20.-Ira
Revisar, Camus ni loco permitiría que aquel médico osara meter sus manos en su cuerpo.
Posó sus zafiros en Milo que cruzado de brazos oía el parlamento del galeno, se removió un poco, no le parecía atractiva la idea de alumbrar a su bebé antes de los nueve meses, sería condenarse a depender de médicos porque su primogénito no desarrolló bien.
—Es solo una revisión para descartar lesiones, Alteza.
Milo volteò sus turquesas a su esposo que con el ceño fruncido indicaba que no dejaría que ese hombre lo toque.
—Ni lo pienses...
Calvera rodó los ojos. Niño imposible.
—Solo va a comprobar que nuestro hijo está bien, mi amor—se arrodilló frente a la cama tomando la blanca mano del príncipe consorte—¡te lo ruego!
Camus no quería que Milo regrese a ese enfrentamiento por lo que si él le decía que no regresaba a esa guerra si se dejaba revisar lo haría con gusto.
Luego de varios segundos en una guerra de miradas, Camus accedió. El galeno sudando por que el consorte era un cascarrabias se puso en manos de la clemencia de Milo que guiñándole un ojo le dio ánimos.
Contuvo un suspiro cuando comenzó la revisión, su madre Seraphina tenía juntas sus manos como rezando al igual que Selene. Juró que sintió a su bebé saltar.
Reclamaría sus derechos al trono de su padre Dégel y a su media hermana le ofrecería un trato justo, un ducado y la opción de permanecer en palacio sin recurrir a enfrentamientos sin sentidos.
Cuando el galeno culminó con su revisión, las miradas de ansiedad se cruzaron sin descanso, Camus sintió un frió recorrer su columna. Milo venciendo su temor, se aventuró a preguntar.
—¿ Y bien?
Se relamió los labios mientras Camus se incorporaba a medias temblando.
—Su trono tendrá un heredero, su hijo está en perfectas condiciones, por lo tanto en meses la dinastía crecerá más Alteza.
Camus no entraba en su ropa de la felicidad, se anotaba un triunfo ante sus detractores que si bien no manifestaban en público su aversión a su persona, rezaban que el bebé no naciera porque tenían la esperanza de sentar a Kardia en el trono ya que odiaban a la madre de Milo a la que señalaban como la causante de que el fallecido soberano Zaphiri expulsara de la línea sucesoria a su primogénito.
Milo ordenó que repartieran a la población comida y monedas porque su hijo estaba bien, los soldados obedeciendo sus órdenes procedieron a ejecutar su orden mientras tanto se disponía a quedarse en su palacio seguro de que no ocurriría nada extraordinario en su ausencia del campamento de los reyes.
Quizá Radamanthys diera marcha atrás en su plan y su hermano y cuñado regresaban a su reino y todos felices. Igual sus ejércitos eran poderosos y una niñería de Radamanthys podía costarle su gobierno ilegítimo.
Ahora su único deseo era ver nacer a su primogénito y ungirlo como heredero indiscutible al trono de los Escorpiones.
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Fueron sacados de aquellas celdas una hora después de que Kanon fuera arrojado como saco de papas al interior de una de ellas.
Los hermanos Virgo al principio de negaron a dejar solo al joven quién recuperó la conciencia a la media hora, para Kanon el saberse un objeto sin valor en las manos de sus captores le dio más rabia que cuando Sisifo lo acusó de " desviar a su sobrino del camino trazado".
Radamanthys cumpliendo su palabra ordenó que les provean de ropa y comida para el camino de regreso a sus tierras, para Aspros y Deuteros era una humillación esa liberación ya que el dictador mantenía cautiva a la población de Alhena sin derecho a liberación.
Bajo la fría y dura mirada de Pandora, los Cástor y los Virgo desafiaban a Radamanthys quién ignorándolo escribía una misiva a Dégel en la que le decía que retirara sus tropas de la llanura a cambio de que no arrasaría las tierras de los campesinos que proveían de alimento a su reino.
—No lo soltaré, es mi garantía que nadie me atacará, ni intentará sacar a la reina viuda Perséfone del palacio donde la tengo—manifestó refiriéndose a Kanon, Deuteros indignado quiso romperle la nariz—era tu mejor soldado, por eso te molesta...
—No ganas nada reteniéndolo—intervino Asmita calmado-además tú declaraste la guerra y ahora quieres retroceder ¿ A qué juegas?
—Al mejor postor—respondió continuando su labor—si me atacan o liberan a mis cautivos no tendré piedad...
Aspros sabía que entre los contendientes se hallaba Kardia al que cortejó años atrás, si a menos pudiera alertarlo para que con su ejército arrasara sin piedad Giudecca. Más eso significaba poner en riesgo al hombre por el que estaban siendo liberados.
Pero nada podía ser perfecto...
En esos momentos, la reina viuda Perséfone luego de convencerse que permanecer cautiva no era atractivo decidió sabotear la seguridad del palacio donde estaba recluida con ayuda de un espía que trabajaba en Giudecca mucho antes de que Hades fuera destronado. El espía en cuestión trabajaba para el ejército de Indrapaths bajo las órdenes de Kanon quién debido a informes de comerciantes sobre los planes de Radamanthys dispuso a uno de sus soldados que se infiltrara y que en caso de conmoción en el reino actúe con cautela.
Por supuesto el espía mantenía contacto con su superior, pero últimamente debido a sus co- responsabilidades para con Denébola no contestaba sus misivas y desconocía que este se hallaba herido en Giudecca.
Tenía instrucciones de llevar a la reina y a sus hijos ante Saga ya que este sabría qué hacer.
Con un incendio despistarían a los guardias.
Al saber Radamanthys del escape, dio marcha atrás en su idea y a gritos ordenó que los cuatro sean nuevamente encarcelados pero esta vez serían ejecutados. Sospechando de su huésped, con Pandora siguiéndolo con una sonrisa de oreja a oreja fue hasta la paupérrima celda donde lo atacó.
Perséfone era su anhelo pecaminoso, la deseaba más que a Pandora y su fuga lo fastidiaba.
—¿ Tú lo hiciste rata inmunda?—lo tomó de las raídas ropas para estamparle un golpe en su nariz y darle una patada en las costillas.
—No tengas piedad—dijo Pandora disfrutando del espectáculo—te traicionó y por ese chiste su hijo no nacerá.
La mirada retadora se esfumó al oír aquello, la sangre de su herida comenzó a manar nuevamente.
—¡ No...n..!
—Si, te burlaste de mi y por eso ordenaré la ejecución de tu antiguo rey y su hermano que están en mi poder ¿ los viste? pues bien, en diez días enviaré sus cabezas a tu hermano y en ese tiempo también acabaré con tu descendencia y tu amado doncel será convertido en esclavo—le escupió mientras extendía la mano para tomar una pesada cadena con la apresaría los pies del gemelo.
La paciencia de Radamanthys quedó abruptamente cortada con esa jugada, lo que era en un principio un gesto de solidaridad con Perséfone se convirtió en la mecha de una probable sangrienta lucha.
En diez días correría sangre inocente.
En diez días la temible espada de Radamanthys caería como un dios sobre muchos...
o-o-o-o-o-o-o-o
A partir del otro capítulo habrá una ligera modificación, es decir se correrá el tiempo para los sucesos que vendrán como por ejemplo el nacimiento del hijo/a de Milo entre otras cosas más.
Gracias NiloAries por tu paciencia, lo mismo Camila_Alejandro. 😘
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