12 ¿Conversamos o peleamos?
A la vuelta Aria no quería apurar el paso a lo de Jim, total no la esperaba nadie a excepción de su amigo y una charla que se debía desde hace mucho.
Estaba cansada, sus piernas le pesaba, y su cabello tenia un terrible aroma a selva. Solo quería darse una ducha tibia y dormir dos días seguidos, pero estaba segura que Jim no se la haría tan fácil, al menos la parte de querer dormir 48 horas sin que la molestaran.
Acercándose a su casa, su amigo estaba en el pórtico, sentando con la cabeza oculta entre sus brazos. Con solo verlo podía sentir que estaba en la misma situación de cansancio que ella.
Los pasos de alguien cerca lo alarmo, haciendo que levante la cabeza de repente solo para encontrase que Aria lo veía de lejos. Al verla se preguntaba en que momento descuido tanto su amistad que ahora debían ocultarse grandes secretos que los ponían en peligro.
O es que lo hacían para protegerse, pese a que su amistad peligraba por eso.
De lo único que estaba seguro es que ahora no debía ocultarle mas nada, o al menos esa parte de todos sus secretos.
En silencio, Aria se sentó a su lado, y suspiro del cansancio, acto que fue copiado por Jim.
—¿Cómo te fue?— pregunto sin verla.
—Me podrías haber advertido que una montaña me iba a devorar.— respondió tratando de ocultar una sonrisa.
—Si, todo fue muy rápido.— se defendió.—A Toby se lo comió junto con Blinky.
—Pobre, la princesa lo atravesó la noche que le conté sobre lo de ser guardiana.— confeso apoyando el mentón entre sus manos.
—Si, el también fue el primero en saberlo todo.— dijo Jim imitando la postura de su amiga.
Se quedaron viendo al frente donde solo habitaba la oscuridad de la noche un poco iluminada por las tenues luces de las casas. Jim quería decir algo mas, lo que sucedió en su ausencia, pero volver a pensar en que su madre supo todo por un ínstate y ahora debía ver si contarle era buena idea le producía dolor de cabeza.
—¿De verdad no sabias lo del baile?— pregunto Jim viéndola por el rabillo del ojo.
—Hay muchas cosas que no se.— respondió divertida.—Si mi papá se entera de que no he ido a la escuela en mucho tiempo me va a mandar a un internado.— agrego.
—¿Eso aun existe?
—Y no sabes en cuantos países aun están los internados de jovencitas.— dijo graciosa viéndolo.
Se puso de pie, y le extendió la mano a Aria que lo veía con cierta sospecha, pensaba que su amigo ya sabía que a ella no le gustaba los bailes.
—Ay vamos, no seas cobarde, hoy te comió una montaña, un baile no te va a matar.— dijo un tanto desafiante.
—En realidad me dan miedo tus dos pies izquierdos.— se burlo tomando la mano del azabache.—Si algo malo sucede, será tu culpa, es mala suerte que baile.— agrego graciosa.
Era una extraña calma que los abordo mientras se movían como dos tontos al compas de una canción un poco lenta.
—Apestas.— dijo Jim, cuando Aria apoyo su mentón en su hombro.
—El día que te coma una montaña y no huelas a carbón hablamos.— respondió Aria cerrando los ojos, mientras se movía lento junto a Jim.—Estoy cansada.— confeso.
No lo notaron, pero estaba quietos, solo los unía un fuerte abrazo que los contenía a ambos, y las lagrimas que no querían derramar.
—Yo también.— dijo aferrándose a ella.
Y les hubiese gustado que todo continuara así, pero Clara los llamaba para comunicarles malas noticias. En medio de su enfrentamiento con Angor Rot perdió Horngazel, la llave directa al Mercadotroll, y no lo habían notado hasta hace unos minutos.
—Eso es un problema.—dijo la princesa haciendo presencia.
Al llegar al Mercado, solo se encontraron con caos. El terror acechaban a trolls indefensos que no tenían a donde huir.
Sin perder mas tiempo, se pusieron sus armaduras, y se dispusieron a hacer su trabajo como protectores.
Jim por un lado demostró un gran poder y agilidad con la espada. Mientras que Aria se veía mas como una debutante.
