EL ULTIMO SACRIFICIO ANTES DEL FIN
*NOTA:
Falta sólo un capítulo para terminar la historia.
Si Ming fue testigo silencioso de la tragedia.
Cuando él y Cheng Yu llegaron a la terraza de Zhu Xian, solo lograron ver el cabello plateado de Dijun ondeándose al aire al tiempo que saltaba al vacío.
Tanto Fengjiu como Dong Hua, no se habían recuperado de las heridas sufridas en la guerra. ¿Es que acaso deseaban morir?
Ye Hua y Bai Qian se quedaron pasmados un momento; pero lograron reaccionar.
Se trasladaron a la orilla de la terraza, hicieron un movimiento con sus manos para hacer un hechizo y sacar a los dos inmortales de aquel vacío.
En cuestión de un instante, emergían las figuras de Dijun y Fengjiu. Él se aferraba al cuerpo de ella anidándola entre sus brazos en un intento de protegerla de la energía destructiva de Zhu Xian. Ella solo parecía estar dormida, intacta... pero él no había corrido con la misma suerte. Su túnica purpura estaba hecha girones, el cabello revuelto, sus manos y rostro con cortadas...
Cheng Yu y Bai Qian se encargaron de llevar a la joven, mientras que Ye Hua ayudaba a Dijun.
- ¿Estará bien? – susurro con dificultad Dijun.
- Lo has hecho bien Dong Hua Dijun... no me preocuparía por ella si no por ti... - le respondió Ye Hua justo antes que el dios de cabellos plateados se desmayara. Ye Hua lo cargo al hombro y se retiró del lugar desapareciendo en una nube de humo.
Si Ming miro a su alrededor y vio que el joven príncipe Wen Chang seguía inmóvil mirando el abismo que se presentaba al final de la terraza. El señor de las estrellas tuvo intención de marcharse y dejarlo solo, pero penas dio un paso, se conmovió.
Fue hasta él, se colocó delante suyo y lo saludo con una diplomática reverencia, pero Chang seguía con la mirada fija en el borde de la terraza, sus labios estaban blancos y sus ojos parecían tan húmedos que seguramente estaba debatiéndose entre llorar o no.
- Su alteza... ¿Está bien? ¿Puedo hacer algo por usted?... – le pregunto quedamente.
- Si Ming... - hablo como inconsciente Wen Chang – dime... honestamente... ¿Qué tiene Dong Hua Dijun que no tenga yo?... ¿Por qué ella no puede amarme como lo ama a él?
- No sé a qué se refiere, su alteza... - respondió con nerviosismo. Chang lo miro directo al rostro; estaba serio e involuntariamente apretó los puños con rabia.
- No intentes tapar el sol con un dedo... a estas alturas es inútil. – hizo una pausa y continuo – ella fue capaz de saltar de la terraza solo para obligarlo a recordarla, aun sabiendo que ella podría morir... en el reino mortal recibió una espada en su pecho por salvarlo... ¿es que acaso lo ama tanto como para morir en cada vida por él?
- Su alteza no debería preocuparse. El amor entre su señoría Dijun y la reina Fenjiu está condenado. Jamás estarán juntos... la piedra del destino no lo permitiría...
- La piedra del destino... - repitió con burla mientras sonreía – he escuchado hablar de ella, pero jamás la he visto... ¿Dónde está?
Si Ming extendió el brazo para indicarle el camino y que lo siguiera. Descendieron las escaleras de Zhu Xian y en la terraza baja Chang observo la enorme piedra colocada sobre un pedestal de mármol.
La observo detenidamente, camino alrededor y mientras sus ojos iban de abajo hacia arriba.
- ¿Y esta es la piedra que nos ha destinado a Fengjiu y a mí? ¿No crees que pudo haberse equivocado?...
- La piedra del destino nunca se ha equivocado. Está hecha del corazón del creador del universo. Cuando un inmortal nace, su nombre se inscribe automáticamente en la piedra junto al nombre de la persona a la que está destinado... si llegase a ocurrir que no puede unirse a ninguno que ya esté inscrito, el espacio quedará vacío para cuando la persona indicada nazca.
- Si Ming... quiero saberlo todo. Y sé que tú eres el único que puede decírmelo... ¿realmente estoy destinado a Fengjiu?
Si Ming suspiro. Le rompía el corazón ver tan abatido al joven príncipe. En algún punto de la historia él mismo había apoyado el amor entre Dijun y la joven reina, pero cuando las catástrofes se desencadenaron, no tuvo más que culparse.
