EL SANTUARIO DE KUN LUN
- Dime donde esta... No juegues con mi paciencia Mi Gu.
- Es que en verdad no sé.
- Lo preguntaré una vez más... ¿Dónde está Feng Jiu? – y dio un paso al frente con tanta determinación que el espíritu de árbol casi flaqueo en su promesa.
- Tía, por favor. ¿Cree que si lo supiera se lo ocultaría? – Bai Qian lo miro pensativa y desconfiada.
- ¿Entonces donde rayos se ha metido esa niña? – y se cruzó de brazos intentando pensar.
Mientras tanto Feng Jiu atravesaba el patio principal del santuario de Kun Lun. A medida que avanzaba su mirada recorría los pilares y los lugares que tenía años no veía.
De repente, al atravesar el patio donde se encontraba el estanque, escucho voces.
- ¡Vaya! Parece que tienen una fiesta. – hablo para sí mientras sonreía.
Se acercó con cautela y efectivamente varios discípulos corrían de un lado a otro intentando atrapar un objeto luminoso que surcaba los aires.
Mo Yuan, en pie con la parsimonia que le caracterizaba, movía los dedos de una de sus manos para dirigir aquel objeto lejos de sus discípulos, que intentaban con sus poderes e inteligencia alcanzarlo.
- ¡Por haya!
- ¡Haya va!
- ¡Cuidado! – gritaban todos.
Feng Jiu se reía ante la desesperación de los jóvenes. Y precisamente, tan divertida estaba observando todo, que le tomó por sorpresa cuando Mo Yuan dirigió aquel objeto hacia ella.
Dio un grito de susto y se cubrió el rostro con ambas manos. Después de un momento, poco a poco se descubrió y abrió los ojos. Ante ella se encontraba el mismísimo dios de la guerra mirándola.
- ¿Qué hace alguien del clan de los zorros visitando estos parajes? – le pregunto. Y feng Jiu tuvo la intuición de que Mo Yuan sabia sus intenciones. Recuperó rápidamente la postura y lo saludo con una reverencia solemne.
- Un gusto poder saludarlo y estar en su presencia, señor.
- Tiene muchos años que ningún zorro viene de visita.
- He venido porque... - titubeo. El grupo de jóvenes seguía ahí observándola. Volvió a inclinarse con respeto y continuo – he venido porque deseo que por favor acepte ser mi maestro. Deseo poder formarme en el arte de la guerra aquí con usted y sus honorables discípulos. Sería un honor que me tomara como su pupila.
Mo Yuan estaba un poco sorprendido, pero no lo demostró. Sabía quién era Feng Jiu, había logrado escuchar alguna de sus hazañas desde que había sido coronada, pero aún conservaba en la mente la imagen de una jovencita aniñada y terca en un amor imposible con alguien del reino del cielo.
La observo detenidamente mientras ella continuaba inclinada. Quiso hallar en ella alguna semejanza con Bai Qian, pero no la hubo. Feng Jiu había llegado sola y sin un disfraz de hombre. Eso, decía cuan valiente o cuan inconsciente era.
- ¿Has venido hasta aquí porque realmente deseas convertirte en una auténtica guerrera y encontrar el equilibrio espiritual, o porque deseas escapar de tus problemas?
- Yo... - ella titubeo. No esperaba menos del dios de la guerra. Intuitivo hasta la medula – yo realmente quiero aprender de usted. Mi mayor deseo es poder ser una reina digna de mi pueblo, capaz de tomar las decisiones más sabias, pero sobre todo ser fuerte para protegerlos.
- Tu tía es la alta diosa Bai Qian, quien sobrevivió dos juicios celestiales... ¿por qué no recurrir a ella? – apenas había dicho esto, Feng Jiu se puso erguida y lo miro tenaz mente a los ojos, como si aquellas palabras hubieran herido su orgullo.
- Por qué deseo forjar mi propio destino y quiero hacerlo a base de mis decisiones, incluso si estas no son las más adecuadas. Quiero hacerlo yo sola. Si recurro a mi familia sé que me facilitaran las cosa y no deseo eso. Elijo el camino largo.
Mo yuan hizo una sonrisa de lado.
- Bien, deberás pasar una prueba antes de que yo decía admitirte, pero antes, ocultaremos esa maravillosa flor de tu frente... si has de quedarte, entones es necesario que por el tiempo que permanezcas aquí, dejes atrás quien eres. – con su mano, cubrió aquella marca y después de unos segundos la retiro. La frente de ella lucia limpia. Inconscientemente se llevó los dedos a donde estaba su marca de nacimiento, no la sentía. – descuida, solo la he ocultado de los ojos curiosos. – le dijo para para tranquilizarla.
