Parte 16
Jairo vs Saizo
Los chicos continuaban avanzando por el templo en el que se refugiaba el Clan Alpha. Hugo logró alcanzar a Roge y Ángel, y continuó eliminando hombres del Clan Alpha junto a ellos. El resto continuaban peleando en sus respectivas salas. En el corazón del templo...
-Leoran ha fallado señor.- Dijo un hombre a Yuine.
-Lo esperaba.- Dijo Yuine.
-¿No fue a ayudarla?- Dijo el hombre.
-La necesidad impulsiva de tener respeto contra sus oponentes llevó a Leoran a hacer temblar las ruinas, y acabó sepultada por su propio ataque. Ir nosotros solo nos hubiera aplastado, puesto que haría uso del respeto, y nos impidiria pelear a los dos. Al usar su ataque quedaríamos sepultados ambos también.- Explicó Yuine.
-Comprendo.- Dijo el otro hombre.-¿Actuaremos?- Dijo.
-Yo si.- Dijo desenfundando una katana negra de su espalda.- Tu sal de aquí, e informa a Kaito, yo me ocuparé de ellos.- Dijo Yuine.
-¿Y usted, señor?- Dijo el hombre.
-Estaré bien, encárgate de que la información llegue al comandante Kaito.- Dijo el lider.
El hombre solo asintió, y acto seguido activó una palanca que abrió un pasadizo hasta el exterior.
-Date prisa.- Dijo Yuine, y cerró el pasadizo.- Ya están llegando. Debo ver de nuevo a Alpha.
En otro lugar de las ruinas.
-Maldita sea, no paran de aparecer soldados.- Dijo Ángel.
-Estamos dos contra veinte.- Dijo Roge.- ¿Es eso justo?
-No lo sé, ¡Pero tres contra veinte sí!- Dijo Hugo, apareciendo por la puerta, mientras ensartaba su lanza en un soldado, a tiempo para golpear su cuerpo y saltarle encima a otro.
-¿Como escapamos de todos estos?- Dijo Ángel.
-¿Roge, tienes aún el escudo?- Dijo Hugo.
-¿Sí, porqué?- Dijo Roge-
-Ponlo encima de los tres y crea un muro de agua que recubra el escudo y algo más de nuestras cabezas.- Dijo pegándose a el.
-Esta bien.- Dijo Roge.- ¡Murum Aquarum!- Dijo, y sobre ellos se formó una gran losa de agua.
-Me toca.- Dijo Hugo cargando su lanza con la electricidad de la espada.¡¡ Fulgur Plúviam!!- Dijo, giró trescientos sesenta grados dos veces para ganar fuerza cinética y la arrojó contra el techo de la habitación.- ¡¡Cubriros bien!!
Una lluvia de relámpagos salió desde la lanza y atravesó a varios soldados, incinerándolos y haciéndolos explotar. Sin embargo, la electricidad fue contenida por la losa de agua que Roge había creado, por lo que no llegó a ellos. Roge se quedó con la boca abierta.
-¿Como se te ha ocurrido todo eso en un segundo?- Dijo Ángel.
-Ataque masivo, contra grupos de enemigos es lo más efectivo que puedes usar. Solo necesitaba un factor de defensa, y el muro de agua de Roge era la mejor opción, puesto que el agua contiene muy bien las corrientes eléctricas, así, el escudo bloqueaba la electricidad de forma que no nos dañara.
Avanzaron a la siguiente sala y había otro grupo de soldados, pero esta vez estaban Lira y Viktor peleando contra ellos.
-¡Maestro!- Dijo Roge.
-Maestra Lira...- Dijo Hugo, que veía como estaban ya cansados de pelear durante tanto tiempo.
-¡Vamos!- Gritó Ángel, y con una oleada de fuego de su espada, incineró a varios soldados.- Eso es, arded en el infierno, bastardos.- Dijo con una expresión de odio en la cara.
-Esto se esta descontrolando... Pero que más da.- Dijo Roge, y lanzó varios proyectiles de agua, que encerraron a sus víctimas en una gran bola de agua, sin dejarles respirar.
-¡Lanza eléctrica!- Dijo Hugo, y arrojó su lanza contra un soldado, electrocutando a los de alrededor.
-¡Chicos!- Dijo Lira, mientras seguía peleando con su lanza.
-Al fin llegasteis.- Dijo Viktor sonriendo.
