Parte 17
Ángel contra Yuine, duelo de ideales
Todos avanzaban por las ruinas, hasta el corazón de estas. Ángel, Roge y Hugo tomaron la delantera y lograron abrirse paso hasta la recámara del corazón de las ruinas, la sala contigua a donde se encontraba Yuine. Consistía en un gigantesco portón, con cuatro antorchas de pie, que estaban colocadas subiendo una escalera que daba al gran portón. El resto de la habitación era cueva, simplemente. El resto continuaron peleando, Pedro volvió con Jairo, y juntos llegaron a la recámara principal, junto con Roge, Hugo y Ángel.
-Me alegro de ver que estáis bien.- Dijo Pedro.
-Igualmente, maestro.- Dijo Ángel.
-Esta debe ser la cámara principal.- Dijo Roge.
-Tras esa puerta se encuentra Yuine, el maestro de Alpha.- Dijo Ángel.- Y mi maestro antiguo...
-Pase lo que pase, estaremos bien, ¿Verdad?- Dijo Roge.
-Saldremos de esta, tranquilo, no podrá contra todos nosotros.-Dijo Pedro.
Mientras tanto, fuera de Glaridian...
-Maestro... Yuine ha perdido contra un grupo de gente que se ha infiltrado en sus ruinas.- Dijo el hombre que huyó de la base de Yuine, que se encontraba dentro de un enorme castillo fortificado, creado con piedras de tono oscuro.
-¿Se reconoce a alguno de ellos, Sid?- Dijo un joven, en lo alto de el trono del castillo.
-No, señor... Se que provienen de Aznarepse, pues eso fue de lo que me informó Yuine. No sé mucho más, lo siento.- Dijo Sid, el consejero.
-Esta bien, en ese caso, saca a una parte de las tropas... Tenemos un pueblo que reducir a cenizas.- Dijo el joven.
-Si, mi señor, ¿Desea su alteza algo más?- Dijo Sid.
-Si. Por favor, ordena a las señoritas que están en la cocina que me preparen una infusión relajante. Ando algo estresado.- Dijo el joven.
-¿Mucho trabajo?- Dijo Sid.
-Puede ser, pronto iremos a por el Filo del Caos, que será el asalto dificil. Por el momento, solo eso.- Dijo el joven.
-Marchando una infusión relajante con extra de pueblo incinerado.- Dijo Sid tratando de divertir al chico.
Volviendo a las ruinas, donde ya se encontraban todos reunidos...
-Chicos, allá vamos.- Dijo Viktor abriendo la gran puerta.
-Os esperaba, héroes.- Dijo Yuine desde el otro lado del salón. Era una zona estilo coliseo, completamente plana. Tenía un gran cristal encadenado en la parte de arriba de la sala.-Entonces... Alpha, o debería de decir Ángel... ¿Me concedes una última revancha?-
-Eres un monstruo, ¿Que te hace pensar que solo irá Ángel a por tí?- Dijo Lira.
-Adelante, dad un paso adelante, venid, tengo para todos.- Dijo Yuine.
Ángel corrió a por el, el resto le siguieron, pero chocaron contra el aire. Ángel fue el único que logró traspasar la barrera mágica.
-Maldita sea...- Dijo Viktor.-¡Apartad!- Dijo, lanzando una gran bola de fuego a la barrera, que explotó contra esta, pero la barrera permaneció intacta.
-Puedes lanzar todos los ataques que quieras.- Dijo Yuine.- Esa barrera no se romperá hasta que uno de los dos gane. ¿Y ahora que dices, Ángel? ¿Pelearás contra mí?
Ángel desenvainó su espada, y blandiéndola atravesada, paralela a sus brazos, desafió a Yuine con la mirada.
-Eso está mejor...- Dijo Yuine sonriendo.- A ver lo que has mejorado.- Dijo desenvainando su katana.
Ángel corrió rápidamente hacia Yuine, cuando estaba apunto de alcanzarle con el filo de su espada, Yuine desapareció haciéndose una sombra, y golpeó a Ángel por detrás con una patada, tirándolo al suelo.
-Veo que no aprendes, el primer ataque siempre es importante.- Dijo Yuine desapareciendo de nuevo.
-Esta vez te golpearé.- Dijo Ángel levantándose, se pasó la mano por la boca, limpiando su sangre.
Comenzaron un duelo de estocadas, el uno contra el otro, parando los ataques de el contrario. Con cada ataque, Ángel retrocedía más, hasta un punto en el que se coló bajo la espada de Yuine, y acto seguido, se giró, poniendo su espada al cuello desde atrás.
-¿Peleas en serio?- Dijo Yuine riendo, que se volvió humo de nuevo.
-Aún no he usado ni mi elemento.- Dijo Ángel.- Solo estoy calentando.
-Eso espero...- Dijo Yuine.- Vamos, pongámonos en serio.
