5.-Resolviendo problemas.
Hola....
Este capítulo es como una especie de transición a lo que se viene.
Indrapahts.
Palacio Saldamelik, salón del trono.
Su postura rígida indicaba que no estaría dispuesto a oír la perorata de parte de su tío que por orden expresa del rey llegó acompañado de Regulus que se emocionó al verlo tanto que olvidó el protocolo y corrió a abrazarlo. Shura silencioso observaba el reencuentro de los primos y pensó que el adolescente era un alma libre tal como su esposo.
-¡ Regulus!-la voz agria de Sisifo cayó como un látigo entre los presentes-que te he dicho sobre no saltarte las reglas.
Aioros apretó la mandíbula indignado, soltó a su primo que lo miró con ojos suplicantes, trenzarse a una absurda pelea con su tío lo desfavorecería de sobremanera. Dégel visiblemente incómodo por la tensión entre sus parientes lejanos, se aclaró la garganta mientras se colocaba su anillo que lo acreditaba como rey. En ese tipo de asuntos su hija no debía estar inmersa, aunque Krest le insistió que involucrara a la chica para que aprendiera a cómo resolver problemas entre la nobleza.
" No te ofendas hija", le había dicho," pero todo esto se convertiría en un circo ya que siempre tus damas fisgonean y van y le cuentan a todo mundo"
Lejos de ofenderse, ella aceptó y se retiró de su presencia no sin antes dirigirle una mirada de alivio a Krest que frunció el ceño inconforme.
-está bien-apartó sus propias cavilaciones y se concentró en Sisifo que parecía matar con la mirada a Shura-¡ Deja de atezar con tu vista al Señor de la casa de Capricornio, Sisifo!
Farfulló una disculpa mientras avanzaba pausadamente hasta el rey que por ese día no se sentaría en su trono de terciopelo rojo y madera de nogal ya que detestaba permanecer como zombie en la misma posición.
Regulus estornudó estruendosamente ante el aroma de aceites y madera quemada que se percibía en el salón del trono, Aioros ahogó una risita puesto que ya se imaginaba a su perfecto tío echar humo, literalmente.
-upssss-sacudió la nariz y sonrió apenado-soy algo alérgico a estos aromas Su Majestad.
-no importa-dijo el rey y enfocó su violácea mirada en Sisifo que permanecía con la cabeza gacha esperando alguna orden o su veredicto real. El color característico de sus prendas lucía opaco, similar a su similar a su semblante, si Dégel se dejaba llevar por la vorágine de emociones terminaría echando lágrimas y arrastrándose por el impoluto suelo y recordando que Krest le decía reiteradas veces que lo que hizo Camus fue una afrenta a los Acuario.
¡ No!
Debía mostrar entereza aunque sufriera la pérdida simbólica de un hijo.
Dio la espalda a su pariente lejano que miró de soslayo a su alrededor sintiéndose perdido, sacudió su larga capa púrpura y entonces Dégel Acuario habló como un rey poderoso e implacable.
-quiero tu versión de los hechos-un centinela que vigilaba el salón del trono tragó grueso puesto que él veía la expresión del soberano de Indrapahts directamente desde su posición-y cuando finalices quiero oír a Aioros, sin interrupciones y por favor.....-se volteó-deja de querer asesinar a Shura.
Desde un rincón de la larga y sofisticada estancia, Regulus emitió un......
-¡ demonios.....! ¡ ahora si está realmente cabreado con mi tío!
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Antares.
Celda-habitación de Camus.
-sólo por que me siento enfermo tienes piedad de mi-reprochaba Camus a su esposo que en persona sin emisiarios, abría la celda-dime fue Dégel que te rogó para me liberaras.
-te sorprenderás saber que no fue él-agitó las llaves que tintinearon en sus dedos mientras cerraba la puerta tras suyo-fue ella, tu hermana.
Hizo énfasis en esa última palabra, causando que el rostro de Camus se contrajera de ira, ya iba a arrojarle un discurso por haberlo provocado de esa forma. Cuando una hoja de papel de color verde claro fue puesta en sus manos, la hoja despedía un perfume similar al limón que no agradó a sus fosas nasales.
Milo tomó asiento en una butaca cercana a la ventana de la alcoba-celda con una mano debajo de su barbilla, ahora que lo miraba bien, vestía como un tipo común y silvestre sin las usuales medallas y anillos en sus dedos; pero algo le heló la sangre..... su consorte no portaba en su dedo anular, el anillo de bodas.
