Capitulo II: El cambio entre nosotros

La guardiana del Gato

Capitulo II: El cambio entre nosotros

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Después de hablar con Plagg, la mente de Marinette había girado gran parte de la noche, tratando de asimilar la verdad que había descubierto el día anterior. Era como si estuviera en una especie de modo automático, pues recién empezaba a tomar el peso a lo que significaba que Adrien fuera Chat Noir, tanto que la imagen del superhéroe empezó a cubrir cada foto que tenía en su habitación.

Aquello era demasiado para su pobre cabeza, así que salió casi corriendo de su habitación hacia el living para tomar su desayuno, pero la pesadilla continuó cuando vio un reportaje en la televisión sobre Ladybug y Chat Noir. Nuevamente, no pudo evitar imaginarse a Adrien haciendo los mismos gestos que el superhéroe y pegó tal grito, sujetándose la cabeza y poniéndose de cuclillas junto al sillón, que su madre se preocupó, acercándose a ella.

—Marinette, ¿qué pasa? —preguntó, tomando a su hija por los brazos, para hacer que se sentara el sillón— ¿Te sientes mal?

—Solo estoy algo abrumada —respondió, volviendo a mirar la pantalla de la televisión, para luego cerrar los ojos y apoyarse contra el pecho de su madre—. No es nada grave —dijo, tratando de calmar a su mamá, ya que lo que menos quería era preocuparla en vano, pues ya tenía suficiente con lo de su pie, del día anterior.

Sabine se separó de su hija para traerle un vaso de jugo de naranja. Marinette tomó el vaso con una sonrisa y lo bebió, volviendo a mirar el reportaje sobre los superhéroes que, al parecer, ya estaba por concluir.

Aspiró profundamente cuando éste terminó, mostrando la estatua de ambos superhéroes y rio al pensar que Adrien y ella tenían una estatua en la ciudad. Sabine miró a su hija, más preocupada que antes, pero siguió preparando el desayuno, aunque estaba claro que Marinette llegaría tarde al colegio.

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Marinette entró al salón de clases mientras la profesora Bustier pasaba la lista. Ésta solo la miró y la de coletas alcanzó a hacer un gesto con sus manos en señal de disculpa, para luego subir las escaleras por el lado de Alya, golpeándole levemente el hombro para que le cediera el paso. La de lentes se movió hacia atrás para dejarla pasar, pero Marinette negó con la cabeza ya que quería que se corriera para el otro lado del asiento.

Antes que la profesora les llamara la atención, Alya tomó su bolso y se movió para que Marinette se quedara en su asiento y ella en el que le correspondía a su amiga.

—¿Qué pasa? —susurró por lo bajo y Marinette solo se encogió de hombros, mirando por un segundo a Adrien, lo que fue suficiente para que Alya se hiciera una idea, equivocada, pero idea, al fin y al cabo—. ¿Es porque ayer te sostuvo en sus brazos?

Marinette la miró confundida, pero cuando recordó la escena, enseguida hundió la cabeza, sumamente roja, cubriéndose la mirada con ambas manos y manteniéndose así hasta el momento en que la profesora indicó la página del libro que iban a empezar a trabajar.

Adrien aprovechó que la profesora les dio la orden de iniciar con la actividad para voltear a ver a Marinette, pero se sorprendió al encontrar a Alya, quien le señaló el otro lado. El joven giró hacia su izquierda, pero lo único que vio fue el libro de historia, pues la muchacha se escondía tras él.

No pudo evitar sentirse desanimado por aquello, ¿Acaso lo estaba evitando?

Suspiró y se dejó caer sobre su escritorio, mientras abría el libro sin muchas ganas. Tanto Nino como Alya se miraron entre sí, confundidos por las acciones de sus amigos. ¿Qué habría pasado?

Como Marinette estaba hermética a hablar, la joven morena le hizo un gesto con la mirada a su novio para que tratara de sacarle información a Adrien. Tras afirmar, Nino se acercó a Adrien, casi susurrándole.

—¿Pasó algo con Marinette? —ante esa pregunta, Adrien lo miró y algo en la mirada del joven modelo hizo que Nino se sintiera triste— ¿Qué pasa viejo?

