Parte 9
Combate a Vida o Muerte ¿Traidor, o héroe?
-¿Una audiencia con la reina Janna?- Respondió el maestro Viktor al ver la carta. Se encontraba el grupo entero en el interior de la torre del sur, en el vestíbulo.
-Así es, ¿Que piensas, maestro?- Dijo Roge
-Yo te escoltaré hasta allí, el resto, necesito que os quedéis y entreneis. Pedro, Lira, os encargo la misión de educarles en las propiedades elementales de las armas. - Dijo Viktor.
-¡Si!- Respondieron los dos a la vez.
Roge y Viktor se dispusieron a salir de la torre del sur, volviendo rápido hasta el castillo, donde salieron hacia Zul en carruaje. Fue un largo camino, llegaron de noche y durmieron en la posada de Anna. Al día siguiente...
-¿Andas nervioso?- Dijo Viktor.
-No.- Respondió Roge.
- Guau, se nota que no tienes miedo de nada de lo que pueda pasar eh...- Dijo Viktor.
-Bueno, no exactamente...- Dijo Roge.- Digamos que... Somos como "Hermanos"- Dijo, y Viktor parecía cada vez más confuso.
-¿Eh?- Dijo Viktor
-Nada, no tiene importancia.- Respondió Roge, y continuaron andando hacia el castillo.
Al llegar a la puerta principal, la cual estaba rodeada por una pequeña muralla en la que patrullaban varios guardias armados con arcos y espadas. Viktor detuvo a Roge.
-¡¿Quien va?!- Preguntó uno de los soldados desde arriba.
-Venimos a ver a la reina Janna.- Dijo Viktor.
-¿Porqué debería dejarte verla?- Dijo el guardia.
-Enséñale la carta, Roge.- Dijo el maestro.
-Si, señor.- Dijo Roge, apresurándose a sacar la carta.- Mire, señor, esta carta me fue entregada por uno de sus soldados al final del torneo real de jóvenes promesas. Es de la reina Janna.
-Oh...- El soldado se quedó impresionado al ver el sello real en el papel.- Claro, discúlpenme por el malentendido, dejadles pasar, por favor.- Dijo de nuevo el soldado, y se abrieron las puertas.
-Vamos, Roge.- Dijo el maestro Viktor.
-Si, señor.- Respondió Roge.
Entraron al castillo, el edificio principal. Los guardias los veían, y al ver el sello real seguían con lo suyo. Al entrar al vestíbulo principal les recibieron dos guardias armados con lanzas y escudos.
-Vosotros que habéis venido a ver a nuestra querida reina Janna, bienvenidos seais a su castillo.- Dijo el primer guardia.
-Gracias.- Respondió Viktor, y tras el Roge.
-Por favor, seguidnos.- Dijo el segundo guardia.
Comenzaron a seguir a los guardias hasta las escaleras que conducían a la habitación de la reina.
-Nosotros debemos quedarnos aqui.- Dijo Viktor.
-¿Por qué?- Dijo Roge.
-Solo ha solicitado audiencia contigo.- Respondió Viktor.
-Esta bien, espérame aquí.- Dijo Roge, y entró a la habitación.
Dentro había una mujer alta y rúbia, bastante bien vestida. Tenía ojos azules y una edad entorno a 40 años. Se giró para recibir a Roge.
-Ha pasado mucho tiempo...- Dijo Roge.
-Tienes razón...- Dijo la chica con voz tranquila.
-¿Por qué me has llamado después de tanto tiempo?- Le preguntó Roge a Janna.
-Necesito explicarte un secreto sobre la piedra que te concedí en el torneo.- Dijo la mujer.
-¿Cual es?- Dijo Roge.
-Debes saber que la piedra no es funcional sin un objeto muy importante.- Dijo Janna.
-¿Y donde puedo conseguir ese objeto?- Preguntó Roge.
-Esta oculto en...- Dijo Janna, y sin poder terminar la frase cayó al suelo inmóvil.
-¿Que?...- Dijo Roge.
