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Valencia, 21 de mayo de 2023
Ella no quería estar maldiciendo a los encargados de las frecuencias de MetroValencia. Ella, como todo el personal de la FIA y de las escuderías, quería estar en Imola trabajando.
Iba con el tiempo pegado a los talones incluso para llegar a un bar a ver el inicio del Valencia-Real Madrid. El vuelo que había cogido de Londres se había retrasado y tenía una hora para llegar a su casa, dejar la maleta y volver a coger el metro para acercarse a Mestalla. ¿Difícil sabiendo que le tocaba más de media hora en metro? Sí. ¿Imposible? Tampoco. Lissa la cubriría mañana, pero el 23 tendría que estar ya en Montecarlo.
Cada parada que pasaba miraba el reloj. Cuando por fin la megafonía dijo la suya, quedaban 25 minutos para el inicio del partido. Subió a su casa, dejó la maleta, agarró su camiseta con el 14, y volvió a bajar al metro. Cuando llegó a la parada de Aragón, quedaban 8 minutos. No tenía tiempo para disfrutar el ambiente de partido grande que rodeaba el estadio centenario. Fue buscando de bar en bar uno con tele de pago para ver el fútbol y que tuviera hueco. Cuando el marcador decía que iban por el minuto 5, por fin pudo relajarse y ver el encuentro. Preguntó que tal habían ido los primeros minutos y le dijeron que Cavani había tenido una ocasión y habría polémica por un posible penalti no pitado.
Polémica la que vendría después...
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A pesar de que los primeros 10 minutos habían sido de ataque valenciano, ahora era el equipo madrileño quien presionaba, principalmente a través de la banda izquierda con Benzema.
La primera media hora fue muy tensa. Protestas de acciones por los jugadores del Madrid, el Valencia en modo ataque y defensa casi a lo Numancia y los típicos gritos y acciones del público contra Peter Lim.
En el minuto 33, Diego López adelantaba a los valencianos tras una jugada horrible de Mendy que rompía el fuera de juego y el chut previo de Kluivert, que quedó suelto en el área y que el guajín (como ya lo llamaban muchos por ser asturiano), supo aprovechar para batir a Courtois.
Tras la primera parte, el Valencia llegó al descanso por delante en el marcador y rozando el segundo con una ocasión fallida de Javi Guerra que paró Courtois casi en el pitido final. El Madrid tuvo más posesión y con diferencia, pero sin ocasiones de gol. Vinicius se quejó mucho de faltas no pitadas; Camavinga se lo tuvo que llevar al túnel de vestuarios en el descanso porque no paraba de protestar al cuarto árbitro. El Valencia sufría en las segundas partes y el Real Madrid estaba preparado para reaccionar por su calidad. Se avecinaba una segunda parte entretenida...
Al comenzar la segunda parte, los ataques se fueron igualando para ambos equipos. Primero el Valencia, luego tres del Madrid, otro tres de los ches, uno más del equipo blanco, hasta que tras contra y ataque de los equipos y algún grito de "Tonto" hacia Vinicius... Pues llegó la polémica no de la jornada; de la semana, del mes y del año si algún periódico lo agrandaba de más. El jugador brasileño corría hacia el fondo de la grada señalando a alguien diciendo que le estaban insultando. 10 minutos después donde los jugadores de ambos equipos trataron de calmar al jugador con el 20, De Burgos explicaba al delegado del partido y a Baraja que pasaba y con la policía desplegada en la grada de animación del Valencia se reanudaba el partido. El Madrid había encerrado en su área al Valencia que aún así, en una contra pudo hacer gol por las botas de Kluivert pero que fue anulado por fuera de juego.
Llegó el descuento, diez minutos de añadido. Demasiado largo para muchos, pero razonable tras el parón por los insultos. Dos paradones de Mamardashvili en 3 minutos e inició la tangana que acabó con Vinicius expulsado. Finalizó el partido con cinco minutos más de añadido respecto a lo dicho y con una victoria que alejaba al Valencia del descenso.
