Capítulo 23
Dos horas después, los asistentes a la cena están sentados en una mesa del restaurante. Han elegido un local con música rock en directo llamado "Piratas". Como su nombre indica, está decorado como un auténtico barco pirata.
Sara y Alba están sentadas una frente a otra, junto a su pareja, lo cual significa que Eric y Rubén también están enfrentados. Vlad y Nati se han quedado en el rincón para dejar el carrito a su lado de forma que no entorpezca. Ni despierte a Raquel, que duerme como un tronco.
Antes de que se vaya el camarero que les ha sentado, Eric pide una botella de vino. La traen en seguida y Eric comienza a servir a todos. Alaba orgulloso la marca de importación que ha pedido. Se detiene al llegar a Rubén.
-Tu no, Ruba.- Le dice, como a un niño pequeño.- No queremos echar dos meses de gimnasio por la borda- Sonríe falsamente. Sara le da un codazo.
-Haz el favor de servir a Rubén, tengamos la fiesta en paz.- Él acepta, aún con la sonrisa en los labios. Va a echarle, pero ahora es Rubén el que aparta su copa bruscamente. Sara chasquea la lengua y suspira por segunda vez.
-¡Mirad, el camarero!-Grita Natalia, para intentar distraer la atención. Le dice que ya han pensado que quieren tomar y el chico saca una comanda.
Vlad pide hamburguesa de la casa. Nati, tras lo que parecen horas, pimientos rellenos. Sara se decide por paella y entrecot, y Alba la secunda. Solo quedan Eric y Rubén. El camarero mira al segundo y éste, incómodo, pide permiso a Eric con la mirada.
-Por supuesto.- Dice él, muy amable.- Las damas primero.- Mira al camarero.- Total, te va a pedir cosas raras de dieta.
-En realidad quiero lo mismo que ellas.- Intenta aparentar seguridad. Lo cierto es que sí iba a pedir de dieta.
Eric también pide entrecot, y almejas de primero. Sonríe a Rubén mientras lo dice. Él coge su copa de vino y la termina de un sorbo. Va a necesitar mucho alcohol para aguantar el resto de cena. Vuelve en sí cuando Alba pregunta por el baño. Todos miran a su alrededor en busca de los servicios. Rubén opta por preguntarle al camarero. Se gira hacia donde le ha visto irse con la comanda, pero no le encuentra. Aun así, descubre algo que le llama la atención.
Cristian está unas mesas más atrás. Rubén solo ve la espalda de su acompañante, pero puede deducir que es Samuel. Frunce el ceño, preocupado. Normalmente le daría igual lo que estuviera haciendo Cris con Samuel en el mismo restaurante que él. Estando con Sara no le da tan igual.
Al fin Cristian repara en él. Le mantiene la mirada pero no hace nada; tiene a Samuel en frente contando algo al parecer muy interesante. Rubén mira a su derecha y por fin encuentra los servicios. Le hace una seña para que se encuentren allí. Se levanta de la mesa con la excusa de ir al baño, pero antes insiste a Alba para que espere un momento y vaya detrás de él. La chica se extraña bastante pero se queda sentada en la mesa.
Rubén echa a correr hacia los servicios. Entra en el de caballeros y ve a un chico mirándole desde un urinario. Le saluda con la mano amigablemente. A los pocos segundos llega Cris. También se ha echado una carrera, y viene de bastante mal humor. Rubén se acerca al lavabo para beber un poco de agua. A lo tonto, el vino le ha mareado un poco.
-¿Se puede saber qué haces aquí?- Mira a los urinarios y se percata del chico. Le hace otro ademán con la mano y sonríe como si fuera un sex symbol.
-Sabías perfectamente que salíamos a cenar.
-Pero no aquí. Me has fastidiado la jugada, estoy intentando dejar a Samuel para estar con Alex.- Pone una sonrisa tonta, pero Rubén no la ve. Al recibir la noticia, se ha atragantado con el agua de grifo. Consigue librar la batalla tras de toser un par de veces.
-¿Estás saliendo con Samuel?- No deja que Cristian responda. Sacude la cabeza. - Da igual. No quiero entenderlo. Sólo necesito que le saques de aquí.
-¿Por qué?- Rubén se muerde el labio.
-Olvidé recoger el vestido de novia de Sara.- Rubén se desahoga y le explica lo parecido que es con el vestido de Melissa y la mentira que ha contado a Samuel para que se lo preste. Omite el detalle de que debe hacerle unos arreglos. Cristian se mantiene en silencio, procesándolo.
