UNA CURA PARA EL OLVIDO

*NOTA: Faltan 3 capítulos para el final. ¡Comienza la cuenta regresiva!


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Wen Chang miraba por la ventana hacia el horizonte de Qing Niao.

En poco tiempo el centro de la ciudad había recuperado su esplendor y solo los alrededores aún estaban reconstruyéndose tras la batalla que habían enfrentado contra Sujin.

El joven príncipe debería estar feliz; finalmente había obtenido la victoria que tanto deseaba, pero entonces... ¿Por qué se sentía incómodo, melancólico y frustrado? ¿era acaso porque su victoria fue otorgada y no obtenida por méritos?

Se equivocaba. Su victoria la había ganado a pulso, a base de dedicación y constancia... esto es lo que se repetía a sí mismo para convencerse.

El recuerdo de lo ocurrido un par de días se repetía sin descanso en su mente. Estaba harto d recordarlo... deseaba olvidar:

Cuando le anunciaron que Dong Hua Dijun estaba ahí para verlo, el primer pensamiento que cruzo por la mente de él fue que venía a reclamar sus derechos sobre Fengjiu.

Chang estaba cansado de que él interviniera siempre en su relación. Estaba decidido a ponerlo en su lugar, así que tomo su espada y se dirigió a él con toda la intención de retarlo a un duelo.

Apenas entro al salón, Dijun lo miro y también miro la espada que el joven príncipe llevaba en la mano. Hizo una media sonrisa...

- Es de muy mal gusto recibir con una espada desenvainada a una visita... - le dijo.

- Habla rápido... ¿Qué es lo que quieres?

- Baja la espada y te diré.

- Estas aquí pro Fengjiu... ¿no es así?... déjame adelantarte que no permitiré que te sigas entrometiendo... ¿Por qué te empeñas en separarnos?... – Dijun borro todo rastro de sonrisa o serenidad. Su cuerpo se tensó y sus labios se crisparon.

- Chang... - hablo con gravedad – sí, estoy aquí por Fengjiu... pero no es referente a lo que piensas. – comenzó a caminar de un lado a otro por el salón como si intentara encontrar las palabras adecuadas – esa experiencia en el reino mortal me hizo darme cuenta de muchas cosas... cosas que ya sabía que ocurrirían si me empeñaba en intentar estar con ella... - guardo silencio un momento y continuo tras un suspiro – mi nombre no está en la piedra del destino, lo borre yo mismo hace miles de cientos de años... intentar forzar un enlace con ella o cualquier otra mujer siempre terminara en un fracaso que nos hará daño a los dos. Aunque... en este caso Fengjiu siempre es quien ha sufrido las mayores consecuencias...

- Supe que perdiste tus poderes pro dos años cuando fuero por primera vez al reino mortal...

- Perder mis poderes no se compara al sufrimiento al que ella se ha enfrentado. – y mirando a su receptor de dialogo continuo con preocupación – desde que ella se enamoró de mí siempre se ha visor en la necesidad de superar prueba tras prueba, ha muerto por mí en dos ocasiones, ha recibido ataques que eran para mí, ha llorado... ha sido regañada por su padre, ha sido azotada por él mismo... denigro su rango para poder servirme como doncella...

Chang deseaba salir corriendo. Había escuchado algunos rumores, pero prefería no darles credibilidad. Saber que tan fuerte había sido el amor de ella por Dijun era como recibir un golpe directo al estómago que lo dejaba sin aire.

- Preferiría que ya no prosigas... - le pidió a Dijun intentando sonar firme e indiferente. – no comprendo a que va todo esto...