—Quizás pasó algo y ahora no quiere saber de mí —comentó, lamentándose, dejándose caer sobre el escritorio recordando la escena donde ella descubrió que él era Chat Noir.

—¿Y qué pasó? ¿Algo bueno? ¿O acaso la rechazaste? —ante aquella palabra, Adrien se sentó en su lugar, mirando a su amigo, confundido.

—¿Por qué la rechazaría? ¿De qué hablas? —Nino miró nervioso a Alya que le hacía un gesto en el cuello, pues sabía perfectamente que se refería a que le cortaría la cabeza si hablaba de más.

—No sé, digo... —llevó su mano al cuello, nervioso.

—Es que... —Alya se agachó contra su asiento para poder susurrarle a Adrien y éste se apoyó hacia atrás para poder escucharla —... Marinette quería pedirte que modelara unas cosas. A eso se refería, Nino —dijo, apretando los dientes.

—¿Yo qué? —dijo de golpe la mencionada, bajando el libro.

—¡Nada! —dijeron los tres, poniéndose a trabajar cada uno en su libro. Ahora Adrien estaba más confundido que antes. ¿Por qué no le había mencionado nada de la ropa que quería que modelara para ella?

En fin, sacudió su cabeza y se concentró en su trabajo. Ya hablaría con ella después.

Las horas de clases que faltaban pasaron normalmente, aunque Adrien no había podido dejar de darle vueltas al asunto de Marinette. Al finalizar la clase, terminó de guardar sus cosas y se dispuso a buscar a su amiga para poder solucionar todo de una vez, pues ya no podía con esta situación. Marinette le había dicho que podía contar con ella... ¿Por qué ahora lo evitaba como si fuera la peste?

Se levantó de su asiento, notando que ella ya había salido del salón, se despidió de Alya y Nino, que parecían enfrascados en su propio mundo y salió tras la de coletas.

No tardó en encontrarla, pues Marinette estaba a los pies de la escalera del colegio. Sonrió por su suerte y bajó un par de escalones, se debatió un poco en que decirle para no asustarla pero decidió, finalmente, extender su mano para llamarla, pero no alcanzó a hacerlo pues escuchó el nombre de ella en la voz de otra persona.

—¡Marinette! —Luka acababa de llegar en su bicicleta, haciéndole un gesto con la mano a la de coletas. Ella se le acercó corriendo, tomó el casco que éste le ofreció, se subió a la bicicleta y se fueron, dejando a Adrien con la mano extendida. Éste vio con resignación cómo se alejaban, bajó la mano y suspiró. Ya sería en otra ocasión.

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Marinette no habló durante todo el recorrido que hicieron en bicicleta. Luka, aunque solo la observaba de vez en cuando, la veía abatida, como si algo muy grave hubiera sucedido.

Se detuvieron por una malteada de fresa para ella y otra de frutos rojos para él, y caminaron hasta llegar a la Isla de los Cisnes. Luka la llevó hasta ese punto en específico porque sabía que no era un lugar muy concurrido, a esa hora del día, y les daría algo de privacidad para conversar de lo que fuera que la aquejara.

Dejó su bicicleta y caminaron hasta casi el borde de la isla, en donde el sonido del río Sena los envolvió. Se sentaron y Marinette suspiró, perdiendo su mirada en el agua. ¿Cuántas aventuras había tenido con Adrien en el Sena? ¿O en el alcantarillado? Suspiró nuevamente y Luka, que solo la observaba, miró hacia el río.

—¿Sucedió algo con Adrien? —la reacción sobresaltada de Marinette le indicó que así era, por más que inventara miles de palabras extrañas para negarlo.

—¿Qué te hace pensar eso?

—Punto uno—le indicó con su dedo índice —. Me mandaste un mensaje sin sentido, de hecho, parecía como si hubieras usado todos tus dedos juntos para escribir —comentó con algo de gracia en sus palabras, haciendo que Marinette sonriera, lo que lo hizo sentir bien por un momento —. Y segundo, parecía que huías de él.