-Ruba, ¿cómo te metes en estos líos? Mira yo, lo tranquilito que soy.
-No lo sé.- Se acaricia la cabeza y da un par de vueltas. Hace rato que el otro chico se ha ido.- Así que estás con Samuel. ¿Pero tú sabes que Rocío está...
-¡Cris!- Grita Alba. Entra al baño de caballeros sin ningún pudor y le da dos besos. Se disculpa con Rubén por no esperar, pero no aguantaba más. Vuelve a Cristian.- ¿Qué haces aquí?
-Estoy cenando con Samuel.
-Le hemos visto. Está saludando al resto. ¿Ha venido contigo?
Rubén y Cristian se quedan helados. Disculpan a Alba y echan otra carrera hasta la mesa. Samuel está de pie charlando con las dos parejas. Ahora se están riendo de algo. Samuel sonríe al ver a Rubén y, sobre todo, a Cristian.
-Que bien que has vuelto. Mira a quienes me he encontrado.-Cristian les saluda y añade que Samuel y él ya se marchaban.- No tengas tanta prisa, cariño. ¿Os importa que acabemos de cenar con vosotros?
En la mesa aceptan de buen grado, aunque a todos parece haberles sorprendido por igual el hecho de que Samuel se muestre tan cariñoso, sobre todo con Cristian. ¿"Cariño"?
Alba vuelve del baño y entre todos hacen sitio a los dos nuevos acompañantes, que trasladan sus platos a la mesa. El camarero llega con el resto de los platos y todos empiezan a cenar. La velada trascurre sin incidencias, hasta que a Vlad se le ocurre mencionar algo sobre Eme, nuestra diosa celta, y Samuel agradece por enésima vez el trabajo que realizó el grupo.
-Fue un honor, Samuel. Melissa era muy importante para nosotros.
-Lo sé, Vlad. Lo habéis demostrado con creces. Sobre todo tú, Sara.- Sara, que está cuchicheando algo con Roberto, se da por aludida.-El detalle que has tenido con Melissa...
-¿Qué detalle?- Pregunta. Cristian se coloca en posición de guardia y se adelanta a Samuel.
-Se refiere a todo lo que has hecho por ella. En general. ¿Verdad?- Samuel asiente, confundido.- Me estoy deprimiendo ¿Cambiamos de tema?
-¡Esperad! Antes Sara y yo queremos decir algo.- Dice Eric. Su actitud de capullo integral se transforma en una sonrisa sincera.-Samuel, como sabes, Sara y yo nos casamos en una semana. No te dijimos nada por si te sentías mal o te poníamos en un aprieto. Pero viendo que estás mucho mejor ya no hay impedimentos para invitarte oficialmente a nuestra boda.
La mesa se llena de suspiros de emoción y Samuel acepta la invitación igual de emocionado. Abraza a Eric y a Sara y propone un brindis por los novios. Todos chocan sus copas y se las llevan a los labios. Samuel mira a Cristian, que le sonríe disimuladamente. Samuel se acerca y le besa.
Inmediatamente, Eric, Sara, Vlad y Alba se atragantan con el vino. Lo dejan en la mesa y empiezan a toser. Nati y Rubén aparta la mirada.
-¿Qué ha sido eso?- Pregunta Vlad, el primero en recomponerse.
-Cristian y yo estamos saliendo.- Aclara Samuel, la mar de orgulloso.
-Samuel, ¿pero tu eres...-Empieza Sara. Natalia supone el resto de la pregunta, así que se adelanta.
-Sí hija, sí.
Rubén la mira molesto al descubrir que ella lo sabía y no se lo había contado. En cambio, vuelve a fijarse en Samuel y Cristian.
-A mí me sigue pareciendo raro. No pegáis.
-¿Eso que huelo es envidia?- Dice Eric, mientras se toca la nariz. Rubén coge el último trozo de limón del plato que han puesto para acompañar el arroz y las almejas. Hace un resumen mental de la cena; Cris está saliendo con el chico que le gusta a Rocío. Samuel va a la boda y Sara va a descubrir que su vestido es el de Melissa. Por ende, se casa con Eric, el tío más desagradable del planeta. Sin darse cuenta, Rubén está exprimiendo el limón con gran saña.
-Rubén, ¿me pasas un poco de limón?- Pregunta Alba. Ve como lo retuerce con fuerza, mirando a Eric. Sonríe al resto, inocente, y hace un gesto para restarle importancia.-O mejor no me echo. Que luego da acidez.
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