-¿por qué no llevas...?-su pregunta quedó en el aire.
-no me he casado con nadie más Camus, si es eso que te perturba tanto-respondió quedamente-mi madre-buscó la mirada de su esposo que sentía que su mundo se tambaleaba a su alrededor-cree que debo darte una oportunidad.
Renació una esperanza en su frío corazón, durante esas semanas imaginaba que todos lo abandonaban hasta su madre que se decía apoyarlo y velaba por sus intereses, sin embargo tenía una seria duda que embargaba su mente. ¿ por qué la hija de su padre tuvo algo que ver con su liberación?
-no creo que tu madre haya dicho eso-notó que Milo respingaba en su asiento pues su mentira quedaba al descubierto-ella te escribió ya que su patética culpabilidad no le dejaba dormir ¿ me equivoco o no?
-la odias y eso es horrendo-replicó Milo sin perder su calma-creí que eres centrado y sin prejuicios, me equivoqué-se puso de pie alzando su barbilla en gesto regio, caminó hasta Camus que retrocedió-te amo tanto que me repele esa actitud tuya ¿ aún queda algo de ese joven del que me enamoré?
-tengo miedo Milo-admitió abrazándose-quisiera aceptar, pero no puedo....
-que te parece si-tomó su barbilla con delicadeza-dejamos esta absurda pelea y aceptas sólo por mi, la intersección de tu hermana.
Entre dientes dijo que si.
Justo cuando iba a abrazar a su joven esposo, sintió una inmensas ganas de vomitar, le dio un puntapié a Milo que trastabilló. Salió corriendo de la estancia rumbo al patio de entrenamiento donde devolvió todo ante la mirada estupefacta de Tutmes y Selene quién coqueteaba descaradamente con el Comandante.
-¡ ah!-se quejó y se desplomó.
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Celebraría con varias botellas de vino la decisión de Dégel, pero Shura no disponía de un número decente del oscuro líquido embriagador y a Cid, su tío político no le agradaría verlo ebrio por su casa. Dio un largo y caliente beso a su esposo que no cabía en sus zapatos de felicidad mientras abandonaban el territorio del palacio real.
-aunque no me gusta el oro-dijo en voz baja-me siento favorecido y recuperaré mi heredad.
Comerciantes que pululaban por las inmediaciones los saludaron agitando sus manos o sombreros mientras avanzaban con sus cargas de telas finísimas, joyas preciosas y costosos perfumes. Shura anotó en su cerebro que la próxima vez que vería a uno de esos comerciantes adquiriría un obsequio para Aioros, no mejor dicho, le encargaría a Manigoldo que le trajera un regalo para su consorte.
-creo que a Sisifo no le quedó más que acatar a regañadientes- reflexionó el pelinegro torciendo por una estrecha callejuela-lo vi humillado como si.....
-doblegado-corrigió Aioros-más cuando le recordaron que también Aioria tenía todo el derecho de escoger a quién se le pegue en gana como consorte.
-admito que me sentí mal cuando Dégel le habló.
Flashback.
-fue acelerado de tu parte desheredar a Aioros, Sisifo ya no estamos en la epoca antigua.
El Duque de Arkab enrojeció violentamente, parecía que lo habían abofeteado, la alfombra debajo de sus pies se calentó como si pisara brasas. Sería muy mal educado de su parte responderle al rey.
-los Capricornio son una noble familia, reciente pero tienen sangre digna de emparentarse con cualquiera de nosotros-continuó su sermón ante el sumiso silencio de Sisifo-a partir de ahora te exigo que restituyas a tu sobrino como heredero y que permitas que su esposo use los títulos que le corresponden.
Lo despachó con un gesto apremiante, Saga que hacía su habitual entrada con su rostro de piedra que sólo se suavizaba ante Mu con el que ya se había casado hacía unas semanas en una discretísima ceremonia a la que acudieron el rey y su familia y unos cuantos parientes de los Aria, escribiría el veredicto real.
El matrimonio de Aioros Sagittarius y Shura Capricornio era válido y sus descendientes tendrían derecho a las heredades de ambas familias.
Punto. Breve y conciso.
Fin Flashback.
-no lo sientas-llegaron ante la casa Sagittarius-ya lo entenderá hasta eso me encargaré de tu estancia sea de maravilla......
Esa actitud le admiró más, no cabía duda, los Sagittarius eran fuego, perfectos e imperfectos a la vez.
Abrazos a todos, los quiero :D y gracias por su apoyo a esta historia.
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