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Mientras tanto, Jairo y Pedro se encontraban combatiendo contra los refuerzos en una de las habitaciones.
-Jairo, no tenemos tiempo, debes de continuar, yo me encargo.- Dijo Pedro.
-Son muchos señor.- Dijo Jairo.
-Esto no es nada.- Dijo Pedro, y continuó luchando.
-No puedes quedarte solo contra tantos- Dijo Jairo.
-Bueno...- Dijo el.-¿Quien te dice que esté solo?- Dijo, y enterró la espada en el suelo, creando soldados hechos de piedra.- Ahora continua, yo me encargo.
-Esta bien.- Dijo Jairo.-Procura no morir.- Y continuó corriendo hacia la siguiente sala.
Jairo corrió por un pasillo oscuro. Al final se lograba ver la tenue luz de las antorchas alumbrando otra sala, y una silueta en mitad de ella.
-Ha pasado tiempo, Jairo.- Dijo el hombre. Era el gigante que asaltó a los chicos desde los árboles a la entrada de las ruinas, sacando su gigantesco espadón sin protección de mano.
-Demasiado, Saizo...- Dijo Jairo.
-Pensaba que serías fiel al clan Alpha, es bastante triste que te fueras.- Dijo Saizo.- Todo lo que hacía era aburrirme sin un rival como tú.
-Tu fuiste el que decidió atacar a Lira y a mi al terminar el torneo, ¿Estoy en lo cierto?- Dijo Jairo.
-Solo fue una pequeña fiesta de despedida.- Dijo Saizo.
-Tu... Maldito bastardo...- Dijo Jairo.
-Ojo con lo que le dices a tus superiores.- Dijo Saizo.
-Je... ¿Mis superiores? ¡Si nunca has tenido ninguna oportunidad contra mí!- Dijo Jairo riendo.
-¿Te estás riendo de mí? Me subestimas...- Dijo Saizo.
-Se que te voy a ganar, Saizo.- Dijo Jairo. *Usualmente se dejaba llevar por el orgullo, si lo provoco, es probable que acabe muerto*- Pensó.
-Patético, ¡Mira detrás!- Dijo Saizo.
Jairo se giró rápidamente y bloqueó un filo de las sombras que Saizo le había enviado.
-¡¡Picaste!!- Gritó Saizo mientras arremetía fuertemente contra Jairo, haciendo que se quedara enterrado entre las rocas de una pared.
Jairo salió de la pared y se limpió un poco de sangre de la boca, algo dolorido. Seguía en pie.
-Vas a lamentar lo que acabas de hacer.- Dijo Jairo enfadado. Se recubrió de fuego azul por completo, creando una espiral de fuego azul que iluminaba toda la caverna.
-¿Ese es tu nuevo juguete?¿Hacer fuegos artificiales con tu cuerpo?- Dijo Saizo.
-No... ¡Es mucho más!- Dijo, y rápidamente se lanzó contra Saizo. Este bloqueó fácilmente su espada con la gran masa de hierro que tenía como espadón.
-Que patético.- Dijo Saizo.- Veo que no has mejorado en absoluto.
-¿Todavía cargas con esa muralla que llamas espada?- Dijo Jairo.
-¿Quieres verla más de cerca?- Dijo, y pateó a Jairo, enviándolo contra el suelo.
Acto seguido alzó su espadón, dispuesto a cortar a Jairo por la mitad. Sin embargo, al finalizar con el espadón se dio cuenta de que no lo había enterrado hasta el fondo, y una gran explosión de llamas azules salió del cráter del suelo.
-¿Eh?- Dijo Saizo.
-Pfff... ¿Patético? ¿Y entonces como llamas a esto?- Dijo Jairo.
Había usado su espada para parar la gran masa de metal que Saizo había usado para intentar aplastarlo. Acto seguido, la despejó hacia un lado, y apagó su fuego, dejando solo ardiendo su ojo derecho.
-¿Qu-qué acaba de ocurrir?- Dijo Saizo.
-¿Conoces esta espada, Saizo?- Dijo Jairo, mirando recto al filo de su hoja, que no tenía ni un rasguño, mientras el fuego azul de su ojo ondeaba, delante de una mirada de furia y necesidad de venganza.
-¿Que? ¿De qué material está hecha esa espada?- Dijo Saizo.