- Allá voy.- Dijo Ángel, que prendió en fuego todo su cuerpo, y saltó al aire.- ¡Solis Caeli!
Ángel descendió en picado, cargando toda una estela de fuego contra Yuine, pero este lo bloqueó con un escudo de sombras, y la estela desapareció, perdiendo toda su fuerza. Yuine lanzó a Ángel usando el escudo como impulsante, desapareció y apareció tras él para propinarle una patada en la espalda, volvió a desaparecer, y esta vez apareció delante y le propinó otra patada, esta vez, impulsando a Ángel hasta el suelo. Ángel cayó provocando un gigantesco cráter en el suelo con su impacto. Trató de levantarse, pero cuando estaba a punto de estar en pie, Yuine fue a golpearle con la espada. Ángel lo bloqueó, pero Yuine, de otra patada, lo envió contra otra pared.
-Argh...- Dijo Ángel.
-¿Es eso todo lo que tienes?- Dijo Yuine.- ¡Ni siquiera recuerdas quien eres! ¡No me creo de verdad que seas el muchacho al que entrené!
-No...- Dijo Ángel débil.
-¿Eh?- Yuine lo miró asombrado.
-Yo... (Jadeó) No soy... el asesino al que... creaste...- Dijo Ángel con dificultad, tratando de levantarse.
-Vaya, así que aún te tienes en pie.- Dijo Yuine riendo con superioridad.
-Yo no soy Alpha...- Dijo Ángel.- Mi padre... murió por culpa de los deseos de gente como tú...- Dijo levantándose.- Por culpa de esa gente, fui alguien a quien todos odiaban en el pasado. Cuando recordé todo... Juré no volver a convertirme en esa persona.- Dijo poniéndose firme.
-Que conmovedor.- Dijo Yuine.-¡¡CALLA DE UNA VEZ!!- Dijo pegandole otra patada y enviándole contra otro muro.
-Argh... No, no puedo perder...- Dijo Ángel tratando de levantarse con dificultad.
-¿Que te pasa?¿Es este tu límite?- Dijo Yuine.
-No... No puedo...- Dijo Ángel. Sus ojos empezaban a cerrarse.
-¡¡Vamos, Ángel!!- Gritó Roge desde tras la barrera. Ángel reaccionó, y logró abrir los ojos.
-¡Eso!- Dijo Hugo.-¡Eres el más fuerte de todos nosotros!¡Se que puedes con él!
-¡Vamos chico!- Dijo Pedro.-¡Eres muy grande, se que puedes contra ese asesino!
-Chicos...- Dijo Ángel.- ¡¡¡GRHAAAAA!!- Dijo levantandose, una gran columna de llamas brotó de su cuerpo. Su aura era tan fuerte que creó una onda de choque, haciendo que el aire se enturbara y levantando el polvo del suelo.-¡No perderé contra mi pasado!- Dijo decidido.
-Así me gusta. ¡Vamos, ven a por más!- Dijo Yuine.
-Ahora... Me encargaré de acabar con la vida de otra persona más.- Dijo Ángel.
La gema de su arma comenzó a brillar, la gran columna de fuego inundó la sala de luz, las llamas se intensificaron. Los ojos de Ángel se volvieron rojos, su pelo rúbio, la viva imagen de Alpha. Las palabras resonaban en su cabeza.-"Debes de lidiar con tus demonios internos."- Decía Barney, el fiel herrero de Viktor, explicando el significado de su espada.
-¡Que poder!- Dijo Yuine.- Eso me gusta más.- Dijo sonriendo, y se preparó para combatir.
-¿Por qué sonries?- Preguntó Ángel enfadado.-¡No te dejaré salir de esta con vida! ¡No después de todo el daño causado!- Dijo Ángel.
En un rápido movimiento, solo se pudo ver una estela de llamas, Ángel ya se encontraba en frente de Yuine, pero este rápidamente le paró la espada, con algo de esfuerzo. Repelió la espada de Ángel hacia atrás, haciéndole retroceder. La katana de Yuine comenzó a brillar con un aura de color morado.
-Eso es...- Dijo Ángel.
-Esta es Mortium, mi piedra elemental.- Dijo Yuine.-No hay piedra elemental de oscuridad con más energía que esta en todo el reino.- Admirala.
-No admiraré nada tuyo, monstruo.- Dijo Ángel.
-¡Ha!- Yuine lanzó una ráfaga de energía oscura hacia Ángel, este la bloqueó con una bola de fuego.- Me da igual lo que pienses, nada en mi mente cambiará.
-¡Cállate!- Dijo Ángel, y desapareció.
Apareció tras Yuine, y le atacó con una estocada. Él la desvió, ambos saltaron y comenzaron a pelear, usando las paredes para impulsarse, un duelo acrobático, ambos eran tan ágiles que era difícil verles. Comenzaron a dispararse entre ellos con magia elemental. Ángel creaba fuertes bolas de fuego, mientras que Yuine contra atacaba con ráfagas de oscuridad, creando fuertes explosiones por toda la caverna. Ambos aterrizaron en el suelo, tenían la armadura sucia, y llena de quemaduras y cortes.
