El abismo oscuro. Descenso.
La luz del sol iluminaba de forma tenue la sabana, donde se veía el basto cielo azulado ponerse de colores apagados, naranjas y rojizos, debido a que caía la tarde en el reino.
Caminado cercano a una enorme barrera de árboles, los cuales movían sus hojas por la leve brisa; al igual que la maleza cercana en el suelo, caminando por la orilla del boscaje, se encontraba un enorme y leal león con melena frondosa color carmesí, este estaba escuchando la historia de su hijo, el mismo tenia ojos de iris marrón y un mechón de pelo rojizo en la cabeza, este llevaba un collar en el cuello, cuyo pendiente tenía la forma de una estrella de cuatro puntas: hecha de cristales azulinos resplandecientes, la misma se ladeaba al inclinar la cabeza.
—Interesante forma de recibir el día, Kion —contó el enorme león viendo de reojo algunas pequeñas piedras y parte del pasto alto, este se jadeaba por la briza.
—Si. Entonces en resumen, mis amigos y yo, encontramos este amuleto, dentro del tocón de un viejo árbol. Rey Simba.
—¿Crees que sea peligroso? —contó, enseñando unos colmillos en la parte de arriba de sus fauces de forma insegura, estos eran blancos como la nieve—. Me refiero al amuleto.
Kion poniendo una cara pensativa, haciendo unos gruñidos, alzó la mirada para ver el cielo azulado, dónde las nubes eran movidas por el cálido viento de la tarde—. No lo sé, esta joya azul, siento... Que es especial y que era parte de mi destino encontrarla, porque me da la sensación de que hay cosas que no puedo ver y que quieren ayuda al contarme algo —. La luz del sol iluminaba de forma tenue la sabana, donde se veía el basto cielo azulado ponerse de colores apagados, naranjas y rojizos, debido a que caía la tarde en el reino.
—No sé lo que son, pero creo que deberías escucharlas para que tengan paz, es tu trabajo como líder de la Guardia del León —. El enorme león puso una sonrisa leve, dónde enseñaba de forma leve los dientes afilados de gama blanca, dejando brotar gotas de salva trasparente, a la vez que asentía con movimientos del hocico, contaba:
—Yo estaré aquí, pero Kion, no olvides tener cuidado.
—claro tendré cuidado —. Kion pensativo estiró la cola para sentarse en el suelo, luego movió las patas delanteras para tomar el pendiente del collar, viendo el cristal en forma de estrella azulada de cuatro puntas. Pudo ver su hocico reflejado en él, este estaba distorsionado de forma leve—. Cuando me miró en él, veo cosas, solo fíjate para que veas esas visiones.... Es raro...
—A ver —. Simba hizo lo mismo estirando la cola, dejando ver el pelo desordenado que tenía en la punta, está era del mismo tono que su melena carmesí.
Los dos escucharon unos leves suspiros espectrales, estos se volvieron susurros al poco tiempo, los mismos no se entendían bien. El león adulto y el cachorro vieron en la gema, reflejada una especie de árbol antiguo; el cual estaba rodeado por bosques, parecía que estaba en el medio de una planicie. Luego cambio dejando observar una especie de agujero oscuro, la entrada era iluminada por hongos azulados, mientras que bajaban por lo oscuro; la imagen indeleble de una serpiente de escamas verdes hizo su aparición, escuchando sus sonidos está se movía de forma leve. La misma parecía estar triste y sentían un aura de soledad que apareció de repente, luego el pequeño león bajo el pendiente para salir del trance que se había provocado, sentía como si algo quisiese que fuera a ese lugar.
—¿Lo viste? Creo que está diciendo que hay alguien en ese árbol y que necesita ayuda, hay que investigar —mencionó Kion con una cara curiosa.
—Kion... Tienes razón, pero esto aún me preocupa, voy contigo para asegurarme de que no pase nada —. Simba dio un paso hacia adelante, sintiendo como si algo le llamará a él también, sentí que sus instintos le decía que le ayudase y protegiera como su padre.
—Eso opino, pero mi trabajo es proteger a todos los de la sabana, debido a que soy el líder de la guardia del león, el punto es que... siento que alguien quiere contarme algo y me necesita. ¿Es lo que hacemos no? —resaltó Kion sintiendo el cálido viento en su pelaje, este hacía ladear el césped del suelo, dando unos pasos se dio la media vuelta—. No pediré que vayas conmigo, sin embargo, siento que algo tiene asuntos pendientes contigo, vamos a explotar a ver que es.
