Parte 19

Lágrimas de un héroe


Roge despertó en una cama familiar. La habitación estaba vacía  y la ventana que daba al balcón estaba abierta. Entraba un aire agradable en el fuerte calor de la habitación, con el cual la cortina ondeaba, haciendo que las sombras de la habitación se removieran. Abrió los ojos lentamente, respiró profundo y se dispuso a salir de la cama. Trató de poner el pie en el suelo, y al intentar ponerse en pie patinó, volviéndose a caer al colchón. Ángel entró de golpe y pudo ver la escena. Se acercó y le preguntó.

-¿Que ha pasado?- Dijo Ángel.

-No puedo apenas tenerme en pie.- Dijo Roge.- Es imposible que ganemos esto.

-¿Que ocurrió allí abajo?- Preguntó Ángel.- Cuando llegamos ya era demasiado tarde. Los soldados rápidamente desaparecieron, como si fueran ilusiones.

-Jiro me pegó una paliza tras acabar con el señor Garand. No recuerdo mucho más, solo recuerdo que robó la Dama de la Noche y escapó con ella con la ayuda de un tal Sid.- Respondió Roge.

-El señor Viktor se ha hecho cargo de todo. Garand fue enterrado en el cementerio de la ciudad poco después de que los Darcianos se retirasen.- Dijo Ángel.

-Señor Garand... Todo por mi culpa, si hubiera sido un poco más fuerte...- Dijo Roge.

-Tú eres muy fuerte, yo lo sé.- Dijo Ángel.

-No lo entiendes. Desde que partimos hacia Arponia me llevo sintiendo un inútil todo este tiempo. Jairo me salvó de Jacke, Hugo ganó a la asesina del clan Alpha el solo, tu derrotaste a Yuine.- Dijo deprimido.- ¿Que he hecho yo? Ni siquiera pude defender a mi madre cuando ese asesino acabó con su vida.- Decía Roge, algo nervioso.

Apretaba el puño, tratando de contener sus lágrimas. Ángel se encontraba sentado a su lado, tratando de calmarle.

-¿Sabes que es lo peor?- Dijo Roge.- Cuando ves a toda la gente a lo que los Darcianos han hecho daño y te sientes culpable por no poder hacer nada.

Flashback

La puerta del otro lado se abrió, de su interior apareció un hombre ya conocido, con un gran sombrero de general y su estoque en mano.

-Maestro...- Dijo Roge.

-Deja de llamarme así, escoria...- Dijo Viktor, mientras amenazaba su cuello con su estoque.

-No puedo hacer esto...- Dijo Roge.

-¿Que te pasa? ¿Podías matar a la reina y no a mí?- Dijo Viktor.- Una pena. 

-...- Roge solo se calló.

Cambio de flashback

La persona entre los brazos de Hugo era María. Una lágrima nacida del dolor recorrió su mejilla hasta posarse en la barbilla, y finalmente caer sobre el cuerpo sin vida de la joven. Hugo apretaba sus puños fuertemente con dolor y enojo a la vez.

-Esos malditos... Sean quienes sean... Pagarán por esto.- Dijo Hugo.

-Hugo...- Dijo Roge, que se hincó de rodillas deprimido.

Cambio de flashback

Roge cerró los ojos, y sonó un crujido de huesos, seguido de un sonido, como si agua vertiéndose se tratase. Cuando quiso abrir los ojos, tenía un filo ensangrentado delante. La sangre goteaba hasta la punta de la espada, y caía al suelo. El cuerpo de Garand se encontraba delante de Roge, y había sido atravesado por la espada de Hiro.

-Ro... Roge...- Dijo Garand.

-¡Maestro!- Exclamó Roge.

-Disfruta la vida... Por mí...- Dijo Garand, y su cuerpo cayó al suelo, inmóvil.

-¡No!¡Maestro!- Dijo Roge.-¿Por qué...?- Dijo, mientras las lágrimas brotaban de sus ojos.

Fin del flashback

-Todos ellos... Yo...- Dijo Roge. Una lágrima recorrió sus mejillas. Al caer a las rodillas, el puño de Roge golpeó fuertemente el colchón. Ángel le miraba de forma comprensiva, el también había perdido a muchos de los suyos. 