Había un hombre completamente vestido con ropajes de tela negros en la ventana, que tras clavarle un Kunai a Janna en su cuello salió huyendo tirándose hacia abajo.
-¡No!- Decía Roge. -¡NO!, ¡NO!, ¡NO!- Decía mientras iba a por el y miraba al balcón, mientras desenvainaba su espada.
Al oír los gritos, los soldados entraron a la habitación, la escena hablaba por si sola. La reina tirada en el suelo, en medio de un charco de sangre, la ventana abierta y Roge con la espada desenvainada.
-¡Atrapadle!- Dijo uno de los soldados.
-¿Como has podido? Te enseñe bien...- Dijo Viktor enfadado y desanimado al mismo tiempo.
-¡No he sido yo!¡ Lo juro!- Dijo Roge mientras forzaba los brazos para que los soldados lo dejaran libre.- Grrr... ¡Soltadme! ¡Vamos!
-Llevadlo al calabozo, ya planearemos que hacer con el.- Dijo uno de los soldados.
Roge no articuló palabra, era una tontería malgastar el aliento por gente que evidentemente no le iba a creer. Fue encerrado en el calabozo y pasó allí el resto del día.
Mientras tanto, el maestro Viktor volvió a Aznarepse, a informar a los del grupo, y estos volvieron a Zul, a visitar a Roge en los calabozos. Una vez en frente de el Ángel, Hugo, Lira, Pedro y Viktor.
-¡¡¿POR QUÉ LO HICISTE?!!- Dijo el maestro Pedro.
-Ya lo he dicho, no fui yo...- Decía Roge con la moral por los suelos.
-¿Quien fue si no?- Dijo Lira.- ¡CONTESTA!- Dijo mientras golpeó la pared con la mano.
-Un hombre con una armadura de tela negra se coló por la ventana y atacó a la reina por la espalda.- Dijo Roge.
Los maestros se quedaron callados, mientras que Ángel y Hugo continuaban indiferentes.
-Vosotros me creéis... ¡¿A que sí?!- Dijo Roge dirigiéndose a Ángel y Hugo.
-...- Seguían sin articular palabra.
-¡Vamos, me creéis! ¿Verdad?- Dijo Roge
-Lo siento, hermano, pero las pruebas han estado ahí. Me gustaría creerte, pero la espada desenfundada, ella en el charco de sangre... Me lo describieron todo. Al principio no pude creérmelo pero...- Dijo Ángel deprimido.
-Lo siento, Roge...- Dijo Hugo.
-¿Por qué...?- Decía Roge con lágrimas en los ojos.- ¿Porqué no podéis creerme...?- Decía cabizbajo y con una voz llorosa.
-¡Se acabó su tiempo!- Dijo uno de los guardias.- Este chaval va a ser juzgado por el sacerdote de nuestra parroquia en apenas unas horas.
-Esta bien.- Dijo Roge.- Iros,porque se acerca mi fin, y lo ultimo que quiero es que estáis pensando en si lo hice o no. Pensad bien...- Dijo Roge, y se volvió para dentro de la celda.
A las pocas horas, Roge fue a la iglesia del pueblo a ser juzgado por el señor sacerdote de la parroquia.
-Tu, pequeño joven...- Dijo el Sacerdote. -Por favor, postrate ante mi y te postrarás ante nuestro señor.- Dijo alzando las manos.
Roge se puso de rodillas, y el sacerdote alzó la mano sobre el.
-Tu, que has profanado la corona real con el homicidio hacia nuestra representante divina, debes absolver tus pecados con el castigo de dios. Serás ejecutado por uno de nuestros caballeros a la tarde. Te has postrado ante dios y tienes la oportunidad de sobrevivir, demuestra tu valía, y quizás el señor se apiade de ti, pobre criatura.
-Grrr...- Gruñó Roge enfadado.
-Llevároslo.- Dijo el sacerdote.
Los soldados se llevaron a Roge, y este seguía sin articular palabras. Volvió al calabozo, y esperó a que la muerte le viniera a visitar. A las pocas horas recibió su equipamiento de vuelta y volvió al coliseo real, esta vez a pelear a muerte.