—¿Huir de Adrien? —le preguntó, realmente confundida— ¿Y por qué crees eso?

—¿Acaso no huías de él, hace un rato? —Marinette lo miró confundida y ante eso, Luka apoyó su mano libre en el hombro derecho de la chica—. Marinette, cuando fui a buscarte, Adrien estaba detrás de ti y parecía debatirse en si hablarte o no, y justo cuando se acercó a hacerlo, tú saliste corriendo hacia mí.

—¡Ay, no! —exclamó moviendo sus manos tan bruscamente, que Luka actuó con rapidez quitándole su batido para que no terminara echándoselo encima—¡¡Si tú pensaste eso, seguro que él también!! —se lamentó— ¡¡Ni siquiera sabía que estaba detrás mío!! —tras eso, flexionó sus piernas y ocultó su cabeza entre ellas—. Soy un desastre.

—Marinette —Luka dejó los batidos a un lado y colocó su mano en la espalda de la chica para tratar de tranquilizarla un poco— ¿Quieres decirme qué pasa? Supongo que a eso se debe tu mensaje, ¿verdad? Necesitabas alguien que te escuche y te dé un consejo.

—Lo siento, Luka —dijo finalmente, mirándolo derrotada y llena de lágrimas, lo que hizo que el corazón del joven músico se apretara, pues lo que más quería era que ella no pasara por esas cosas.

—Nada de disculpas, sabes que cuentas conmigo... —le recordó—... Y que me buscaras por ayuda, me hace feliz, te lo juro.

Marinette volvió a suspirar y ambos se quedaron en silencio por un par de minutos, escuchando el flujo del río, Luka aspiró profundamente, dejando que el sonido del agua lo envolviera y pudiera encontrar el cauce correcto para sus palabras y así poder ayudarla.

—Descubrí algo que afecta a dos personas que conozco —comenzó Marinette, finalmente, apoyando el mentón entre sus rodillas, abrazándose a sus piernas—. Él parece tener mucho resentimiento por ella y ella no sabe por qué siente todo eso, cuando todo debería estar bien entre ellos... —resaltó—... pero al parecer no es así. —Luka no la interrumpió y solo la miró de reojo, tratando de ver si eso tenía que ver con la información secreta que poseía—. Entonces, como ella sabe que él confía mucho en mí, quiere que descubra qué es lo que piensa, siente, teme o resiente. En un principio pensé que estaría bien hacerlo, es decir, qué mejor que ayudarlos a que todo esté bien, pero... ¿Y si con eso daño la confianza que me tiene? Porque si ya piensa que no puede confiar en ella y luego piensa lo mismo de mí. ¿qué haré? —miró a su amigo con lágrimas en los ojos, nuevamente—. Es alguien que no puedo perder, porque aunque podamos tener nuestras diferencias, no me imagino estando en esta ciudad sin él.

Luka miró a Marinette, rebuscó en sus bolsillos y le entregó un pañuelo. Mientras ella se limpiaba las lágrimas, el chico la observó, teniendo finalmente la certeza de lo que Marinette le hablaba. Sus palabras eran tan parecidas a las que había escuchado decir a Ladybug de Chat Noir, que ya no dudaba de que Marinette finalmente había descubierto la verdad, que Chat Noir era Adrien Agreste y eso, sin duda, complicaba toda la misión que cargaban sobre sus hombros.

Luka tomó su batido y le entregó el suyo a Marinette. Ella lo tomó en silencio y bebió de él, sintiendo que sus ojos volvían a llenarse de lágrimas mientras observaba a la nada.

—¿Sabes? —dijo Luka de pronto, evitando que Marinette llorara, pues ésta lo buscó con la mirada inmediatamente—. Creo que lo que debe hacer tu amiga es saber manejar correctamente la información que consiga.

—¿A qué te refieres?

—Por ejemplo, si él te dice algo como: "Es que siento que ella confía más en otros que en mí", tú le cuentas a tu amiga y ella mañana va y deja de hablar con otros y solo se enfoca en él, ¿no sería extraño? Ahí sí podría estar en riesgo la confianza que él te tiene. Ella deberá tomar la información que le des con mucho cuidado y sentarse a hablar con él y solucionar lo que tienen, haciéndolo más partícipe, así todo se dará de tal forma que parecerá más natural.

