1.El avión!

 
—¿Pero por qué?—grité desconcertada.
 
—Creeme,—Creeme,—Creeme hija, hacemos esto por tu bien—dijo mi madre mientras intentaba agarrarme la mano.
 
—¡No! —bufé mientras me apartaba de sus suaves y delicadas manos —No entiendo por quéquéqué tengo que ir a ese maldito instituto; sigo sin entender por qué tengo que irme de mi ciudad, alejarme de mis amigos. No lo entiendo y no lo entenderé jamás.
 
Diciendo esto salí disparada de la sala directo a mi habitación, cerrando la puerta con un grangran estruendo detrás de mi espalda.
 
—Achh, maldita seaaa—solté un resoplo y luego llegaron las lágrimas, y más lágrimas—¿Por qué me tiene que pasar esto a mí?—me preguntaba una y otra vezvez.
 
Luego de llorar tanto me quedé dormida y no sé exactamente en quéqué momento ya estaba rendida, durmiendo como un bebé, incluso estaba babeada, cuando doy en sísí y despierto por los gritos de mi madre.
 
—¡Lesly hija,  baja a comer!
 
De verdad que no quiero bajar; estoy demasiado enfadada como para sentarme en la mesa y aparentar que no ha pasado nada, pero por otro lado tengo mucha hambre, bueno siempre tengo hambre y yo sin comida en mi estómago no soy nadie.
 
Decido bajar, comer y subir otraotra vez lo más rápido posible.
 
Silencio, mucho silencio, nadie ha mencionado palabra alguna desde que nos sentamos en la mesa y, se los agradezco,agradezco, la verdad,verdad, no quiero discutir. Pero canté victoria muy rápido.
 
—Lesly, cariño, no te enfades, sabes que quiero lo mejor para ti y si ir a ese instituto es tu mejor opción,opción, pues irás, tendrás más oportunidades, eres muy inteligente y tendrás y tendrás la oportunidad de ser abogada abogada —menciona mi madre.
 
—Pero mamá, aquí estoy bien, junto a mi familia, mis amigos, no necesito ir a un instituto de ricos para obtener una buena carrera  —digo tratando de ser lo más paciente posible.
 
—Por eso no te preocupes,preocupes, conocerás nuevas personas y harásharás nuevos amigos;; tu padre y yo estaremos bien y con tus amigas de aquí podrás hablar todos los días por la aplicación esa que tanto usas.
 
—WhatsApp, se llama así, pero no es lo mismo, es que no lo puedo aceptar;aceptar; no quiero irme a un lugar donde no conozco a nadie ¡no iré,iré, definitivamente no iré! —é! —grito mientras me levanto de la mesa.
 
—No des ni un paso más —pronuncia mi padre, el cual no había mencionado  palabra en toda la noche mientras nos observaba a mamá y a mí...—Esperaba que tu madre te convenciera de la mejor manera, pero veo que no fue posible, empaca tus cosas,cosas, mañana sale tu vuelo y no se discute más este tema, irás a ese instituto y punto. Si terminaste de comer,comer, puedes ir a tu cuarto a organizar todo. Buenas noches —terminó esta frase,frase, levantándose de la mesa con una calma infinita, como si hubiera esperado toda la noche para decir esas palabras y luego irse. Yo lo imitéimité y también salí del lugar, pero no tan calmada como él.
 
—Ropa, listo
Zapatos, listos.listos.
Maquillaje, listo

Revisaba la lista de las cosas que ya había empacado mientras las lágrimas salían de mis ojos. No. No podía creer que dentro de unas horas mi vida ya no iba a ser la misma; viviría en otra ciudad, sola, sin amigos, en una nueva escuela de niños de papi y mami, puras fresitas y playboy.
 
(…)
 
Suena el despertador marcando las cinco y media am y lo apago; cinco minutos más no le harán daño a nadie;; mi vuelo no sale hasta dentro de dos horas.
 
—¡Lesly! ¡Lesly! —me grita mi madre en el oído mientras me remueve todo el cuerpo. cuerpo. —Te quedaste dormida, cariño, corre.
 
Mi mente me decía que importa, mejor no tendré que ir… pero mi madre no se callaba y no me quedaba de otra que levantarme.
 
Entre al baño, me duché, me puse la ropa que ya había dejado preparada desde anoche y me dejé el pelo suelto. De. De maquillaje solo lo esencial,  nada extrovertido, eso no es mi estilo.
 
—¡Listo! —dije mientras bajaba las escaleras con mi maleta y mochila en mano.
 
