~20- Una extraña sensación~
Tras salir del Campo Vapor y acampar cerca de la salida, retomamos la marcha hacia Ciudad Tornasol. El siguiente lugar a atravesar era el Bosque Fairytale, un territorio muy conocido. Era bien sabido que su inicio era muy sencillo, ya que los pocos Pokémon que habitaban ahí, o bien no eran hostiles o bien eran muy débiles. Sin embargo, conforme más te adentrabas en el territorio, más Pokémon, más hostiles y más poderosos iban apareciendo. Había rumores incluso de que cerca del corazón del bosque habitaban los Pokémon Legendarios Raikou, Entei y Suicune, aunque había habido avistamientos de Latios, Latias, Thundurus, Tornadus, Landorus y demás Pokémon Legendarios.
— Las historias que cuentan de este sitio son asombrosas, ciertamente -Dijo Litten antes de que entrasemos al bosque- Aunque son de esas que cuentan las viejas
— ¿Igual que la de la Gema del Arcoiris? -Le replicó Popplio- Yo creo que todas las leyendas e historias tienen algo de verdad
— Así es -Dijo Mimikyu- No sabía que os gustase tanto la mitología
— Es un pequeño hobby que nos ha unido -Dijo Popplio- Sobre todo nos gusta la leyenda de la Gema del Arcoiris, aunque en el Poblado Croma solo nos contaron la historia de los Fragmentos Azul, Amarillo y Rojo. ¿Sabes algo más?
Me sorprendió lo bien que se las había apañado Popplio para preguntar sobre el tema sin desvelar que andábamos tras la caza de los fragmentos. Sin duda, el cerebro del grupo.
— Bueno, yo he oído la historia de los Fragmentos Hermanos -Respondió- Aunque no la recuerdo muy bien. Si mal no recuerdo, había dos Fragmentos. El Morado y el Negro, que fueron entregados a los hijos del Sol y de la Luna, y son custodiados en lo alto de la Torre de los Astros, aunque de ese lugar ya no quedan ni las cenizas
— Ow, vaya... -Murmuré desanimado
Teníamos una pista, pero tan pronto como la recibimos, se nos escurrió como arena entre los dedos. Una torre en la que había no uno, si no dos fragmentos, que ya no existía... Había conocido a tres Guardianes, y sabía de sobra que habrían cambiado su hábitat para proteger los fragmentos si fuese necesario, por lo que no me extrañaría que estuviesen en alguna parte. ¿Pero dónde?
Nos adentramos en el bosque. La idea era pasar rápido y llegar cuanto antes a la salida, para poder cruzar el Arroyo Sosiego y llegar a Ciudad Tornasol antes del anochecer.
El camino era simple, no había dificultad, pero por una u otra razón, estaba tenso. Era como si el lugar me resultase familiar, pese a no haber estado aquí en mi vida. ¿Quien sabe? Quizá sea porque todos los bosques son iguales...
Avanzábamos sin problema. Sin prisa pero sin pausa. Incluso daba gracias por no encontrarnos con esos tres cabezahuecas que se hacían llamar el terror de este bosque.
Todo iba viento en popa hasta que alcanzamos la salida
— ¿Eh? -Me quedé quieto intentando encontrar la procedencia de esa voz
— ¿Pasa algo, Finn? -Preguntó Mimikyu
— Juraría... Juraría que he oído a alguien llamándome... -Avancé un poco hacia el interior del bosque- Estoy seguro de que viene de por ahí...
— Jairo, en esa dirección está el corazón del bosque -Me dijo Popplio- No te conviene acercarte, sobre todo porque lo más seguro es que fuese tu imaginación jugando contigo
— Uh... No... ¿O si? -Estaba confuso- Es que... Era una voz que me resulta muy familiar... Todo el bosque, la voz... Ésta misma situación de esa voz llamándome en este bosque...
— ¿Finn? -Preguntó Rowlet extrañado
— Empiezo a recordar... -Dije- Es un recuerdo borroso...
Sentí un fuerte dolor de cabeza. Uno agudo. Mis ojos dolían, como si me clavarse algo desde dentro o si se estuviesen hinchando. Y entonces tuve una visión
***
— Bien, solo queda ir a por los fragmentos. ¿Estáis listos? -Dijo una voz proviniente de algo así como un jarrón
— Si... ¿Tú también, maestro? -Dijo una figura perruna, muy similar a los guardianes a mi lado
— Si -Dije yo- Hoopa, abre el portal
— A la or-
"Hoopa" fue cortado, pues una extraña figura blanca salió de la nada y se llevó el jarrón consigo.
— ¡Que no escape! - Gritó el extraño ser
— ¡¡Finn!! -Gritó la figura perruna
— ¡Uaaaah!
***
Sentí que las fuerzas me fallaban y acabé hincando las rodillas en el suelo.
— A-argh... -Jadeé
— ¡Finn! -Chilló Popplio alarmada
— ¿Te encuentras bien, tio? - Preguntó Litten
— He recordado cosas... -Dije, casi arrepentido- Un jarrón raro, al que llamaba "Hoopa", y una figura parecida a los guardianes que me llamaba "maestro" y... Y... ¡Y una cosa blanca! No sé, parecía una sábana con un sombrero transparente... Se llevó a ese jarrón y...
Todos me miraban sorprendidos. Yo me iba calmando con cada palabra que dejaba escapar, hasta que por fin, toda la angustia el pánico desaparecieron.
— Yo... -Miré hacia el bosque incrédulo y tardé unos segundos en reaccionar- No quiero más, he tenido suficiente por ahora, vámonos...
Dicho eso, salí corriendo hacia la salida del Bosque Fairytale.
El resto no tardaron en alcanzarme, pues dejé de avanzar tan pronto como salí del territorio.
Comencé a sentir náuseas. Hacía tiempo que había dejado de lado éstas dudas, pero... ¿Quien soy realmente? ¿Quien es Hoopa? ¿Y quién me llamaba maestro? ¿Que demonios era esa cosa que salió de la nada? Y sobre todo... ¿Por qué soy un Pokémon? ¿Que hago aquí? ¿Realmente soy el elegido?
No aguanté la tensión mucho más y acabé por desmayarme... Todo esto era demasiado que asimilar de golpe. No podía... Simplemente, necesitaba apartarlo de mis pensamientos...
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