Las clases acababan de terminar. Estaba por salir de clase junto a Rowlet y Popplio cuando Litten se nos acercó

— Oye, chicos. Y Rowlet -Dijo secamente- Mi madre se ha enterado de que me ando juntando con vosotros y prácticamente me ha obligado a invitaros a un picnic mañana

— ¿Que quieres decir con "y Rowlet"? -Preguntó Rowlet extrañado

— Vaya, ¿Un Picnic? Suena genial -Dijo Popplio

— Si, como sea. Nos vemos mañana después de desayunar en la plaza del Poblado... No tardéis, tortugas -Advirtió Litten antes de irse

— ... ¿Cómo puede hacer tan incómoda una invitación a un picnic? -Pregunté

— El es así -Sentenció Popplio- Es algo cerrado, pero realmente le caemos bien

— Si, y es demasiado orgulloso para admitirlo -Murmuró Rowlet

— Bueno, supongo que tendré que pedirle permiso a Lurantis para ir... -Dije- No sé si me dejará

— Seguro que si -Animó Popplio

— Y si te dice que no, tranquilo, yo me comeré tu parte -Rió Rowlet

Popplio y yo soltamos una risita y luego fuimos los tres juntos hasta casa.
Una vez me separé del grupo y entré a casa, fui con Lurantis

— Oh, Finn ¿Qué tal en clase?

— Bien... El profesor se durmió

— ¿Ora vez? No me gusta que perdáis clase

— Oh, tranquila por eso... Noctowl suelta el sermón aún dormido... Y como se te ocurra despistarte, se despierta de un humor de perros... -Tragué saliva solo de recordar como gritaba a Rowlet

— Bueno, entonces me parece bien... Creo

— Ah, y... Litten nos ha invitado a Rowlet, Popplio y a mí a un picnic mañana ¿Puedo ir?

— Un picnic... -Miró hacia la ventana un momento y luego me miró a mi- Vale, pero ten mucho cuidado...

— Lo tendré ¡Gracias!

No pude evitar darle un abrazo, al que ella no tardó mucho en corresponder. Lurantis era todo alegría y dulzura, como una segunda madre para mí que me cuidaba con una sonrisa.
Después de eso, fuimos a comer y al terminar, ella salió a dar un paseo, por lo que yo decidí echarme una siesta.

***

Me faltaba el aliento ¿Que estaba pasando? De un momento a otro estaba huyendo. No sabía de qué y no pensaba voltear a comprobarlo.
Corría lo más rápido que podía, pero nada era suficiente. Lo que quiera que fuese eso me pisaba los talones. En un momento dado, me tropecé y caí al suelo. Entonces si me giré para ver qué le daría fin a mi existencia, pero solo pude ver una luz cegadora y una especia de alfombra azul y rugosa.

Me desperté sobresaltado. Acababa de tener una pesadilla.
Salí de la cama, y como Lurantis aún no había vuelto, decidí ir a casa de Popplio.
Primarina abrió la puerta y me invitó a pasar. Al entrar al cuarto de Popplio la vi leyendo el libro de Noctowl.

— Hola, Popplio -La saludé

— ¡Finn! Justo iba a verte -Me dijo- He investigado un poco sobre la historia de la Gema Arcoiris y he descubierto algo interesante

— ¿Ah, si? ¿De que se trata?

— Es una sorpresa. Solo te diré que espero que lleves hambre de aventuras y no solo de sándwiches al picnic de mañana -Me guiñó un ojo- Litten vino a decirme dónde sería el picnic y que corriese la voz, así que por eso iba a tu casa

— Bueno, ¿Y dónde será?

— En un lugar llamado Monte Galvánico. Es algo peligroso para mí, así que te pido que cuides de mi...

— ¿Por qué yo? -Pregunté nervioso

— Litten es un lobo solitario, y Rowlet... Es Rowlet... Confío en ti, ¿Vale?

Y así es como por hacer una visita a mi amiga acabé con una gran responsabilidad añadida.
¿Y a que venía tanta expectación? Ahora la intriga me comía por dentro y tenía que esperar al día siguiente para saber qué maquinaba Popplio.

Después de pasar la tarde en su casa, volví a la mía. Lurantis estaba terminando la cena, así que puse la mesa para ayudarla un poquito.
Después de cenar, me contó una historia y nos fuimos a dormir.
Cuando logré conciliar el sueño, dormí del tirón, y al día siguiente me despertaron los cálidos rayos de la luz del sol.

***

Lurantis me acompañó hasta la plaza, donde esperaban Popplio, Litten y la que debía ser la madre de Litten

— Oh, ¡Hola! -Exclamó la señora- Tu debes de ser Finn, ¿No? Yo soy Incineroar, la madre de Litten

— Un placer -Dije algo cortado. Se notaba que era entusiasta y parecía muy fuerte

— Buenas, Incineroar -Dijo Lurantis- Gracias por invitar a Jairo al picnic. Me llamo Lurantis y soy la tutora de Jairo

— Un placer. No te preocupes, Lurantis, cuidare bien de estos churumbeles -Rió Incineroar- A demás, la base del Monte Galvánico es muy segura y tranquila

— Bueno, entonces me quedo tranquila -Sonrió Lurantis reconfortada- Pásalo bien, Finn, y no llegues demasiado tarde a casa, ¿Si?

— Está bien, Lurantis... -Contesté

Lurantis se fue y al poco llegó Rowlet. Tan pronto como su padre y la madre de Litten se presentaron, comenzamos a caminar hasta el Monte Galvánico. Llegamos a la base en muy poco tiempo. Era un monte alto de piedra gris, y rodeado de hierba seca y amarillenta. Se veían nubes de tormenta, pero algo me decía que era lo más normal en ese lugar...

Incineroar extendió una manta y sacó una cesta con comida. Comenzamos a comer unos deliciosos sándwiches, dulces variados y frutas frescas. Comer en el campo era genial, y más estando con estos nuevos amigos que había hecho. Mi nueva y peluda cola no dejaba de menearse de lado a lado.

Sin embargo, no pasó mucho hasta que terminamos de comer, y nada más hacerlo, Popplio me miró

— Esto... Señora mamá de Litten -Dijo algo tímida

— Llámame Incineroar, querida

— Bueno, Señora Incineroar... Ya que hemos temriando de comer... ¿Podemos investigar un poco el monte? -Preguntó Popplio

— Bueno... -Incineroar se rascó la nuca- Pero no os alejeis mucho. Tengo entendido que en lo más alto del monte vive un Pokémon llamado Vikavolt al que le gusta demasiado luchar... No quiero que os pase nada

— Tranquila, ma' -Dijo Litten- Ellos son más fuertes de lo que aparentan. Son los que recuperaron la flor de Comfey

— Aún así, tened mucho cuidado... Este sitio es peligroso -Advirtió Incineroar

Y así, nos aventuramos en el Monte Galvánico... Con los sonidos de los truenos de fondo, casi parecía una película de terror.
Debíamos llegar a lo más alto. Aquí se encontraba otro de los fragmentos que necesitamos para salvar nuestro mundo de la oscuridad...