Y antes que pudiera decir algo mas, uno de sus discípulos llego apresuradamente.
- Señor, he encontrado a este sujeto merodeando por los alrededores. – y empujo hacia el frente a un joven.
- ¡Vaya! Hoy es el día en que todos desean venir aquí. – Mo Yuan se acercó para inspeccionar al recién llegado. Era alto, bastante joven, cabello negro, y con una mirada firme que no dejaba de observarlo.
- ¡Irrespetuoso! ¡Inclínate! – le dijo con indignación y un poco de agresividad el discípulo que lo había hallado. El joven pareció pensarlo y después de un momento se inclinó.
- Mis respetos para usted, gran señor de la guerra Mo yuan. – dijo.
- ¿Quién eres tú? ¿y por qué estas caminando por la montaña Kun Lun?
- Me llamo Hao Xen. He venido con la intención de poder ser uno de sus discípulos.
- ¡¿Qué?! ¿Acaso hoy es día de admisiones? ¿Qué les pasa a todos? – dijo uno de los discípulos que miraban la escena. Mientras que los demás lo secundaban con asentimientos de cabeza y cara de no estar deacuerdo.
- Así que quieres ser uno de mis discípulos....
- Si usted me lo permite. – y volvió a inclinarse con respeto.
- Bien. Feng Jiu, acércate. – la joven obedeció de inmediato – ustedes dos han venido casi al mismo tiempo a solicitar ser admitidos. Antes de que yo decida si pueden quedarse, deben pasar una prueba. – ambos jóvenes se miraron. – deberán pelear entre ustedes. Quiero estar seguro que tienen lo que se requiere.
Feng Jiu se sentía nerviosa. Aquello no era un entrenamiento, era una batalla real. Si quería permanecer ahí y librarse por un tiempo de su matrimonio, tenía que ganar a toda costa.
En cuanto se escuchó la orden de inicio ambos jóvenes corrieron para atacarse mutuamente.
Las espadas chocaron y luego el sonido de ambos filos escurriéndose para luego separarse tensó a los discípulos que veían con gran interés aquel enfrentamiento.
Si hubiera sabido que iba a pelear, Feng Jiu no hubiera usado su eterno vestido color rosa, y hubiera optado por sus ropas de batalla. Se sentía torpe con aquellas telas.
Ella se dobló de dolor y frunció el rostro cuando fue golpeada en la costilla y dejo caer la espada.
Él sonrió. Se aproximó a ella con la espada hacia al frente. Ella se hizo a un lado y de un golpe en la muñeca lo desarmo. El combate continuaría cuerpo a cuerpo.
- ¡Suficiente! – exclamo Mo Yuan al ver que ambos jóvenes estaban ya cansados. – tienen valor y coraje, además de perseverancia, habilidades que se requieren para poder ingresar. Felicidades, Hao Xen serás mi discípulo diecinueve y Feng Jiu, serás mi discípulo veinte. Nunca había aceptado a abiertamente una mujer como mi discípulo, espero sepas la responsabilidad que se te está otorgando y brindes honor a tu título.
Ambos jóvenes enlazaron sus manos y dieron una reverencia en agradecimiento.
Mientras caminaban en dirección a sus aposentos, Feng Jiu sonrió. Lo había conseguido. Estaba dentro. Ahora sí, su matrimonio iba a esperar.
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HOLA MIS AMADOS LECTORES.
LAMENTO LA TARDANZA CON LA ACTUALIZACIÓN DE ESTA HISTORIA PERO TENIA PENDIENTE DE CERRAR ALGUNA OTRA, PEOR YA HABIENDO TERMINADO ESE COMPROMISO, MIS TIEMPOS LIBRES SERÁN DEDICADOS A ACTUALIZAR ESTA.
ESPERO LES ESTE ENCANTANDO LA HISTORIA, YO LA VERDAD ESTOY EMOCIONADA POR SEGUIR ESCRIBIENDO SOBRE FENG JIU Y DONG HUA.
DEJEN SUS ESTRELLITAS EN EL CAPITULO Y SUS COMENTARIOS.
¿TIENEN SUGERENCIAS? HAGANMELAS SABER, ME ENCANTA LEERLOS, Y SIEMPRE INTENTO RESPONDERLES.
RECOMIENDEN LA HISTORIA Y NOS LEEMOS PRONTO.
WRITERROSSES
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