Parte 3
Preparaciones con los maestros
Los chicos iban llegando al castillo por el bosque. Iban andando, con sus espadas enfundadas. Hacia bastante calor, Hugo no paraba de mirar fijamente al suelo con los brazos cruzados, mientras iba andando tranquilamente y Roge y Angel a sus lados.
-¿Que ocurre, Hugo?- Preguntó Roge
-Hum... ¿No os parece raro?- Dijo Hugo.
-¿El que?- preguntaron Roge y Angel al unísono.
-Ella tenía todo preparado desde que llegamos. La cama para María, sus medicamentos, nuestra habitación, las armaduras... Estaba todo preparado desde que llegamos.- Dijo Hugo, que estaba muy extrañado.
-Tienes razón...- Dijo Roge. -Es demasiada coincidencia.-
-Solo espero que María este en buenas manos.- Dijo Hugo.
Llegaron al castillo, el maestro Viktor les esperaba en la puerta trasera.
-Veo que ya habeis llegado, ¿Como ha ido la cosa?- Preguntó el maestro Víktor al ver a los 3 chicos que venian andando exhaustos.
-Maria, la chica, se ha quedado con Izhel.- Respondió Roge.
-Perfecto pues.- Dijo el maestro. -¿Habeis entrenado en vuestra travesía?
-Si, entrenamos cuando María entro en cama e Izhel la comenzó a cuidar.- Respondió Roge.
-El bandido que atacó a María llevaba esta cimitarra.- Dijo Ángel, entregandole la cimitarra a Viktor.
-Por el momento será mejor que me la quede.- Dijo Viktor. -Pasad, los maestros os hemos estado esperando.- Dijo el maestro, haciendoles un gesto con la cabeza invitandolos a pasar.
Pasaron a un patio con un suelo de tierra, a diferencia de los normales del castillo que eran de piedra, edte estaba especializado para el entrenamiento. Dentro esperaban los otros 2 maestros. Pedro, el maestro de Ángel, era un hombre de unos 20-30 años, con una piel muy morena, un bigote negro y un pelo negro, que estaba tapado por un gorro de tela. Llevaba una armadura semejante a la del maestro Viktor. El era un buen esquivador en combate y usaba su ingenio para acabar con sus enemigos.
Por otro lado, Lira, la maestra de Hugo, y esposa de Viktor era una bella chica de unos 25 años, que tenía el pelo largo y castaño, unos ojos azules como el mar, pero su belleza no era comparable si quiera con su habilidad en combate. Acababa con sus adversarios sin piedad, con gráciles y bellos movimientos de hoja, que dejaban cortes limpios en el enemigo.
Comenzaron a entrenar. Los 6 entrenaban con espadas de madera (una espada real sería demasiado para las espadas de madera de los jóvenes)
-Vale, te lanzaré una secuencia de 6 golpes, páramelos todos- Dijo Viktor a Roge, su aprendiz.
-Si, señor.- Dijo Roge. Este paró 4 golpes y al 5o se golpeó en la mano con la espada de Viktor.
-Nada mal, aunque si hubiera sido el corte de una espada normal estarías desangrandote por la mano ahora mismo.- Dijo Viktor.
-¡Otra Vez!- Dijo Roge decidido
Por otro lado.
-Hugo, debes mejorar tu posición en combate.- Dijo la maestra Lira. -Atento.-
Hugo asintió con la cabeza
-Pie derecho al frente, pie izquierdo detras del derecho, algo separado y mirando hacia la izquierda. Baja el cuerpo usando las rodillas. La mirada a la punta de tu espada, la punta de la espada a el cuello del rival, no le des tregua.- Explicó Lira.
Hugo fue poniendo la posición paso a paso, hasta que le salió. Angel estaba con un escudo, esquivando y bloqueando ataques de Pedro.
-Asi, asi, genial Angel, lo has hecho realmente bien.- Dijo contento el maestro Pedro.
Por otro lado con Roge.
-Sigue parando, vas bien.-Dijo Viktor. Este lanzo un golpe vertical de arriba a abajo, y Roge lo paró con el ''Filo'' de su espada, y moviendola lo desplazó hacia un lado y le puso la espada en el cuello a su maestro.
-Bien, eso ha estado bien.- Dijo Viktor
-Pero la proxima...- Viktor cogió la mano de Roge y lo lanzó al suelo de un agarrón.- Acaba el trabajo.- Dijo Viktor mirando a Roge y tendiendole la mano.
Pasaron toda la tarde entrenando hasta que...
