6.1.- El consorte real y una amenaza.
Hola :)
Nuevo cap.
o-o-o-o-o-o-o-o-o
Palacio ceremonial de la capital.
El segundo palacio más importante del reino, era usado para ceremonias de la familia real, su estructura semejaba a una gran catedral cuya decoración predominante eran las estatuas de los sucesivos reyes y reinas de Indrapahts, vitrales y adornos de diversos materiales entre esos metales preciosos y colores de pinturas de acontecimientos relevantes para los gobernantes.
Hombres y mujeres de origen real, aristócratico ocupaban sus asientos guiados por cien personas que laboraban en el palacio real. Nada podía salir mal, cada pieza, detalle y el programa de la ceremonia debía salir conforme a lo planeado.
-a nombre de mis señores "Sus Altezas Serenísimas, Los Grandes Duques de Denébola".......-comenzó la enviada especial de los mencionados, una mujer de porte aristocrático, rasgos afilados, mirada digna de una dama de sangre noble cuyos cabellos castaños largos ondeaban al ritmo de la fresca brisa que soplaba en esa mañana de fiesta del reino-ambos trasmiten sus buenas vibras a Su Majestad y al futuro Rey consorte.
Sisifo cuyo semblante pacífico se agrió al oír " Sus", contuvo las ganas de bombardear de preguntas a la dama que aparentemente no admitiría responder interrogantes que tuvieran que ver con Aioria y Kanon. Bastante complicado era el hecho de que el heredero de la dinastía matrialcal Leons se haya unido en secreto días antes a través de una ceremonia civil con el sardónico y astuto Kanon, obligando que la alta nobleza del territorio rindiera pleitesía al todavía Comandante y Marqués de Almar-Valenius.
-explícame la barbaridad que cometió tu hermano-se llevó aparte a Aioros que con pesar se separó de Shura-¿ tú lo sabías? ¿ verdad?
-¡ claro que no tío!. Hasta a mi me sorprende eso.
El tono empleado por su sucesor convenció de que no le mentía, pero apenas terminarían los festejos le escribiría a su sobrino e inventaría una excusa para Su Señoría El Conde de Aquila que en esos momentos tenía una expresión ceñuda.
-tiene plenos poderes-masculló amargo el Duque-mi hermano y cuñada se han de estar revolcando en sus tumbas por semejante afrenta.
Aioros cuidó su lengua, las palabras venenosas de su tío indicaban la decepción del mismo, la regencia de tantos años en Denébola no tuvieron el efecto deseado, Aioria terminó por hacer lo que le dio la gana poniendo en riesgo las alianzas y amistades entre nobles.
Shura que no era adepto a la chismografía rosa del reino, era víctima de una curiosidad que lo corroía, una vez que su esposo regresó averiguó sobre la nueva de Aioria y su " matrimonio secreto con Kanon".
-parece que el vino agrió a tu tío-comentó sin desparpajos Shura. Aioros en vez de ofenderse asintió.
-Aioria otorgó plenos poderes a Kanon-murmuró colocándose en su sitio correspondiente a la espera de la llegada del Rey y después de su prometido-si Aquila fuera un reino tranquilamente asediaría con un gran ejército a Denébola.
-no olvides que Kanon es un estratega militar-terció Shura en el mismo tono-los haría pedazos con un ejército de cien hombres.
-cierto-admitió el castaño.
Mientras esto acontecía, a las afueras de Saldamelik más concretamente en la avenida que conducía al palacio, miles de ciudadanos venidos de todas partes del reino, aguardaban la llegada de Su Majestad junto a su familia. En eso el Embajador de Antares junto a su pequeña delegación sin decir nada se inclinan a modo de reverencia causando confusión al resto de invitados hasta que se vizualiza entrando a paso tranquilo, Milo.
Fueron imitados por Condes, Duques, Marqueses y Príncipes secundarios que ante la presencia de un monarca o soberano de cualquier estado por protocolo debían reverenciarlo.
-su esposo no ha venido con él-murmuraban las señoras de la alta nobleza.
-¡ qué será que habrá sucedido!-comentó atribulada Saori a otra chica
-dicen que Lord Camus no se lleva bien con la Princesa de Sadbachia-comentó Afrodita en medio de las dos
El joven consciente de la repentina ausencia de Camus, no tuvo más que mostrar una alucinante sonrisa que borró de un plumazo los maliciosos comentarios comentarios y seguir al guía hasta su puesto junto a una reina de cabellos oscuros.
-¡ Alteza!-saludó ella.
-¡ Majestad!-saludó Milo.
-¡ Llegó el Rey!-gritaron los guardias reales-¡ reverencia!
Primero ingresaron los miembros de la familia real encabezados por Krest y el último en ingresar fue Dégel que un poco nervioso caminó por la larga alfombra hasta detenerse frente al altar. Describir su traje era cansino.... basta con decir que Su Majestad no escatimó esfuerzos en usar las telas más finas cuyos colores resaltaban el tono de su cabello.
Kardia no tardaría en llegar, él era un hombre que no se complicaba a la hora de elegir ropas porque la mayoria le sentaban bien y jamás opacaban sus ojos que a opinión de las damas de la corte eran hechizantes cual serpiente al acecho.