-Admito algo, nadie me había hecho usar a Mortium enserio hasta ahora. No está nada mal, pero me subestimas si crees que me puedes derrotar solo con eso.
-Je... Esto es solo el principio.- Dijo Ángel.
Saltaron el uno contra el otro, dispuestos a seguir peleando, metal contra metal, filo contra filo, espada contra espada, guerrero contra guerrero. Ninguno de los dos mostraba un mínimo de debilidad a la hora de soltar sus estocadas o parar las del rival. Ángel las esquivaba de vez en cuando, quedándose en buena posición para rematar.
-El niño bajo la lluvia al que acogí en mis brazos, en mi propia contra. Quien lo diría, ¿No es irónico?- Dijo Yuine.
-Preferiría haber muerto en medio de la lluvia por enfermedad antes que tener a un asesino de padre.- Dijo Ángel, que seguía peleando.
-Bueno, supongo que eres libre de escoger...- Dijo Yuine burlándose de él.
Continuaron golpeándose, moviéndose por toda la arena de combate, que cada vez estaba más destrozada por los ataques elementales que se habían lanzado entre ellos. Finalmente, el combate llegó a una última pausa.
-Creo que es hora de acabar con esto.- Dijo Yuine.-¡Bomba de Sombras!- dijo, y acumuló energía oscura en la punta de su espada. Se generaron alas de demonio en su espalda y se alzó en el aire, cargando la gran masa de energía oscura, como si de un ángel del caos se tratase.
-¡Oh no, la va a utilizar!- Dijo Jairo mirando la escena desde fuera.
-Contempla, Ángel, esta es la máxima perfección.- Dijo Yuine. -Será lo último que ve...- Dijo, pero no pudo acabar la frase. Ángel había saltado, y le había desgarrado el estómago con su espada a gran velocidad, haciendo que cayera al suelo. Sus alas desaparecieron de la espalda al caer. Su katana se desprendió de la mano y se clavó en la roca del suelo. Él se golpeó la espalda fuertemente contra el suelo al caer.
-Ya que vamos a morir todos, dejemos que muera solo el objetivo.- Dijo Ángel, y le clavó la espada en el pecho a Yuine.
-Se... acabó...- Dijo Yuine.
-Para ti sí.- Dijo Ángel.
Retorció la espada en su pecho, y desgarró el corazón de Yuine, haciendo que muriera. Dejó de respirar segundos después de desgarrarlo.
-Logré ganarle, "maestro".- Dijo Ángel. La barrera se desactivó.
-¡Lo lograste!- Dijo Roge.
-¡Eres increíble, derrotar a Yuine parecía imposible!- Dijo Jairo.
-Gran trabajo, chico.- Dijo Pedro.
-Solo me hizo recordar quien era, y quien soy ahora.- Dijo Ángel.- Solo que ahora mato solo por justicia, no por trabajo sucio, como antes.- Dijo Ángel.
-Acabamos con todo el Clan Alpha nosotros solos.- Dijo Roge.- Es impresionante.
-Logramos vengar a la reina Janna.- Dijo Hugo.- Creo que es hora de volver a casa, hay algo que debo contarle a Roge.
-Si, pero antes...- Dijo Ángel.- Tomaré esta katana.- Dijo Recogiendo la katana de Yuine.- Todo por lo mucho que me utilizaron. Ahora la usaré para el bien.- Dijo de nuevo.
-¿Sabes controlar a Mortium?- Preguntó Jairo.
-No debo excederme mucho utilizando la oscuridad, pero...- Dijo Ángel.- Ha llegado el momento de hacerlo, tomaré Mortium, la piedra elemental de oscuridad más fuerte que existe en Glaridian, y posiblemente en el resto del mundo, según Yuine decía.- Dijo mirando la Katana.- Es un arma preciosa, pero debo saber usarla. Tan pronto como lleguemos a Aznarepse la pondré en práctica, ¿Quien se apunta contra mí?- Dijo Ángel sonriendo.
De pronto, trocitos pequeños de piedra comenzaron a caer del techo, y las ruinas se comenzaron a derrumba. Con la muerte de Yuine, también se abrió el pasaje que anteriormente fue usado por el consejero para escapar.
-Casi morimos sepultados ahí dentro.- Dijo Roge.
-Ey, ¿Y eso?- Dijo Ángel.
-¿Huh?- Todos a la vez miraron al cielo, que señalaba Ángel. Había una gran nube de humo.
-No lo sé, puede ser que haya algún incendio.- Dijo Viktor.
-No, parece que alguien quema algo.- Dijo Lira.
-Volvamos a Aznarepse.- Dijo Roge.
Continuará...
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