Simba sintió unos escalofríos lúgubres, debido a lo que mencionó, tomando fuerzas lo siguió con pasos suaves, mientes que caminaba al bosque para adentrarse a lo desconocido, le decía al leoncito—: Kion no olvides tener cuidado, yo seré tu apoyo.
—Siempre tengo cuidado -contó este de corazón —, siento que si no lo hago nunca podre ser un Héroe, si algún día pasa algo grande en las praderas quiero sentirme capaz de afrontarlo. Por eso no le dije a nadie sobre esto, porque siento que es nuestro problema.
De esa forma emprendieron la caminata con un pisar de sus cuatro patas, adentrándose en el sombrío bosque. La luz del sol poco a poco se fue apagando, debido a que estaba atardeciendo, las pocas luces iluminaban difícilmente las hojas de las plantas que residían cercanas al suelo, debido a lo frondosas que eran las hojas en las ramas de los robles, había lugares totalmente oscuros en el área.
Simba podía sentir algo merodeando en las sombras, pero comparado a las otras veces podía sentir una aura turbia y helada, algo anormal debido a que en la sabana hacía mucho calor, no tendría por qué haber frío tras él amanecer, pero el sitio cada vez se podía más sombrío y helado, girando la cabeza para ver al pequeño león con un poco de pelo en la cabeza, intentando olvidarse del aterrador ambiente, intento tener una conversación al decirle:
—¿Y cómo va todo en el reino? ¿Va todo en orden?
Kion mientras que seguía la caminata, admirando un árbol caído y parte del césped, girando el hocico un poco, hizo un puchero pensativo al recordarse de lo que hizo en la mañana—. Bueno... Ayudamos a los suricatos a solucionar un derrumbe en sus cuevas, otra vez... Mientras que los otros estaban preguntándole a los animales del reino, debido a los rumores de cosas extrañas en el bosque, ¿no has sentido cosa extrañaña al entrar y caminar en este sitio?
—Sí... Eso no me lo habías contado, dime... ¿Qué clase de cosas pasan aquí? —comento Simba algo intrigado y nervioso, a la vez que caminaba por unos arbustos.
—Son cosas como voces en la nada, sombras raras que se mueven, la sensación de que algo te está mirando, incluso una rara bestia con cuernos y ojos rojos, pero no sé qué animal sería ese. Podía ser un caribú o un antílope con cuernos largos —aclaro el pequeño león moviendo las orejas de forma pensativas—, ¿Tienes una teoría de lo que podía ser?
—A lo mejor es una cobra o una serpiente. Hijo —expresó Simba girando la cabeza al ver una especial de bestia humanoide de color negro, está estaba sobre una de las ramas de un árbol cercano, este al fijarse en su lúgubre y perturbadora sonrisa de dientes blancos, subió la mirada para ver qué no había nadie, esto lo hizo poner nervioso—. S-sí... Solo sigamos.
v¿admiraste algo raro en las ramas de un árbol? —expuso Kion con un gruñido de duda, mirando al mismo lugar—, una de las historias era de una bestia, que contempla a los animales desde las ramas, otra vez... No la Vi.
—Siii... —refunfuño el enorme león asustado por lo que admiró—, solo cambiamos de tema, me estoy asustando de verdad.
—bueno. ¿No creo que exista una serpiente con cuernos y enorme? De hecho... Siento que algo negativo anda cerca, esto es extraño de verdad, porque este sitio ha cambiado por completo —contó Kion algo pensativo, mirando el césped y las copas de algunos árboles cercanos, notando zonas que estaban oscurecidas porque era de noche—. De hecho... Lo a aterrador es que algo ataco a una llena y únicamente deja sus huesos y mucho polvo —. Dijo con un aura burlona, poniendo una leve sonrisa de dientes afilados como navajas, a la vez que se reía de forma leve.
Simba al escuchar esas palabras trago saliva de los nervios, mirándolo con un aura de seriedad con una voz firme, le dijo-: No es divertido, Esto no me gusta Kion manténganse a salvo.
-Nada más estaba jugando, no existen los fantasmas -contó el joven león con un mechón de pelo rojo, poniendo una cara despreocupada-. Todo tiene una explicación, creo que es necesario ver que está pasando en este sitio.
-No existen los fantasmas, si claro... En mi vida hubo eventos inexplicables, eso me declara que si pueden llegar a existir -resalto Simba aún más aterrado, apurando el paso con un pisar de sus zarpas, a la vez que el pelaje dorado en todo su cuerpo y su melena carmesí era iluminado de medio lado.