-Bien chicos, hemos terminado por hoy.- Dijo Pedro
-Mañana volved aqui temprano, tenemos cosas que hacer.- Dijo Lira.
-¿Es algo pronto, no?- Dijo Viktor.
-No, mejoran a pasos agigantados, sera buena idea darselo ya.- Dijo Pedro.
-Esta bien, mañana estad aqui a las 10 de la mañana, pasareis todo el dia en la ciudad con nosotros, traed equipaje. ¿Queda claro?- Dijo el maestro Viktor
-Sí.- Dijeron firmes los 3.
-Hay que volver antes de que se haga de noche.- Dijo Roge.
-Cierto.- Dijo Angel. -Será mejor que nos vayamos ya.-
-Vamos- Dijo Hugo, y comenzaron a andar hacia abajo.
-¡Adiós y gracias por el entrenamiento!- Exclamó Roge a lo lejos, mirando a los 3 maestros.
Los chicos regresaron a sus casas.
Estos vivian solos, cada uno en una casa separada en Aznarepse. Los miembros de sus familias se habían ido o habían ido falleciendo poco a poco, y ellos ya tenían edad para vivir solos. Al ser nobles, tenían mucho dinero legado de sus padres.
En casa de Roge.
-Entonces... Mañana nos tienen algo reservado eh...- Se decía Roge a si mismo. -Me pregunto ¿Qué será?-
Angel y Hugo iban llegando a casa de Hugo.
-Entonces... ¿Mañana a las 9?- dijo Angel.
-Claro.- Afirmó Hugo con una sonrisa.
-Pues hasta mañana.- Dijo Ángel y después se marchó.
Todos cenaron y durmieron en sus casas, las cuales estaban bien provistas de comida y una buena cama.
A la mañana siguiente, todos se reencontraron en la casa de Hugo, con su equipaje, que consistia en una bolsa con varia ropa y recursos variados. La mañana estaba soleada, tranquila, hacia algo de viento.
-Anda, por una vez no llegas tarde.- Dijo Ángel, viendo que Roge habia llegado también a la puerta de Hugo puntual.
-Tengo muchas ganas de saber cual es la sorpresa que los maestros dicen que nos quieren dar.- Dijo Roge.
- Hmmm... Bueno, no lo sabremos hasta que lo veamos ¿no?- Dice Hugo, y el resto asienten.
Los chicos marcharon hasta el castillo, esta vez sin complicaciones. Allí estaba la maestra Lira, que los esperaba en el portón principal.
-Bienvenidos todo- Dijo la maestra.
-Buenos dias, maestra Lira.-Respondió Hugo.
-Buenos dias.- Respondieron Ángel y Roge al mismo tiempo.
-Hola chicos.- Apareció el maestro Viktor de detrás del portón. -¿Listos para el viaje?- Preguntó.
Los 3 asintieron a la vez. Entonces el maestro victor los guió a un carruaje con 2 bellos caballos. El maestro Pedro estaba de conductor.
-Subid, venga.- Les dijo a los chicos.
La maestra Lira se sentó delante con el, mientras que Viktor fue con los chicos en el carruaje.
-Bien chicos, hoy iremos a la capital de Glaridian, la ciudad de Zul.- Dijo Viktor.
-¿Y que haremos alli?- Dijo Roge.
-Hay un torneo de jóvenes, peleareis con espadas de madera contra gente de todo el reino, y de vuestra edad.- Dijo el maestro Viktor.
-¿Contra gente de todo el reino?- Dijeron los 3 sorprendidos
- Era una sorpresa, pero evidentemente ya es hora de desvelarlo.- Dijo el maestro.
- ¿Y cual es el premio?- Dice Hugo.
-El premio son 300 monedas de oro para el reino, de las cuales 30 iran para el ganador, si alguno de vosotros lo consigue, y otras 15 para los otros 2, como premio por participar.
-¿Y si perdemos?- Preguntó Roge.
-Os vendreis los 3 con las manos vacias.- Dijo el maestro.
-Vaya.-Dijo Roge. -Bueno, al menos no perdemos nada por intentarlo.
-¿Es de juego sucio?- Dijo Hugo.
-Por desgracia si, asi que poned cuidado con agarrones, patadas, pisadas, zancadillas, etcétera.- Dijo el maestro. -Si que se os ve entusiasmados, haceis muchas preguntas.- Dijo sonriendo.
-¿Y como es Zul?- Dijo Roge.