- Si, su alteza... está destinado se ella. Puedo imaginarme su desesperación, pero tenga por seguro que nada podrá separarlos...
- Salvo si se trata de Dong Hua Dijun... - y mirando a Si Ming pregunto – vamos a hablar honestamente tu y yo... no somos tontos... ellos dos realmente se quieren... Fengjiu jamás llegara a sentir por mí un amor tan inmenso como el que le profesa a él, entonces, si es así... ¿Por qué la piedra no los destino?
Si Ming dudo un momento, pero quizá era mejor revelar la verdad oculta.
- Su señoría Dijun, como usted sabrá, fue el gobernante del universo. Y para lograr la unidad de los reinos y la paz entre ellos tuvo que realizar demasiados sacrificios... - Chang miraba a Si Ming con atención, sin siquiera mover un solo musculo, mientras que las palabras de la deidad del destino sonaban lúgubres, como si fuesen de un mal presagio – entre esos sacrificios que realizo fue el de borrar por voluntad propia su nombre de la piedra – en este punto Si Ming miro la piedra, movió su mano y ante ellos aparecieron cientos de nombres inscritos en ella... los nombres de los inmortales y sus parejas destinadas – él tomó la decisión de negarse a sí mismo una relación, experimentar el amor... pensó que de esta forma no se vería en la necesidad de tomar una consorte perteneciente a un clan, lo cual hubiera favorecido a un reino y desatando las envidias y guerras nuevamente. Lo hizo para quedar siempre en una línea de imparcialidad. – volviendo a mirar a Chang, que no quitaba la mirada de los nombres de la piedra continuo – él nunca ha sido alguien de sentimentalismos, si así fuese, quizá no sería el inmortal más poderosos de todos los tiempos... pero... convencido de que no acabaría bien con nadie, simplemente desterró el amor de su corazón... dejando todo lo de las relaciones afectivas en segundo término...
- Hasta que Fengjiu apareció en su vida... - completo Chang mirándolo.
- El encuentro de ellos fue tan casual que es inexplicable como pudo haber ocurrido. Pero sí. Las constantes insistencias de pequeña princesa, unidas a su belleza y amoroso carácter, pareció dar efecto en Dijun... tanto que ya hemos visto los resultados...
Wen Chang avanzo hacia la piedra, estaba sumamente cerca.
- Wen Chang... - susurro. Los nombres de la piedra cambiaron y mostraron otros más, pero se resaltó justo el de él. Vio con sus propios ojos lo mismo que Fengjiu había observado trescientos años antes: sus nombres unidos, destinados a una vida de eternidad juntos.
¿Cómo podía ser posible aquello cuando era evidente que, en el corazón de ella, él no tenía cabida? Sentía como si aquello fuese una burla. Él amaba a Fengjiu, entregaría su vida por ella... la amaba justo como ella amaba a Dong Hua...
Trago saliva con dificultad, sentía un nudo en la garganta y en la boca del estómago.
- Me queda claro los motivos de él para borrar su nombre de la piedra, también me queda claro que siendo así él no estará destinado a nadie... pero entonces... si pudo borrarlo... ¿Por qué no simplemente puede volver a escribirlo? ¿no solucionaría con eso su desgracia?
Si Ming ya se esperaba esa pregunta y esa deducción. Hace muchos años, cuando comenzó a conocer poco a poco a Dong Hua y supo precisamente lo de la piedra, se había hecho la misma pregunta y había llegado a la misma conclusión simple e ingenua. Luego, gracias a Mo Yuan, quien era el más cercano en años a Dijun, supo el motivo real...
- Aunque puede parecer simple, realmente no lo es. – comenzó diciendo – como ya dije, la piedra está hecha del corazón del creador del universo, el cual podríamos decir es el padre de su señoría, Dijun. Cuando él borro su propio nombre de aquí, la piedra lo tomo como una ofensa y desafío hacia su poder, así que decidió castigarlo, impidiendo que volviese a colocar su nombre en ella. En aquel entonces Dijun no le dio importancia, pero... ha habido momentos en que ha vuelto a desafiar a la piedra obstinándose en inscribirse nuevamente...
- ¿Crees que hacerlo coincidir con Fengjiu fue una venganza de su padre hacia él? Solo piénsalo... dos personas que no están destinadas, se encuentran de la nada... por casualidad... se enamoran... y están decididos a morir uno por el otro en tres vidas aun sabiendo que en ninguna podrán estar juntos... eso haría que Dong Hua deseara ver su nombre inscrito... ¿Crees que haya sido el plan inicial? ¿Forzarlo a arrepentirse de su decisión?