-Voy a morir...- Decía Roge para sí mismo.-¿Por qué me pasan estas cosas a mi?
-Hoy se ha reunido todo el pueblo para desterrar a este traidor de la corona, que fue juzgado y condenado a muerte por nuestro querido sacerdote. Hora de acabar con esto, traed al traidor.- Dijo el locutor.
Roge apareció con una armadura de cuero, con su espada nueva, con empuñadura de ala de Dragon.
-Tengo que ganar, pase lo que pase, debo sobrevivir.- Dijo Roge.-El reino corre peligro si no le detenemos... Encima ahora ella esta muerta...- Decía a si mismo, cabizbajo.
La puerta del otro lado se abrió, de su interior apareció un hombre ya conocido, con un gran sombrero de general y su estoque en mano.
-Maestro...- Dijo Roge.
-Deja de llamarme así, escoria...- Dijo Viktor, mientras amenazaba su cuello con su estoque.
-No puedo hacer esto...- Dijo Roge.
-¿Que te pasa? ¿Podías matar a la reina y no a mí?- Dijo Viktor.- Una pena. ¿Sabes por qué?- Le preguntó
-...- Roge solo se calló.
-Porque la reina no mataba, yo sí.- Dijo Viktor, y se dejó ver un anillo rojo en su mano.-Acabemos rápido con esto.- Dijo de nuevo.
Empuñando su espada, Viktor la cubrió de fuego, así como se envolvió en un aura roja que hizo que el suelo temblara fuertemente.
-No puedo pelear.- Dijo Roge
-¿Ahora vas de indefenso?- Dijo Viktor.-Eso no te salvará.¡Ignis!- Dijo, y lanzó una llamarada directa a Roge, que esquivó rápido.
-¿Porque no puedes creerme?- Dijo Roge
-Me gustaría creerte, pero no puedo.- Dijo Viktor.
Viktor continuó lanzando espadazos rápidos y fuertes, buscando el cuello de Roge. Roge tan solo los paraba, y tras choques de metales, retrocedía en el intento, esquivando los golpes sobrantes con suma velocidad.
-¡Magnam igne!-Pronunció Viktor, y de la punta de su espada salió una gigantesca llamarada que fue directa hacia Roge. Este saltó y rodó para esquivarla, y al chocar en el suelo, la llamarada provocó una gran explosión que devastó parte del terreno.
-Argh... maldita sea... es demasiado fuerte.- Decía Roge, sujetandose el hombro, que le dolió al caer con el al suelo.
-Mejor deja que te ejecute ya...- Dijo Viktor.
-Lucharé para defender al reino del asesino de ella, probaré que no fui yo...- Decía Roge mientras caminaba dolorido hacia Viktor.
Mientras, en otro lugar.
-Oh... no, esto es terrible...- Decía Lira.
-¡Nos hemos equivocado!- Dijo Pedro.-Roge está en peligro.
-Hay que ir a avisar a Viktor, o lo matará antes de que sepan la verdad.
-Asi es, avisad a Viktor, aun esta a tiempo de sobrevivir...- Dijo una voz misteriosa.
-Vamos.- Dijo Lira, y salieron corriendo hacia el coliseo real.
Volviendo al combate
-Te mataré aunque tenga que volar toda la arena de combate en pedazos.- Dijo Viktor.
-Ya esta bien... ¡YA BASTA!- Dijo Roge, y comenzó a esquivar todos los golpes y ataques que le soltaba Viktor.
-Me estas enfadando...¡MUERE DE UNA VEZ!- Dijo Viktor.
-Me niego... ¡No moriré aquí!- Dijo Roge mientras continuaba atacando.
-Me estoy enfadando... Hora de acabar con esto.- Dijo Viktor mientras hacía brillar su anillo.¡Coruscare Solis!- Pronunció, y esta vez generó una bola de fuego del tamaño de las puertas de una fortaleza.
-¡VIKTOR, PARA ESTO!- Gritó Lira desde la puerta de la arena de Viktor.
