Capítulo 4

Capítulo IV


Es fácil esquivar la lanza, más no el puñal oculto.

Proverbio Chino.

_Un placer en conocerla Lady Megan _dijo Gabriel en un tono serio.

_Gracias milord _musitó Megan esquiva.

Megan con malicia recorrió lentamente con la mirada a Miranda, se acercó y le dio un beso en la mejilla.

_Hola querida hermana no sé si debería perdonarte por no invitarme a tu fiesta de compromiso _comenzó a decirle con un tono de ironía.

_ Te recuerdo que has estado ausente por mucho tiempo _replicó Miranda con tranquilidad.

_Una carta tal vez hubiera servido ¿No crees Hermanita? _insistió para molestar a Miranda.

_La última vez que te envié una carta me fue devuelta sin abrir.

_Siento que mi presencia te incomoda Miranda ¿No es de tu agrado que haya venido?... Te recuerdo que esta también es mi casa.

_Megan por favor no comiences, te prohíbo que le amargues la noche a tu hermana _interrumpió el Marqués enfadado.

Gabriel observó que la situación se estaba poniendo tensa y optó por llevarse a Miranda a otro lugar antes de que Elisa cometiera un error, era evidente que estaba descontrolada.

_ ¿Quiere usted bailar, lady Miranda?

A ella se le iluminó la cara.

_Si, será un placer, milord.

La chica estaba radiante de felicidad cuando él la condujo a la pista de baile para ocupar sus puestos. Sin embargo, Gabriel apenas lo notó, ya que estaba mirando hacia la puerta por la que había desaparecido Megan.

Comenzaron armoniosamente el vals con seguridad y gracia. Headfort quedó sorprendido con la facilidad que Miranda se dejaba llevar, dieron varias vueltas por la pista en silencio.

_Bailas usted muy bien _dijo él en tono amable.

_Usted también es excelente bailarín.

Le costó creer lo tranquila que le salió la voz cuando por dentro estaba chillando como una escolar.

_Quisiera disculparme por la pequeña disputa entre mi hermana y yo.

_No tiene que disculparse... Que le parece si olvidamos ese incidente _dijo Gabriel con un tono grave y casi afectuoso.

_De acuerdo _musitó con voz tímida.

Miranda aprovechó que Gabriel estaba distraído para observar con detenimiento su boca y preguntarse que se sentiría ser besada por esos bellos labios. Miró su cara, era guapísimo. Se sentía como si volara, sentía acelerado el ritmo cardíaco fue consciente de lo grande, fuerte y magníficamente masculino que era. Sentía la anchura de sus hombros bajo la mano; incluso olía viril, un aroma a sándalo. Sin duda era la mejor noche de toda su vida.

Gabriel no lograba entender como esas mujeres tan distintas eran hermanas, Elisa era bella, alegre decidida con ganas de comerse el mundo en cambio lady Miranda, era tímida y remilgada, semejante a un témpano de hielo.

Cuando el vals terminó, escoltó a Miranda hasta el borde de la pista, y se disculpó mencionando que tenía que saludar a unas amistades y cruzó el salón, en busca de Elisa, que se encontraba en el jardín.

Megan sabía que Gabriel la buscaría para hablar con ella, pudo notar como la siguió con la mirada al salir.

Él la encontró sentada en un banco un poco alejado de la casa.

_ ¿Por qué no me dijiste que eras la hija de Hutchinson? _le preguntó enojado.

_No me pareció importante revelar esa parte de mi vida.

_Interesante. ¿Algún día tenías planeado contarme la verdad?

_Por supuesto que si Gabriel, estaba esperando salir de ese horrible internado que era la prisión donde me enclaustró mi padre.

_No me vengas con mentiras Elisa... Megan o como te llames, tú salías de ese lugar las veces que te daba la gana, ya que si mi memoria no me falla tú te encontrabas frecuentemente calentando mi cama.

_Me jugaba el pellejo por ti Gabriel... Pero ya basta de reproches cuando tú también me has ocultado que te casabas con la mojigata de mi hermana.

_No la llames así _Su voz fue más dura de lo que pretendía.

Megan se sorprendió que Gabriel le hablara de ese modo.

_No me digas que te gusta la santurrona.

_Por supuesto que no, pero tampoco me gusta que hables así de ella, tu hermana no tiene nada que ver en todo esto, solo es una víctima de las circunstancias.