- Zul es una ciudadela enorme, con grandes murallas, un montón de tiendas y posadas diferentes, donde esta el castillo del antaño glorioso rey Petrus. Allí vive mi amigo Barney, es un herrero muy bueno.- Respondió Viktor. -Esta sirviendo a la reina Lena, la soberana.- Aclaró
-Estamos llegando a Zul.- Dijo Pedro desde delante, que iba con Lira.
-Bien, vamos llegando.- Dijo Viktor.
Los chicos llegaron a las puertas de la gran muralla que rodeaba la ciudadela. 2 soldados armados con lanzas y con una brillante armadura les abrieron las puertas.
-Wow... Esto es enorme.- Dijo Roge mirando las calles desde la carroza
Las calles consistian en empedrados con marmol y piedra, que se combinaban para hacer bellos diseños. Las casas eran de piedra, y había establecimientos de todo tipo, tabernas, posadas, herrerias, pescaderias, carnicerias, puestos con hierbas medicinales, munición para armas, ya fueran flechas o balas de arcabuz, etc...
Llegaron a una posada, con un establo al lado. Bajaron de el carruaje y se reunieron todos en la puerta.
-Esperad aqui.- Dijo el maestro Viktor.
-Vale.- Respondieron los 3 a la vez asintiendo con la cabeza.
El maestro Viktor entró a la posada. Solo había una chica en la barra, en un gran salón lleno de mesas y sillas de madera, con unas escaleras al fondo.
-Viktor...- Dijo la mujer rubia de ojos verdes, vestida de criada.
- Hola Anna, verás... traigo a 3 aprendices conmigo y...- Viktor quiso hablar pero Anna se le abalanzó encima.
-¡Te he echado de menos hermano!- Dijo Anna con una cara llena de alegría y lágrimas.
-Yo tambien, Anna...- Dijo Viktor, que la abrazó fuertemente.
-¿Que tal te ha ido? ¡Quiero que me lo cuentes todo!... ¿Tienes hambre? ¿Te pongo un aperitivo? ¿Estas cansado?- Decía histerica la chica, que estaba maravillada por ver a su hermano Viktor.
- Calma, calma, calma...- Dijo Viktor, que la intentaba tranquilizar.-Verás, tengo 3 aprendices fuera. Necesito 2 habitaciones triples, ¿Estan libres?
-Para ti siempre, hermano, ¿Están fuera?
-En efecto, los llamaré.- Dijo Viktor saliendo.
Los chicos estaban pegados a la puerta, escuchando la conversación.
-Asi que Viktor tiene una hermana.- Decía Roge, apoyado en la puerta, que se abrió de golpe haciendo que este perdiera el equilibrio y se cayera al suelo.
-Chicos, podeis en...- paró de hablar Viktor mientras veia a Roge tirado en el suelo. -Se ve que no has dormido bien.- Decia bromeando en un tono sarcastico
-Perdón, tenia curiosidad, maestro.- Decía Roge levantandose.
-Venga, pasad, chicos. -Dijo Lira.
-Pedro, acompañales a las habitaciones con mi hermana Anna, que dejen el equipaje y se pongan cómodos.- Dijo Viktor.
- ¿Y que hareis vosotros 2 mientras?- Les preguntó a Lira y a Viktor.
-Tenemos recados pendientes, esperadnos aqui y distraed a los chicos, que no sepan que nos hemos ido.- Dijo Lira.
-Esta bien, yo me encargo.
Se dividieron en la entrada, los chicos estaban dentro, esperando a Pedro.
-¿Y Lira y Viktor, maestro?- Dijo Angel.
-Han tenido que volver al castillo, se dejaron alli parte del dinero que tenian pensado traer. Estarán de vuelta pronto.
-Oh, entiendo...- Dijo Angel.
Los chicos subieron a la habitación de arriba. Habia un gran salon con distintas salas, normalmente era para bailes.
¿Porque no me enseñais lo que habeis aprendido con vuestros 3 maestros?- Dijo Anna, desenvainando un sable tactico, tipico sable que llevaban los capitanes de artilleria para ordenar a los cañones que disparen, pero tallado de madera.
-¿Los 3 contra ti?- Preguntó Roge.
- Por supuesto.- Dice Anna con el brazo extendido apuntando con el sable hacia Roge, que se encontraba en el centro de los 3.
-¿No es desventaja?- Dijo Angel. -No parece que puedas ganar a 3 a la vez.-
-¡No la subestimeis!- Exclamó seriamente el maestro Pedro.
-Ella es casi tan buena como el maestro Viktor en esgrima, al fin y al cabo, entrenaron juntos.
- Je...- Anna solo sonrió, desapareciendo a ojos de los 3.