-¡Calla Lira! ¡Es necesario!- Decía mientras acumulaba todo el poder elemental arriba, en la grandiosa bola de fuego.
-¡Roge es inocente!- Dijo Lira.
-¡Muere!- Dijo Viktor, y lanzó la bola, que se apresuraba a caer encima de Roge y a destrozar todo el terreno de combate
-¡Roge es hijo de la reina Janna!-Gritó Lira. Viktor solo se quedó sorprendido, y continuó inmovil, viendo como la gran bola de fuego del tamaño de un meteoro se acercaba lentamente a Roge.
-¡GRAND FLARE!- Dijo una voz conocida, y en una explosión de llamas azules y rojas el ataque de Viktor se deshizo en pequeñas chispitas que adoraban todo el terreno de combate.
Tras el humo de la explosión apareció Jairo, con la espada en posición de ataque, echando un humo débil, al haberse calentado para lanzar su ataque.
-Uff... por que poco...- Dijo Jairo.
-Jairo...- Dijo Roge.
Jairo se hincó a una sola rodilla, clavando su espada en el suelo para aguantar el equilibrio.
-Argh... me mareo.- Dijo Jairo.
-Has usado mucho poder mágico para parar mi ataque, ¿Cierto?- Dijo Viktor acercandose.
-Bah, esto no es nada.- Dijo Jairo poniéndose en pie y sonriendo.-Solo estaba exagerando. Que bien que he llegado a tiempo.- Dijo girandose a Roge y sonriendo.
-Gracias Jairo...- Dijo Roge.
-Así que eres el hijo de la reina Janna...- Dijo Viktor.
-Larga historia.- Dijo Roge.
-¡Roge! ¿Estás bien?- Dijo Lira corriendo a ver el estado del joven.
-Si... Gracias por la ayuda.- Dijo Roge. -¿Como te has repuesto tan rápido?- Le preguntó a Jairo.
-Pues, Izhel hace milagros por lo que se ve. Ayer, lo que hace dos dias era una herida profunda, se convirtió en una simple cicatriz que ya ni duele.-Dijo Jairo.
-Impresionante.- Dijo Roge.
-¡Roge!- Gritaron a la vez Ángel y Hugo bajando de las gradas.-
-Que bien que hayas aguantado.- Dijo Ángel.
-Siento no haber podido creerte...- Dijo Hugo.
-No pasa nada... Ya ha pasado todo.- Dijo Roge sonriendo, y algo agotado. Tenía parte de la ropa destrozada por haberse quemado, una mano en el hombro y algún que otro moratón por los golpes contra el suelo.
-Lo siento, chico.- Dijo Viktor poniéndole la mano en el hombro.
-Perdón por haber desconfiado de ti- Dijo de nuevo, guardando la espada.
-No hay problema.- Dijo Roge.- Aunque tuve miedo, porque eres muy fuerte.
-Je...-Sonrió Viktor.- Ahora, si me disculpas, hay algo importante que debo decir.- Dijo Viktor de nuevo, y se giró al público.
-Esta bien- Dijo Roge, poniéndose a su lado.
-Este, gente del pueblo de Glaridian.- Dijo Viktor señalando a Roge.-No es el traidor que buscamos. ¡El es el príncipe del reino, Rogelio Glaridian!. Tratadlo con respeto, no como a un traidor, si no como a vuestro príncipe. Buscaremos al traidor y le daremos caza hasta acabar con él.- Dijo Viktor.
La gente comenzó a aclamar.-¡Larga vida al príncipe!
Ahora comienza la busqueda del nuevo traidor...- Dijo Lira.
-Hora de volver a Aznarepse...- Dijo Roge sonriendo.
-¿No piensas quedarte a ejercer de rey?- Preguntó Ángel.
-Antes debo de encontrar al asesino de mi madre y darle caza hasta vengarla.- Dijo Roge apretando el puño. Ahora aún soy joven para reinar, primero, quiero poder vivir algunas aventuras más.- Dijo sonriendo.
Continuará...
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