-Eso no puedo negarlo, hemos visto cosas inexplicables y ahora esas cosas, están afectando este mundo, siento que si ayudo se acabara lo que está pasando -contó Kion con un tono seguro, a la vez que caminaba para seguir a su padre de cerca, viendo los tenues rayos del enorme astro en el cielo estrellado, estos eran iluminados de forma dispareja, debido a que entraban con dificultad por el follaje y ramas de los árboles.
De esa forma los dos siguieron hasta toparse con una pequeña colina en el medio del bosque, el césped de la misma era movido por el viento, el joven león y su padre con melena frondosa rojiza, al llegar fueron iluminados por los cálidos rayos de la luna, la cual hacia su aparición al moverse una nube blanca en el cielo-. Este es el lugar donde encontramos el amuleto, es el mismo que admiro en las visiones, nunca lo había visto, pero aquí hay algo que nos llama -conto el joven macho con un poco de pelo en la cabeza, dando unos pasos seguros, se acercó a un enorme roble sobre la colina, subiéndolo junto a su padre el rey.
- Bien. Sé que podrás, después de todo eres el líder y confió en ti -dijo Simba al ponerse a su lado, viendo de forma leve las ramas y raíces del árbol.
-Hay que encontrar un agujero aquí, solo busquemos unos hongos luminosos -resalto Kion con seguridad, mientras que daba unos pasos para admirar el lado derecho del roble, dándole la espalda a Simba, el cual puso una cara curiosa alzando una ceja pensativa-. Tú buscas por la izquierda y yo por el otro lado, ¿está bien padre?
-Claro, ¿mencióname que debo buscar? -dijo este con un tono seguro.
-Solo busca una madriguera o un agujero de conejo, algo que tenga setas luminosas de color azulado -remarco Kion con un tono pensante, dando unos pasos para revisar las raíces que sobresalían del suelo y algunas piedras, al levantar una encontró insectos, poniendo una cara asqueada la dejo en su lugar y siguió buscando sin decir nada más que unos gruñidos.
De esa forma los dos empezaron a buscar por su lado. El enorme león algo temeroso comprobaba al lado izquierdo del gigantesco árbol, a su vez que la joven fiera buscaba en el otro, dando unos pasos, siguieron buscando algo que encajara con lo que habían visto en premonición. Luego de unos segundos el enorme león encontró una especie de abertura oscura con setas creciéndole alrededor, debido al musgo que estaba pegada a la corteza de las ramas, fijándose para intentar observar el fondo. Pudo contemplar lo que parecía unos penetrantes ojos de reptil azulado, estos desaparecieron al poco tiempo desconcertándolo, parecía que había desaparecido, sin embargo, había una aura intensa como si alguien estuviera enojado, olvidando el tema movió la cabeza para regresar en sí mismo, girando la cabeza para ver al lado derecho, gritó:
-¡Kion! ¡Ven aquí!
Al escuchar eso este se dio prisa, dando unos pasos con sus cuatro patas para rodear el tronco del árbol, colocándose al lado izquierdo de su padre, el cual estaba mirando con duda la oscuridad del agujero, debido a que quería saber que había admirado en el fondo, pero no lograba contemplarlo aunque lo intentara, poniendo una cara pensativa, pudo ver que detrás del enorme león de pelaje dorado y melena frondosa de color carmesí; había una enorme bestia humanoide de color negro, la misma parecía tener melena como la de simba, pero de un tono grisáceo oscurecido y hocico como de león, esta movió con unos ojos completamente rojos, extendió una de sus gigantescas manos para enseñar sus cinco dedos y las garras en estos, cuando le grito al rey-: ¡Cuidado! ¡Hay algo detrás de ti! -. Este puso una cara pasmada, cuando levantó la mirada, pudo sentir como si algo grande le empujase al agujero de golpe.
Esto hizo que Simba cayera de golpe por el abismo, el mismo lanzo un leve grito al descender por la oscuridad del agujero, luego Kion pudo ver como la bestia giraba la cabeza, enseñándole unos colmillos blancos en sus fucúes ennegrecidas, este al intentar decir o hacer algo para defenderse, vio como el ente extendía su mano derecha, estirándola para tomarlo por el lomo con fuerza. El mismo intento escapar del agarre al mover las patas, pero sin éxito lo termino arrojando por el mismo hoyo que a su padre; este lanzo un grito desgarrador al caerse en la nada, viendo como el ente los miraba desde arriba, le pareció oírlo expresar:
-Si.... Voz queréis... Regresar a la luz, deberán... recordar algo que no quiere ser recordado, solo enfrentándote a lo desconocido... Puedes encontrar el camino a la luz....
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