Al principio solo gritaba espantada, con lo ojos cerrados, olvidando lo que le enseñaron. Estaba dominada por el miedo.
En un momento de pánico, corrió a refugiarse, y la armadura se evaporó ante su temor. Tomó su rostro, porque el mundo le daba vueltas. Su respiración acelerada no le permitía recuperarse.
Y las lágrimas empeoraban todo.
Ella era solo una niña, alguien quien andaba con las rodillas raspadas porque se caía seguido, y odia las siestas pese a quedarse dormida.
—¿Qué pasa? ¿Estas herida?— preguntó la princesa, a lo que Aria negó.—Tienes miedo ¿Cierto?
—Yo, yo no se que estoy haciendo. — respondió entre lágrimas.
La princesa le tomo la mano, y Aria otra vez sintió esa calidez incondicional que su mamá le transmitía.
—Tampoco sabía lo que hacia, y sin embargo daba hasta mi último aliento.— contó haciendo que Aria levantara la mirada.—¿Sabes que nos diferencia? Tu no estas sola, tienes grandes amigos que te apoyan, y también me tienes a mi.
Aun que parecía algo imposible, la princesa la abrazo, y Aria lloró con aun mas fuerza.
—Esta bien tener miedo, eso nos protege, esta en nosotras usarlo a nuestro favor.— murmuró frotando su espalda.—Estoy aquí para que ninguna otra guardiana este sola y aterrada, quiero ser la última en una larga línea de soledad.
Aria la soltó, y sonrió un poco mas confianda. Aún seguía aterrada y maldecía no ser una adolescente común y corriente.
Pero ¿Cuándo lo fue? Se preguntó tras ponerse el armadura.
Salio de su escondite y fue directo a cubrirle la espalda a Jim. Ambos se vieron, asintieron y fueron tirando uno por uno cada troll maligno que arremetía contra ellos.
Se les unió Toby, y los tres gritaron de la emoción. Tanto tiempo de niños jugando a eso, que ahora de adolescente se les hacia realidad y les era difícil de creer.
La única que quedo sola fue Clara, la vara que traía en mano voló en otra dirección quedándose desprotegida. Aria lo noto tarde, en realidad los tres vieron como un gunm gunm se le acercaba por la espalda y esta no podía hacer nada.
Aria corrió, y tropezó, cubrió su cara ante el inevitable final. Pero un grito de guerra los alertó.
El gunm gunm se partió a la mitad, estallando en polvo y escombros. Al disiparse dejo al descubierto la figura de otro personaje del que nadie tenia idea.
En un princio fue difícil de reconocer, pero cuando se hizo mas clara, la princesa sonrió al poder reconocerla.
Su cabello morado blandía poderoso, y su cuerpo estaba cubierto por una armadura planteada. No se veía muy amistosa, pero en tu rostro solo se notaba bondad.
—Gracias por eso. — dijo Clara poniéndose de pie, viendo a su alrededor.
—¿Te encuentras bien?— preguntó la extraña.
—Si, ahora que me salvaste ¿Quien eres?— preguntó Clara, sin poder evitar sonrojarse ante la mirada rosa de la extraña.
La princesa corrió hasta ella, y la abrazo, gritando de emoción por tenerla ahí apoyo, aun firme.
—Basta tia, me avergüenzas.— dijo esta tratando de quitarse el espectro de encima.
—Candra, me alegró que estes acá, mi niña hermosa.
La figura de la no tan desconocida, empezó a mutar entre humana y troll. Su cabello morado se volvía castaño, sus ojos marrones, y la paldia roca se hacia suave piel trigueña.
Era el efecto que la princesa tenia en todo el mundo.
—Soy Aria, la nueva guardiana.— se presentó al estar cerca de las tres.
—Si lo se.— dijo Candra entrecerrando los ojos.
—Ah jajaja, la nueva guardiana.— repitió nerviosa ante la mirada juzgadora.
El afectivo reencuentro se vio truncado por la presencia de alguien mas. No solo sus fríos pasos se podían oír, sino también un vacío aplauso.
El grupo llevo la mirada en dirección del tétrico sonido. Se pusieron en posición de defensa al ver a la cazadora haciendo su entrada.
—Que hermoso reencuentro, de verdad lo digo.— dijo tomándose el pecho.—Lastima que se deban despedir tan pronto.
