaba. Sí, un mexicano en España, un extranjero igual que ellos, un amable muchachito que hacía de guía turístico y acomodador uno de los hoteles más prestigiosos del mundo y al mismo tiempo como segundo trabajo, hacía lo que más le apasionaba: música.

—Soy Diego, Diego Solórzano —se presentó el apuesto muchacho con una linda sonrisa —encantado de conocerles, realmente los admiro mucho desde hace muchos, muchísimos años y me encanta su música.

—El gusto es nuestro contestó Fab, estrechando la mano de Diego —Estos son mis amigos —presentó a sus compañeros, hasta llegar a su mánager. —Gracias por tus palabras, es  genial que nos reconozcan, mucho más si se trata de países en los que casi no hemos estado. Por ahora, debes saber que mis compañeros no saben mucho español, ¿Vale? El único que si acaso habla un poco es Albert y de Julian no esperes demasiado, aún  cuando su abuelo es español... —y ahí iba de nuevo, divagando como siempre el buen Fab —en fin... ¿sabes hablar inglés o quizás deseas que te ayude con las traducciones?

—No hace falta —río, divertido ante la actitud amigable y algo loca del baterista —conozco el idioma. Si necesito comunicarme con ellos podría ser en inglés, no hay problema.

—¡Excelente, eso es una gran noticia! Entonces quizás nos seas aún más útil al estar en España y poder comunicarnos con los nativos si es necesario.

—Con todo gusto, servir de traductor es mi tarea favorita en realidad.

—¿Ah, sí? Pues mucho me Temo que te daremos algo de trabajo —Rió.

—Seguro, será todo un honor.

—Hey, ¿De qué están hablando? —intervino Ryan confundido al ver como el chico mitad italiano y el extranjero que acaban de conocer, entablaban una conversación que parecía amena y divertida Sin que los demás pudieran comprender mucho de lo que decían.

—Estoy haciendo nuevos amigos —explicó Fab ahora volviendo hablar en inglés —este chico también conoce el idioma: habla inglés y español, y nos podrá ser aún más de ayuda, además es nuestro guía, es decir será nuestro porque después de que les contaras de nuestras complicaciones con el vuelo a Londres, el hotel lo ha enviado para nosotros precisamente.

Aliviados por no tener que actuar como imbéciles que tratan de comunicarse con señales y palabras a medias, los chicos agradecieron a Diego hablando en su lengua nativa, por supuesto, y le explicaron que tenían pensado llegar al hotel para descansar por esa noche, pero que intentarían programar un vuelo para el día siguiente puesto que tenían que llegar a Londres con extremada urgencia.

—Es por tu guitarra, ¿No? —le dijo a Diego a Nick con una pequeña sonrisa mientras caminaban a sus habitaciones —he visto las noticias difundidas por toda la internet de que tu guitarra se ha perdido —explicó al ver la cara contrariada del más alto.

—Sí, intento recuperarla: es decir, este viaje era planeado específicamente para llevarla de vuelta a casa pero han pasado varias cosas y ahora con el problema del avion y el mal tiempo para volar, me temo que tendré que esperar un poco más para poder encontrarme con mi guitarra. —Remató con cara de pesar.

—Te entiendo, amigo, es una Gibson preciosa.

—Sabes de guitarras.

—Sé lo suficiente de música y sé lo básico como para entender que esa Riviera es excepcional. A mí no me van tanto las cuerdas, pero tengo un amigo llamado Rodrigo que no lo hace nada mal, incluso tenemos una pequeña banda y a veces los bares del lugar nos contratan para tocar.

—Genial, sería bueno escucharlos alguna vez.

—Sería honor para nosotros.

—¿Y tú qué instrumento interpretas entonces? —inquirió Nikolai con evidente curiosidad en vista de la charla.

—Yo vengo siendo el vocalista de la banda. Honestamente lo que más me gusta en la vida es cantar, de esa manera siento que es la mejor forma de expresar emociones y sentimientos... la música es maravillosa y a mí me gusta hacerlo a través de mi voz.

—Excelentes palabras, mi amigo —concordó Julian con una gran sonrisa —parece que tú y yo nos vamos a entender bastante bien.

—Lástima que planeen quedarse tan poco —agregó Diego haciendo un pequeño puchero -pero si deciden regresar aquí estaremos siempre.

—Claro que nos quedaremos poco -aseguró Ryan, quien no le prestaba demasiada atención al rumbo de la conversación y se les adelantó al caminar.

—Por cierto -espetó Albert mientras su manager se iba alejando -¿tú eres español​? —sabía perfectamente que el acento del chico era completamente distinto al de todos los demás, al de todas las personas que los recibieron en el aeropuerto, a los fans que habían llegado a conocer estando allí, a las personas que veían en televisión cuando las películas estaban dobladas al castellano o simplemente hablaban en español. En definitiva sabía que Diego no hablaba ni siquiera parecido aquellas personas que en realidad habían nacido en España, y por ello llamaba su atención.

—Oh, no, no. —Rió, sacudiendo las manos —mis amigos y yo somos mexicanos, Nacimos en la Ciudad de México pero encontramos mejores oportunidades de empleo trabajando aquí, más porque la compañía hotelera para la que trabajamos nos pidió que vinieramos España. Al principio se suponía que iban a ser solamente tres meses pero llevamos casi dos años aquí -se encogió de hombros.

—¿No se enojaron con su jefe por dejarlos aquí mucho más de lo que se esperaba y cambiarles las reglas del juego? —Indagó Nikolai haciendo una mueca —porque de mi parte al menos se habría llevado algunos insultos.
Diego río, divertido.

—Claro que no: nos hemos establecido, hemos aprendido la cultura, aprendido otros idiomas diferentes precisamente por nuestro trabajo, y estamos bastante agradecidos de poder vivir en un país tan bonito a pesar de que extrañemos nuestro país y nuestra cultura y costumbres; pero nada de eso ha cambiado en nosotros, Pues seguimos siendo mexicanos y nos sentimos muy orgullosos de ello.

—¡Eso sí que me gusta! —celebró Fab, palmeándole la espalda —nada mejor que sentirse orgulloso de sus propias raíces.

Después de compartir algunas palabras más, responder algunas preguntas con respecto a la curiosidad de los chicos, Y explicarles lo que sucedía y cómo funciona un poco la ciudad, Diego dejó en sus habitaciones, las habitaciones que habían sido debidamente preparadas para los chicos en su estadía por esa noche y los dejó descansar.

Y durmieron como pudieron, sin imaginarse que en ese momento se encontraban más lejos de su objetivo original de lo que pensaban.

***
¡Hola de nuevo! Sí, los invitados son los chicos de Rey Pila, espero que les haya gustado!
No olviden leer y comentar, hasta pronto!

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