Si Ming habai cavilado exactamente las mismas conjeturas. Asintió.
- Las antiguas deidades gobernantes del mundo eran demasiado crueles... incluso consigo mismos. Los creo capaz de todo... - se limitó a decir. Wen Chang miro en silencio su nombre y el de Fengjiu. Se imaginó por instantes como luciría el nombre de Dijun junto al de ella... la idea lo entristeció hasta la medula. Si Ming agrego algo más: - no solo él lo intento en algún momento, pequeña princesa se atrevió a cortar su novena cola para fabricar un artefacto mágico... una daga... y con ella gravar el nombre de él y asi estar predestinados... pero... eso también resulto mal. Ella casi muere...
- Perder una cola para un zorro es similar a atravesarle le corazón... eso escuche de alta diosa Bai Qian. – Si Ming asintió.
Chang suspiro hondo para tranquilizarse y al mismo tiempo darse valor ante la pregunta que a continuación haría...
- Si Ming... ¿Y no existe una forma en que el nombre de Dong Hua pueda volver a ser inscrito en la piedra? ¿Sabes de alguna manera?
Si Ming abrió los ojos con sorpresa. No se esperaba aquello. Dudo varios minutos en cómo responder, ya que, si decía la verdad, quizá no sería lo que el príncipe precisamente quiera escuchar... aun así se decidió, era mejor la verdad que la mentira...
- Si. Si la hay. Existe una forma de que eso ocurra...
***
Fengjiu despertó lentamente, rodeada de su tía, Cheng Yu y un montón de doncellas.
- Pequeña tonta... ¿Cuándo dejaras de hacer estupideces? – le recrimino su tia.
- ¿Dijun? – fue lo primero que pregunto.
- Él te protegió con su cuerpo mientras caían de Zhu Xian, así que resulto más lastimado que tú. Pero afortunadamente Ye Hua y yo pudimos sacarlos a tiempo antes que tocaran el núcleo... tienen suerte... los dos...
Fengjiu se incorporó y antes de que pudieran detenerla desapareció en una nube de humo...
Apareció justo delante de la puerta de Tai Chen. Se sentía mareada, pero aquello no iba a impedirle llegar hasta Dijun.
Ye Hua no le impidió paso cuando la vio entrar y arrojarse de rodillas ante la cama donde él reposaba.
- Dijun... despierta... dime que me recuerdas... - suplico en murmullos.
- Él te recuerda perfectamente Fengjiu... - le dijo Ye Hua.
- ¿Entonces funciono mi treta de saltar desde Zhu Xian? – Ye Hua sonrió con cierta diversión.
- Dong Hua jamás tomo la pócima del olvido de Zheyan. Fue una farsa. La verdadera pócima esta guardada en alguno de sus cajones, lo que Wen Chang vio que ingirió fue vino de flores de durazno que también Zheyan le envió como obsequio.
- Entonces él... - ella no podía creerlo.
- ¿De verdad creíste que amándote como te ama, iba a renunciar a olvidarte? Creo que primero se cortaría un brazo antes de eso... no debiste creer lo que dijo... te mintió...
Fengjiu comenzó a llorar, si él le hubiese dicho la verdad no habría hecho algo tan tonto como exponerse y exponerlo al vacío de energías negativas. Era una tonta.
- Eres tan tonto como yo... Dijun... - le dijo acariciando su mejilla con suavidad.
- Fengjiu... - le dijo su tío político agachándose junto a ella, intentando ser comprensivo – no puedes jugar con fuego por qué vas a quemarte. Sabes mejor que nadie que tu destino está ligado al de Wen Chang. Él te adora... es tu prometido... no puedes simplemente ignorarlo. Dijun jamás será para ti... ya te habías resignado antes... debes resignarte una vez más...
- ¿Y si no quiero resignarme? – Ye Hua hizo una mueca de rechazo – No puedo renunciar de nuevo a él. No tendría el valor... si es necesario, hablaré con Chang... anulare el compromiso. Dijun y yo ya nos hemos amarrado el hilo rojo... nos hemos casado... nadie puede separarnos... y no voy a permitirlo...
Ella hablaba con tanta vehemencia que Ye Hua no pudo refutarle nada. Asintió en silencio y mientras iba a sentarse en un cojín de la estancia pensó que aquella decisión desataría otra tragedia. Al parecer, el reino celestial estaba lejos de tener descanso y tregua de las malas noticias.
***
Chang tropezó y casi cae al suelo.
Había deambulado por horas enteras alrededor del reino celestial. Parecía un ser muerto en vida. pálido, ojeroso, las ropas ajadas y el cabello revuelto...