—Estas preciosa— dice mi madre mientras me mira de pies a cabeza. Llevaba puesto unos jeans rasgados en la rodilla, un pullover metido por dentro de color blanco y unos tenis de este mismo color. Nada del otro mundo.
 
—Ok, mamá —le digo cortante— todavía estoy molesta, no estoy de acuerdo con nada de esto, venga, quiero desayunar.
 
—No hay tiempo para eso tu vuelo sale dentro de cuarenta y cinco minutos y aún estás aquí. Comerásí. Comerás algo rápido en el aeropuerto.
 
Perfecto lo que me faltaba para que mi mal carácter saliera a la luz… yo sin comida no soy nadie… ¿no se los había dicho ya? 
 
Bueno, fui todo el camino maldiciendo y diciendo groserías; quería que callera una bomba en el instituto y así no tener que ir. Bueno, llegamos al aeropuerto y fui directo a un Starbucks;Starbucks; pedí un capuchino y dos sandwiches, bueno, en realidad fueron tres, lo que uno lo dejó para el viaje.
 
Después de eso fui al back o como se llame eso, dónde se dejan las maletas. No pasó ni un minuto cuando escuchamos por todas las bocinas que mi vuelo estaba apunto de partir.
 
—Te quiero mucho mi vida, cuídate y no olvides llamarnos cuando llegues —dijo mi madre mientras me abrazaba.
 
—Yo también los quiero mucho, mamá, pero saben que no estoy contenta con esto —aún tenía esperanza de poder convencerlos.
 
—Lo sabemos, hija, pero ya está decidido, apúrate que vas a perder el avión —mi padre me dio un beso.
 
—Pero papá.
 
—Pero papá, nada Lesly, no vamos a hacer una escena aquí en estos momentos, no cambiaremos de idea —me interrumpió mi madre, algo estresada; se le podía ver por encima de la ropa. — Nos los agradecerás algún día, ya verás.
 
—Dale, anda corre, dijo mi padre.
 
—Te amamos —los oí decir mientras me alejaba.
 
Le entregué el tiquete a la señora y entre al avión. Busque rápidamente mi asiento, acomodé mis cosas y me puse los audífonos; al momento me quedé dormida, ya que anoche no dormí casi nada. Me olvidé de que estoy en un avión.
 
—Hola—siento que alguien me toca el brazo.
 
—Emm, esto, hola—digo quitándome los audífonos y acomodándome en el asiento.
 
—Soy Matt, mucho gusto.
 
—Yo soy, emm, creo que no debo decirle mi nombre a desconocidos, no te conozco de nada y estaba durmiendo y me despertaste, eso me cabrea un poco.
 
—Disculpa, no quise molestarte. Solo que me dan un poco de miedo los aviones y necesito distraerme, pero no pasa nada.
 
Me siento un poco culpable por cómo le hable. Fui algo mal educada.
 
—Mira, discúlpame tú a mí, es que estoy un poco estresada porque estoy montada en este avión contra mi voluntad.
 
—Valla, ya veo que no soy el único; mis padres me mandan a un estúpido instituto al cual yo no quiero ir.
 
—¿En serio? A mi igual, ¿mucha coincidencia no? Yo voy al instituto "Morland".
 
—Si te digo una cosa no me creerías, yo igual voy a ese instituto —dice haciendo una cara algo divertida.
 
—Ya esto sí es demasiada coincidencia. ¿En qué año vas? —preguntó algo curioso.
 
—En primero, apenas entro este año.
 
Me río a carcajadas. Todo el mundo se me queda mirando.
 
—De qué te ríes —pregunta entre risas.
 
—De que yo también voy en ese año, seguimos con las coincidencias, ¿y tú porque te ríes?
 
—Yo me río de tu riza; es extremadamente escandalosa; creo que perfectamente se puede haber escuchado en casa de tus padres —dice algo sarcástico.
 
—No me da gracia. No te burles de mí o me pongo los audífonos y te dejo con tu miedo a los aviones —levanto una ceja.
 
—Ok, oki, me rindo, no me burlaré más, te lo juro. ¿Bueno, y ya me puedes decir tu nombre?—pregunta curioso.
 
—Mi nombre es… —justo cuando le iba a decir, por los altavoces se escuchó que hemos llegado a nuestro destino. Todos empiezan a coger sus cosas y a salir del avión. —Nos veremos por ahí, Matt —me despido y bajo rápidamente del avión.
 
Bienvenida a Michigan—dije para mí misma.

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