- Es necesario que sepas esto. Mereces saber la verdad, el motivo real de todo. – acercándose al joven, le mostro una piedra que saco de un diminuto costal color rojo que llevaba colgando al fajín purpura – regresé al mundo mortal y mientras recorría los aposentos que ella había ocupado, encontré esto... - Wen Chang tomo la piedra y la observo detenidamente. Era una piedra granitada, ovalada, pulida con fineza. Él sintió que el piso se le movía. – creo que con el asalto a tu palacio no le dio tiempo de dármelo. Dentro del costalito había una nota que decía: "tu nombre finalmente está escrito en la roca del destino" ...

Chang volvió a mirar la piedra. Efectivamente, el nombre "Shaoyang" estaba gravado delicadamente en la piedra, pero había algo más; el nombre de "Fengjiu" estaba también escrito a su lado y en medio de ambos una flor de durazno.

El príncipe recordó que la Fengjiu mortal estaba obsesionada con saber sobre la piedra del destino; como obsequio a ella, había escrito un papiro con todo lo que requería saber y se lo dio. También recordó que ella estaba tan feliz que sus ojos brillaban.

La piedra que ahora sostenía, era una piedra a la que los humanos llamaban "piedra o roca del destino", muy distinta y sin relación alguna a la que los inmortales conocían, esta piedra, su único mérito era ser tan resistente que podía ser casi indestructible. Al parecer, ella había ordenado sin que Chang se enterara que fuesen hasta el confín del mundo a conseguirla, para luego grabar en ella sus nombres...

Chang sonrió irónico... que patético era el destino.

- Lamento todo lo ocurrido. – retomo Dijun mientras volvía a colocar la piedra en el costalito – eres tu quien aparece destinado a ella. yo no tengo derecho a hacerte competencia.

- Finaliza de una vez... estoy perdiendo la paciencia. – Chang se estaba poniendo incómodo. ¿acaso Dijun había ido ahí solo para restregarle que Fengjiu lo había amado como para cometer esas locuras?

- He decidido dejarte el camino libre... es eso realmente lo que vine a decirte. – Chang dejo caer la espada ante el asombro de la revelación. Dijun saco de su manga un frasco y lo mostro deliberadamente – tu eres el hombre más indicado para ella. No tengo nada que objetar o reprochar; estoy seguro que no habrá un hombre más ideal que tú para unirse a su vida. – Chang estaba aturdido, ¿realmente estaba ocurriendo eso? – esta es la pócima de olvido del maestro Zheyan. Quien bebe de ella olvida por completo y para siempre los recuerdos que seleccione...

- ¿Serias capaz de...? – murmuro el príncipe.

- Olvidarla es la única forma de no interponerme más, de no ser así, confieso que no creo tener el valor para hacerlo... - y sacando el corcho del frasco miro directo a la pupila de Chang, lo hizo con determinación, tanta que el joven creyó que lo atravesaban – he querido que presencies que la he tomado. De esa forma tendrás la seguridad que cumpliré mi palabra... - y de inmediato bebió de un trago todo el líquido. Al terminar se limpió los labios con su manga. Suspiró. Empezó a andar con paso ceremonioso en dirección a la salida u justo antes de salir concluyó – Sé que serán muy felices...




***

Si Ming no hondo en detalles; solo se limitó a repetir lo que Dijun le dijo que dijera en caso de que ella preguntara, así que lo que le dijo a Fengjiu fue lo siguiente:

- "Dijun tomo la pócima para deshacerse únicamente de los malos recuerdos de su vida".

Fengjiu no podía creerlo. ¿es que acaso a ella la consideraba algo sumamente horrendo como para que deseara olvidarla?

Sin poder evitarlo comenzó a llorar.

Inmediatamente saber eso, fue con su tía Bai Qian y le había suplicado que le dijera como es que ella lo había recordado todo; al fin de cuentas su tía era la única inmortal que había podido recuperar su s recuerdos aun después de beber la pócima del olvido de Zheyan; pero para desgracia de la reina, su tía ignoraba como es que lo había logrado... eso, y que en el fondo deseaba que Dijun jamás recuperara la memoria, quizá así su sobrina fuera finalmente feliz.

