Katekyo Hitman Reborn!
Su primer día de clases, había sido bastante tranquilo, por lo que esperaba que el segundo fuera igual, lamentablemente para ella, las cosas no siempre son como queremos.
-¡Vooooooiiii! ¡¿Quien fue el bastardo que se llevo la almohada del jefe?! - Por su puerta entraron un montón de moco- Adorables niños de un grado mayor, que debia decir eran... Bueno, "extravagantes". El griton principal, era un niño de largo cabello plateado ¿con una espada de madera? que venia seguido de un pequeño niño con un moicano ¿verde?, ¿deberia llamar a servicios infantiles?, detras de ellos habia un pequeño rubio, y un niño moreno ¿eran esas perforaciones? probablemente si deberia llamar a servicios infantiles.
-Largo de aqui herbivoro griton -Se quejo el que ahora identificaba como el pequeño carnivoro.
-Shishishi, es mejor que no le digas que hacer -Hablo el pequeño rubio con corona.
-Solo queremos la almohada del jefe -Hablo el pequeño moreno mientras se libraba una batalla de miradas entre el carnivoro y el pequeño con dientes de tiburon.
-¡Hiiiiie! Squalo-nii, aqui nadie tiene la almohada de Xanxus-nisama -Respondio el conejito del dia anterior.
-no te estamos preguntando a ti si la tienes, queremos ver que basura de aqui la tomo -Respondio el pequeño espadachin.
-Ma, ma, vamos todos a calmarnos, Tsuna ya dijo que nadie tiene la almohada -Se puso entre los dos el niño.... ¿que le gustaba el beisbol? bueno tenia un pequeño bate de plastico con el.
-¡Es mejor que no te pongas en mi camino pedazo de basura! -Le grito y el pequeño conejito se estremecio.
-¡No le gritas a Tsuna-sama maldita niña! -Aparecio otro pequeño de ojos verdes con muy mala actitud.
-¡¿A quien llamas niña basura?! ¡Te voy a cortar a la mitad! -Movio la espada para golpear al niño pero antes de eso la punta fue sujetada haciendo que la atencion de todos los niños fuera a la profesora.
-La violencia, no es la forma de resolver las cosas, lo unico que conseguiras de esta forma, es terminar castigado y herido, sin almohada. -Dijo arrodillandose a la altura de los pequeños, su voz era suave, pero a la vez seria y dura. -Pero si lo pides de forma amable podria darte lo que pides. -Una calida sonrisa se expandio por sus labios al mismo tiempo que dejaba una mano sobre sus cabellos acariciandolos.- Asi ¿ves? -Pregunto notando que el pequeño de repente se sonrojaba de golpe y comenzaba a murmurar cosas intelegibles.
-¿P-Puede darme la almohada...Por favor? -Susurro bajo por lo que apenas fue audible. Se vio tentada a molestarle un poco mas, pero de nuevo eso haria mas largo su trabajo.
-Perfecto -Mostro lo que traia en la mano en su espalda dejando ver una pequeña almohada roja. -Aqui tienes, la encontre tirada en el patio cuando estaba por entrar a la sala. -Explico al mismo tiempo que el pequeño la tomaba con fuerza.
-Huele a lavanda... -Susurro despacio haciendo que el sonrojo en sus mejillas volviera.
-Bien, es hora de volver a su sala. -le empujo levemente ya que todo se habia vuelto un poco incomodo para ella, ya habia visto esa mirada antes y no le agradaba lo que venia con ella.
-Gracias por todo Sensei -Se despidio el pequeño con el moicano, mientras el resto llevaba a su amigo con la almohada lejos de la sala a su propio salon. Suspiro con algo de fuerza apunto de levantarse cuando sintio varios tirones en su delantal.
-¡Sensei es increible pudo con los mocosos! -Estallo con ojos llenos de luz, el pequeño de ojos esmeralda.
-Una carnivora...
-Sensei, es muy buena.
- Y amable... -Los niños a su alrededor le vieron con distintos brillos en sus ojos, pero ella ya conocia ese brillo a la perfeccion. El horror, la desgracia y la perdida de espacio personal llegaron a ella.
-¡Sensei vamos a jugar! -Gritaron la mayoria tomando sus manos.
-Mierda... -Susurro por lo bajo, ahi iba su idea de mantener un perfil bajo con los moco-Adorables regalos de Dios.
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