-Yo... No puedo hacer mucho, pero...- Dijo Ángel.- He perdido a mucha gente a la que quería. Mucha gente a la que tenía aprecio. Alpha era uno de ellos. Normalmente podía controlarle, pero se reveló y acabó muriendo de imprudencia. 

-Pero tú no provocaste la muerte de Alpha.- Dijo Roge

-Ni tu la de tu madre, ni la de Sir Garand.- Dijo Ángel.

-La de Sir Garand si fué mi culpa al completo. Si hubiera sido un poco más fuerte hubiera podido defenderle.- Dijo Roge.

-Jiro es un adversario temible.- Dijo Ángel.- Según Viktor, el hijo del rey Maximus fué entrenado en combate desde muy pequeño, aprendió a usar el entorno a su favor y ganó una agilidad y una fuerza impresionante. Era imposible que con tu fuerza actual pudieras ayudarle, agradece que al menos sobreviviste.

-Yo...- Roge se levantó y salió corriendo.

-¿Donde va?- Preguntó Hugo entrando por la puerta.

-No lo sé, sigamosle.

Roge atravesó la puerta de la posada, ni siquiera trato de saludar a Viktor ni a nadie. Directamente trató de ignorarles y correr hacia el castillo. Allí llego apurado y colocó un anillo que tenía en un hueco de la pared con su mismo tamaño y forma. Ángel y Hugo solo miraban de cerca.

Unas lineas que emitían un brillo de color azul celeste brotaron de la pared, retirando uno de los muros que llevaba a un pasadizo secreto. Roge entro por él y llegó a un jardín secreto. Un prado escondido, del cual solo ciertos miembros de la familia real tenían conocimiento. Ángel y Hugo le siguieron a hurtadillas, tratando de no hacer ruido. Finalmente, Roge llegó a una pequeña roca con forma de lápida en medio del prado, en la que unas letras que emitían la misma luz que la puerta de forma constante estaban talladas en su superficie. Ángel y Hugo miraban desde el final del pasadizo como, en medio del prado, Roge se postraba de rodillas y, entrecruzando sus manos, lloraba en silencio delante de aquella roca. Sus dos fieles amigos trataron de no delatar su presencia, y mientras tanto, Roge expresó su dolor entre lágrimas.

-Padre...- Decía Roge entre sollozos.- Si solo hubiera sido un poco más fuerte... ellos...-

-Roge...- Decía Hugo desanimado en bajo.

- Si solo hubiera tenido algo más de fuerza... el señor Garand...- Roge, que seguía llorando desconsoladamente golpeó con fuerza el suelo.

Ángel se levantó y quiso ir hacia él, pero Hugo le detuvo tirando de su brazo.

-¿Donde vas?- Preguntó Hugo, tratando de retenerlo.

-Hablaré con Roge.- Dijo Ángel.

-Pero no pue...- Intentó hablar, pero un chorro de agua atravesó el espacio entre sus dos caras e impacto fuertemente contra uno de los arbustos de el jardín, y ambos pararon sorprendidos por ese ataque. Miraron a Roge, que había desenvainado su espada y lanzado ese ataque, con una cara seria, llena de furia y tristeza a la vez.

-¿Que hacéis vosotros aquí?- Dijo Roge con la espada en alto.

-Nosotros solo queríamos...- Dijo Hugo, pero fue cortado.

-Largo, no me interesa.- Dijo Roge.- No deberíais estar aquí.

-Pero...- Dijo Hugo, Roge le volvió a cortar.

-¡HE DICHO FUERA!- Dijo Roge iracundo.

-¿Porque estás así?- Dijo Ángel

-Ya te lo dije antes, Ángel, no me hagas tener que repetirlo.- Dijo Roge.

-¿Por sentirte inútil?- Dijo Ángel.- ¿Un príncipe que se siente inútil? ¡Eso es patético!- Dijo Ángel gesticulando de forma nerviosa. Tenía una expresión seria en la cara.

-¡¿Y que sabrás tu?!- Gritó Roge.

-¿Acaso crees que eres el único que sufre de impotencia?- Dijo Ángel.-¿Que de mi cuando no pude salvar a Alpha de destrozarse a si mismo? ¿O de Hugo, que no pudo salvar a María?¿Que hay de eso? ¿Realmente piensas que eres inútil tras eso?¿Es que acaso solo piensas en ti?