-Solo he necesitado dos... El acero de mi espada y la promesa que le hice a mi padre...- Dijo Jairo sonriendo.
-Tu... ¡¡Bastardo!!- Dijo, y cargó contra el.
Jairo desapareció moviéndose con gran velocidad, y esquivó agilmente los poderosos espadazos de Saizo. Finalmente aterrizó al suelo, tras Saizo.
-Tu me hiciste sufrir Saizo... ¿Te crees que no lo sé?- Dijo Jairo. -¡Tu fuíste el bandido que asesinó a mi padre!-
-¿Como sabes eso?- Dijo Saizo.
-No tardé mucho en escucharos a Yuine y a ti hablar tras encontrarme. Guardé las ganas durante muchos años... Hice un juramento con esta espada, que antes perteneció a mi padre. Y prometí que no moriría ni permitiría que esta espada se mellase hasta vengarle.- Dijo Jairo enfadado.-¡Prepárate!- Dijo, y desapareció rápidamente, antes de que Saizo le golpeara con la mano.
-Je...- Realmente eres estúpido.- Dijo Saizo, sonriendo.
-¿Por qué sonries?- Dijo Jairo. -¿Acaso no sabes la que se te viene encima? Viendo que he parado ese golpe, usando solo esta espada...¿Aun crees tener esa oportunidad contra mí?- Dijo Hugo.-Eres aún más iluso de lo que pensaba.- Dijo riéndose de el
- Cierra la boca, micróbio.- Dijo Saizo.
-Y... respondeme a otra cosa más.- Dijo Jairo.-¿Fuiste tú el que asesinó a Janna?-
-No, fue Kusho.- Dijo Saizo.
-¿Quien es Kusho?- Dijo Jairo.
-Je... ¿Crees que te lo voy a decir?- Dijo Saizo.
-Vaya, así que el mejor soldado del clan Alpha en mi ausencia ni siquiera se mancha las manos en asesinar a la reina.- Dijo Jairo.- Que patético, va siendo hora de que ponga las cosas en su lugar y haga lo que he venido a hacer.- Dijo serio.
-¡No lograrás cumplir esa promesa, imbécil!- Dijo Saizo, y se cubrió de sombras.- Es estúpido que trates de hacerme frente, soy el soldado más fuerte del clan A...- No pudo continuar hablando, un destello azul pasó cerca del brazo en el que no llevaba su espada, y acto seguido, una línea de sangre recorrió su brazo hasta desprenderse del resto del cuerpo.
-¿Seguro?- Dijo Jairo.- Morirás, ¡¡Como mi padre!!- Dijo y se lanzó de nuevo contra el.
-¡¡ARRRGH!!- Gritó el gigante enfadado y adolorido.- ¡¡Muere!!- Dijo, e hizo estallar la cúpula de sombras que le recubría.
-Eso no será suficiente para retener mi voluntad.- Dijo Jairo, y traspasando el poderoso ataque del titán cortó su otro brazo, haciendo que la espada cayera al suelo.
-¡¡MALDITO BASTARDO!!- Gritó el gigante, y acto seguido, reformó sus brazos usando sombras con cuchillas en vez de ellos.-¡¡TE MATARÉ IGUAL QUE HICE CON TU PADRE, Y DISFRUTARÉ CADA SEGUNDO DE TU TORTURA!!- Gritaba el gigante, que estaba muy enfadado.
-Que patético, ni siquiera eres capaz de guardar las formas.- Dijo Jairo, que desapareció en un instante.
Saizo generó rayos de oscuridad con sus manos, que hicieron estallar el suelo.
Jairo, rápidamente, los esquivó, y saltó, esquivando las explosiones. Enterró su espada en el corazón de sombras del gigante, haciendo que sus brazos desaparecieran, desclavó su espada y se situó tras el. Escaló por su gigantesco cuerpo desde atrás y enterró la espada de su padre en su cabeza. Él solo se retorcía de dolor mientras un gran chorro de sangre brotaba de su frente y se esparcía por el suelo. El cuerpo del gigante cayó en rotundo, Jairo bajó antes de que cayera, y el sonido que hizo el cuerpo al chocar contra el suelo retumbó por toda la habitación.
-Nunca fuiste mejor que yo.- Dijo Jairo guardando su espada.-Bueno... es hora de que prosiga, quizás el resto necesite mi ayuda...- Dijo, sacudiéndose el polvo de la armadura.
Continuará...
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