Capítulo 2

No hay palabra ni pincel que llegue a manifestar amor de padre.

Mateo Alemán

Gabriel salió de White's, en busca de su amante Elisa; ella era todo un enigma, la conoció dos meses atrás cuando regresaba de Francia y coincidieron en el mismo barco, al principio le pareció una mujer fría, pero a medida que iba conociéndola, más le gustaba y se volvió loco por ella, le propuso que fuera su querida y ella aceptó. Al llegar a Londres compró una casa al sur de Queens Square, un vecindario muy tranquilo con vecinos muy discreto, como se requería en esos casos.

La casa se la había comprado al Barón de Bradfort, que la usaba anteriormente para el mismo fin, pero a la nueva amante del viejo no le gustaba ese vecindario, quería uno más exclusivo por ese motivo le vendió la casa a él.

De Elisa sabía muy poco, alguna vez le contó, que era hija única y vivía con su madre enferma para poder cuidarla, pero él tenía la certeza de que ella ocultaba algo más.

Cuando llegó a la casa ya Elisa lo esperaba sentada en su sillón favorito, la melena rubia le caía en la espalda, al verlo llegar, se sonrió y lo recorrió con su mirada sensual, deteniéndose en la ingle donde se encontraba la evidencia de su excitación. Ella era realmente preciosa, Elisa estiró los brazos hacia él y lo miró con ojos abiertos y suplicantes de deseo, el acortó la distancia para llegar a su lado, vestía una bata de seda color lavanda que reflejaban sus curvas.

_Llevo rato esperándote querido _ ella se levantó y comenzó a depositar leves besos a lo largo de su mandíbula hasta llegar a la boca.

_Hueles deliciosamente _le susurró Gabriel al oído.

_ Es el perfume exclusivo que compré en Francia.

_ Me gusta _dijo con un gruñido.

_ ¿Dónde estabas? _le preguntó Elisa mientras le rodeaba el cuello con sus brazos.

_ En el club, se me ha pasado la hora.

_ ¿Debo preocuparme? Siempre has sido muy puntual en nuestras citas.

_Tengo algunos problemas. Y es algo de lo que no quisiera hablar en estos momentos _Gabriel estaba muy a gusto con Elisa para echarlo todo a perder hablando Lady Miranda.

_ Ya que no deseas hablar, entonces usaré la forma más efectiva de aliviarte los problemas querido _ Bajó los hombros y la bata de seda se deslizó por los brazos quedando totalmente desnuda.

A él se le encendió la sangre, la tomó en sus brazos, la llevó a la alcoba y posteriormente le hizo el amor.

Gabriel estaba acostado en la cama acariciando la espalda de su amante.

_ Quiero que te quedes toda la noche conmigo

_ Es lo que pensaba hacer querido _susurró mientras pegaba sus caderas contra el miembro de Gabriel.

_ Eres insaciable _musitó.

_ Si lo soy, pero solo de ti.

_ Más te vale porque no me gusta compartir _advirtió él _ ¿Con quién estuviste antes de mí?

_ Fue hace dos años, cuando visité a una tía lejana en Paris, Allí conocí Bruno; era un vecino de mi tía, me sedujo con su encanto y me entregué a él... Estar en Francia abrió mucho mi mente y la manera de vivir mi vida, no me enamoré pero si disfruté de todo lo que me ofreció.

_ Te enseñó muy bien ese Bruno... _ ¿Venias de estar con él cuando nos conocimos?

_ ¡No como crees eso! _Exclamó indignada _Lo nuestro duró solo esas vacaciones que estuve con mi tía; el último viaje que hice a París fue para renovar mi vestuario.

_ Háblame más de ti_ le susurró mientras besaba su hombro y acariciaba uno de sus pechos.

_ Mi historia ya la sabes, tengo solo a mí madre y está muy enferma por lo cual tengo que estar viajando constantemente, para poder cuidarla.

_ ¿Dónde vives?... ¿Quién te da dinero para comprarte ropa exclusiva en París?

_ ¿Se puede saber a qué se debe este interrogatorio? _preguntó con cautela.

_ Soy muy curioso además creo que es justo que conozca la vida de la mujer con quien me acuesto.

Elisa se dio la vuelta para poder mirarlo a los ojos.

_Estas muy extraño ¿Te pasa algo?

<<No me pasa nada, solo que voy a casarme con una mujer que no amo y que no me atrae en lo más mínimo, si fueras una señorita de buena cuna y mi título no me demandara tantas responsabilidades... Si mi madre no estuviera de por medio, me casara contigo y viviéramos como marido y mujer>> Pensó, mientras la miraba con el ceño fruncido.

_ Me estás asustando Gabriel.

_ Ya te dije que no me pasa nada... Estaba observando lo hermosa que eres y es hora de darle todo lo que pida mi insaciable dama _Bajó la boca y la besó con pasión, Gabriel se colocó entre sus piernas y con una fuerte embestida la penetró hasta el fondo, Ella gimió, mientras él imponía el ritmo dentro de ella, moviéndose una y otra vez atormentándola. Su cuerpo ardía, Gabriel era implacable; hasta llevarla a la cima, estremeciéndose al encontrar el éxtasis, él se aferró a sus caderas e intensificó sus movimientos, gritó y se tensó, un calor delicioso la llenó mientras él, también encontraba su liberación.

