19. Duele!


Me rompe el corazón verla llorar y sobre todo porque soy el culpable de sus lágrimas. He sido un capullo, me duele ver cuánto le afecta todo y no es para menos. Se ha enterado de que su madre le ha mentido toda su vida, que su padre no es el hombre que creía y para cosmo su novio la ha engañado desde el minuto uno. Pero todo lo que dije sentir fue cierto y mis acciones también lo fueron.

Me gustaba ese Matt que nació junto a ella, ese que se preocupaba por alguien más que por el mismo, el que veía películas de romance, el que siempre estaba buscando la forma de hacerla reír y de pasar tiempo con ella. Ese Matt cariñoso que ella creó.

Nada fue falso para mi, cada segundo que pase a su lado fue lo más real y sincero que he vivido nunca. No quería aque esto pasara, no quería despertar de ese sueño tan hermoso donde solo éramos ella y yo sin nadie que nos até o nos diga que hacer. Me molesta ser el perrito faldero de Leonardo pero él me crió, me dio todo lo que tengo y la oportunidad de tener un hogar. No puedo solo abandonarlo. De todos modos el no quiere hacerle daño ¿cierto?

Pueden salir muchas cosas mal, pero al menos estoy aquí con ella, ojalá y algún día me perdone.

—Matt.—me dice Michael que apenas regreso en la mañana.

—¿Si?—contesto.

—Espero y no te pierdas en ella.—me dice.

—No te entiendo.—hablo pasadme la mano por la cara tratando de despertarme de mis pensamientos aún.

—Que ojalá y ese amor por ella no te lleve a la tumba.—comenta levantándose y dejándome solo mirando a la nada.

No es menos cierto que con Leonardo no se sabe si estarás vivo o muerto mañana, pero para él la lealtad lo es todo, por eso soy de su confianza me la he ganado.

Me levanto de la mesa y voy a su habitación, no puedo estar un segundo más sin que ella sepa que si la quiero. Que en realidad no todo fue mentira.

Camino el largo pasillo y llego a la puerta. Respiro profundo y entro sin tocar. Y debería haberlo hecho. Esta en ropa interior.

—¿Qué haces aquí?—dice al notar mi presencia.

—Vania a contarte mi versión.

—No quiero escucharte, déjame sola por favor.

—Lasly, no me pidas eso, sabes que no puedo.—me duele verla así.—Si es cierto que todo comenzó por el encargo de traerte aquí, pero fuera de eso me enamoré de tí, de tu riza de foca, de tu amor por la comida, me enamoré de cada momento que pasamos juntos. Esos tres meses fueron los mejores que he vivido en mi vida. Te amo Lesly y eres la primera persona a la que le digo eso.

—Yo también te amo Matt pero no entiendo cómo pudiste mantener esa mentira durante tres largos meses, sabía que estabas extraño, que te pasaba algo pero nunca imaginé que todo era una mentira.—reclamo dejándose caer en la cama.

—No, todo lo que dige es porque lo sentía, cada palabra, cada beso, fue real. Me convertiste en un hombre que no sabía que era, me dejaste ver una faceta mía que solo sale cuando estás conmigo.—respiro y me siento a su lado.—Y lo de anoche fue maravilloso, lamento tanto que cuando despertaste ya nada es igual, y sabía que sería así.

—Me usaste, me usaste.—repitió. — Era mi primera vez, se supone que debe ser especial para recordar y resulta que lo voy a recordar el resto de mi vida por haberlo hecho con el idiota que me mintió, engañó como una tonta durante tres meses, fingiendo ser una persona que no era para traerme a sabe Dios donde para que conociera a mi padre.—toma aire y continúa hablando.—¿A caso se te ocurrió preguntarme si yo quería esto? ¿Si me gustaría vivir encerrada el resto de mi vida? ¿Si quería ser la sucesora de los negocios de narcotráfico? Pues no, no quería nada de eso y tú eres el único culpable de que yo esté aquí.

—No seas tan dura conmigo por favor, entiéndeme, el me crió me educó a su forma le debo respeto y si el pide algo debo cumplirlo. —agacho la cabeza por un momento y luego la miro directo a los ojos.—Cuando vine antes de él instituto, fue para hablar con él, para tratar de convencerlo de que no te hundiera en este infierno, pero me amenazó diplomáticamente.

—Si realmente me amas harías cualquier cosa por mi bienestar.—dice dejando caer unas lágrimas.—Joder, que no quiero esto.

—Lo siento tanto, enserio espero algún día puedas perdonarme. Y aun si no lo haces yo seguiré aquí, cuidando tu sueño y velando por tu bienestar.  Porque si te llega a pasar algo me muero.

No se que dije o si me perdonó o no, pero me beso, tan desesperadamente como si estuviera conteniendo las ganas de besarme hace tiempo. Una cosa llevó a la otra y nos enredamos, de por sí tenerla en ropa interior era una tentación pero la prioridad era dejarle claro mis sentimientos.

Cuando terminamos me miro atravesado y me dijo.

—Vete.—me está botando.

—¿Estamos bien?—pregunto mientras me coloco el pantalón.

—Ahora estamos a mano, acabo de usarte, te folle solo porque quería hacerlo y ahora te largas de mi habitación hasta que se me olvide que eres un idiota.—dice con cara de enfado.

—Auch, me ha dolido.—finjo que me ha roto el corazón. —Sabias que cuando estás Brava te ves muy linda. —comento mientras me acerco y le robó un beso.

—¡Ese beso me lo devuelves cuando te lo pida ok!— me grita mientras salgo de su habitación.—¡Que no son gratis!

—Cuando diga mi Reyna. —termino por decir.

Camino el largo pasillo con una risa de oreja a oreja, es tan bonito cuando estamos bien, ya puedo volver a sonreír con la misma intensidad que hace unas días había perdido.



Nota de la autora:

¿Creen que ya se acabaron los problemas entre estos dos o solo fueron acoplados por un rato?

¿Sobrevivirá ese amor a todo lo que se avecina?

Lee los próximos capítulos para darle respuesta a esas preguntas.

No olviden dejar su estrellita y sus comentarios.✨

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