_ ¿Y yo que soy para ti un juguete? _preguntó furiosa.

_Esa misma pregunta te la hago yo a ti _respondió enojado.

_Tú no puedes casarte con Miranda _aseveró con los ojos echando chispas.

_Megan si hubieses hablado conmigo, si me  hubieras dicho que eras hija de Hutchinson, yo hubiese movido cielo y tierra para convencer a tu padre que me diera tu mano, pero ahora es imposible, ya no hay vuelta atrás, tu hermana y yo acabamos de hacer público nuestro compromiso, he dado mi palabra.

_Gabriel tú no puedes hacerme eso.

_Megan son muchas las cosas que están en juego en este momento, si yo  cancelo el compromiso, tu padre me hunde y mi madre no lo soportaría y ella en este momento es lo más importante para mí, tampoco puedo hacerle eso a tu hermana sería la ruina social para ella.

_Esa idiota con aires de santa es la menos que me importa. _gritó.

_Ya basta tranquilízate, todo esto será por corto tiempo, después tú y yo podremos estar juntos, pero por ahora yo tengo que casarme con ella.

_No sé si pueda soportarlo.

_Tendrás que hacerlo, y las cosas por el momento tienen que cambiar entre nosotros, es imposible que sigamos viéndonos, debemos esperar hasta que todo esto pase, no podemos arriesgarnos a que alguien nos descubra.

_Gabriel, me muero por estar contigo.

_Megan por favor no hagas esto más difícil.

_Que quieres que me haga vieja y me quedé solterona esperando no sé qué cosa.

_Para lograr mis propósitos necesito tiempo... Dos meses ¿Puedes esperarme?

_ No lo sé, esto es demasiado fuerte para mí.

_ Por ahora es lo único que puedo ofrecerte.

Megan se acercó a Gabriel para poder besarlo, pero él se apartó al ver que Dorothy la madre de Megan venía hacia ellos.

_Mi dulce niña has llegado a tiempo _dijo la Marquesa abrazando a Megan.

_Mamá por favor no me avergüences.

_No es nada malo emocionarme por ver a mi pequeña.

_ Si me disculpa debo retirarme, estoy seguro que ustedes tienen mucho de qué hablar. _Interrumpió Gabriel.

Él se despidió y entró a la mansión.

_Querida mía no has perdido nada de tiempo con el Conde _susurró Dorothy.

_Solo nos estábamos conociendo madre.

_No te estoy reprochando nada cariño, estoy feliz que hayas regresado y no estaría nada mal si el Conde se fijara en ti y no en la tonta de tu hermana.

_Estoy furiosa con mi padre, yo estoy en la edad casadera, Miranda es una solterona que en sus cinco temporadas nunca pudo encontrar ningún pretendiente, por lo tanto es a mí que me corresponde casarme.

_Hija traté de hablar con tu padre, pero ya sabes cómo es, cuando se trata de Miranda.

_Por supuesto que lo sé, es su niña consentida.

_Megan no te desanimes cariño, tú eres hermosa y no tendrás ningún problema para encontrar un marido con título y con suerte puede que sea un Duque.

_Yo no quiero ningún Duque, tienes que ayudarme madre, para que mi padre desista y anule ese compromiso.

_No será tarea fácil, pero claro que te ayudaré querida.

Su hermanita no se casaría jamás con Gabriel, él era suyo y de nadie más, Ella era una tonta, santurrona, fea e insípida; ningún hombre se fijaría en Miranda después de haber sido de ella, se morirían de aburrimiento en su cama. Pensaba Megan con rabia.

Miranda recorrió todo el salón en busca de Danielle, y la encontró en la mesa de los refrigerios.

_!Danielle hasta que por fin te encuentro¡_exclamó.

_ Estaba refrescándome un poco con esta limonada, pero ya he terminado ven conmigo tienes que contarme cómo te fue con el Conde, te he visto bailando con él.

Salieron a la terraza que daba al jardín posterior de la casa necesitaban con desesperación un poco de brisa fresca y podían hablar con más tranquilidad.

_Fue maravilloso, aunque ya sabes lo nerviosa que me pongo, así que fue muy poco lo que hablamos.

_Por primera vez, eras la envidia de todas las mujeres de la fiesta, se clavaron en ti muchas miradas celosas, me divertí a lo grande viéndoles las caras de limón que tenían.