Hizo aparecer su espada, y sin previo aviso corrió hacia ellos. Jim y Aria tampoco se quedaron quietos. Fueron hasta ella, y el ruido de las espadas anunciaron una batalla.
Jim junto a Aria peleaban a la par como si ya lo hubiesen hecho antes. Aunque era contra una sola contrincante, parecía que lo hacían contra cinco cazadoras.
Eran gritos, entre giros y espadazos, las chispas volaban, al igual que el escombro.
Quedaron ellos dos frente a la cazadora, y como si estuvieran conectados mentalmente, corrieron hasta ella, alzando sus espadas, que no toco su armadura oscura, sino su larga coleta rubia.
—¿Qué hicieron?— preguntó histérica tomando el largo cabello rubio.
—Si, bueno pensamos que necesitabas un corte mas acorde.— respondió Aria.
—Los voy a...
No pudo terminar su frase que Aaarrrgghh la golpeó con sus últimas fuerzas haciendo que atravesara el muro mas cerca a ella.
—Hoy... Nadie... Morir.— fueron sus últimas palabras.
Al volver la vista hacia su defensor, solo pudieron verlo convertido en piedra. El grupo corrió espantado hasta este, y Toby lloro con desgarro por no haber notado antes el malestar de su amigo.
Días atrás fue envenenado con esa maldita enredaderas sol, y nada se podía hacer, mas que esperar un inevitable final.
—¿Jim?— preguntó Aria entre lágrimas al no verlo ahí. —¿Jim?— grito su nombre.
Tras unos segundos lo noto a lo lejos, ocultándose en un pasillo, que no tenía idea a donde lo conducía.
Desesperaba, porque no entendía nada de lo que ocurría, siguió sus pasos, no debía perderlo de vista. Estaba segura que iba hacer una tontería.
Lo encontró en una gran bóveda de piedra, el sitió era frío y desolado. Allí había un extraño puente que Aria no pudo reconocer a pesar de ver su imagen en el libro. Por alguna razón, esa estructura le daba miedo.
—¿Qué haces?— le preguntó con voz temblorosa.
Su armadura era otra. Era negra con ranuras rojas, que brillaban con un extraña luz del mismo color, lo que causaba tanto miedo como admiración.
Jim la vio por encima del hombro, y le sonrió con pena, no quería que viera su partida, ni mucho menos que este involucrada en todo eso.
—¿Qué haces?— volvió a preguntar con la voz quebradiza. —¿Jim?
Dentro del puente se abrió un portal, y el joven cazatroll dio un paso al frente. Estaba decidido a entrar a las tierras oscuras él solo, no estaba dispuesto a perder a otro de los suyos, ni mucho menos seguir involucrando a su amiga.
—Por favor, ve a la escuela y cuida a mi mamá.— dijo y corrió al portal.
Desesperada, hizo lo mismo con la vana esperanza de detenerlo pero este se cerro ante sus lacrimoso ojos verdes.
Su corazón latía con rapidez, y le dolía cada golpe que daba, sentía que poco a poco este se desmoronaba dentro de su pecho ¿Así se sentía un corazón roto?
Cayo de rodillas al tiempo que sus amigos entraban a la sala, y preguntaban que ocurría, pero Aria no podía hacer otra cosa que llorar ante la falta de una respuesta. Ahora solo quedaba esperar.
Con la salida del sol, Aria volvió a su casa después de mucho tiempo, donde Robert la esperaba preocupado, puesto que no la encontraba ni mucho menos atendía sus llamadas. Cuando estuvo a punto de reprocharle, Aria fue a abrazarlo.
—Papá, me esta ocurriendo algo muy malo.— conto entre lágrimas.
★★★
Holis ¿Cómo les va? Espero que bien.
Amo ilusionar con que todo va a ir bien, y nada que ver. Igual si vieron la serie esto iba a suceder tarde o temprano.
Por cierto Candra, fue un agregado de último momento, y no iba a ser ella sino si hermano mayor Uriol quien haría presencia, pero me gusto mas la idea de que a Clara la salvara una guerrera u.u
En fin, esto es mitad de temporada, lo que significa pausa por 3 publicaciones, así que no vemos en 3 semanas.
✨Besitos besitos, chau chua✨
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