Se acurruco sobre su cama; ordeno a Mi Gu que nadie la molestará y echándose las mantas encima se deshizo en lamentos y lágrimas como una niña pequeña... ¿Por qué le dolía tanto la decisión de Dijun? En el fondo debía estar un poco alegre, así él no sufriría cuando ella se casará con Chang... tampoco recordaría los momentos juntos... ni que se habían casado... ni el hijo que ella le había concebido y que había perdido en la guerra... Dijun no recordaría nada...



***

Como es natural, los días pasaron.

Fengjiu no había querido comer, ni ver a nadie. Su padre, su tía y toda la familia Bai fue rechazada, incluso Wen Chang fue despedido cuando al séptimo día de esperar a que ella se dignara verlo, Mi Gu le dijo que la reina no estaba de humor para nada y que sería mejor que se fuera.

Wen Chang escribió una nota expresando su indignación y exigiendo que ella le explicara que estaba mal, porque no lo deseaba ver... ¿Qué había hecho él mal para que ella lo tratara así?...

Pero ella leyó la nota con poco interés y termino simplemente echándola al fuego sin tener intención de responder.

Chang espero inútilmente que ella lo visitara en Qing Niao o le escribiera explicándole...

Él sabía bien porque ella se comportaba de ese modo, sabía que ella había descubierto ya lo del olvido de Dijun; y entonces maldijo su suerte una vez más...

- Hagas lo que hagas, sigues siempre interponiéndote Dong Hua Dijun... - dijo con rabia al aire.




***

Dijun deslizo la túnica fuera de su cuerpo, desato el fajín de su cintura y dejo caer a sus pies el interior de sus ropas.

Poco a poco se sumergió en la fuente de aguas curativas. Aun o estaba del todo recuperado de las heridas de la guerra y dos veces por semana había optado por ir a bañarse ahí y de esa forma acelerar su curación.

Respiro hondamente hasta sentir que el aire llegaba a los pulmones, cerro los ojos y se relajó.

En medio de esa ensoñación, escucho el sonido lejano del agua moviéndose, luego la sensación de algo suave acariciándole los hombros y paseando luego por su pecho. Frunció el ceño sin abrir los ojos. Aquella sensación suave comenzaba a hacer mella en el origen de su virilidad, más aun, cuando comenzó a serpentear por su estómago y su abdomen en dirección a esa zona sensible de él.

- Dijun... - escucho un susurro sensual en su oído, para luego sentir el mordisqueo excitante del lóbulo de su oreja. Se retorció un poco y no pudo evitar gemir...

Fue precisamente el gemido que salió de sus labios lo que lo hizo darse cuenta.

Abrió los ojos de golpe y tomando con agresividad la muñeca de la mano que no había dejado de descender, empujo al agua a la intrusa, quien daba un grito de sorpresa.

De entre del agua, escurriéndosele por el cabello y el rostro, Fengjiu emergió. Los ropajes rojos se le pegaban al cuerpo, marcando la redondez de sus pechos y su cintura estrecha.

Cuando ella abrió los ojos, él se estaba amarrando la parte interior de sus prendas, habiendo cubierto por completo su desnudez.

- ¡¿Pero qué significa esto?! – grito furioso.

- ¿A caso no es evidente? – respondió ella saliendo del agua para encararlo.

- ¿Evidente? – parecía confuso y furioso - ¡Esto es denigrante! ¡¿Cómo puede la reina de Qing Qiu ser una mujer sin pudor?! ¿A caso no está comprometida con el príncipe de Qing Niao?... – Dijun comenzó a acomodarse el fajín de forma apresurada.

- Dijun... ¿de verdad no me recuerdas? – le dijo ella con voz dolorosa - ¿en verdad te has olvidado de todo lo que a mí respecta?

- ¡De que hablas niña! – grito sacudiendo su túnica y señalándola – yo jamas he tenido nada que ver contigo. Solo te he visto una vez. Me parece ofensivo que me hayas seguido hasta aquí...