El ministro que los casaría, se dirigió a paso apresurado escoltado por dos ancianos, uno de ellos era mujer hacia la puerta. Los ciudadanos impacientes aguardaban la llegada de Kardia al que aclamarían con muchas hurras y buenos deseos.
Y Kardia llegó....
-será el rey de todo esto-murmuró el Conde de Aquila a su hija que echaba miradas rencorosas a Saga quién no se dio por aludido, el ser gemelo de Kanon le grangeaja pocas simpatías-¿ me estás escuchando Marín?
-si padre-viró el rostro con desprecio en dirección a la puerta donde el futuro rey consorte hablaba con el ministro y los ancianos; a su lado Calvera ataviada como toda una dama de la nobleza asentía y hablaba a Kardia indicándole lo que haría en la ceremonia.
Ella se desprendió del grupo y caminó hasta la primera fila para encontrarse con Saga ya que ellos conducirían la coronación del consorte después de la boda real.
-ordenaré que cierren la puerta-le dijo en voz baja.
Los contrayentes se encontraron cara a cara, sonrieron cómplices tomándose las manos y proceder a escuchar las palabras del ministro. La enviada de Aioria veía la diferencia entre aquella espléndida y fastuosa boda con la discretísima y polémica de su señor que adujo la necesidad de contar con una mente dotada para las artes guerreras; no toda la nobleza de Denébola creía que su unión era sólo por amor, para la nobleza, Kanon no encajaba, era orgulloso, calculador y demasiado tosco para realizar deberes reales.
Sin embargo, ella creía que era mejor Kanon a tener a una extraña que según decían sus espías.... no era candidata a convertirse en Gran Duquesa, su padre aunque muy rico, ponía condiciones muy estrictas y casi humillantes. No entendía cómo Sisifo había aceptado un compromiso matrimonial que no le traería un beneficio, salvo el de descendencia.
Dégel y Kardia pronunciaron sus votos matrimoniales, una vez que el Conde de Sargas aceptara ser esposo de Dégel, todo sería más llevadero y la alianza con Antares estaría más cerca.
Hubo intercambio de anillos, de oro blanco procedente de las tierras de origen de Ganímedes el cual instauró la tradición de usar anillos de bodas de oro blanco entre sus descendientes por las primeras tres ramas.
-que el amor con el que decidieron unirse permanezca siempre.... sea en el trono o un lecho de enfermedad, ambos se comprometen al apoyar al otro...¡ que así sea!
-lo prometo-dijeron al unísono.
-ahora-procedió a posar sus manos sobre las entrelazadas de los novios-¡ os declaro esposo y esposo! y a usted Señoría-miró serio a Kardia que asintió-Rey consorte de Indrapaths, Conde consorte de Bluegard, Duque consorte de Hydor y Señor de Saldamelik.
Nadie aplaudió. Lo harían una vez que Kardia sea proclamado y entronizado por Saga y los hombres más importantes del reino.
Dégel se dirigió al trono, conocido como el trono de Ganímedes, a su lado un poco más bajo aguardaba el trono del consorte real, los cancilleres de Antares e Indrapahts se pusieron de pie, se colocaron a lado de Kardia. Las puertas del palacio ceremonial fueron aseguradas y se apostaron cinco guardias afuera y cinco adentro.
En sus manos descansaba un manto púrpura y una caja ricamente labrada con incrustaciones de oro y plata en cuyo interior descansaba un anillo en cuyo centro brillaba un ópalo azul; el anillo había sido diseñado y elaborado basándose en el anterior que portara Deuteros, es decir cada anillo del consorte real pertenecía a su portador y al momento de su muerte era sepultado/a con la joya.
PDV Kardia.
Desde que el viejo me desheredó por mi " rebeldía", mis sueños de sentarme en un trono se esfumaron. Es más pensaba que pasaría el resto de mi vida en las trincheras del ejército, pero gracias a que Milo no se dejó influenciar por " Maléfica", pudo restituirme en parte mis derechos sucesorios.
Casarme con Dégel no estaba en mis planes, mi intención al visitar al mocoso aquí fue ver cómo estaba.
Selene con esta posición ya no me jodería más, ella era nada más que madre de mi hermano, nada más.
Ahora el trono a lado de Dégel me esperaba y yo no lo decepcionaría.
Fin PDV Kardia.
La ceremonia continuó con el discurso por parte de dos de los ancianos quienes hablaban en un idioma antiguo y que sólo el Rey y Saga conocían qué era lo que decía. Altivo, Kardia en su trono escuchaba sin mover ningún músculo. Después el otro anciano, tradujo las palabars dichas por sus compañeros para el consorte y el resto de invitados.
" Tener la dignidad de consorte real no es sólo un privilegio, también es una obligación que vos señor contraeis este día y tanto como Su Majestad y vosotros sus súbditos esperamos cumplís con tesón y buena voluntad.
Ahora, mi señor.... ¿ Aceptaís llevar el título de Consorte Real con rango a Rey, así mismo tomar los títulos concernientes al puesto?"