Miranda se despertó muy temprano, fue muy poco lo que pudo dormir, desde ese día comenzaría a planear su boda y comprar los vestidos para su ajuar, su padre le dio carta blanca, no debía escatimar en gastos para complacer a su futuro marido. Si su madre no amanecía de mal humor, que era algo casi imposible le pediría que la ayudara, con esa idea bajó al comedor a desayunar.

Al entrar al comedor su madre la miró con el ceño fruncido.

_Que desconsideración de tu parte Miranda Elizabeth, aparecerte a esta hora y retrasar el desayuno _recriminó la Marquesa.

_ Controla tu ira mujer, solo se retrasó un poco _Resopló su padre.

_Tú siempre solapando las malcriadeces de tu niña.

Miranda que estaba muy feliz para dejarse llevar por la histeria de su madre, paró la discusión antes de que se volviera en algo mayor y tomó el camino de la disculpa.

_ Lo siento madre no volverá a ocurrir.

_Eso espero, debes aprender de tu hermana que jamás llega tarde.

<<Aquí vamos de nuevo con las comparaciones>> pensó Miranda.

_ Ven hija siéntate aquí a mi lado La llamó el Marqués _no le hagas caso a esa cacatúa que hoy amaneció más alborotada que otros días.

Dorothy le lanzó una mirada de rabia a su marido y luego comenzó a tomar el desayuno.

_Por cierto cacatúa... Digo esposa mía, Se me había olvidado comentarte que Miranda se casa dentro de dos meses con el Conde de Headfort _Johan se acomodó en su silla para disfrutar el momento de ver cómo recibía la noticia la insufrible de su mujer, ella estaba convencida que Miranda se quedaría solterona.

Dorothy se quedó callada por unos minutos y miró a su marido con los ojos entornados, tratando de procesar lo que le había dicho.

_Johan estás muy viejo para ese tipo de juego _dijo poniendo los ojos en blanco.

_ No es juego, es la verdad, ayer le concedí oficialmente la mano de nuestra hija, ya los abogados están tramitando todo lo referente a la dote de Miranda.

_ ¿De qué te has valido para que el Conde pida la mano de Miranda, si ella es tan corriente, no tiene el porte de condesa?... Te exijo que anules ese absurdo compromiso y en cambio le otorgues al Conde la mano de Megan.

Miranda no estaba preparada para recibir ese comentario, le dolió que hubiera sido ella quién lo dijera, se preguntaba porque su madre la rechazaba de esa manera, nada de lo que hacía parecía agradarle, a veces pensaba que no era su hija por el odio con que la trataba.

_ Escúchame muy bien Dorothy _dijo el Marqués levantándose e inclinándose donde estaba su mujer_ Esta es la última vez que toleró que insultes a mi hija de esa manera, Miranda tiene las mismas cualidades que Megan para ser una esposa perfecta, y si vuelvo a escuchar siquiera una pequeña altanería de tu parte hacia mi hija te juro por Dios, que no volverás a ver ni un solo penique mío y te mandaré a vivir con tu hermana pobre en las colonias.

_ ¡Tú no puedes hacerme eso! _Exclamó furiosa.

_ Intenta desafiarme y veras si miento _dijo Johan decidido.

_Está bien Hutchinson será como tú digas.

Cuando su madre usaba el título para dirigirse a su padre, es que estaba realmente molesta, pensó Miranda.

_ Por lo pronto quiero que te disculpes con tu hija por lo que has dicho. _gritó el Marqués a su mujer.

_ Me disculpo por hablarte de esa manera _musitó Dorothy entre los dientes.

Miranda respiró profundo y aceptó las disculpas falsas de su madre.

_Muy bien Dorothy_ dijo Johan de manera sarcástica _ahora quiero que acompañes a Miranda de visita a la modista para encargar todo lo que necesite para el ajuar.

_Como tú digas Johan.

Miranda ya había perdido el deseo de salir con su madre, era evidente que haría hasta lo imposible por fastidiarle todo lo del matrimonio.

_Padre si me lo permite me gustaría ir con mi amiga Danielle, ella sabe de estas cosas, ya que sus dos primas ya se han casado y fue su dama de honor.

_ ¿Estás segura? Preguntó receloso _¿no deseas que Dorothy vaya contigo?... Es su deber de madre.

_ Quiero ir con Danielle papá. _Insistió ella.

_Es lo mejor Johan, tengo un jaqueca terrible y no me apetece salir.

_Quiero verte cuando sea el matrimonio de Megan, si te van a dar esas repentinas jaquecas_ Dijo el hombre enojado _Miranda ve con tu amiga por el momento, mas voy a poner a tu disposición una casamentera que te ayude con todos los preparativos.