- ¡Dijun tienes que recodarme! – le suplico ella desesperada mientras lo jalaba del cuello de la túnica como si quisiera hacerlo reaccionar - ¿olvidaste que estamos unidos por el hilo rojo? ¿olvidaste que perdimos a nuestro hijo? ¿de verdad has olvidado nuestras vidas en el mundo mortal? – y llorando como si hubiera perdido la razón siguió exclamando - ¡No puedo creerlo! ¿Cómo pudiste ser tan cruel?... ¿debo tomar yo también la pócima del olvido para dejar de sufrir por ti? – Fengjiu pareció ahogarse con sus lágrimas un momento; pero lo que realmente paso es que cayo desmayada en los brazos de él.

Dijun camino con ella en brazos hasta la entrada del palacio de Tai Chen. Si Ming, se apresuró de inmediato y la tomo en sus brazos.

- La muy tonta se me ha metido mientras me bañaba... no le digas a nadie lo que ha ocurrido. Su reputación puede verse dañada.

- ¿Entonces que diré a la alta diosa Bai Qian?

- Dile la excusa que mejor te plazca. Pero nada que me involucre...

Si Ming hizo una reverencia y se marchó. No pudo evitar ver el rostro de ella. Aun inconsciente, no dejaba de tener esa mueca de infelicidad.

Dijun por su parte los vio alejarse. Sus ojos estaban puestos en ella. Nadie que lo hubiese visto podría haber descifrado sus verdaderos pensamientos.

- Sí que eres una niña tonta – dijo en voz alta confiado que nadie lo escuchaba – mira que venir a la guarida del lobo...




La explicación que Si Ming dio fue de lo más sencilla: Fengjiu se había resbalado en la fuente y había quedado inconsciente.

No supo si Bai Qian y Ye Hua lo creyeron, pero al menos no hicieron preguntas.

A partir de ese día, Fengjiu se rehusó a regresar a Qing Qiu objetando que quería que su tía le ayudara a decidir sobre algunas cosas para la boda, además de instruirla en alguna toma de decisiones para Qing Qiu.

Bai Qian accedió un poco de mala gana; intuía las intenciones de su sobrina.

Aunque Fengjiu intentaba aparentar, era evidente que sus paseos cada tarde por el reino celestial eran con la intención de toparse con Dong Hua. Aunque estuviese cansada, si había un banquete en algún palacio celestial, Fengjiu era la primera en asistir y siempre con sus mejores ropas y poniendo especial esmero en su arreglo, también había hecho habitual ir a jugar ajedrez con Ye Hua u ofrecerse a acomodar los pergaminos de vida de Si Ming...

Sin embargo, aun con todos estos esfuerzos, Fengjiu logro encontrarse pocas veces con Dong Hua, y las pocas que coincidieron, él simplemente a ignoro. Su mirada siempre estaba por encima de la cabeza de ella, mirando a todos menos a la joven. Lo peor de todo era que ni siquiera podría decirse que la evitará, eso al menos le hubiese dado cierta importancia a ella, pero no, él actuaba realmente como si no la conociese.




***

Había transcurrido un mes completo. Chang le había escrito cientos de notas y cartas, algunas con amor y comprensión, otras con ira... unas más con desesperación...

Ya no podía seguir postergando su visita en el reino celestial, debía regresar a Qing Qiu y también darle la cara a Chang.

Su última noche ahí, ella no durmió pensando en una solución.

Cerca del amanecer, cuando finalmente sus parpados se rendían al cansancio, ella tuvo una idea.

Se despabilo rápidamente y sonrió con alegría... quizá finalmente tuviese la solución... aunque eso pudiera costarle definitivamente su vida...

Ya había muerto antes, no tenia por que temer... en todo caso, morir era menos doloroso y humillante que soportar el olvido voluntario de Dijun...

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