Quería sacar de su mente lo que, Si Ming le había dicho, la única solución que le permitiría que Dijun apareciera en la piedra del destino...
Se apoyó en la pared para no caer desmayado. Todo le daba vueltas y veía borroso.
No, no iba a hacerlo... pero entonces... ¿Por qué había hurtado aquel objeto?
Lo había hecho en un arrebato de valentía... pero ahora se daba cuenta que le faltaba valor. ¿Estaba preparado para el final de aquella historia?
Esa historia en la que probablemente nunca tuviera cabida...
Ante esta idea comenzó a reírse solo... y luego dio unas sonoras carcajadas que provoco que doncellas y guardias que pasaban por ahí lo observaran con rareza. Wen Chang parecía un loco.
Cuando fue consiente de donde lo habían llevado sus pasos, tuvo un ataque de temor, volvió a reírse con poca cordura para luego dar paso al llanto... ¿reía o lloraba? Era difícil saberlo...
***
Dijun despertó y el primer rostro que vio fue el de Fengjiu, sonriéndole amorosamente.
Él la miro contento.
- Estas bien... ¿verdad?
- Gracias a ti que me salvaste...
- Tú me has salvado en otras vidas... al menos déjame ser el héroe en una... - ella sonrió con diversión mientras le daba un beso en los labios, uno muy ligero...
- No vuelvas a fingir que me has olvidado, o de verdad me lanzare desde Zhu Xian sin avisarte... - Dijun sonrió, lo había descubierto. Ella se inclinó para recortarse sobre el pecho de él, los brazos masculinos la rodearon y la hicieron sentir que aquel era el lugar al que pertenecía. – romperé mi compromiso con Chang... - dijo de repente y entonces él se tensó completo – no importa si es uno garantiza que podamos estar juntos... no voy a dejarte ir de nuevo... quiero desafiar al destino en todas las vidas que se nos presente... ¿tu haras lo mismo? – y lo miro a los ojos. Dijun contesto de inmediato:
- Siempre voy a quererte Fengjiu... en todas mis vidas... así desafié al destino y las consecuencias sean fatales... prometo enfrentarlo todo con valentía... -se incorporó. Sus rostros estuvieron a centímetros y entonces ambos se besaron. Ella se estremeció... sentía como si aquel fuera le primero de sus besos...
El sonido de pasos rápidos los alerto. Si Ming entro agitado y sin aliento.
- ¡Tiene que venir rápido! ¡El príncipe Chang!... – el aire le falto
- ¿Qué pasa con Chang? – Fengjiu sintió un mal presentimiento en el corazón.
- Creo que cometí una indiscreción... - Dijun levanto una ceja... ¿Sería posible que Chang supiese la verdad oculta tras la piedra del destino?
***
Chang se había limpiado las lágrimas y recobrado su cordura.
En su mano derecha empuñaba con fuerza la daga que Fengjiu había hecho con su novena cola, la habida robado del taller donde Si Ming la tenía. Había revuelto todo el lugar, pero finalmente la consiguió.
Se sacó el anillo de jade de entre sus ropas. Lo observo detenidamente. Su sacrificio no sería honrado si recurría a un comodín como aquel. El sacrificio que estaba a punto de hacer debía ser sincero... o no funcionaria.
Dejo el anillo sobre el pedestal que sostenía la piedra del destino. Respiro hondo cerrando los ojos mientras penaba en Fengjiu.
Recordó como se conocieron, la primera vez que se besaron, su sonrisa, su risa... su voz... recordó cómo le había cocinado, su cuerpo estrechándose al suyo, su mano sujetándole al caminar...
La amaba. La amaba con todo su ser... y era precisamente por eso que había decidido quitarse de en medio. Ella jamás sería feliz a su lado, por mucho que lo intentase...
Recordó las palabras que Si Ming le había dicho:
- Alto dios Mo Yuan me dijo que la única forma en que el nombre de Dijun pueda ser gravado en la piedra nuevamente es si el hombre destinado por la piedra a la mujer de la que Dong Hua se ha enamorado, decide de todo corazón cederle su lugar en la línea del destino. Es decir... dejarle el camino libre...
- ¿Renunciar a la mujer a la que está destinado?... ¿es decir que para que él este con Fengjiu yo debo hacerme a un lado? ¿debo renunciar a ella? – pregunto.
- Va más allá de eso su alteza... usted debe sacrificar su vida...
Luego le había dicho que tenía que atravesarse el corazón, lo suficientemente grave para que muriera, pero con el margen suficiente para que pudiera él mismo escribir el nombre de Dijun en la roca. Solo él podía escribirlo... solo Wen Chang tenía la solución.