_ Padre no sé cómo agradecerte todo lo que haces por mí.

_Hija la mejor forma de pagarme es que me des muchos nietos y que seas muy feliz.

_Lo intentaré.

Una hora después Miranda llegó a la casa de Lady Danielle, el mayordomo la anunció y la hizo pasar al salón.

Su amiga entró esbozando una gran sonrisa al verla.

_Miranda me tienes intrigada desde que me enviaste esa nota... ¿Qué es eso tan importante que vas a decirme?

_ Es algo que ni yo misma me lo creo aún.

_ Mujer no seas ingrata. ¿Dime que es?

_Me voy a casar.

_ ¿Te vas a casar?, ¿con quién?... ¿Tenías un pretendiente y yo no lo sabía?... Pero ahora que lo pienso es imposible porque tú y yo somos invisibles en las fiestas. ¿Si tuvieras pretendientes me lo contarías no es cierto?

_ ¿Terminaste con tu monólogo? _preguntó Miranda divertida.

_ Creo que sí, ahora es tu turno de responder a todas mis inquietudes... Pero me quedó una pregunta y la más importante en el aire, ¿quién es el candidato a esposo?

_No sé cómo se las ingenió mi padre para lograr tal hazaña, y la verdad no deseo pensar mucho en eso, quizás no me guste los métodos que utilizó, pero lo cierto es que me voy a casar nada más y nada menos que con el conde de Headfort.

_ ¿Con Gabriel Albright?... Miranda, Miranda Miranda... Estas jugando conmigo, ¿Me estás diciendo que el libertino más grande de todo Londres, el que tiene la lista más larga de conquistas; por donde pasan mujeres casadas, viudas y alguna que otra señorita de sociedad... me estás diciendo que el hombre que tiene que cuidarse al salir, porque cuando lo hicieron se rompió el molde de lo guapo que es, será tu futuro esposo?

Miranda asiente sonriendo.

Danielle tomó a Miranda por las manos y comenzaron a brincar de alegría, estaba feliz por su amiga, la quería como una hermana, juntas se apoyaban en sus momentos más difíciles, Danielle no entendía porque Miranda no había tenido una temporada exitosa, si era bonita, por lo menos a ella le parecía, y lo más resaltante era su corazón, siempre dispuesta ayudar a los demás muchas veces olvidándose de si misma, y tenía la paciencia de un santo para aguantar a la arpía de su madre y su hermana, definitivamente si alguien merecía ser feliz realmente esa era Miranda.

Después del efusivo baile se sentaron a tomar un poco de limonada.

_Danielle quiero que me acompañes a casa de la modista, tengo que comenzar con los preparativos de la boda y quién más que tú qué tienes experiencia.

_Cuenta conmigo para los que necesites... Vamos a hacer que tu boda de mucho qué hablar por un largo tiempo, de lo grandiosa que será.

_Va a dar mucho qué hablar pero no por lo glamoroso, sino por la novia.

_Miranda por favor no comiences, tú eres estupenda... Dime algo, ¿ya has hablado con el conde, que te ha dicho, te ha besado?, dame todos los detalles.

_No hemos hablado de nada, mi padre es quién me dio la noticia... Realmente no quiero que llegue el momento de verlo... No sé qué voy a decirle, cuando estoy cerca de él me pongo muy nerviosa, ya sabes lo que siento por Gabriel.

_Ya lo sé, pero es inevitable un encuentro al menos antes de la boda y seguro será en tu fiesta de compromiso.

_ ¿Y si se arrepiente y no se casa conmigo?

_No digas tonterías mujer, ya le dio la palabra a tu padre, eso es algo que no puede romperse así de fácil... ¿Y dime algo Megan sigue en el internado?

_Si, aunque ya está por terminar sus clases, espero tener la suerte que llegue después de mi matrimonio, no quiero que me esté atormentando día y noche con sus intrigas.

_Lo mejor de tu vida de casada es que vas a vivir bien lejos de tu querida hermanita. _Dijo Danielle con sarcasmo.

Después de ponerse al día con todos los chismes de la sociedad, salieron para casa de Angelique la mejor modista de Londres, Miranda se daba ánimo pensando que si no iba a hacer la novia más hermosa, por lo menos si iba a hacer la novia mejor vestida de la temporada.

Después de pasar toda la tarde mirando telas, tomándose las medidas, eligiendo todo lo que iba a necesitar Miranda, llegó a su casa donde su padre la esperaba en el vestíbulo como solía hacer cuando ella tardaba en regresar.

_Estaba preocupado por ti hija.

_No debes hacerlo padre, ya sabes que esto de preparar una boda no es nada fácil y va ameritar mucho de mi tiempo.

_Ya lo sé, pero es imposible que no me preocupe por ti... También te esperaba para comunicarte que dentro de dos semanas daremos una gran fiesta para celebrar tu compromiso.

_ ¿Gabri... Digo el Conde va a venir a la fiesta?

_ ¡Por supuesto Miranda es el novio!

Tu comentario es muy importante para mí... y no olvides valorar la historia...

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