Marinette, que lo escuchaba atentamente, afirmó con su cabeza. Había una gran verdad ahí, tenía que saber como actuar con lo que Adrien o Chat le contaran.

—Creo que tienes razón.

—Recuerda que somos presos de lo que callamos y responsables de lo que decimos —con aquella frase, Marinette aspiró profundo y volvió la mirada al río frente a ella.

—Lo recordaré, Luka, lo recordaré.

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Plagg estaba algo fastidiado, viendo a su chico tirado boca abajo en el sillón blanco de su habitación como alma en pena. ¿No que la guardiana le había prometido que eso no pasaría? Ya tenía suficiente con ver a su portador sufrir por Ladybug como para que ahora sufriera también por Marinette, además el hecho de que fueran misma persona, más rabia le generaba.

Quizás debería ir a provocar un par de desastres, tal vez un par de calles rotas, nada que Tikki y su portadora no pudieran resolver después... sin embargo, sacudió su cabeza y decidió que mejor iría por queso, pues no podía arriesgar a la gente solo por su enojo, además no quería sumarle otra preocupación a su elegido.

Y mientras tomaba el cuchillo para cortar un trozo de queso, el dispositivo móvil de su portador sonó.

—Adrien, tu teléfono —le informó.

—Déjalo que suene —respondió con la voz amortiguada por un cojín, moviendo ambos brazos como si no importara nada.

—Es Marinette —ante la mención de aquel nombre, Adrien se incorporó en su lugar y se movió para llegar a su celular, justo cuando la llamada se cortó. Resopló cuando el mensaje de "Llamada Perdida" apareció en la pantalla.

—¿Por qué no le devuelves la llamada? —consultó Plagg.

—¿Y qué le digo? —preguntó, muy nervioso.

—No sé, algo como, ¿Por qué me evitaste hoy? ¿Fue por los rumores de que estamos saliendo porque te tomé en brazos ayer?

—¿Qué rumores? —preguntó sorprendido.

—¿Vives en una burbuja? —comentó Plagg, tragándose otro trozo de queso—. Estaban por toda la escuela, ¿Cómo no va a tener vergüenza de mirarte a la cara? Digo, es una chica después de todo, y tú eres famoso...

Tras las palabras de Plagg, Adrien decidió regresarle la llamada. Entró a sus contactos y cuando estaba a punto de tocar el botón de llamada, nuevamente entró la llamada de Marinette. Fue tan repentino, que el celular de Adrien pasó de una mano a otra con cierta torpeza, y Plagg no pudo evitar reírse de aquel acto circense... Y después no quería que lo traten como payaso.

Adrien acomodó su voz.

—Se va a cortar de nuevo —le dijo Plagg para que dejara de dar vueltas, de hecho, alcanzó a responder apenas antes de que se cortara.

—Hola —dijo.

«Hola» la voz de Marinette sonó muy baja, casi como si fuera un susurro, así que Adrien revisó el sonido de su teléfono, pero el volumen estaba bastante alto. ¿Sería que ella no estaba bien? «Pensé que no querías contestarme»

—¿Por qué no lo haría? —respondió—. No era yo quien esquivaba al otro —y tras esa frase, Plagg se golpeó en el rostro.

«Lo siento por eso. Te juro que no sabía que estabas detrás de mí, hoy en el colegio. Si Luka no me lo decía, no me enteraba.»

—Oh.

«No sé si será buena idea hablar por teléfono, así que me preguntaba si tú...»

—Si yo...

«¿Quieres venir a casa?» soltó en voz un poco alta, haciendo que Adrien tuviera que separar su oreja del móvil.

—No creo que mi padre...

«No como tú» lo interrumpió, haciendo que Adrien entendiera a qué se refería. Eso lo hizo sonreír.

—Supongo que no puede negarse, ¿no?

«Espero que no, me gustaría mucho hablar con él»

—Pues ahí estará entonces.

«Gracias, Adrien»

Tras cortar la llamada, Adrien no sabía cómo sentirse con respecto a la invitación que había recibido.