Recordó a Dijun... al principio con odio... luego con compasión... ¿Cuánto habrá sufrido ese hombre viviendo siempre en soledad... sin amor?
Empuño con más fuerza la daga. Tanteo los latidos de su corazón, la herida debía ser certera pero aun debía permitirle unos momentos antes de morir... debía escribir el nombre de Dijun...
Lo clavo en medio de un grito de dolor. Cuando saco la daga, esta dejaba caer gruesas gotas de sangre.
Movió su mano delante de la piedra y mascullo su nombre. De inmediato el nombre de él y el de Fengjiu aparecieron juntos.
Como si la piedra estuviese lista para recibir aquel sacrificio, poco a poco el nombre de él iba desvaneciéndose al igual que su vida misma. Entonces comenzó a tallar en ella el nombre de Dijun, pero jamás sin dejar de pensar en lo alegre que iba a ponerse Fengjiu. Se imaginó lo contenta que estaría al ver su sueño realidad... Con este pensamiento en mente Wen Chang sonrió con amargura mientras lloraba...
***
Fengjiu estaba sin aliento y pálida, pese a la agitación sus mejillas seguían sin color.
Vio la figura de Chang inclinado hacia la piedra, y pidió a todos los cielos que hubiese llegado a tiempo.
Corrió desesperada hasta su prometido, pero cuando llego a él era demasiado tarde.
El joven príncipe de Qing Niao dejo caer la daga dramáticamente mientras él se desplomaba al suelo.
- ¡Chang! – grito ella corriendo a sostenerlo. La sangra del corazón de él había hecho un charco enorme en sus ropas y mancharon las de ella, pero ni siquiera reparo en esto. - ¡Chang, háblame! ¿Por qué hiciste esto?
El príncipe abrió los ojos un poco, con mucha dificultad... su aliento se iba atenuando...
- Estas aquí... - susurro – pensé que no te vería de nuevo...
- Chang... - lloraba ella...
- ¿Por qué lloras?... no debes llorar... debes estar feliz... tu sueño se ha cumplido... - Ella apretó los labios intentando no dejar salir un grito lastimero de dolor – te amo Fengjiu... solo quiero que seas muy feliz... quiero que lo seas para que dejes de hacer cosas tontas... para que no vuelvas a arriesgar tu vida...
- Chang... - ella le acaricio la mejilla – Prometo que en la próxima vida será a ti a quien ame... - él joven sonrió. fue una sonrisa autentica, de paz, de esperanza...
- Que así sea entonces... - susurro. Percatándose pro primera vez de la presencia de Dijun se dirigió a él aun sonriendo – tu eres el hombre más indicado para ella, no tengo nada que objetar o reprochar, estoy seguro que no habrá un hombre más ideal que tú para unirse a su vida... sé que serán muy felices...
Dijun abrió la boca para decirle algo, pero no tuvo tiempo, el cuerpo del joven perdió rigidez y sus ojos se cerraron por completo.
Fengjiu grito desgarradoramente mientras abrazaba con fuerza al que había sido su prometido. Perderlo le dolia demasiado. Chang habia sido un buen hombre y quiza en otra vida, otro tiempo, no dudaría que lo ubiese amado...
Dijun sintió un nudo en la garganta al tiempo que una lagrima se le escurrio.
Lentamente comenzó a mirar la escena; la daga manchada de sangre en el suelo, el cuerpo de Wen Chang, el anillo de jade en el pedestal... y finalmente sintió que le corazón se le encogia cuando vio en la roja, junto al nombre de Fengjiu, el suyo propio grabado: "Shaoyang, Donh Hua Dijun" ...
Wen Chan había sido muy generoso. Había vivido y amado como solo debe hacerse una vez.
El joven príncipe de Qing Niao viviría siempre en su recuerdo...
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HOLA MIS AMADAS LECTORAS... ¿QUE LES PARECIÓ ESTE CAPITULO? ¿LLORARON? ¿SE LO ESPERABAN?
SÉ QUE ODIABAN AL POBRE DE WEN CHANG, PERO LES DIJE QUE EN EL FONDO IBAN A TERMINAR AMANDOLO.
ESTAMOS EN EL FINAL, EL SIGUIENTE YA SERÁ EL ULTIMO.
RECUERDEN PONER SUS ESTRELLITAS, RECOMENDAR LA HISTORIA Y DEJAR SUS COMENTARIOS.
NOS LEEREMOS MUY PRONTO PARA TERMINAR ESTA HISTORIA JUNTAS...
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