_Pero no todo es diversión, ni maravilloso... Regresó Megan _dijo con aburrimiento.

_ Esa arpía está aquí ¿Pero cómo es posible no regresaba dentro de un mes? _preguntó Danielle.

_Mi madre debe tener las manos metidas en su inesperado regreso, y vino dispuesta a amargarme la vida, lo vi en su cara, la conozco.

_No debes hacerle caso, debe estar furiosa que tú vas a hacer la futura condesa de Headfort, cuando ella daba por sentado que era la única que iba a casarse y con lo engreída que es, seguro había perfilado casarse con un noble de muy alto rango y ahora para superarte tendrá que casarse con un Duque.

_ El único Duque que está disponible ya pasó de los setenta años. _Acotó Miranda.

_Esa arpía manipuladora es capaz de casarse con el anciano, solo para sentirse superior a ti.

_No creo que Megan llegue a tanto.

_ Miranda tú y yo sabemos quién es ella... En fin solo tienes que soportarla por un mes.

_Un mes con Megan es como mil años.

_No tienes qué preocuparte porque vamos a estar muy atareadas preparando lo de tu matrimonio, así que tienes la excusa perfecta para permanecer lo menos posible cerca de ella.

_Eso espero. _Contestó con desánimo.

_Debes hablar con tu padre para que mantenga alejada a la Marquesa de los preparativos de la boda, sino terminarás casándote con el vestido de trabajo de las cocineras.

_Danielle tienes cada ocurrencia _dijo sonriendo ampliamente.

_Es la verdad, lo de esta noche lo confirma _repasó con la mirada el vestido de Miranda.

_Mañana hablaré con mi padre, le he escrito a mi tía Martha, para que me ayude con los preparativos, está fascinada en encargarse de todo, confío plenamente en ella.

Danielle y Miranda estaban hablando en un lado de la terraza con poca iluminación, por lo que tres señoritas que entraron al lugar, ignoraron que no estaban solas y comenzaron a cotillear...

_Que mal gusto tiene lady Miranda, ese soso vestido amarillo es horrendo.

_ ¿A que mercaducho de pueblo habrá comprado semejante saco? _Todas rieron al unísono.

_No parece la hija del adinerado Marqués, sino la hija del barrendero _ arremetió otra de las chicas.

_En cambio Lady Megan es agradable en todos los sentidos.

_Vieron el hermoso vestido y las deslumbrantes joyas que lleva puesta, a su lado, Lady Miranda parece difuminada.

Después de unos minutos, de cotillear de la mitad de los asistentes a la fiesta, las chicas salieron de la terraza para volver al salón, Mientras que Miranda y Danielle permanecían ocultas en un rincón escuchando cada palabra.

_Amiga no le hagas caso, nada de lo que dicen es cierto.

_Si lo es y lo sabes muy bien _dijo con lágrimas en los ojos.

_No es cierto, puede que tu hermana sea una belleza, pero es vanidosa y superficial y no le importa nada más que ella, pero tú Miranda eres diferente, tienes un corazón muy noble, y eres la persona más leal y bondadosa que he conocido.

_Pero eso no es lo que atrae a un caballero, lo que les atrae son las mujeres bonitas, no les importa si es superficial o vanidosa, para el conde de Headfort soy una dote caminando, que no le intereso en lo más mínimo.

_Eso no es nada nuevo, los matrimonio en nuestra sociedad casi siempre son de conveniencia.

_Mi sueño siempre fue casarme por amor, lo último que quería era un matrimonio así.

_Es que no quieres casarte con el Conde.

_Es lo que más deseo, pero quisiera que al menos sintiera algún afecto por mí.

_Miranda eso vendrá con el tiempo, mis padres se conocieron el día de su boda, al principio no fue fácil, pero a medida que pasó el tiempo se fueron enamorando tanto, que no podían estar uno sin el otro, tú también puedes lograr eso, tú eres de las que jamás se rinden y no vas a comenzar ahora.

_Tienes razón, no puedo darme por vencida sin ni siquiera haber luchado, voy a poner todo de mi parte para ser una excelente esposa y ganarme el afecto del Conde.

_Así se habla amiga mía, las oportunidades que la vida nos regala debemos aprovecharlas al máximo.

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