-Pretendes venir a juzgar mi pensamiento a un lugar que ni siquiera conoces, y sin saber nada de como me siento...- Dijo Roge, enfadado.-Fuera de aquí, dejadme en paz, no deberíais de haber entrado aquí y no me haréis cambiar de opinión.

-Si tan inútil te sientes... ¿Por qué no lo comprobamos?- Dijo desenvainando su espada.

-¿Quieres pelear aquí?- Dijo Roge. Hugo solo los miraba sorprendido, sin ni siquiera saber que hacer.-Ni siquiera tenemos espadas de entrenamiento.

-No se trata de un juego.- Dijo Ángel desapareciendo. Apareció a la derecha de Roge para propinarle una estocada, pero rápidamente Roge la bloqueó y le envió hacia atrás.

-Así que un combate serio.- Dijo Roge.- Veo que no has cambiado, pero aviso.- Dijo Roge , alzando su espada hasta llegar al cuello de Ángel.- No te dejaré ganar.

-Lo mismo digo.- Dijo Ángel alzando su espada al cuello de Roge.

Separados apenas diez metros, cargaron el uno contra el otro. El primer contacto fue tan fuerte que género una onda de choque, la cual hizo que varias flores del terreno perdieran sus pétalos y echaran a volar. Ellos continuaron chocando metal con metal. El duro acero resonaba por todo el terreno de combate. Hugo tan solo permanecía expectante mientras se libraba un duelo en el que solo se podían ver resplandores de la gran velocidad a la que este  avanzaba. Los ideales de cada uno daban vueltas en sus cabezas, cegándoles de rabia.

-¡No lo entiendes, por lo menos tu acabaste con Yuine! ¿Que hice yo?- Dijo Roge entre lágrimas y enfurecido a la vez.

-¿Y que si lo hice? ¡Podrías haberlo hecho tú perfectamente!- Dijo Ángel, que seguía peleando con una expresión de frustración en su rostro.

-¿Y que me dices de Jairo y Jacke? ¿ O de Hugo y Leoran?- Dijo Roge.- Si hubiera hecho lo mismo con Hiro ahora él no estaría muerto.- Decía entre llantos.

-Era imposible derrotar a Hiro, acéptalo de una vez.- Dijo golpeando fuerte su espada, haciéndole retroceder.-¡Ese guerrero no es comparable con Yuine o Leoran!-

-¡Cállate!- Dijo Roge, sacando su escudo y cargando de nuevo contra él.

-¿Un ataque de frente?- Dijo Ángel, que rápidamente cambió su espada por  la katana de Yuine, y cargándola con ambas manos de poder elemental, la descargó en una ráfaga de energía oscura directa hacia Roge, que se cubrió con su escudo, pero no fue suficiente, y al impactar contra este, la energía explotó enviando a Roge contra uno de los arbustos de las paredes.

-Eres un ingenuo viniendome a atacar así.- Afirmó Ángel acercandose a él.- Creo que he ganado.- Dijo levantando su espada. Roge sonrió.

-¿Tan ingenuo soy?- Dijo Roge sonriendo.

-¿Huh?- Ángel se quedó sorprendido al ver su expresión, no mucho antes de recibir un chorro de agua en la cara, que lo envió al suelo y tiró la katana de Yuine de su mano.

-¿Quién es el ingenuo ahora?- Dijo Roge.

-Grrr...- Dijo Ángel levantándose y desenvainando de nuevo su espada poderosa.- ¡Ahora verás!- Dijo cargando contra él.

Roge esquivó con una ágil voltereta un espadazo directo de Ángel, y este bloqueó uno suyo atravesando su espada en horizontal por encima de su cabeza, retiró la espada apartándola hacia un lado y dio una patada en el pecho a Roge. Acto seguido fue directo a atravesarle con su espada y Roge reaccionó lo más rápido que pudo. Al girarse, la espada atravesó su hombro. Roge gritó de dolor y se fue hacia atrás, algo de sangre brotó de su brazo, y se tapó con la mano.

-Argh... ¡Tú!- Dijo Roge lanzándose a por él. Golpeó fuertemente su espada, hasta el punto de mellarla.

-Ese golpe fue fuerte, mucho mas de lo que esperaba de un inútil.- Dijo Ángel desapareciendo de nuevo.

-Grrrah...- Roge se quejaba del dolor que le generaba el hombro. Un dolor atroz mientras sentia como la sangre que emanaba del hombro se deslizaba por su brazo hasta el codo.