-¡Acepto!-dijo voz clara sin despegar sus orbes de Dégel que sonreía discreto-¡ Acepto apoyar a mi señor, el Rey en todos sus proyectos!
" Habeís dado vuestro juramento el cual será vinculante a partir de ahora..."
Saga se adelantó junto a Calvera, reverenciaron a Dégel que les entregó la caja con el anillo. A continuación el Canciller repitió la misma reverencia a Kardia que no creía tan necesaria ese gesto, abrió la tapa y tomando la joya cuyo brillo refulgió ante los ojos de los tres, lo entregó al Conde de Sargas.
-Que este anillo-comenzó el Barón de Alzir-confirme el compromiso que adquiris a partir de ahora.... ¡ Por el poder que se me ha concedido... Proclamo....! Rey consorte de Indrapaths con sus títulos adyacentes!
La colocación del manto púrpura cerró la proclamación que a la vez era coronación, el anillo lo confirmaba. El palacio ceremonial, sus invitados estallaron en aplausos jubilosos, los guardias abrieron la puerta para que los ciudadanos contemplaran la salida de Sus Majestades que tomados de las manos se prodigaban sonrisas y miradas amorosas.
-¡ Vivan los reyes!
-¡ Larga vida a los reyes!
De repente la algarabía general fue acallada por los cascos de un caballo, se suponía que todos los invitados a la ceremonia acudieron y los que no pudieron enviaron a sus representantes con los regalos de bodas o se excusaron.
-¿ quienes son?-preguntaron confusos.
A Saga, Dégel y todos los señores de tierras se les heló la sangre al reconocer a los estandartes que sostenían uno de los jinetes. El temible estandarte pertenecía a Giudecca, el hostil territorio gobernado por el usurpador Radamanthys Wyert.
-¡ Maldición!-murmuró entre dientes Dégel.
-¡ Giudecca!-Kardia se tensó en su posición-¡ Malditos infelices! ¡ quieren declarar la guerra si uno no se humilla!
Uno de ellos, el que encabezaba la comitiva se bajó del caballo negro cuyo oscuro pelaje brillaba, avanzó tres pasos y se detuvo ante los reyes que adoptaron una indescifrable expresión.
-¡ Saludos! ¡ Reyes de Indrapaths!
Las espadas resonaron ante la cercanía de aquellos mensajeros de Giudecca. A una señal del rey, los guardias bajaron las armas pero sin perder la alerta.
-mi señor, el Gobernante de Giudecca, envía felicitaciones por vuestro enlace y envía esto-extendió la mano con una carta sellada que Dégel tomó como si la misiva tuviera veneno-no se preocupe, mi señor por el momento no planea asesinaros.
El cinismo del mensajero enervó a Kardia, todos se miraban boquiabiertos por la cruda sinceridad de aquel hombre.
-parece que el banquete de bodas será una declaratoria de guerra-murmuró Albafika serio a El Cid que asintió gravemente-todos iremos a la guerra.
-no quisiera estar en sus zapatos-respondió su interlocutor.
Después de leer la misiva, Dégel la apartó de su rostro para dirigir estas palabras.
-no deseo reconocer a su usurpador, ni aunque me ofrezca un cofre de monedas de oro. Además rompió el acuerdo firmado anteriormente. y no sólo eso, también ejecutó a su Rey y encarceló a su reina e hijos
-bien, entonces eso será tomado como una declaración de guerra. Prepárese Majestad que el ejército de Giudecca asediará sus territorios y de todos los grandes señores que departen hoy en esta esplendorosa boda.
-digale a su señor que lo espero con mi ejército.......
Lanzada la amenaza, los reyes decidieron convocar a todos sus aliados y ordenaron que el palacio real distribuya la comida entre la población porque las ganas de celebrar con banquete su unión se esfumaron con la declaratoria de guerra. Soldados se dispusieron a custodiar las puertas de la ciudad capital y por órdenes de Saga cerrar fronteras, salvo para los comerciantes, una vez que los invitados abandonaran el reino; cada ciudad debía ser vigilada por los soldados más bravos y se dispuso que el ejército reclutara a todo hombre mayor de 22 años, sea cual sea su origen.
Aioros se acercó a la enviada de su hermano quién hizo una grácil reverencia.
-Madame, ¿ Cómo está mi hermano?
-mi señor se encuentra bien de salud y su pareja igual.
-me alegra-respondió sabiendo que los ojos de su tío lo miraban por el intercambio de palabras con la dama-supongo que ya mismo se marcha...
-no se equivoca, mi Lord. Con esta amenaza general, debo regresar e informar la situación y preparar las reservas para enfrentar a este mounstro encarnado en un hombre.
-no la detengo más, Madame. ¡ Con su permiso!
-concedido.
Una prueba difícil se mostraba ante Dégel, su tensión fue notada por su nuevo esposo que apretó su mano transmitiéndole confort y el apoyo que el necesitaba.
-todo saldrá bien, te ayudaré a derrotarlo. Te lo prometo.
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Espero les haya gustado n.n
Muchas gracias a las bellas personas que siguen la historia.
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