Veinte minutos más tarde, Laura está llamando al telefonillo del portal de Vlad y Natalia, aún vestida de calle, con vaqueros y una blusa color beige. Ha intentado llegar lo más rápido posible, porque en la llamada que ha recibido Rubén y Rocío parecían bastante desesperados.

Justo cuando le abren la puerta desde arriba, empieza a sonar su móvil. Rebusca en el bolso, y con el estrés tarda más de la cuenta en encontrarlo.

-¿Si? -Se lo coloca en la oreja sin siquiera mirar quién es. Contestan con un "Hola, Laurita" bastante socarrón, y la bailarina sólo procesa dos palabras al oír esa voz; "Mierda" y "Nacho".

-Por cierto, apunta el teléfono desde el que te llamo. Es mi nuevo número. Así puedes llamarme si necesitas cualquier cosa.

-Nacho, ¿qué quieres? -Se monta en el ascensor y pulsa el cuarto piso.

-De acuerdo, al grano. Solo quería felicitarte. Según el abogado, en menos de un mes tendremos listos los papeles del divorcio. Tendrás vía libre para casarte con Alejandro.

-Te recuerdo que el primero que quería separarse eras tú, para poder compartir tu vida con Julia. -dice lo último con retintín, poniendo los ojos en blanco aunque él no lo vea. Hasta su relación con Alejandro es más creíble que el rollo pasteloso que se traen ellos.

-¿Celosa?

-Para nada. -La comunicación se entrecorta unos segundos, hasta que Laura sale del ascensor y se da cuenta de que era culpa de la poca cobertura. -Nacho, ¿sigues ahí?

-Sí. Decía que hoy nos vemos, en la boda de Sara. ¿Te pondrás un vestidazo de los tuyos?

-¿C...Cómo vernos? -No puede ser...- Nacho, no te ofendas, pero no estás invitado y creo que Sara ha decidido dejar de invitar gente a última hora.

-Pues ha cambiado de opinión, porque me ha llamado hace un rato muy contenta para decírmelo, y eso que pensaba que seguía en Barcelona. ¿No les has dicho a tus amigos que estoy aquí?

-No ha salido la conversación, supongo.-Intenta disimular su tono preocupado. Si Nacho va a la boda acabará sabiendo que no está con Alex. Por no hablar de lo decepcionada que está con Sara. ¿Cómo se la ocurre invitar a su ex marido sabiendo lo mal que acabó su relación?- Bueno, tengo prisa. ¿Querías algo más?-Laura sacude la cabeza para centrarse de nuevo.

-No seas tan seca, Laura, que estoy siendo majo. Espero que hoy sonrías, que es la boda de tu amiga.

-Si vas tu no creo que pueda. -Espeta de mala gana.

-Yo también te quiero -responde él. Su ironía es la excusa perfecta para que Laura decida despedirse y colgar. Hace rato que ha llegado a la puerta de Nati y Vlad, pero la llamada la retiene en el descansillo.

Devuelve el móvil al bolso y respira hondo. Quizá debería contarles la verdad a sus amigos para que fingieran ante Nacho. No, no, no. Desecha la idea al instante Ya tiene el grupo demasiados líos para encima añadir el suyo. Se olvida y llama al timbre. En seguida escucha pasos y la puerta da paso a un Rubén al que parece que acaban de atracar.

-Qué bien que has llegado -La invita a pasar y la acompaña rápidamente hasta el salón, donde están las tres chicas. Da dos besos a Rocío, y cuando va a saludar a Nati y Sara, esta última con la mascarilla verde todavía por la cara, la abrazan igual de cariñosas que abrazaron a Rubén y Rocío y empiezan a gritar como locas las ganas que tenían de verla.

-¡Qué bien que has llegado! -Dice Nati liberándose del abrazo. La intención de su frase, descubre Laura, es muy distinta a la de Rubén- Sara dice que imita a Jennifer López mejor que yo. Tú eres la experta en baile, así que juzga.

Sara parece bastante de acuerdo, así que le da al play en el portátil y las dos empiezan a menearse con una canción de Jennifer López del año la polca.

-¿Alguien me explica que ocurre? -Mira a Rubén y Rocío. Se le acerca ella, y parece bastante cabreada.

-Ocurre que un par de inconscientes de este grupo tuvieron la fantástica idea de hacer una tarta de marihuana, y la guardaron en la nevera como si nada. -Le explica brevemente- así que te puedes imaginar donde está la tarta ahora.

Al principio Laura frunce el ceño, pero al final ata los cabos necesarios y su boca se abre en forma de "o", sin disimular su sorpresa. Señala con el dedo a las que se menean en frente suya.

-¿Están colocadas? -Mira a Rubén, que agacha la cabeza, avergonzado. - ¿Habéis colocado a Sara el día de su boda?

-No solo eso -Rubén se ve interrumpido por Nati y Sara, que reclaman la atención de Laura para que se fije en su baile. Ella se libra como puede y se alejan un poco más a cuchichear-. Deberías saber que en la lista de llamadas de Sara hay una para Nacho. Ha sido antes de que llegásemos, no sé si ha conseguido hablar con él.

-Da igual. -Laura se siente idiota por estar aliviada. Es consciente de que sigue teniendo un serio problema, pero le tranquiliza saber que en sus cabales Sara no lo habría hecho.- Vamos a lo importante. ¿Qué queréis que haga?

Más tranquilos y con la ayuda de Laura, se ponen manos a la obra. La bailarina decide que, con lo aceleradas que están, el café no las va a beneficiar. De lo poco que sabe sobre los efectos de la marihuana, recuerda que sudar es una manera de expulsarlos, así que las incita a seguir bailando un rato y a beber mucha agua. Mientras, Rocío prepara algo de comer para todos antes de ir al juzgado, y Rubén va a casa de ambas chicas para recoger sus vestidos y llama a Vlad para contarle lo ocurrido y que llegue a casa cuanto antes.

Cuando han bailado lo suficiente, Laura las ayuda a ducharse. Sara al fin se desprende de su mascarilla, y cuando está envuelta en la toalla, Laura se da cuenta de que Nati anda demasiado distraída, así que decide maquillar ella misma a Sara lo mejor que pueda. Sin embargo, solo le da tiempo a sacar el maletín del armario, porque en cuanto la ve, Natalia le da esquinazo y asegura que ese es su trabajo. Laura se queda helada al ver como termina de maquillar a Sara en tiempo récord y con increíbles resultados. Tanto que hasta decide aprovecharse ella.

-Pues mira, ya que estás podías maquillarme a mi también. -La dice. Y Nati vuelve a ponerse manos a la obra, mientras Laura la escucha tararear canciones antiguas. Del 2018 o por ahí.