22. La mejor noticia.
Estaba tan emocionada que apenas sentí que tocaron la puerta.
—Están tocando.—me habla Matt alejándose de mi y escondiéndose dentro del armario.
Camino hacia la puerta y abro.
—¿Estas sola?—habla Leonardo con voz firme entrando observando todo.
—Por supuesto.—digo cruzándose de brazos frente a él.
—He escuchado voces.—insistió.
—A veces hablo sola.—digo irónicamente.—Es algo normal cuando me paso todo el tiempo encerrada.
—Ok.—dice no muy convencido.—Esta noche habrá una cena importante, tienes que estar ahí te presentaré como mi hija y futuro relevo.
—No iré.—declaré.
—No te estoy preguntando.—afirmó acercándose demasiado al armario.
—¡Hey!—lo llamo para captar su atención y no siguiera husmeando. —Ahi estaré.
—Eso espero, es algo formal. Vístete de acuerdo a eso.—dijo esto y se fue de mi habitación.
Me apresuró y abro la puerta del armario.
—Fue por poco.—admito.
—No puedes seguir aquí en esta casa. —dice el castaño saliendo como fiera de ahí adentro.
—Eso lo sé.—verbalizo.
—No podemos hacer nada por desesperación, hay que planearlo muy bien para que todo salga bien.—indicó.
—Bien, aún tenemos tiempo. Es un renacuajo de apenas una semana.—sonrío.
—Tu no te preocupes por nada.—me besa los labios y luego baja a mi barriga plana y la acarició.
—Gracias.—digo mirándolo a los ojos.
—¿Por qué?—expresó.
—Por demostrar que realmente me amas y que no me equivoqué al elegirte como el amor de mi vida.—admito mis sentimientos.
—Gracias por convertirme en el hombre más feliz y afortunado de la tierra.—me da un último beso y se aleja hacia el gran ventanal que da al bosque.
—¿Te irás por ahí?—pregunto confusa.
—Si, mientras más nos cuidemos mejor.
Se fue y me quedé nuevamente sola en esas cuatro paredes al menos hoy en la noche saldré de aquí. Me acuesto en la cama dejando salir un suspiro. Miro hacia un costado y veo esa pequeña prueba de embarazo. La agarro en mis manos y una gran sonrisa se dibuja en mi.
<<Vas a ser madre>>
—Si, voy a ser la mejor madre del mundo.—me respondo a mi misma guardando el test en la mesita de noche.
La tarde pasó enseguida, más rápido de lo normal así que me estoy alistando para la cena. Me terminó de secar el pelo y de alisarlo.
Me maquillo y me miro en el espejo. Estoy divina con este vestido. El maquillaje queda perfecto. Y los zapatos son el toque extra que faltaba para verme como una diosa.
—¿Estas lista?—comentan desde el otro lado de la puerta.
—Si Michael ya estoy Lista. —le respondo al reconocer la voz.
Abro la puerta y ahí está todo de traje.
—Estas hermosa.—comenta está agarrando mi brazo de forma tierna.—Vamos, nos están esperando.
Dejo que él me guíe mientras mis pies se mueven a su compás.
—Necesito hablar con mi mamá.—le digo por lo bajo.
—Eso no es asunto mío.—me dice serio pero sé que algo apenado.
—Es solo para decirle que estoy bien.—le insisto mientras pongo carita triste.
—Si Leonardo se enterará me mataría.—admite su miedo.
—Te juro por todos los santos que no se enterará.—trato de convencerlo.
—Ya hemos llegado.—cambia de tema al llegar a una puerta grande. Esta dentro de la misma mansión pero parece un lugar distinto.
Las puertas se abren dejando ver un gran salón, una gran mesa con sillas para doce personas si no cuento mal. Encima de esta hay todo tipo de víveres. Comidas que jamás pensé que existieran. Hay una banda tocando al final de un gran espacio que al parecer es la pista de baile. Pero lo más impresionante son los caballeros que ahí dentro se encuentran. Todos están con traje negro y máscaras incluso Michael que no sé en qué momento se la colocó.
Avanzo a paso tranquilo mientras todos me saludan mientras me abro camino.
—Señores, esta es mi hermosa hija.—comenta Leonardo quién también lleva puesto una máscara. Supongo que todos son mafiosos y lo hacen para proteger sus identidades. Aunque lo veo algo estúpido suponiendo que se conozcan.
Entre todos ellos puedo encontrar a mi amor. También lleva máscara y un traje que resalta sus grandes músculos y su hermoso trasero.
Lo miro y sonrio, se que él también lo hizo aunque no se notó.
—Lesly, ellos son todos los pretendientes que están interesados en comprometerse contigo.—continua hablando él mientras mi sonrisa de borra de un tirón.
¿Casarme? Imposible.
—De hecho yo...—trate de hablar pero este me interrumpió.
—Todos ellos son hijos de los narcos más fuertes que existen en estos momentos. —me aprieta el brazo obligándome a sentarme en la mesa.—No te atrevas a hacer ninguna escenita.—susurra manteniendo su sonrisa.
Después de mí, todos se acercaron y se sentaron a la mesa. Algunos me hacían preguntas estúpidas y otros solo comían sin compasión.
Al acabar la cena. Tuve que bailar uno por uno con los siete pretendientes. Uno tenía un olor horrible en su boca. Otro me agarró tan fuerte una nalga que lo tuve que abofetear. Matt se dio cuenta y vi su intención de acercarse así que mejor lo resolví yo sin que el tuviera que entrar en el conflicto.
Y así consecutivamente todos eran unos capullos. Hablando sandeces y haciendo papelasos.
Al fin la noche terminó y no tuve que ver más máscaras feas frente a mi. Se pueden imaginar que tan feos serian que necesitaban máscaras.
—Por lo visto ahí adentro dolo te quedan dos que no los apartarlas de tí. Así que supongo que uno de ellos será tu esposo.—habla Leonardo acompañándome a mi habitación.
—¿Sabes qué? No quiero casarme, nos inquieta les vi su rostro como para decidir esposo. ¿Quién te crees que soy para casarme con solo bailar?—digo enfadada.
—Eso no es problema podrías tener unas citas con ambos y ver cuál te atrae más.—habla el muy cerdo.
—Eres un animal.—digo rodeando los ojos y haciendo un gesto de asco.
—Animal o no, ese casamiento me traerá miles de millones y eso es lo importante. Es el primer paso para que seas una sucesora digna.—escupe sin escrúpulos todo.
—Bien, como tú digas.—le cierro la puerta en la cara. No tenía caso que siguiera discutiendo de todos modos nos iríamos de ahí pronto.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top