-¿Dónde esta?- Dijo Angel, que notó una rafaga intensa de viento.
-Muy lento, chaval.- Le dijo Anna a Angel, que se encontraba detrás de el con su espada de madera en la mano. -Hum... esta bastante resquebrajada, se nota que la has usado mucho.- Decía mientras jugueteaba con la espada de Angel, moviendola de un lado a otro.
-¡Sueltala!- Dijo Hugo.
-¿La quieres? Ven a por ella. -Decía Anna sonriendo.
-¡Alla voy!- Dijo Hugo, que comenzó a correr en dirección hacia Anna, con la espada en alto.
La chica sonrió, y de un solo tajo mando a volar el fuerte golpe de Hugo, junto a su espada.
-¿Es todo lo que teneis?- Dijo Anna. -¿A quien de vosotros ha entrenado mi hermano?-
- A mi.- dijo Roge decidido, con la espada en alto, apuntando al cuello de Anna.
-Bueno, tu pareces más decidido.- Veamos que puedes hacer.- Dijo Anna.- Toma, esto es para ti.- le dijo a Angel, devolviendole su espada. -Al menos dejare que esto sea justo.- Dijo Anna.
Los 2 se pusieron en posición de combate, uno en frente del otro.
-Te ganare, por Angel y Hugo.- Dijo Roge.
-Eso espero.- Dijo Anna, decidida.
Se acercaron y comenzaron el combate
Anna le lanzó rapidas estocadas, que Roge paró con lo que habia aprendido de Viktor. Roge atacaba cuando podia, esquivando y rechazando los golpes de Anna.
-No esta mal...- Dijo la joven dama.
-Luchemos en serio.- Dijo Sonriendo.
Anna le comenzo a lanzar estocadas por todos lados, que Roge paraba a duras penas.
-Es muy rápida.- Dijo Angel.
Anna seguia lanzando todo tipo de golpes. Y justo en el momento en el que le iba a golpear con una estocada directa al abdomen, Roge le agarro del brazo, lanzandola detras de el para golpearle con una estocada a la espalda, pero esta se giró rápido, y con un poderoso reves de su sable golpeó la espada de Roge, que acabó clavada al techo, que tambien era de madera.
-Gané.- Dijo Anna sonriendo. -Aunque...- Le tiende la mano a Roge, que estaba exhausto, tendido en el suelo.- Lo has hecho realmente bien. No esperaba menos del discípulo de mi hermano, mis felicidades.- Le dijo a Roge sonriendo.
-Eres realmente increible.- Dijo Roge, que recogió su espada.
-No es para tanto, a tu ritmo, no creo que tardes mucho en llegar a mi nivel. Tienes buenos compañeros.- Dijo la chica, sonriendo a Hugo y a Angel.
-Bien, ahora poneros cómodos en las habitaciones, según mi hermano estareis aqui un tiempo.
Mientras tanto, con Viktor y Lira.
-Estoy seguro de que era por aqui...- Dijo Viktor, pensativo.
-A lo mejor la han cambiado de sitio.- Pensó Lira.- Hace tiempo que no venimos.-
-Si, puede ser. Voy a preguntar.- dijo Viktor.
Habia un soldado patrullando por esa zona, y Viktor fue a preguntarle.
-Disculpeme, buen señor, ¿Podría decirme donde se encuentra la herreria del señor Barney, el herrero real? -Dijo Viktor.
-Si, el herrero se encuentra 2 calles más abajo, a la derecha, la segunda tienda.- Respondió el señor.
-Gracias, tome.- Viktor le dio 2 monedas de plata por la información, y siguieron su camino.
-Si que se ha ido lejos el buen Barney.- Dijo Lira
-Ya...- Dijo Viktor -Veamos que tal le va...
Llegaron a una tienda que era al aire libre, con un montón de guadañas, picos, hachas, lanzas, espadas y varias armas más...
-¿Quien anda ahi?- Dijo un hombre fornido, bastante peludo, que estaba esculpiendo con su martillo en un yunque un filo de espada. Esta tenia un tono anaranjado, signo de que se habia metido recientemente en el fuego.
-Barney, ¿me recuerdas?- Preguntó Lira.
-Esa voz... ¿Lira?- Preguntó, saliendo de dentro del establecimiento.
- Hola Barney, ¿Como te va?- Dijo Viktor.
Barney miró a Viktor y a Lira, sus ojos se iluminaron de ilusión.
-¡Viktor, Lira!... ¡Que alegria volver a veros!- Exclamó felizmente Barney, el herrero.
Continuará...
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