-''Si esto sigue así moriremos los dos''.- pensó Ángel.

-''Es necesario acabar, debo sobrevivir a este combate...''- Dijo Roge.

-Es hora de acabar con esto, Roge.- Dijo Ángel, que se encendió brotando en una columna de llamas.

-No podría estar más de acuerdo, siento lo que está a punto de pasar.- Dijo Roge, que se sujetaba su hombro. Sus ojos se tornaron de un tono rojo, un gran tifón de agua brotó de su piel a gran potencia. Cargaron uno contra el otro.

Roge recordó en ese instante las palabras de Garand: ''Disfruta de la vida por mí.'' Sus lágrimas se saltaron de nuevo con una sonrisa, asumiendo el final que le esperaba si ese choque llegaba a impactar.

-''Lo siento, señor. No podré cumplir con lo que me dijo.''- Dijo Roge cerrando los ojos mientras dejaba atrás sus lágrimas al correr  contra Ángel.

Cuando estaban a punto de chocar, un lanzazo de electricidad se clavó en el suelo y brotaron chispas de el, haciendo que ambos contendientes se detuvieran al verlas y retrocedieran de su gran poder.

-¡Ya basta, no arregláis nada peleando!- Dijo Hugo, que seguía en la misma posición en la que se quedó tras arrojar su lanza jadeando.

-Hugo...- Dijo Ángel, y al levantarse recogió la katana de Yuine, y la envainó a su cintura.

Roge cayó de rodillas al suelo del cansancio y la depresión. Arrojó su espada al suelo, harto de pelear, de llorar, de sufrir, de sentir dolor. Ángel se acercó y le tendió la mano. Se podía ver una sonrisa cálida y amable en su rostro cansado y magullado tras el combate.

-¿Por qué?- Preguntó Roge.

-Escúchame Roge...- Dijo Ángel.-Puede que las cosas no salieran como queríamos desde un principio. Puede que a lo mejor hasta puedan salir peor, pero... si hay algo que tengo seguro es que las cosas no mejorarán si morimos o peleamos entre nosotros, he cometido un grave error al querer ponerte a prueba.- Dijo arrodillándose a su lado.

-Quizás no debería haber sido tan agresivo.- Dijo Roge.- Tan solo querría... (Roge trata de calmar su llanto) que todo volviera a ser como antes...

-Nada puede volver a ser como antes.- Dijo Ángel.- Jamas se podrá volver atrás. Es inevitable que el tiempo pase, pero siempre puedes cambiar el futuro.- Dijo sonriendo.

-Si...- Dijo Roge. El agua se desvaneció y su hombro dejó de sangrar.-¿Eh?- dijo al ver extrañado que ya no le dolía el brazo.

-¿Que acaba de pasar?- Dijo Hugo.

-Es el agua sanadora. Un milagro que solía hacer mi padre. Garand me lo enseño unos meses antes de morir.- Dijo Roge.

-Oh, es genial.- Dijo Ángel.

-El agua que hidrata mi piel me cura de mis heridas, pero no puede curar a otras personas.- Dijo Roge.

-Esta muy bien en duelos, pero curarse requiere un tiempo fuera de combate si hay varios enemigos, pues puedo esquivar a uno, pero no a varios.- Dijo Roge.

-Ya veo...- Dijo Hugo.

-Por cierto... ¿Que era ese lugar?- Dijo Ángel.

-La tumba de mi padre.- Dijo Roge.- Normalmente solo los miembros de la familia real tienen acceso, gracias a un anillo que tengo aquí.- Dijo mostrando el anillo que utilizó para abrir la puerta.- Sin este anillo, la magia que sella la puerta hace que cualquier infiltrado tan solo vea un bosque.

-Oh, lo siento. No sabía que era la tumba de tu padre.- Dijo Ángel.

-Menos mal que no utilizaste tus ataques elementales para quemar el terreno.- Dijo Roge riendo.- No tiene importancia.

-Volvamos a la posada.- Dijo Hugo. 

El sol comenzaba a ponerse en Zul. Tras ese combate volvieron a la posada agotados, y descansaron hasta el día siguiente, contando sus experiencias antes de unirse al grupo, pasaron una noche juntos, contando sus historias, riendo, comiendo y bebiendo junto a la chimenea de la posada felizmente. Al fin un buen recuerdo, ¿Quien lo diría?


Continuará...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top