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No se lo imaginaba todo lo que había pasado allí. Preguntó a varios aficionados que aún quedaban por las inmediaciones de Mestalla su opinión. Alguno si le reconoció que fuera del estadio, cuando llegó el autobús del Madrid, hubo gente que gritó lo de mono hacia Vinicius pero que dentro había sido mayoría el grito de tonto y que, o estaban sordos o tienen un súper oído para detectar que alguien hubiera dicho mono.
Todo el mundo estaba con el calentón del partido. Oía opiniones muy diferentes y alguno incluso la amenazó para evitar que preguntara de más sobre el tema. No solucionó sus dudas al meterse en redes sociales. Juan Cala, el que había sido denunciado de racista por el Valencia hace algunas temporadas, había saltado ya en Twitter. En las redes sociales del Madrid y del Valencia había demasiadas incongruencias y el resto de España se había dividido en apoyar a un equipo o a otro. Tendría que analizar todo con calma y revisar la emisión del partido en muchas cámaras para evitar comentar a la ligera. Cruzaba los dedos para que esto fuera uno de los muchos episodios racistas que se frenaban con la expulsión de los aficionados que habían dicho esos insultos y listo.
Nai se conocía Mestalla como si fuera su segunda casa. Así que logró colarse dentro a pesar de toda la policía que había rodeando el estadio. Estaba cerca de los vestuarios, en una pequeña capilla cuando le descubrieron. Menos mal que no era nadie de seguridad.
–La pequeña Gayà siempre colándose en algún recinto...
–¡Soy la mayor por minutos!—dijo girándose.— Qué alegría verte de nuevo, Dani.—añadió al ver al actual número 10 del Villarreal.
–Igual, Naiara. ¿Has visto el partido en el estadio?
–No. En un bar cercano porque he llegado del aeropuerto con el partido ya empezado. ¿Cómo se ha vivido desde dentro?
–¿Tú que crees? Cómo seguramente se haya vivido en los bares. Y mira que aquí dentro ha estado la policía controlando.
–Te suena tu móvil, capi.
–Seguramente sea mi mujer diciendo cuando vuelvo a casa. Pero el capitán ahora es tu hermano.
–Pero fuiste el capitán en nuestra época buena desde que el chino compró el equipo. Entiende que a veces aún hablemos de ti como el capi.
–Gracias por acordaros de mi tan bien. Pero es a ti es la que no para de sonarte el móvil.
Cogió su móvil y vió que eran notificaciones de Instagram. Los brasileños habían localizado su cuenta y ya la estaban acusando de racista.
–Esto lo freno yo como me llamo Natalia María.
–Naiara, calma.
–¡No, Daniel! Lay Hoon o quién sea que pueda parar esto lo va a hacer. ¡Por mis santos ovarios!
Dicho esto, salió corriendo hacia el palco presidencial derechita a hablar con quien fuera necesario. Daniel le seguía para evitar que se pasara con las amenazas.
–¿Lay Hoon sabe inglés o hay que traducirle?—le preguntó la de Pedreguer al primer miembro de la parte administrativa que se cruzó en su camino.
–Sabe inglés. ¿Por?
–¿Lay Hoon donde estás? Da la cara.
–No te metas en líos, por favor.
–Mejor cállate si no quieres que te salpique, Daniel.
En cuanto vió a la presidenta, sin esperar presentaciones ni holas y más sabiendo todo lo que le precedía, comenzó a hablar.
–Escucha, Lay Hoon. Ya no formo parte de los trabajadores del club por tanto puedo decir las verdades como quiera. Los brasileños van a ir a atacar cualquier cuenta que ponga su apoyo al Valencia. O frenáis esto a las buenas actuando vosotros o actuaremos a las malas los aficionados y entonces, nos quedaremos cerca de la guerra con Brasil. ¿Queréis que eso ocurra? ¡Pues ya estáis actuando ostia! Y si yo voy al juzgado a denunciar, no os libráis ni uno. Ni los brasileños que ataquen ni vosotros por la inacción realizada. ¿Está claro?
La singapureña no le respondió pero pareció meditar todo lo que había dicho la española. Esto pareció ser suficiente por el momento para la alicantina ya que se apartó sin decir nada más. Se despidió de Daniel y bajó las escaleras de vuelta hacia el interior del estadio. No dió ni diez pasos cuando sintió que la cogían.