Marinette era realmente alguien a quien no lograba descifrar. Era una persona con sus amigos, otra con él y alguien muy distinta con Chat Noir, y no entendía por qué demostraba tanta confianza con su versión heroica, como si fueran viejos amigos.

Pero bueno, quizás finalmente tendría las respuestas a todas sus dudas.

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Chat Noir llegó al balcón de Marinette cerca de las diez de la noche, se acercó al tragaluz y tocó, esperando que la joven saliera. No tuvo que esperar mucho tiempo antes de que Marinette finalmente apareciera en el balcón.

Ni bien salió, tomó al superhéroe por los hombros y lo hizo sentar en uno de los bancos del lugar.

—¿Qué pasa? —dijo, algo asustado por la brusquedad de la joven.

—Chat, yo... quería pedirte disculpas por todo lo que ha pasado hoy. Ayer te dije algo y hoy fallé totalmente... Es solo que aún me cuesta aceptar esto.

—No te preocupes, Marinette, puedo entenderlo. Si es mucho para ti...

—No —lo interrumpió, extendiendo sus manos hacia adelante—. Sé que es difícil de asimilar, pero no imposible... —completó—... porque he interactuado con ambas partes de ti y ambas forman parte de mi vida, de una forma u otra.

—¿Este gato también? —preguntó señalándose.

—Sí... No sé porque razón, pero... —le explicó, ocultando sus manos detrás de ella —.... de cierta forma me haces sentir cómoda, como si pudiera ser yo misma solo contigo.

—Eso es de lo que te hablaba ayer —comentó Chat Noir, elevando su dedo índice—. La dinámica que tenemos en esta combinación es bastante peculiar porque yo también siento que puedo confiar en ti, y como Adrien también, pero por alguna razón que no seas así con mi lado civil, se siente raro. ¿Acaso no debería ser al revés? Porque conoces más a Adrien que a Chat Noir.

—¿Crees que conozco a Adrien? —le preguntó, haciendo que el chico la mirara desconcertado por aquella pregunta—. Vamos, si me dices que soy distinta contigo y con Adrien, entonces responde ¿Quién eres realmente?

Chat Noir se quedó en silencio, analizando las palabras de Marinette. ¿Cuál era su verdadero yo? ¿La imagen que había creado su padre? ¿El ser desbordante de carisma? No, estaba seguro de que ambos eran polos extremos de quien era en realidad.

—No te quemes tanto la cabeza —continuó Marinette, al ver cómo su compañero estaba realmente perturbado por lo que le acababa de decir—. Estamos en esa etapa de la vida, donde tenemos que descubrir quiénes somos y qué aspiramos en la vida.

—Sí, tienes razón —concluyó, finalmente.

—Mira, te propongo algo.

—¿Qué cosa?

—Que te parece si Marinette y Adrien empiezan a llevarse diferente, a partir de mañana. —propuso, finalmente.

—No entiendo.

—Quiero decir que seamos con el otro, como creemos que somos en realidad. Debe haber un balance entre ambas caras. ¿no? —le comentó, moviendo ambas manos—. Yo trataré de portarme así de esta forma con Adrien, y tú tienes que tratar de ser así como eres ahora, conmigo.

—¿Y no te preocupa que empiecen a esparcir rumores sobre nosotros? —le preguntó, realmente preocupado, recordando las palabras de Plagg.

—¿Rumores sobre nosotros? —ahora fue turno de ella de lucir desconcertada.

—¿No los has escuchado? —consultó el superhéroe, confundido, pues estaba seguro que ese era el motivo de su alejamiento.

—No, ¿cuáles rumores?

—Los que se originaron al ver cómo te tomé en brazos ayer. Creo que ahora, el curso piensa que estamos saliendo —Marinette no supo que responder, pues le resultó más curioso que Adrien supiera de ese rumor, que el hecho de que el curso entero los shippeara esperando que sea real, bueno, salvo dos excepciones.

—Ya veo —fue lo único que pudo decir.