–No sabes la alegría que me da verte, tigresa.
–¡Gato! ¿O debería llamarte toro enjaulado?
–Ya has visto como nos ha tratado el niñato ese.
–Si quieres ir más allá, busca algún sitio donde no nos pillen.
–Llevo un mes lejos de Blanca y acordándome de nuestro buen sexo desde que Hugo nos dijo que venías a Vigo la semana pasada.
–¿La rodilla ya la tienes bien? Porque si no, no cargabas conmigo tanto rato.
–Perfectamente.
Llegaron a los antiguos vestuarios. Allí, Jaume la dejó en el suelo y comenzaron a desvestirse. A pesar de que él llevaba un mes y ella, dos semanas sin tener sexo, estaban desesperados.
–¿Esto cuánto tiempo lleva siendo un picadero?
–Desde que hicieron los nuevos vestuarios hace dos temporadas. Tigresa, ¿estás bien?
–Estimula, gato. Quiero tenerte dentro.
Estaban tumbados encima de una de las colchonetas que encontraron en el vestuario. La posición era sencilla para que el portero pudiera atacar con una mano su clítoris y con la otra los pezones y la fotógrafa pudiera masturbarle sin frenar aquel beso desesperado que los consumía a ambos.
–Ya estás.
–Entonces es el momento de esto.—le dijo la chica mientras acercaba un preservativo.—A ti te estarán buscando para celebrar la victoria y a mí me estará buscando mi hermano para irnos a casa. ¡Qué tiemble Mestalla, gato!
Al penetrarla, un gemido ronco salió de ambos. Se conocían, sabían como tocarse y las velocidades adecuadas para que acabaran rápido o lento. Quizás en otro universo, ellos dos hubieran sido la pareja y no los futuros cuñados si todo acababa como parecía. Llegó primero Nai y cuando Jaume iba a salir de ella para acabar haciéndose una paja, la chica le frenó y llegaron al orgasmo de manera conjunta.
–Esto va a ser el mayor secreto de la familia.— dijo Jaume cuando recuperó un ritmo normal de respiración.
–Ni los Sainz, ni los demás Domènech ni más Gayà que mi hermano. Que ya lo sabe.—dijo riéndose Naiara ante la última frase.
–Menudas noches en Sevilla...
–Huele a último. ¿Verdad?
–Quiero seguir adelante con Blanca. Y lo tuyo con Carlos ya ha saltado de los rumores de fórmula uno al cotilleo nacional. Sólo falta que os declaréis alguno. Siempre nos tendremos, tigresa.
–Siempre, gato.
Se abrazaron y se fueron pasando la ropa, ya que había acabado desperdigada por la habitación. Se despidieron y el portero se fue a celebrar la victoria. En cambio, Nai se fue a la parada de metro de Aragón para ir hasta Paterna a la casa de su hermano. Sólo esperaba que Mónaco le diera más tranquilidad de la que había vivido en este día...
Nota de autora:
Casi 1850 palabras sin contar la nota de autora... Acabo de romper mi récord de capitulo más largo.
El mismo día que hubiera sido la carrera de Imola, sucedió el partido que trajo la mayor polémica de la Liga 2022/2023. En la narración del partido he intentado ser lo más neutra posible respecto a todo lo que pasó. Para ello, he seguido la información de la siguiente página:
https://www.google.com/amp/s/amp.marca.com/futbol/laliga-santander/valencia-r-madrid/2023/05/21/01_0101_20230521_191_186-directo.html
Reservo este espacio de aquí por si queréis funarme por haber traído este partido. Ante todo, respeto aunque sea para mandarme a la 💩. Que hay maneras bonitas de hacerlo.
Dicho esto, se viene Mónaco. La carrera en la que media España quiso saber quienes eran los estrategas de Aston Martin para intenciones no demasiado buenas por aquellos intermedios. Y el día del cumpleaños verdadero de los hermanos Gayà. Otra semana intensa a la que le seguirá el gran premio de España.
En Instagram estaré por @wri_art_multi_vlc. Muchos besos para todas/os😘
25⭐+5💬 para desbloquear el GP de Mónaco.
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