—No crees que si empezamos a actuar distinto, ¿todos creerán algo que no es? —Marinette no podía negar que sus palabras le dolieron, porque al fin y al cabo, Adrien estaba enamorado de ella sin saber. ¡Rayos! ¡Adrien estaba enamorado de ella! Bueno, de un lado de ella... O sea, prácticamente lo mismo que le pasaba con Chat Noir.

Ella no podía ver a Chat como el amor de su vida, pero quería hacerlo, quería enamorarse de Adrien en un ciento por ciento... ¿Querría el rubio hacer lo mismo también?

Su mente ya estaba dispersa, así que sacudió la cabeza y observó al superhéroe que la miraba expectante de su respuesta.

—¿A ti te importa?

—¿Cómo?

—¿Que si a ti te importa que te relacionen conmigo? ¿Te molesta?

Aquellas preguntas, dichas en un tono tan despectivo, hicieron que Chat Noir se pusiera de pie, indignadísimo.

—Pues claro que no —respondió, poniendo la mano derecha en su pecho—. A mí no me molesta, más bien me encantaría que fueras así conmigo, todo el tiempo. Solo estaba preocupado por ti, nada más.

Ante aquella respuesta, ambos se miraron, desafiantes, como si algo hubiese despertado en ellos. Marinette retrocedió un paso al verse tan cerca de Chat Noir y afirmó con la cabeza

—Ambos somos jóvenes —levantó el dedo pulgar derecho —, no tenemos pareja —levantó ahora el dedo índice

—¿No tenemos? —dijo confundido, haciendo que Marinette parara la cuenta que hacía con los dedos e hiciera la señal como si le disparara con ellos.

—No, no tenemos, ¿o acaso sales con alguien y no me he enterado?

—No lo decía por mí, porque no he salido con nadie después de lo de Kagami, pero tú, ¿ya no estás con Luka? ¿No era él tu bouton d'or?

Marinette sintió muchas ganas de reír para no llorar, al escuchar lo que acababa de decir Chat Noir... Adrien no podría ser más ciego de lo que ya parecía, siempre ajeno a todo lo que pasaba a su alrededor.

—No, no era él —respondió—. Terminé con Luka, según lo que Kagami me contó, el mismo día que tú con ella. Y no hablaré de mi confesión de nuevo, contigo.

—Vaya, yo pensé que seguías con él. Siempre se les ve tan felices, juntos.

—Pero estuvimos distanciados. Recién ahora estamos tratando de avanzar.

—Ya veo —dijo Chat Noir, volviéndose a sentar—. Entonces, continúa.

—Como decía, somos jóvenes, estamos solteros y no nos importa lo que digan los demás. ¿qué problema hay?

—Bien —dijo, poniéndose de pie nuevamente, para extender su mano hacia ella—. Trato hecho. Hagámoslo.

—De acuerdo —dijo, aceptando la mano del superhéroe—. Veamos que resulta de esto.

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El Rinconcito de la que escribe:

¿Qué suceda con todo esto? ¿Podrá Marinette llevarse bien con ambas partes de Adrien? ¿Podrá Adrien abrirse a Marinette y contarle todo lo que pasa por su cabeza? ¿Se arreglarán las cosas con Ladybug?

Todo esto y más, en los próximos capítulos.

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Ahora, sé que cambié esto para el lunes y aun así no lo actualice xD Es que hoy temprano tenía que hacer y me dormí temprano, y mi beta me pasó el capitulo muy tarde en la madrugada (para mí) y ya no se pudo xD Así que aquí están teniendo esto ahora.

Y como verán, iba a ser capítulos cortos de entre 1000 a 2000 palabras, y terminé escribiendo 4000.

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El capítulo 3 está recién iniciando su escritura así que no sé a donde nos llevará la interacción de Marinette y Adrien en la escuela cuando ella empiece a tratarlo como a Chat xD

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Quería agradecerle a _alex_sol y a swiftaculous_ por darme una guía en lo de Luka con Marinette en cuanto a donde ir y que hacerle tomar a Luka jajaja xD

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Gracias como siempre a mi beta por ver el capítulo antes de postearlo.

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¡Nos estamos leyendo!

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Aquatic~

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14 de diciembre de 2021 

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